EL IMPACTO DE UN ALZA EN LA COTIZACIÓN PREVISIONAL: PENSIONES, SALARIOS Y EMPLEO. 1. Introducción ANDREA REPETTO GEORGE VEGA 1 JULIO, 2013

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1 EL IMPACTO DE UN ALZA EN LA COTIZACIÓN PREVISIONAL: PENSIONES, SALARIOS Y EMPLEO ANDREA REPETTO GEORGE VEGA 1 JULIO, 2013 VERSIÓN PRELIMINAR 1. Introducción El objetivo de este nota es el de ilustrar, por medio de simulaciones, los posibles efectos sobre las pensiones que obtendrán los trabajadores chilenos adscritos al sistema de capitalización individual, en caso de elevarse la tasa de cotización obligatoria. Las proyecciones disponibles (Berstein et al., 2007) indican que una buena parte de los trabajadores no podrá acumular suficientes fondos como para financiar una pensión de acuerdo a los niveles prometidos por el sistema. En efecto, un trabajador que cotiza un 1 de su salario la tasa actual de contribución obligatoria durante 40 años continuos y cuyo fondo renta 4% anual en promedio, debiese esperar una pensión cercana al 8 de su salario si vive 20 años luego de retirarse. Esta tasa de reemplazo proyectada difiere de manera importante de lo que el sistema efectivamente entrega, en particular porque la densidad de cotizaciones en los hechos es bastante baja. De acuerdo a estimaciones del Consejo para la Reforma Previsional (2006), la densidad de cotización promedio de los hombres apenas alcanza el 6, mientras que la de las mujeres es inferior al 45%. Dadas estas densidades medias, las mujeres en promedio pueden esperar una tasa de reemplazo en torno al 3, mientras que los hombres, una del 48%. En otras palabras, la pensiones provistas son insuficientes y ciertamente están alejadas de las proyecciones que se entregaron cuando se instauró el sistema a principios de los años 1980 (Consejo para la Reforma Previsional, 2006). Motivada por esta realidad, la reforma previsional del 2008 introdujo una serie de mecanismos que apuntaron a aliviar esta situación. El elemento central de la reforma fue la creación de un Pilar Solidario que garantiza pensiones incluso a aquellos que no cotizaron a lo largo de su vida activa, y que subsidia las pensiones de los trabajadores en el 6 de los hogares más pobres si su ahorro previsional no alcanza un cierto umbral. Desde el 2008, el Estado además subsidia las cotizaciones de los trabajadores jóvenes y entrega un bono por hijo a las madres trabajadoras como reconocimiento a que la maternidad y su dedicación al cuidado infantil, limita sus posibildades de cotizar. 1 Centro de Políticas Laborales, Escuela de Gobierno, Universidad Adolfo Ibáñez. Agradecemos los comentarios de Cristóbal Huneeus.

2 Todos estos elementos contribuyen a reducir el riesgo de la pobreza en la vejez. Sin embargo, el debate público indica que estos esfuerzos aún se consideran insuficientes en la tarea de asegurar pensiones dignas para todos. Las propuestas en discusión se han centrado en los parámetros del sistema. En un régimen de capitalización individual puro, las pensiones dependen de cuánto, cuándo y con qué frecuencia se cotice, además de la rentabilidad de los fondos, la edad de jubilación y la esperanza de vida. El debate se ha enfocado en dos de estos factores: el porcentaje del salario cotizado y la edad de jubilación. En esta nota nos centramos en los efectos esperados de elevar la tasa de cotización, actualmente equivalente a un 1 del salario bruto hasta un tope. Un alza de esta tasa tiene el potencial de elevar significativamente las pensiones, siempre que ella efectivamente se traduzca en una mayor acumulación. En efecto, si los salarios y el empleo no se ven afectados, cada punto de cotización adicional genera un aumento equiproporcional en los fondos acumulados para la pensión, independiente de la rentabilidad. Sin embargo, el efecto sobre la acumulación de cambios en la tasa de contribución no es automático. De hecho, es de esperar que el alza en la cotización afecte tanto los salarios como el acceso a empleo formal por parte de los trabajadores, limitando su impacto en los ahorros previsionales. El objetivo de esta nota es simular el efecto sobre las pensiones esperadas de elevar la tasa de cotización tomando en cuenta estos efectos sobre las remuneraciones y la ocupación formal. Basadas en rangos amplios de valores posibles para las elasticidades de oferta y demanda y para la valoración que los trabajadores asignan a su contribución, nuestras simulaciones muestran que para la gran mayoría de las combinaciones de parámetros, tanto el empleo como las remuneraciones se ven negativamente afectadas por un alza en la tasa de cotización. Sin embargo, los efectos no son siempre los suficientemente grandes como para generar un efecto negativo sobre las pensiones. Esto es, elevar la cotización probablemente tendrá un efecto adverso sobre remuneraciones y empleo. Pero dentro de rangos plausibles para los parámetros relevantes, el alza en la contribución tendrá un efecto positivo, aunque atenuado, sobre la acumulación individual. Esta nota se estructura de la siguiente manera. La sección 2 revisa brevemente la literatura empírica internacional sobre los efectos en el empleo formal y las remuneraciones de cambios en contribuciones a seguridad social. La sección 3 presenta un modelo muy simple que relaciona las contribuciones al sistema previsional con el funcionamiento del mercado laboral, y que sirve de base para las simulaciones presentadas en la sección 4. El trabajo concluye en la sección 5. 2

3 2. Revisión de la Literatura Empírica La literatura empírica que analiza la incidencia de los impuestos tiene una larga historia. Su objeto es el de determinar quién en definitiva carga con los impuestos, distinguiendo lo que dice la ley de lo que en efecto sucede al reconocer que los impuestos afectan los precios de bienes y factores productivos. Por ejemplo, un impuesto al capital puede ser traspasado a otros factores productivos o a los consumidores, según su respectiva capacidad para sustituir hacia mercados no gravados. Uno de los primeros trabajos empíricos en investigar los efectos de impuestos a la nómina es Brittain (1971). Sus resultados, basados en datos del sector manufacturero para un conjunto de países, muestran que estos impuestos serían completamente cargados por los trabajadores bajo la forma de menores salarios. En otras palabras, estos impuestos no afectarían el empleo. En una extensión de la metodología de Brittain (1971), Beach y Balfour (1983) estiman el efecto de cambios en las tasas de contribución sobre las remuneraciones y el empleo, utilizando datos de series de tiempo para el Reino Unido. Los resultados obtenidos indican que un aumento de la tasa de contribución a pensiones se traslada entre un 5 y un 65% a las remuneraciones, sin efectos sobre el empleo. Sin embargo, al permitir efectos heterogéneos, distinguiendo distintos cohortes sociodemográficos, se encuentra impactos diferenciales. En particular, se obtiene efectos sobre el empleo y los salarios de mujeres casadas en un nivel entre un 14% y un 19%. Basado en las ideas de Summers (1989), Gruber (1997) estudia los efectos de la reforma previsional chilena sobre el empleo y salarios usando los datos de panel del censo manufacturero. De acuerdo a Summers (1989), los efectos de un impuesto a la nómina no sólo dependen de las elasticidades de oferta y demanda por trabajo, como suponen los modelos utilizados en los trabajos previos, sino también de la valoración que los trabajadores tienen de los beneficios que se financian con esos impuestos. En la medida en que la contribución permita acceder a un beneficio que sólo se obtiene en un empleo formal, entonces los trabajadores estarían dispuestos a percibir un menor salario líquido con tal de acceder a esos beneficios. Los resultados de Brittain (1971), por ejemplo, pueden interpretarse bajo esta óptica. Gruber (1997), al igual que Brittain (1971), encuentra evidencia de un traspaso completo de la contribución a pensiones en Chile a las remuneraciones que perciben los trabajadores. También obtiene efectos no significativos en términos estadísticos sobre el empleo. En este caso, la relación entre contribuciones y beneficios es en principio más cercana que en los anásis de la literatura empírica anterior, pues las cotizaciones se depositan en una cuenta individual de propiedad del trabajador. Kugler y Kugler (2009) analizan los efectos de varias reformas a las tasas de contribución para salud y jubilación realizadas durante los años 1980 en Colombia. A diferencia de Gruber (1997), encuen- 3

4 tran una transferencia parcial a salarios del orden del 2 al 3 por cada punto porcentual de aumento en las contribuciones sociales. Al mismo tiempo, obtienen un impacto sobre el empleo que fluctúa entre un 42% y un 49%. De acuerdo a los autores, sus resultados posiblemente se relacionan con la incidencia del sueldo mínimo, el cual, en el marco de tiempo analizado, era percibido por una parte importante de la población colombiana; ello no se observa en los datos en Gruber (1997). 2 En uno de los trabajos más recientes en el área, Cruces, Galiani y Kidyba (2010) exploran los efectos de la reforma previsional argentina de 1993, que se implementó de manera heterogénea, tanto en términos territoriales como temporales. Debido al acceso a datos administrativos, los autores observan con precisión las tasas de contribución efectivamente pagadas por cada uno de los trabajadores, a diferencia de los trabajos anteriores. El estudio encuentra efectos de transferencia parcial a salarios, en niveles entre un 4 y un 9, sin efectos significativos sobre el empleo. Finalmente, González-Páramo y Melguizo (2008) realizan un meta-análisis, comparando 45 estudios empíricos que reúnen un total de 559 estimaciones de los efectos de los impuestos a la nómina sobre remuneraciones y empleo. Con una distribución de efectos bastante heterogénea, muestran que el efecto estimado sobre salarios se encuentra en el rango de los 60 puntos porcentuales si se toma el promedio de los resultados, y los 77 puntos porcentuales si se usan meta-regresiones. Al mismo tiempo, no encuentran resultados concluyentes sobre los efectos en el empleo. En resumen, la evidencia permite señalar que la hipótesis de Summers (1989) los trabajadores valoran las contribuciones de seguridad social es bastante plausible. Sin embargo, es de esperar que el impacto de esta clase de reformas sea heterogéneo. Ello, en parte, porque las elasticidades de oferta y demanda que determinan cómo responden los salarios y el empleo a cambios en impuestos son en sí mismas heterogéneas. Ellas, a su vez, dependen de una diversidad de factores que incluyen la regulación laboral, el grado de competencia en los mercados de bienes y el acceso servicios complementarios, como el cuidado infantil, que permitan a los trabajadores participar, entre otros. La valoración que los trabajadores asocian a las cotizaciones también depende de su impaciencia, el acceso al mercado del crédito y su capacidad para planificar hacia el horizonte. Estos factores ciertamente también se distribuyen de manera heterogénea en la población. A continuación presentamos un modelo muy simple, basado en Summers (1989), que permite resumir los efectos potenciales de un alza en la contribución a pensiones en tres parámetros esenciales: la elasticidad de oferta, la elasticidad de demanda y el grado de valoración que los trabajadores otorgan a sus cotizaciones previsionales. 2 Cabe destacar que los datos utilizados por Gruber (1997) son agregados a nivel de planta, lo que en parte explica la baja incidencia observada del salario mínimo. 4

5 3. Un Modelo Simple de Equilibrio Parcial En esta sección ilustramos los efectos teóricos de cambios en la tasa de cotización en un ambiente de equilibrio parcial. La simpleza del análisis nos permite capturar el efecto esperado sobre el empleo y las remuneraciones sobre la base de un conjunto acotado de parámetros. A cambio, sin embargo, no se consideran efectos que pueden ser relevantes y que sólo un análisis más general puede capturar, en particular, todo aquéllo que guarda relación con efectos dinámicos sobre la economía, incluyendo el retorno al capital y a otros factores productivos. A continuación desarollamos dos casos: (1) cuando no hay rigideces en el mercado laboral y los trabajadores consideran que sus cotizaciones son un impuesto que no les reporta beneficio alguno, y (2) cuando no hay rigideces, pero los trabajadores valoran una fracción de sus cotizaciones como un beneficio diferido en el tiempo. Un tercer caso, cuando existe un salario mínimo que regula las remuneraciones de los trabajadores, será considerado en una versión futura de esta nota Caso Base Sea S(w s ) la oferta de trabajo; esto es, el número de trabajadores que ofrecen sus servicios laborales al salario w s. Sea D(w d ) la función de demanda que mide cuántos trabajadores desean contratar las empresas al salario w d. Debido a la existencia de impuestos y cotizaciones laborales, el salario que pagan los empleadores es superior al que perciben los trabajadores. Sea t la tasa ad valorem cobrada para acceder a estos beneficios. En el caso de Chile, éstos incluyen la cotización a la cuenta individual del sistema de pensiones, la comisión que cobra la AFP a la que está afiliado el trabajador, la prima por el seguro de invalidez y sobrevivencia, la cotización (del empleador y del trabajador) al seguro de cesantía, el descuento asociado a salud, e impuestos a la renta si corresponde, entre otros. Por simplicidad, llamaremos w al salario percibido por el trabajador. Por tanto, w(1 + t) es el salario que paga el empleador. Esto es, la remuneración que paga el empleador es mayor a la que percibe el trabajador, siendo la diferencia una fracción medida por t. Asimismo, por definición de equilibrio, debe ser cierto que S(w s ) = D(w d ). Luego, podemos escribir S(w) = D(w(1 + t)). Esta última igualdad puede diferenciarse para así obtener los efectos de un cambio marginal en la tasa t sobre las remuneraciones pagadas por los empleadores y los salarios percibidos por los trabajadores. Esto es, dw/w dt D (w(1 + t)) = S (w) D (w(1 + t))(1 + t) (1) 5

6 Sea η d la elasticidad de demanda. Es decir, η d = D ( ) w(1+t), donde Q representa el número de Q trabajadores empleados en equilibrio dada la tasa t inicial. Análogamente, sea η s la elasticidad de oferta, o η s = S ( ) w Q. Luego, es posible reescribir la ecuación (1) como dw/w dt = η d η s η d 1 (1 + t) (2) La ecuación (2) resume el resultado clásico de la literatura ecónomica en equilibrio parcial que indica que el efecto de un impuesto sobre los precios depende tanto de la elasticidad de oferta como de la elasticidad de demanda. En este caso, si la demanda por trabajo es perfectamente inelástica (η d = 0), entonces el salario de los trabajadores permanecerá constante, y toda la incidencia del impuesto recaerá sobre los empleadores. Ello también sucede cuando la oferta laboral es perfectamente elástica (η s = ). De manera análoga se puede determinar el efecto sobre los costos laborales que enfrentan los empleadores para obtener d (w(1 + t)/w(1 + t)) dt = η s η s η d 1 (1 + t) (3) Así, mientras más inelástica sea la oferta y/o más elástica sea la demanda, el efecto sobre el costo salarial que enfrenta el empleador será menor. Finalmente, el efecto sobre el empleo está dado por dq/q dt = S( )/S( ) t = D( )/D( ) t = η sη d η s η d 1 (1 + t) (4) No habrá efecto alguno sobre el empleo de un alza en la tasa de cotización sólo si la oferta y/o la demanda es infinitamente inelástica. Sobre la base de este conjunto de ecuaciones y de las elasticidades estimadas por la literatura empírica, podemos obtener una estimación de los efectos de un alza en la tasa de contribución sobre el empleo y las remuneraciones. Con ello podemos proyectar el efecto en la acumulación individual, las pensiones y las tasas de reemplazo para distintos grupos poblacionales, de acuerdo a sus características. 6

7 En particular, si el trabajador participa en el mercado laboral formal por T periodos con una probabilidad p i de estar empleado en un periodo i cualquiera (i = 0...T ), el fondo que espera acumular para financiar su pensión, suponiendo un retorno igual a r por sus ahorros, está dado por T (t w i p i )(1 + r ) T i (5) i=0 Si la tasa de contribución sube marginalmente, entonces el salario percibido en un periodo i cualquiera caerá a w i (1 + dw w ), de acuerdo a lo predicho por la ecuación (2). De igual forma, la probabilidad de estar empleado caerá a p i (1 + dq Q ) según la ecuación (4). Así, la acumulación total en T cambiará proporcionalmente en (1 + dt t )(1 + dw w )(1 + dq Q ) (6) El signo y la magnitud de este cambio está indeterminado y dependerá de las elasticidades de oferta y demanda. En efecto, mientras la tasa de contribución se eleva, tanto la probabilidad de estar empleado como el salario pueden caer, reduciendo el efecto sobre la acumulación de fondos en la cuenta individual Valoración de la Contribución Tradicionalmente los economistas han estudiado los efectos de los mandatos a cotizar como si se tratase de un impuesto que tanto trabajadores como empleadores deben cargar. En efecto, a ello corresponde el análisis desarrollado hasta ahora en esta nota. En un caso así, el impuesto genera ineficiencias en los mercados siempre que el empleo se reduzca debido a la cotización. Sin embargo, Summers (1989) introduce la idea de que la contribución a estos programas de cotización obligatoria puede ser valorada por los trabajadores. Si ellos perciben que la contribución les da acceso a un beneficio, entonces es posible que el programa no tenga efectos sobre el empleo. Los costos de eficiencia dependen entonces de cuánto lo valoren los trabajadores. En el extremo, podría no haber efectos sobre el empleo y sólo un efecto sobre los salarios líquidos de los trabajadores. La caída en el salario líquido sería sólo la contraparte del acceso a un beneficio que la cotización otorga. En este caso, si bien el costo laboral sigue siendo w(1 + t), ahora el salario que perciben los trabajadores es w(1+αt), donde α representa la fracción de cada 1% cotizado que es valorada por los trabajadores. Típicamente uno debiese esperar 0 α 1. Diferenciando la nueva ecuación de equilibrio, se puede demostrar que en este caso, los efectos 7

8 sobre las remuneraciones líquidas y el empleo, están respectivamente dados por dw/w dt = η d /(1 + t) η s α/(1 + αt) η s η d (7) dq/q dt = η ( ) sη d 1 η s η d (1 + t) α (1 + αt) (8) Nótese que si α es igual a 0, entonces tanto la ecuación que describe el cambio en los salarios como la ecuación que describe el cambio en el empleo son idénticas a aquéllas asociadas al caso en que el trabajador considera que su cotización no es más que un impuesto que no se asocia a un beneficio espcífico. En el otro extremo, si α = 1, entonces el trabajador comprende la asociación que existe entre su contribución y su pensión; esto es, que su aporte a la cuenta individual es completamente de su propiedad. Dado que los fondos en la cuenta individual son propios, sería de esperar que los trabajadores valorasen completamente su contribución. De hecho, se trata de un salario diferido en el tiempo, y no de un impuesto. Esto es, se esperaría que α = 1. Sin embargo, es posible que α < 1, toda vez que los trabajadores enfrenten restricciones de liquidez, que su tasa de descuento intertemporal sea mayor que el retorno que su ahorro en pensiones renta, o simplemente la miopía limite sus capacidades de previsión para el futuro. Evidencia anecdótica indica que es altamente probable que la valoración de la cotización sea menor que uno. Por ejemplo, los trabajadores independientes que no han estado obligados a cotizar, apenas lo hacen el 4% del tiempo (Consejo para la Reforma Previsional, 2008). El bajo conocimiento del sistema revelado por los resultados de las Encuestas de Protección Social también son consistentes con esta idea. También lo es el alto rechazo que la ciudadanía expresa cuando se indaga por su eventual apoyo a un alza en las cotizaciones. 3 Lo mismo la evidencia, si bien circunstancial, de que algunos trabajadores y sus empleadores acordarían cotizar por remuneraciones menores a las verdaderas. En efecto, las estimaciones de Cox-Edwards y Edwards (2002) sugieren que los trabajadores sí valoran, aunque parcialmente, la contribución al sistema de pensiones. Sus estimaciones indican que el parámetro α sería cercano a 0,45. Sin embargo, los resultados empíricos de Gruber (1997), basados en un panel de empresas manufactureras chilenas, son consistentes con la hipótesis de que los 3 Un 57,1% de los encuestados por Radio Cooperativa, Imaginacción y la Universidad Central se declararon en junio del 2013 contrarios a elevar la tasa de cotización. 8

9 trabajadores valoran completamente su cotización y no la perciben como un impuesto. 4. Simulaciones En esta sección presentamos una serie de simulaciones basadas en los resultados de los modelos expuestos. Lamentablemente no existen estimaciones robustas de elasticidades de demanda y oferta de trabajo para Chile, posiblemente debido a la inexistencia de datos apropiados para realizar tales estimaciones con suficiente validez interna. Lo mismo ocurre respecto de la valoración que los trabajadores asignan a su cotización individual. Por ello, presentamos los resultados de suponer una amplia variedad de valores para los parámetros. En particular, permitimos elasticidades de oferta que fluctúan entre 0 y 30, y elasticidades de demanda que varían entre 0 y 30. Asimismo, tomamos tres valores posibles para α: 0, 0,5 y 1. En todos los casos, suponemos que la cotización se eleva en un punto porcentual. Las figuras ilustran los resultados de nuestras simulaciones. En cada caso, las nueve celdas representan distintas combinaciones de los parámetros relevantes. Cada columna representa el efecto sobre la acumulación para la pensión, el salario líquido y la probabilidad de tener un empleo formal, respectivamente. El eje horizontal de cada gráfico presenta distintos valores para la elasticidad de oferta, mientras que el eje vertical contiene valores alternativos para la elasticidad de demanda. Cada grupo horizontal de gráficos supone distintos grados de valoración que el trabajador otorga a su cotización. El grupo superior en cada supone que los trabajadores consideran que la cotización es simplemente un impuesto, mientras que el grupo inferior presenta el caso opuesto, en que los trabajadores entienden su cotización como un salario diferido y están indiferentes en la forma en que se entrega el pago. En el grupo intermedio suponemos α = 0,5. Asimismo, cada celda contiene un gráfico de cortes de nivel, generados por la combinación de parámetros respectiva. Así, en el gráfico de la esquina superior izquierda, el número x % indica que para los valores de elasticidades y valoración de la cotización supuestos, se espera un aumento de la acumulación en la cuenta individual de un x %, que puede ser igual o inferior al 1 que significa elevar la cotización desde el 1 al 11% si las remuneraciones y la probablidad de empleo se mantuvieran constantes. Los números en los gráficos para empleo y salarios se interpretan de manera similar. La Figura 1 presenta el caso en que suponemos que la cotización inicial es igual al 1 de la contribución a pensiones. Esto es, suponemos que la única fuente de brecha entre el costo laboral para el empleador y el trabajador es la contribución del 1 a la cuenta individual del trabajador. En este 9

10 caso, observamos que en buena parte de las combinaciones de parámetros, la acumulación para la pensión se eleva, aunque por lo general en montos inferiores al alza en la cotización. Sin embargo, la Figura 1 también presenta combinaciones de parámetros en los que los efectos adversos sobre el empleo y las remuneraciones son tales que la acumulación final puede incluso reducirse. La Figura 2 supone que la situación inicial es una en que se cotiza un 22% del salario, reconociendo que en Chile los costos laborales formales incluyen otros elementos como el pago al seguro de cesantía y el seguro de invalidez, entre otros. En otras palabras, si bien la cotización previsional se eleva de un 1 a un 11% en las simulaciones, la brecha subyacente inicial entre el salario líquido y el bruto es mayor. En este caso, los resultados son cualitativamente similares, sólo que el impuesto inicial atenúa la caída de salarios y empleo. En resumen, los resultados indican que prácticamente en todas las combinaciones de parámetros, elevar la cotización también eleva las pensiones, aunque por lo general el efecto es inferior al alza en la contribución. Ello se debe a los consecuentes efectos adversos sobre salarios y empleo formal. Asimismo, existen casos en que la pensión incluso puede caer. Ello ocurre cuando tanto oferta como demanda son altamente sensibles al salario y costo laboral, respectivamente, y cuando los trabajadores entienden su cotización como un impuesto. En general, tal como lo indica el modelo, el efecto sobre el empleo es menor en la medida en que los trabajadores valoren más sus cotizaciones previsionales y mientras más insensible sean tanto la demanda de trabajo al costo laboral como la oferta al salario líquido. A su vez, la remuneración que percibe el trabajador cae menos en la medida en que la demanda sea más insensible a los costos y cuando los trabajadores valoran poco la cotización como un salario diferido. Ello se debe a que, en el extremo, si los trabajadores valoran completamente la cotización estarán dispuestos a aceptar un menor salario hoy a cambio de una mayor pensión mañana. Cabe destacar que en este caso, menores salarios hoy no implican necesariamente un menor nivel de bienestar, sino sólo un traspaso de recursos desde el presente al futuro. 5. Discusión y Conclusiones El objetivo de esta nota ha sido el de ilustrar los efectos de un alza en la cotización podría tener sobre el empleo formal y los salarios, y por tanto sobre la acumulación individual para el financiemiento de las pensiones. Nuestras simulaciones muestran que para la gran mayoría de las combinaciones de parámetros, tanto el empleo como las remuneraciones se ven afectadas. Sin embargo, los efectos no son siempre los suficientemente grandes como para generar un efecto negativo sobre las pensiones. 10

11 0.9% 0.9% Figura 1: Efectos de elevar la cotización partiendo de t=0,1 Efecto % sobre pensión Efecto % sobre salario Efecto % sobre empleo α % +6% +4% +2% 2% 4% 0.6% 0.8% 0.3% 0.7% 0.5% 0.1% 0.4% 0.2% 1% 2% 4% 6% 8% 9% 3% 5% 7% 1 11% 12% ηd α % +7% +6% +5% +4% +3% 0.8% 0.85% 0.75% 0.5% 0.55% 0.7% 0.6% 0.65% 0.5% 1.5% 2.5% 3.5% 4% 1% 2% 3% 4.5% 5% 5.5% 6% α η S

12 0.8% Figura 2: Efectos de elevar la cotización partiendo de t=0,22 Efecto % sobre pensión Efecto % sobre salario Efecto % sobre empleo α % +3% +1% +2% 1% 3% 2% 4% 5% 6% 7% 0.7% 0.2% 0.5% 0.6% 0.1% 0.3% 0.4% 1% 3% 5% 7% 2% 4% 6% 8% 9% 1 11% ηd α % +1.5% +3.5% +2.5% +1% +3% +2% +0.5% 0.5% 1% 0.8% 0.75% 0.5% 0.65% 0.7% 0.55% 0.6% 0.5% 1.5% 2.5% 1% 2% 3% 3.5% 4% 4.5% 5% α η S

13 Si bien estos ejercicios no pueden proyectar con razonable precisión qué sucederá con las pensiones de elevarse el porcentaje a cotizar, es importante generar la información relevante para estimar los efectos finales antes de realizar una reforma. La literatura empírica internacional indica que la oferta laboral de los hombres adultos es bastante inelástica, no así la de las mujeres, en especial la de mujeres casadas y la de mujeres casadas con hijos (Cahuc y Zylberberg, 2004). Por esta sola diferencia, es de esperar que los efectos favorables sobre las pensiones de estos grupos de trabajadores de elevar la contribución sean menores. Algo similar sucede en el caso de los jóvenes. Por su parte, la demanda agregada por trabajo tendría una elasticidad en torno a 0,3 en el corto plazo y 1 en el largo plazo (Cahuc y Zylberberg, 2004). Estas estimaciones no toman en cuenta las efectos de la existencia de un salario mínimo que podría afectar la sensibilidad de la demanda en el caso de trabajadores menos calificados y de los jóvenes. Tampoco consideran que las posibilidades tecnológicas que tienen las empresas de sustituir trabajadores de menor calificación son relativamente mayores, lo que también incide en una demanda más elástica. En otras palabras, seguramente existe una alta heterogeneidad en la respuesta de la acumulación a un alza en la tasa de contribución, pues las opciones que entrega el mercado laboral no son iguales para hombres que para mujeres, o para trabajadores de diversos niveles de calificación. Asimismo, la valoración de la cotización como un salario diferido depende, entre otros, del acceso al crédito de los trabajadores y su impaciencia, factores que también se distribuyen de manera heterogénea en la población. En particular, es natural esperar que los efectos adversos sobre el acceso al empleo formal y los salarios de los trabajadores menos calificados, los jóvenes y las mujeres de hogares vulnerables sean mayores en la medida en que la sensibilidad de la demanda por su trabajo y de su propia disposición a participar sea mayor que la media. Trabajo futuro debiese considerar tanto el rol del salario mínimo que afecta proporcionalmente más a estos grupos, como estimaciones más precisas de los rangos relevantes para los parámetros en cuestión. Referencias [1] Beach, C.M. y F.S. Balfour. Estimated Payroll Tax Incidence and Aggregate Demand for Labour in the United Kingdom, Economica, Vol.50, Número 197, [2] Berstein, S., Larraín, G. y F. Pino. Chilean Pension Reform: Coverage Facts and Policy Alternatives, Economía, Vol.6, Número 2, Primavera, [3] Brittain, J.A. The Incidence of Social Security Payroll Taxes, American Economic Review, Vol.61, Número 1,

14 [4] Cahuc, P. y A.Zylberberg. Labor Economics, MIT Press, [5] Consejo para la Reforma Previsional. El Derecho a una Vida Digna en la Vejez, [6] Cruces, G., S.Galiani y S.Kidyba. Payroll Taxes, Wages and Employment: Identification through Policy Changes, Labour Economics, Vol.17, [7] González-Páramo, J.M. y A.Melguizo. Who Bears Social Security Taxes? A Meta-Analysis Approach, Documento de Trabajo Instituto de Estudios Fiscales, [8] Gruber, J. The Incidence of Payroll Taxation: Evidence from Chile, Journal of Labor Economics, Vol.15, Número 3, [9] Kugler, A. y M.Kugler. Labor Market Effects of Payroll Taxes in Developing Countries: Evidence from Colombia, Economic Development and Cultural Change, Vol.57, Número 2, [10] Summers, L.H. Some Simple Economics of Mandated Benefits, American Economic Review Papes and Proceedings, Vol.79, Número 2,