Una industria de la museografía

Transcripción

1 La industria de la museografía Ana Álvarez-Maldonado y Natalia Torreblanca Vélera, S.L. El museo ha dejado de ser hoy un lugar exclusivo del conservador y el especialista para acoger a otros profesionales del mundo de la cultura que aportan nuevas técnicas y experiencias. Esta situación, que arranca tímidamente hace unas décadas y cuya realidad es un hecho en nuestros días, ha enriquecido notablemente la institución museística, convirtiendo el museo en un espacio de encuentro y en un verdadero hito de la cultura de masas. La intervención de nuevos profesionales afecta fundamentalmente a los espacios públicos del museo y, particularmente, a la exposición: arquitectos, decoradores, museógrafos, escenógrafos, especialistas en iluminación, expertos en audiovisuales, guionistas, comunicadores, diseñadores gráficos... son hoy en día parte integrante del equipo que participa en la creación y puesta en marcha del museo contemporáneo. El edificio del museo se convierte en la catedral del siglo XXI y en su creación participan los estudios de arquitectura más importantes del mundo. Es indiscutible que el museo es hoy un espacio de prestigio. 1. Una industria de la museografía Dentro del museo, el proceso de gestación y puesta en marcha de la exposición suele implicar a distintas empresas, que conforman un sector muy específico del mundo de la cultura agrupado en la que podría denominarse una industria de la museografía. En este campo, no existe una verdadera separación entre los 143

2 La industria de la museografía profesionales que participan en exposiciones temporales o permanentes, ya que en ambos casos se trata de un ámbito demasiado pequeño y concreto para motivar esa especialización. Banderola exterior del Museo de Segovia, con el logotipo de las dos instituciones que han impulsado su remodelación: la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Cultura. Para acercarnos al entramado de esta industria, queremos dar respuesta a una serie de preguntas, frecuentes entre los interesados en trabajar en el mundo del museo: quién participa en la materialización del proyecto museográfico y de la exposición temporal? Qué papel desempeña cada profesional? Qué relaciones existen entre esta industria de la museografía y su objetivo, el museo? Antes de abordar los aspectos relativos a la industria de la museografía, trataremos el papel de la institución, el patrocinador y el especialista, ya que son figuras fundamentales para comprender el trabajo de producción de una exposición. Para el profesional que trabaja fuera del museo, la institución es el cliente por excelencia, ya que una exposición permanente o temporal cuenta siempre con un organismo público o privado que avala y garantiza su puesta en marcha. En algunos casos, las instituciones participantes pueden ser varias, aunque generalmente hay una protagonista. En nuestro país, suele ser la Administración Pública estatal o autonómica la que promueve un museo y, particularmente, las administraciones de cultura. En el ámbito de lo privado son fundaciones sin ánimo de lucro. Estas instituciones asumen gran parte de las veces la organización, contratación, gestión 144

3 de espacios, seguros, solicitud de préstamo de piezas, gastos de restauración La institución es además el órgano que determina que una exposición tenga mayor o menor prestigio y repercusión en los medios y por tanto en el público. No obstante, no siempre es este organismo el que asume en solitario los gastos de una muestra. A veces existe la figura del patrocinador. Señalización del apartado dedicado a las colecciones de Egipto en la exposición permanente del Museo Arqueológico Nacional, Madrid. El patrocinador suele ser una institución privada (a veces varias, dependiendo de los costes de la muestra y su categoría) y los contactos los establece con la institución. Su función es pagar los costes de la exposición o parte de estos y su condición sine qua non es la publicidad de su marca, exigiendo que esta aparezca en todos los elementos publicitarios y señalización de la muestra: anuncios en prensa, banderolas exteriores, publicaciones, etc. La idea de una exposición puede partir de un comisario especialista que propone su proyecto a una institución. En otras ocasiones, es la institución quien requiere al comisario (generalmente un catedrático de universidad o un eminente investigador). En cualquier caso, el comisario es siempre un especialista sobre el tema de la muestra. En el caso de la exposición permanente, el especialista es un conservador de museos que, en función del personal de plantilla del centro o del tema a tratar, puede ser apoyado por colaboradores externos. Como hecho curioso, podemos comentar la figura del comisario estrella (por ejemplo un historiador, arqueólogo o crítico 145

4 La industria de la museografía de arte cuya figura posee repercusión mediática), al que puede contratarse para algunas grandes exposiciones temporales. Este es el caso de ciertas muestras que llevan a cabo las Sociedades Estatales o que organizan los poderes públicos con una intención política institucional. En las exposiciones permanentes, si el museo tiene envergadura, participan distintos departamentos. En los museos pequeños, sin embargo, el propio director y único conservador es quien lleva a cabo este papel. El diseñador del espacio es la primera figura externa al personal del museo que vamos a tratar. En el entorno museístico, este papel suele desempeñarlo un diseñador de interiores, un arquitecto o un estudio de arquitectura. Existen también empresas dedicadas al diseño y la producción, que cuentan a su vez con arquitectos o diseñadores en su plantilla. Así mismo, hay compañías que, en función del tipo de proyecto, pueden contratar o asociarse con un diseñador externo, generalmente de renombre. del especialista, esto es, hacerla realidad. A veces, esta relación especialista/diseñador no es fácil, ya que pueden existir intentos por parte de ambos de tomar decisiones sobre asuntos que atañen al otro: distribución de la obra, longitud de los textos, colores elegidos Si el diseñador posee mayor fama o experiencia que el especialista, su criterio puede ser determinante y puede llegar a modificar el tratamiento de los contenidos, imponiendo su idea sobre la del conservador. En otras ocasiones, sucede lo contrario: un especialista estrella puede variar el proyecto del diseñador e imponer conceptos estéticos. La situación ideal es que la relación sea buena y exista un entendimiento entre ambas figuras. Vista de la exposición Venus y Caín. Nacimiento y tribulaciones de la Prehistoria en el siglo XIX. Museo de Altamira y Caja Cantabria. Diseño de Vélera, s.l. Hoy en día, la figura del diseñador del espacio expositivo ha adquirido gran importancia y, aunque su nombre es desconocido para el gran público, posee también fama entre los profesionales que trabajan dentro del museo y de las administraciones de cultura. Es un hecho que la resolución formal del espacio interior es fundamental para el éxito de la exposición permanente, sobre todo si se trata de una exposición de contenido no artístico. El papel del diseñador es, en principio, proyectar en el espacio los contenidos y la idea 146

5 Imagen institucional del Museo Sorolla, Madrid. Diseño de Vélera, s.l. En este caso, comisario y diseñador trabajan en equipo para llevar a buen término el proyecto museográfico. Cuando esto ocurre, la exposición tiene el éxito asegurado. El buen diseñador debe siempre documentarse sobre el tema y plasmar la esencia de los contenidos, esto es, ser capaz de poner el diseño al servicio de la idea sin imponerse sobre ella. La buena materialización del contenido se plasma en varias direcciones, inundándolo todo, desde los planos de distribución y recorrido de la muestra hasta el diseño gráfico de la última cartela de pieza. El diseñador gráfico es una figura muy relacionada con el diseñador del espacio expositivo. De hecho, a veces esta función es asumida por una única empresa o persona. Su labor es concebir la imagen gráfica de la exposición, esto es, maquetar con un determinado color, tipografía y composición toda la información textual y las imágenes que expresan los contenidos científicos de un museo. En la actualidad, el grafismo puede ser tan importante como el diseño del espacio expositivo, fundamentalmente en museos cuyo contenido necesita un gran apoyo para complementar la información de las propias piezas: fotografías, mapas, esquemas, ilustraciones La gráfica adquiere gran importancia en los actuales museos de arqueología, etnografía o ciencia y tecnología. No obstante, ni siquiera el museo de arte contemporáneo se libra de un apoyo gráfico: siempre hay cartelas, texto de bienvenida o folleto complementario. Por este motivo, el diseñador gráfico es una figura que cada día adquiere mayor importancia en el mundo del museo. Cuando se crea la gráfica de un museo o se diseña para una exposición temporal, el profesional trata generalmente dos categorías de información: la que afecta a los contenidos científicos, esto es, textos y cartelas, y aquella relativa a la identidad institucional del museo. Esta última se refiere a su señalización como espacio público y a su proyección hacia el exterior como institución. En los últimos años, los museos de cierta entidad han demandado el desarrollo de una identidad institucional propia que se concreta, primero, en la creación de un logotipo y, a partir de él, en unas pautas 147

6 La industria de la museografía de diseño gráfico aplicables a su señalización, publicaciones, anuncios en prensa, papelería y todo tipo de objetos de merchandising. Una vez concebido el espacio de la exposición, comienza el trabajo de la empresa de producción. Por producción entendemos el proceso previo al montaje de la exposición permanente o temporal. Consiste en la fabricación de todos los elementos museográficos: vitrinas, paneles, audiovisuales, soportes, rotulación Todo este mobiliario lo realizan oficios especializados que trabajan en talleres de carpintería, metalistería, cristalería, electricidad, pintura, audiovisuales, rotulación, etc. Cuanto más sofisticada es una exposición o un museo, más profesionales participan en este proceso de producción. El trabajo de producción y montaje suelen correr a cargo de una misma empresa especializada, ya que en museos y grandes exposiciones ambos trabajos suelen Montaje de la exposición Tesoros ocultos del Museo del Greco, en el Hospital Tavera, Toledo. salir a concurso público en un único lote. En exposiciones existe una gran especialización y, normalmente, una carpintería cualquiera por muy grande que sea no puede abordar este trabajo. Por ello, en la industria de la museografía trabajan empresas muy concretas que subcontratan aquellos oficios que no poseen en sus talleres. Realmente podemos distinguir entre dos tipos de empresas: por un lado, las grandes carpinterías, más especializadas en exposiciones temporales, ya que la mayor parte de estas se fabrican en DM; y las grandes empresas de producción propiamente dicha. Estas empresas gestionan y subcontratan parte de los oficios que participan en el proceso de producción. La empresa de producción, dependiendo de su categoría y honorarios, asume funciones de coordinación y dirección del montaje y puede llegar a desarrollar el final de los planos constructivos sobre los prototipos dados por el diseñador. Como hemos comentado, la empresa de producción se encarga también del montaje de elementos museográficos y piezas en el museo. El montaje es el proceso de instalación de todos los paneles, vitrinas, iluminación, suelos, audiovisuales, elementos gráficos y cualquier material de apoyo que incluya el proyecto museográfico. Así mismo, la función de montaje incluye la colocación de piezas en vitrinas, paredes y soportes. Dado que en el museo la mayor parte de las piezas son originales, los montadores suelen ser especialistas en la manipulación de 148

7 obras de arte. Esta especialización supone una garantía para la integridad física de los bienes culturales durante el montaje de la exposición. Una vez conocidos los profesionales más relevantes de la industria de la museografía, hay que señalar que, en la realidad de nuestro país, este reparto depende exclusivamente del presupuesto con el que se cuenta para la creación de un museo o de una exposición permanente En este sentido, una gran exposición temporal puede superar con creces el presupuesto de un pequeño museo. No obstante, el presupuesto depende fundamentalmente de los metros cuadrados de sala y del tipo de piezas a exponer. La necesidad de vitrinas eleva considerablemente el montante económico de una muestra y los acabados del mobiliario (lacados, chapados) o la presencia de elementos metálicos encarecen también el presupuesto. La buena iluminación y la tecnología audiovisual, los interactivos, las maquetas o las escenografías, presentes hoy en gran parte de los grandes museos, son también una partida elevada en los costes de producción y montaje. En lo que respecta a estos asuntos económicos, el montaje eleva también los precios, ya que si el operario especializado debe desplazarse, tiene que cobrar dietas. Esto ocurre a menudo con los museos que se sitúan geográficamente fuera del ámbito de las grandes ciudades, que es donde se localiza nuestra industria de la museografía. Con respecto a los honorarios de diseño, estos dependen generalmente del presupuesto de producción y montaje, ya que la cantidad económica que se destina a la materialización de la exposición suele ser indicativa de la complicación del propio diseño. Para cerrar esta intervención sobre la industria de la museografía, nos referiremos a los pequeños museos y exposiciones locales. En ellos todo se supedita a la buena voluntad, tanto del personal adscrito al museo como del profesional contratado para su materialización. Entonces, la industria de la museografía queda reducida al buen hacer de los pocos participantes: el comisario ejerce a su vez de diseñador, el diseñador hace el papel de comisario o ambos ejercen de personal de montaje. 149