La mec anica cl asica y su ense~nanza en el Colegio de M iner ³a( )

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1 La mec anica cl asica y su ense~nanza en el Colegio de M iner ³a( ) Ma r ³a d e la P a z R a m o s L a r a Abstract: This article presents how the teaching of the Physics in Mexico during the rst two thirds of the XIX century was related to practical aspects and was dependent on social, political, and economical factors. Particularly, the case of the Mining College is studied which, even though considered the most important educative and scienti c institution of the country, did not escape to the crises and political attacks that underwent our country in this period. Resumen: En este art ³culo se muestra c omo la ense~nanza de la f ³sica en M exico, durante los primeros dos tercios del siglo XIX, estuvo vinculada con aspectos pr acticos y su trayectoria dependi o de factores sociales, pol ³ticos y econ omicos. En particular, se estudia el caso del Colegio de Miner ³a que, aunque considerada la instituci on educativa y cient ³ ca m as importante del pa ³s, no escap o a las crisis y embates pol ³ticos que sufri o nuestra naci on en dicho periodo. Archivos consultados Archivo Hist orico del Palacio de Miner ³a (AHPM), Archivo General de la Naci on (AGN), Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional (FRBN), Biblioteca Lafragua (Universidad de Puebla). La primera casa de las ciencias en M exico En la historia de la ciencia de nuestro pa ³s, en especial, de la f ³sica, de la astronom ³a, de la ingenier ³a y de la qu ³mica, el Colegio de Miner ³a se ha consagrado como la instituci on de mayor envergadura, pues se convirti o en la primera instituci on cient ³ ca en M exico y en la escuela de ingenieros m as antigua de Am erica (Moles et al, 1990, p. 9). Con su fundaci on se rompi o la tradici on cultural educativa de siglos que consist ³a en impartir educaci on superior unicamente a criollos y espa~noles. Los j ovenes mestizos fueron autorizados por el virrey para estudiar en dicho Colegio el 22 de diciembre de 1791, d v d y H u d U n N A u d C en tr o e In estigacion es In ter iscip lin ar ias en C ien cias m an id ad es e la iv er sid ad acion al t on om a e M ex ico once d ³as antes de su fundaci on (D ³az y de Ovando, 1998, p. 47). El m edico e historiador de la ciencia Jos e Joaqu ³n Izquierdo asegur o fehacientemente, en 1958, que el \Colegio de Miner ³a fue uno de los primeros establecimientos cient ³ cos que llegarona existirenel Continente Americano". Dicha a rmaci on la sustent o en literatura de historiadores norteamericanos quienes aseguraron que \antes de 1800 todav ³a no hab ³a en los Estados Federados de Norteam erica verdadera ense~nanza en lasdiversasramas delasciencias naturales". Por tal motivo a rm o el Colegio hab ³a representado una \verdadera conquista en pro de la educaci on cient ³ ca, de la cual podr ³a enorgullecerse cualquier pa ³s". Este Colegio, mejor conocido como la primera casa de las ciencias en M exico, fue cuna de importantes instituciones cient ³ cas como: la Facultad de Ciencias, el Instituto de F ³sica, el Instituto de Matem aticas, el Instituto de Geof ³sica, el Instituto de Geolog ³a, el Instituto de Qu ³mica, la Facultad de Qu ³mica, el Instituto de Ingenier ³a y la Facultad de Ingenier ³a por mencionar algunas de la Universidad Nacional Aut onoma de M exico (Izquierdo, 1948, pp ). El Colegio de Miner ³a ha sido fundamental en el desarrollo de la f ³sica en M exico, pues en este tuvo lugar su institucionalizaci on y a pesar de las severas crisispor las queatraves o durante el siglo XIXy parte del siguiente, mantuvo condiciones propicias para la creaci on de la primera carrera de f ³sica, un siglo m as tarde. La etapa de profesionalizaci on de la f ³sica se llev o a cabo con el apoyo de miembros y egresados del Colegio de Miner ³a o Escuela de Ingenieros (como se le llamar ³a durante el ultimo tercio del siglo XIX). Varios ingenierosparticiparon con entusiasmo en la creaci on de instituciones, sociedades, academias, publicaciones, e incluso, con estrechos v ³nculos pol ³ticos que dieron origen a la creaci on deuna nueva profesi on, la de F ³sica. Dos de los destacados ingenieros que podemos mencionar fueron Sotero Prieto y Ricardo Monges L opez; y tres de las instituciones que sobresalieron fueron la Escuela Nacional Preparatoria, la Sociedad Cient ³ ca \Antonio Alzate" y, la misma Escuela Nacional de Ingenie- 49

2 50 ContactoS 37, 49{59 (2000) ros (transformada en Facultad de Ingenier ³a a mediados del siglo XX). Resulta inevitable mencionar lo mucho que falta por conocer sobre la trayectoria del Colegio de Miner ³a y la in uencia que tuvo tanto en la profesionalizaci on de la f ³sica, como en la construcci on y reconstrucci on de nuestro pa ³s a trav es de los siglos, incluyendo no s olo aspectos t ecnicos y cient ³ cos sino tambi en de car acter pol ³tico y econ omico. Muchos son los archivos que esperan ser consultados para dar luz al complejo tejido que a trav es de los a~nos se ha dado entre la ciencia, la tecnolog ³a, la educaci on, la producci on y la misma dependencia econ omica. La ense~nanza de la f ³sica en los Colegios de car acter pragm atico La institucionalizaci on delas ciencias exactas en diversos pa ³ses se vio favorecida en el siglo XVIII con la difusi on y penetraci on de las ideas de la Ilustraci on, especialmente la que tuvo lugar entre los monarcas. Estos, inducidos para gobernar con la raz on, promovieron cambios administrativos, econ omicosy sociales que a su vez estimularon el quehacer intelectual. Secrearon nuevoscentrosdel saber experimental, museos, observatorios, academias, bibliotecas, jardines bot anicos, expediciones y publicaciones, entre otros. La f ³sica destac o por ser una ciencia experimental y matem atica. La precisi on que prove ³a era de vital importancia en la construcci on de todo tipo de objetosmec anicos que serv ³an en los sectores productivos. La f ³sica y las matem aticas se convirtieron en disciplinas cient ³ cas fundamentales en los planes de estudio de los Colegios de minas, de artiller ³a y los navales. Ejemplo de ello fueron: el Colegio de Minas de Freiberg en Alemania; la Escuela Polit ecnica y la Escuela de Minas de Par ³s, en Francia; el Colegio de Minas devergara y Almad en, en Espa~na; por mencionar algunos. En estos Colegios, los cursos de f ³sica se integraron a los planes de estudio de diversas profesiones (principalmente en el area de ingenier ³a) cumpliendo programas rigurosos, y apoy andose en libros de texto y gabinetes (hoy conocidos como laboratorios) cuidadosamente elaborados. En Europa, la f ³sica y las matem aticas hab ³an demostrado, desde el siglo anterior, su capacidad para resolver los problemas de los sectores productivos, por ello la fundaci on de importantes instituciones cient ³ cas como la Royal Society de Londres y la Acad emie des Sciences de Par ³s creadas para resolver problemas t ecnicos en la navegaci on, en la artiller ³a, en las bombas mec anicas y en la hidr aulica, especialmente. No podemos olvidar que muchos cient ³ cos europeoscomo Galileo, Torriceli, Von Guericke, Boyle, Hooke, Huygensy Newton, entreotros, seinteresaron por resolver problemas t ecnicos de estos sectores y, a su vez, propiciaron importantes contribuciones en la f ³sica. Dentro de este contexto, no resulta extra~no que en la Nueva Espa~na la institucionalizaci on de la f ³sica haya tenido su origen en el sector de la miner ³a, pues, este se hab ³a convertido en la actividad econ omica m as importante dela Colonia (Ramos L., 1992). En esta regi on, desde siglos anteriores, tambi en hubo inter es de aplicar los conocimientos de la epoca para aumentar la producci on de los metales preciosos. Adem as de los pobladores, se interesaron algunos pa ³ses europeos. Braudel narra c omo la t ecnica de amalgamaci on introducida por Bartolom e de Medina en la nueva Espa~na en 1557 permiti o decuplicar la producci on de los minerales. En Espa~na se dec ³a \las Indias comenzaron a 'vomitar' sus riquezas", por lo que atrajeron la ambici on de pa ³ses que fueron cuna del conocimiento cient ³ co como Francia, Inglaterra y los pa ³ses bajos (Braudel, 1976, p. 630). En 1792, por primera vez en la historia de la educaci on en M exico, se fund o una instituci on cuya ense~nanza era netamente cient ³ ca, el Real Seminario de Miner ³a. Lejos de la tradici on escol astica, se impartieron o cialmente los cursos de matem aticas, f ³sica, qu ³mica y mineralog ³a a los primeros ingenieros, entonces llamados peritos facultativos de minas (Ramos L., 1999). Esta instituci on educativa, representativa de la Ilustraci on novohispana, se consagr o como la \de mayor envergadura cient ³ ca y que logr o una e ciencia incomparable durante la ultima d ecada del siglo XVIII y primera del siguiente, por lo que se reconoce su valor unico en todo el continente americano"(saladino, 1990, p. 58). La iniciativa de crear Colegios navales y de artiller ³a tuvo lugar hasta que M exico adquiri o su independencia. El Estado dej o constancia, en la Constituci on de 1824, de su preocupaci on por introducir una educaci on cient ³ ca en todos los niveles de ense~nanza y crear establecimientos cient ³ cos en todas las areas (incluyendo el fomento de las publicaciones de este tipo). El Congreso General promover ³a la Ilustraci on y crear ³a Colegios de marina, artiller ³a e ingenier ³a donde la ense~nanza de las ciencias naturales y exactas ser ³a fundamental (G omez Navas, 1982, pp ). De hecho, desdela Constituci on de 1814 se observ o una estrecha relaci on entre la ciencia y el Estado, producto del deseo de gobernar con la \raz on" y la \ciencia" (Salda~na, 1989). Sin duda, la ciencia jug o un papel en la concepci on del Estado mexicano, a la vez que este man-

3 La mec anica cl asica y su ense~nanza en el Colegio de Miner ³a. Mar ³a de la Paz Ramos Lara. 51 tuvo una actitud favorable en la promoci on de la actividad cient ³ ca, al grado de tomarla en cuenta en las pol ³ticas gubernamentales, mismas que a su vez se vieron in uidas, durante la mayor parte del siglo XIX, por las pol ³ticas cient ³ cas francesas (Salda~na, 1992). Trayectoria del Colegio de Minas durante el siglo XIX El Colegio de Miner ³a al integrarse al Estado sufri o, a su lado, las consecuencias de los embates de las guerras internas, las invasiones y en general de los con ictos pol ³ticos y crisis econ omicas. Los frecuentes cambios de r egimen, que se produjeron durante el siglo XIX, generaron, adem as de divisiones ideol ogicas entre los miembros de la instituci on (incluyendo estudiantes), intentos de los gobernantes por transformar el Colegio a su voluntad. Como se ver a con mayor amplitud, esta instituci on seconvirti o en: Tercer Establecimiento de Ciencias F ³sicas y Matem aticas, Instituto de CienciasNaturales, Escuela Imperialde Minas, Escuela Polit ecnica, Escuela Especial de Ingenieros y nalmente Escuela Nacional de Ingenieros (Ramos L., en prensa). El inicio de una accidentada trayectoria, llena de inestabilidades, limitaciones, pugnasy carencias, entre otros avatares, tuvo lugar en 1808 con las manifestaciones incipientes del movimiento insurgente. Durante este a~no los primeros egresados del Colegio se encuentran realizando sus pr acticas en los diversos reales de minas, principalmente en Guanajuato, cuando tuvieron contacto con miembros del movimiento insurgente. El Colegio experiment o una dram atica divisi on cuando susalumnoscasimiro Chovell, Jos e Mariano Jim enez, Rafael D avalos y Ram on Fabi e se unieron al movimiento y murieron como rebeldes. Dellado opuesto, eltribunalde Miner ³a, del cual depend ³a dicha instituci on, apoy o al Rey mediante donativos y ofreci endole ca~nones de artiller ³a, algunosde elloselaborados por Manuel Tols a en el interior del monumental edi cio que se estaba construyendo para instalar el Colegio (hoy conocido como Palacio de Miner ³a). 1 Los alumnos que permanecieron en el Colegio formaron un batall on patri otico y recibieron instrucci on especial de militares. 2 1 A H P M, M.L. 340 B, M.L. 170 B, M.L B, M.L. 172.B. 2 A H P M, M.L. 338.B. Lib r o d e Or d en es 1811; A H P M, M.L.339.B Or d en es 1812; A H P M, M.L.340.B. Lib r o d e Or d e- n es 1814; A H P M, M.L.100.B., Diar io d e las lab or es d el T r ib u - n al d e Min er ³a ; A H P M, M.L B. Lib r o d e Or - d en es 1816; A H P M. M.L.99.B. Diar io d e las lab or es d el T r ib u - n al d e Min er ³a ; A H P M, M.L. 98.B. Diar io d e las lab or es d el T r ib u n al d e Min er ³a ; A H P M, M.L.294.B. A lm ac en 1808; A H P M, M.L.337.B. Lib r o d e or d en es La prolongada guerra de independencia afect o severamente los sectores productivos, especialmente el minero. Entre las medidas que el Tribunal de Miner ³a propuso al Rey, para disminuir la decadencia de este sector, se encontraba el cierre del Colegio. El monarca se opuso a tal propuesta y el Colegio continu o con actividades irregulares. Pero la situaci on econ omica empeor o en 1821 y, nuevamente, se pens o cerrar el Colegio y pagar unicamente los salarios del personal que no pod ³a incorporarse en otros lugares, como era el caso de los catedr aticos delasdisciplinascient ³ cas (Ram ³rez, 1890, p. 238 y 247). Finalmente se expidi o el Acta de Independencia a la que se unieron los alumnos, profesores, el rector y los empleados en general. El director Fausto de Elhuyar se opuso y renunci o a sus cargos, como director del Colegio y del Real Tribunal de Miner ³a, despu es de haberlos ocupado durante 33 a~nos. 3 La vida independiente de M exico inici o con importantes compromisos y retos en los que tanto los miembros del Colegio de Miner ³a como sus egresados participaron activamente. En las grandes reformas educativas (que incluyen parte del siglo XX), el Colegio fue el soporte fundamental para la creaci on de establecimientos cient ³ cos. En ello fue crucial la participaci on de los egresados del Colegio en cargos gubernamentales de gran relevancia, como ministros del Ministerio de Fomento, Guerra y Marina, Relaciones y Gobernaci on. Tambi en se desempe~naron como diputados y senadores entre otros puestos. Fundaron instituciones como el Observatorio Astron omico Nacional, el Observatorio Meteorol ogico Central, el Instituto de Geograf ³a y Estad ³stica, y el Instituto Geol ogico Nacional, por mencionar los m as importantes en ciencias exactas. En 1833, tuvo lugar el primer cambio institucional que experiment o el entonces conocido Colegio Nacional de Miner ³a. El Dr. Jos e Mar ³a Luis Mora elabor o un proyecto de organizaci on educativa que consideraba la desaparici on de varios Colegios entre los que se encontraba la propia Universidad. En su lugar cre o seis establecimientos de educaci on superior, bajo la supervisi on de la reci en creada Direcci on General de Instrucci on P ublica: 1ro. Estudios preparatorios, 2do. Estudios ideol ogicos y humanidades, 3ro. Cienciasf ³sicasy matem aticas, 4to. Ciencias m edicas, 5to. Jurisprudencia y 6to. Ciencias eclesi asticas (G omez Navas, pp ). 4 El Colegio de Miner ³a fue convertido en el tercer Establecimiento de Ciencias F ³sicasy Matem aticas, ya que era el encargado de reunir todos los estudios 3 A H P M, M.L. 102.B. 4 A GN, J u sticia e In str u cci on P u b lica, v ol. 10, fs La Dir ecci on ten ³a a su car go tod os los estab lecim ien tos p u b licos d e en se~ n an za.

4 52 ContactoS 37, 49{59 (2000) cient ³ cos. La decisi on implicaba quedarse con el majestuoso edi cio que ocupaba el Colegio (el cual pertenec ³a al cuerpo de mineros) incluyendo toda la infraestructura que se encontraba en el. El Colegio y su edi cio se destinaron a la instrucci on p ublica, a pesar de lasseverasdiscusionesproducidas con los due~nos, quienes prefer ³an arrendarlo. 5 Este programa liberal fue derogado un a~no m as tarde por Antonio L opez de Santa Anna, quien restableci o la educaci on al sistema antiguo. La estructura del Colegio fue cambiando de acuerdo a lasnecesidades del pa ³s. Lascarreras no s olo se limitaron a los trabajos de miner ³a, se ampliaron a trabajos de car acter geogr a co, de ingenier ³a civil y de ingenier ³a militar (Herrera S anchez, 1987, p. 31). Los intereses del presidente Santa Anna lo condujeron a transformar el Colegio de Miner ³a en el Instituto de Ciencias Naturales en En este cambio, se introdujo, por primera vez, el t ermino de ingeniero como titulo de la profesi on de ingeniero de minas, en lugar de perito facultativo. Como parte del proyecto se crearon nuevas carreras como las de ge ografo, naturalista y apartador de oro y plata, y se incorporaron de manera obligatoria los estudios preparatorios. Tal cambio tampoco fructi c o y las inestabilidades que viv ³a el pa ³s aumentaron la crisis econ omica de la instituci on. Algunas ocasiones, los directores tuvieron que recurrir al presidente de la Rep ublica para denunciar el estado de penuria en el que se encontraba el Colegio y para solicitar mayor presupuesto. Varias veces el Colegio sobrevivi o gracias a la intervenci on de egresados que ocupaban cargos gubernamentales. Por ejemplo, durante la intervenci on francesa el Colegio y su escuela pr actica de minas fueron cerrados. El ingeniero Jos e Salazar Ilarregui aprovech o su cargo de subsecretario de Fomento para otorgar al Colegio el presupuesto su ciente para su apertura (Ram ³rez, 1890, p. 422 y 436). 6 En 1863, al aceptar el Emperador Fernando Maximiliano de Austria la corona de M exico, todo se volvi o imperial. El Colegio se llam o Escuela Imperial de Minas. La reforma o cial del Colegio tuvo lugar un a~no despu es. En 1864 se expidi o la Ley de Instrucci on P ublica en la que se establec ³a o cialmente la Escuela Polit ecnica para la formaci on de ingenieros mec anicos, top ografos y civiles. Por la situaci on pol ³tica, el Colegio fueclausurado el 20 de junio 5 A GN, v ol. 13, J u sticia e In str u cci on P u b lica, fs T am b i en, A GN, v ol. 11, J u sticia e In str u cci on P u b lica, , fs A GN, v ol. 72, J u sticia e In str u cci on P u b lica, , fo de 1867, unos d ³as despu es del fusilamiento del emperador. Apartir del d ³a siguiente el edi cio del Colegio fue ocupado como cuartel para varios regimientos. D ³as m as tarde, en el Sal on de Actos del Palacio de Miner ³a fue recibido, con un gran banquete, el presidente Benito Ju arez y el general jefe del ej ercito republicano Por rio D ³az (Ram ³rez 1890, p. 460 y ). En la reestructuraci on educativa realizada por el gobierno de Ju arez el 2 de diciembre de 1867 con la promulgaci on de la Ley Org anica de Instrucci on P ublica, el Colegio de Miner ³a fue transformado en Escuela Especialde Ingenieros, nombreque adopt o a partir de A~nos m as tarde, durante el r egimen de Manuel Gonz alez, su nombre cambi o a Escuela Nacional de Ingenieros, mismo que conserv o hasta mediados del siglo XX, cuando se transform o en la actualfacultad deingenier ³a dela UNAM. Por otra partelosestudiospreparatorios queseimpart ³an en diversas instituciones fueron separados de los estudios superiores para ser agrupados en una sola escuela, la Escuela Nacional Preparatoria. Dicha escuela tuvo como nalidad uniformar cient ³ camente la instrucci on preparatoria com un a todas las carreras profesionales (G omez Navas, 1982, p. 63). La reforma educativa que se inici o en 1867, dentro de una concepci on ideol ogica positivista, permiti o que j ovenes egresados, tanto dela Escuela Nacional Preparatoria como de la Escuela Nacional de Ingenieros, seentusiasmaran por el cultivo delasciencias. Algunos de ellos participaron en la creaci on de una de las sociedades cient ³ cas de mayor in uencia en el siglo XIX y parte del siglo XX, la Sociedad Cient ³ ca \Antonio Alzate", en la que participaron y colaboraron los primerosf ³sicos mexicanos como Manuel Sandoval Vallarta. La mec anica cl asica, un campo fundamental en la ense~nanza de la f ³sica La ense~nanza de la f ³sica en el Colegio de Miner ³a inici o un a~no despu es de su fundaci on. De acuerdo al plan de estudios, losalumnosten ³an que aprobar los cursos de matem aticas para poder inscribirseal curso de f ³sica. Despu es de aprobar esta ultima, pod ³an inscribirse al curso de qu ³mica y por ultimo al de mineralog ³a. En total, los alumnos tardaban cuatro a~nos en cubrir sus materias obligatorias y dos m as depr acticas en losreales deminas. Sobre la c atedra de f ³sica, veremos, a lo largo de esta secci on, que las necesidades del sector minero exigieron que, en clase, poco a poco se dedicara m as tiempo a la secci on de mec anica. Para no sacri car los temas restantes que se ve ³an en el curso de f ³sica experimental setuvo que crear una c atedra especialmente dedicada al estudio de la mec anica. Veremos tambi en como al fundarse una escuela pr actica de minas, ane-

5 La mec anica cl asica y su ense~nanza en el Colegio de Miner ³a. Mar ³a de la Paz Ramos Lara. 53 xa al Colegio pero situada en los reales de minas (para quelosestudiantes realizar an suspr acticas), seincorpor o un curso m as de mec anica. Este ultimo curso se caracteriz o por evadir cualquier tipo de contenido te orico y, m as bien, especializarse en aspectos netamente pr acticos, especialmente aquellos que resolv ³an los problemas reales de los sectores productivos del pa ³s. 7 Para tener una idea m as clara de ello, es conveniente citar algunos de los problemas que resolv ³an los estudiantes para recibir su t ³tulo profesional. Por ejemplo, en 1859, Juan Andonaegui para recibir el t ³tulo de ingeniero de minas, apartador de metales y bene ciador de metales resolvi o, con rigor f ³sico y matem atico, los siguientes problemas (D ³az y de Ovando, 1994, p. 52): 1. \Determinar el n umero de arrastres necesario para bene ciar en una hacienda de patio dos mil cargas de mineral duro semanariamente, espresando la construcci on mas propia de los arrastres, la fuerza motriz necesaria en metros c ubicos de agua, suponiendo una caida totalde diez metros, la clase de motor hidr aulico mas conveniente, y acompa~nado el presupuesto de un arrastre en las circunstancias de Pachuca". 2. \Determinar el di ametro, longitud de golpe y fuerza motriz de un soplo de cilindros para alimentar diez hornos de cobre que fundan como el mayor de los estudiados en Tepezal a". La f ³sica experimental y los cursosde mec anica destacaban en el Colegio de Miner ³a (al menos durante los primeros dos tercios del siglo XIX) por los avances te oricos y experimentales que se hab ³an generado y que permit ³an explicar una mayor gama de fen omenos naturales. Pero su principal atracci on se remiti o a la in uencia, los usos y aplicaciones queseempezaron a desarrollar en diversoscampos del conocimiento, como la astronom ³a, la biolog ³a, la medicina, la agricultura, la mineralog ³a y la industria en general. Despu esdeleer algunosdelosdiscursosquepronunciaban los catedr aticos de f ³sica y mec anica en las ceremonias de la entrega de los premios a los mejores estudiantes del Colegio, resulta indispensable citar sus palabraspara entender la admiraci on que sent ³an por estas ramas de la ciencia. Manuel Ru ³z de Tejada, catedr atico def ³sica experimental, en la entrega de premios de 1845 aludi o lo siguiente (D ³az y de Ovando, 1994, pp ): 7 A u n q u e est a fu er a d e los l ³m ites d e este tr ab ajo, con v ien e m en cion ar q u e u n a m ay or gam a d e cu r sos d e f ³sica se im - p ar tier on en el u ltim o ter cio d el siglo, esp ecialm en te aq u e- llos q u e le p r om et ³an a n u estr o p a ³s su in cor p or aci on a la m o- d er n id ad. \Cada d ³a se hacen mas dignos de aprecio y admiraci on los progresos y felices resultados que proporciona a la sociedad el estudio y cultivo de las ciencias naturales (...) la f ³sica en cuanto es posible, descubre las leyesy rastros de la sublime inteligencia y sabidur ³a in nita que ha producido todas las cosas; y puede decirse con propiedad, que esta ciencia contempla objetos de una estension, variedad y fecundidad sin t ermino, lo cual se con rma cuando se observan las propiedades de la luz, del cal orico, de la electricidad, del magnetismo, de los gases, de los l ³quidos, de la tierra y del inagotable c umulo y variedad de tesoros que ella encierra aplicables a in nitos usos...". \(al) estudio sistemado y met odico, es al que deben el grado de riqueza y opulencia a que llegan los pa ³ses en que se cultivan las ciencias, y a el se deben los adelantos de la medicina, los progresos de las artes y el desarrollo de la industria, y proporciona bajo todos aspectos el bien y prosperidad de todos los asociados (... ) Sorprende verdaderamente ver el sublime punto a que han llegado en estos ultimos tiempos los progresos de la f ³sica, los adelantos de la mec anica, y la perfecci on y poder de las m aquinas que como aut omatas ejecutan con la mayor esactitud obras maravillosas, supliendo la inteligencia y ocupaci on de muchos brazos que se economizan por su medio". El entusiasmo por la ciencia y sus aplicaciones no era exclusiva del personal del Colegio, sino tambi en de pol ³ticos, profesionistas e individuos de negocios, entre otros, que asist ³an a los actos para conocer un poco m as sobre la ciencia. La mec anica, en particular, resultaba atractiva por sus aplicaciones, era una rama vital para construir, usar y adaptar todo tipo dem aquinas. Adem as, sus leyes y principios permit ³an estudiar diversidad de problemas y buscar una soluci on optima de bajo costo. A este evento llegaron a asistir miles de personas, entre las cuales destacaba la presencia del presidente de la Rep ublica en turno, acompa~nado de su gabinete. La celebraci on de los Actos p ublicos ten ³a lugar desde la fundaci on del Colegio, dado que se hab ³a considerado como obligaci on de los estudiantes: mostrar el aprovechamiento de sus estudios anuales, ante el Real Tribunal. Salvo algunas excepciones, los actosfueron realmentep ublicos, pod ³an asistir todas laspersonasque desearan hacerlo, ya quelosj ovenes deb ³an mostrar a losojos detodo el mundo los avances que hab ³an adquirido durante su estancia en dicha instituci on. Los estudiantes que hab ³an demostrado un excelente desempe~no eran premiados, cotidianamente mediante una dotaci on de libros que

6 54 ContactoS 37, 49{59 (2000) eran utiles para sus cursos. Gracias a que en algunas ocasiones los discursos pronunciados por lasautoridades, los profesores y los alumnos en los Actos p ublicos fueron publicados en peri odicos, revistas o ediciones especiales, se tienen algunos registros de los libros de ciencias, historia y literatura que circulaban en el Colegio, algunos de ellos usados como libros de texto. En adelante se hace referencia a la trayectoria que tuvieron los cursos de f ³sica y mec anica de 1792 a 1867, tomando en consideraci on la creaci on de nuevos cursos y su importancia, los nombres de los profesores, libros de texto y con ictos que se presentaron por los frecuentes cambios quesufrieron los nombres de las c atedras de mec anica. El primer curso de f ³sica del Colegio de Miner ³a se imparti o dentro de un contexto rigurosamente matem atico, con problemas y experimentos cuidadosamente elaborados por el espa~nol Francisco Antonio Bataller, quien a petici on del director Fausto de Elhuyar, lo vincul o con las t ecnicas, los m etodos, las m aquinas y los instrumentos utilizados en el sector minero. Varios delosproblemas queseresolv ³an en clase eran planteados en funci on de los problemas a los que se enfrentaban los mineros durante su actividad. No obstante el curso de f ³sica experimental estuvo dirigido a ense~nar est atica, din amica, hidrost atica, propiedades de los cuerpos, hidr aulica y aerometr ³a; Bataller, y en general todos los profesores, presentaron inter es por introducir aspectos novedosos e interesantes de otras areas de la f ³sica como las propiedades generales del cal orico, la optica, la electricidad, el magnetismo y la astronom ³a. La meteorolog ³a y la geograf ³a tambi en llegaron a aparecer como parte del temario de la clase f ³sica (Ramos L., 1994, pp ). Bataller muri o en 1800 sin terminar de escribir todos los Tratados que formaban parte de su libro Principios de f ³sica matem atica y experimental. Dej o terminados y en manuscrito 4 de ellos. El primero se re ere a las propiedades de los cuerpos. El segundo, a la mec anica de los s olidos. El tercero, a la hidrodin amica o naturaleza delos uidos y desus movimientos. El cuarto, a la optica. 8 En los ultimos a~nos del siglo XVIII y los primeros del XIX, Elhuyar se enfrent o al deceso de algunos de sus catedr aticos y a la imposibilidad de contratar otros europeos. Tuvo que aceptar y preparar a los mismosegresados del Colegio para impartir las 8 F. A. B ataller, P r in cip ios d e f ³sica m atem atica y ex p er i- m en tal, T r atad o, I, II, III, IV, MS 1511, 1512, 1513 y 1514 d el FRB N. materias. Los libros de texto que se redactaron, pocasvecestuvieron continuidad con los cambiosde los profesores. En particular, el libro de Bataller muri o con el, pues los siguientes catedr aticos pre rieron incorporar los librosde texto escritosen Europa. Por ejemplo, el siguiente profesor de f ³sica, Salvador Sein utiliz o el cl asico libro de texto franc es Tratado elemental o principios de f ³sica (reci en traducido al idioma espa~nol), escrito por C. Brisson. Este libro, adem as de estudiar la tradicional mec anica newtoniana, inclu ³a temas como la luz, el fuego, la astronom ³a, la electricidad, el magnetismo y la sicoqu ³mica. 9 Aunque el libro no se especializaba en la miner ³a, fue utilizado durante varias d ecadas como libro de texto. Por razonesdesconocidas, pocosa~nosdespu es, Sein, al igual que Luis Lindner (catedr atico de qu ³mica) enfermaron y se les diagnostic o, demencia. 10 La c atedra fue ocupada por el egresado del Colegio y catedr atico dematem aticasjuan Jos ede Oteiza, quien enferm o en 1809, por lo que se hizo cargo de la clase el egresado y, tambi en, profesor dematem aticas Manuel Ruiz de Tejada. 11 Aunque Ruiz de Tejada lleg o a ocupar otros puestos fuera del Colegio (como ensayador de la Casa de Moneda y diputado por mencionar algunos) se mantuvo como el catedr atico o cial hasta la fecha de su muerte, acaecida en Ruiz de Tejada dej o de existir el mismo a~no que la instituci on perdi o de nitivamente su car acter de Colegio deminas (Ram ³rez, 1889). Su c atedra def ³sica experimental fue sustituida por otras diferentes, con temas de mayor actualidad. En 1833, los cursos de matem aticas, f ³sica, qu ³mica y mineralog ³a dejaron de ser los unicos cursos de car acter cient ³ co, aunque temporalmente, y demanera permanente a partir de 1843, con la promulgaci on de un nuevo proyecto educativo. En este se introdujeron los estudios preparatorios para las cuatro carreras existentes: abogac ³a, eclesi astica, medicina y ciencias naturales. Esta ultima quedaba a cargo del Colegio, por ello el inter es de transformarlo en Instituto de Ciencias Naturales (V azquez de Kanauth, 1970, p. 28). Con este cambio se incorpor o una gran diversidad de materias, incluyendo tanto de ciencias exactas y ciencias de la tierra como decienciasnaturales (zoolog ³a y bot anica por ejemplo). Una nueva c atedra de f ³sica se incluy o, la de 9 C. B r isson, T r atad o elem en tal o P r in cip ios d e F ³sica, T r a- d u cid o al castellan o p or J u li an A n ton io Rod r ³gu ez, Im p r en - ta d e la A d m in istr aci on d el Real A r b itr o d e B en e cien cia, Mad r id, B ib lioteca Lafr agu a d e la U n iv er sid ad d e P u e- b la, N o al A H P M, M.L. 98. B. Diar io d e las Lab or es d el T r ib u n al d e Min er ³a, A H P M, 1810 I 149. A d em as A H P M, 1810 II 150.

7 La mec anica cl asica y su ense~nanza en el Colegio de Miner ³a. Mar ³a de la Paz Ramos Lara. 55 mec anica aplicada a la miner ³a, impartida por el ingeniero Antonio del Castillo (despu es fundador del Instituto Geol ogico Nacional). 12 No se consideraba tan importante como la de f ³sica experimental, pues el salario que recib ³a Del Castillo por impartirla, s olo representaba la mitad del sueldo que se les pagaba a los que impart ³an los cursos b asicos. Esta nueva c atedra tuvo algunos inconvenientes ya que su contenido se estudiaba tanto en la de f ³sica como en la de mineralog ³a, por lo que en repetidas ocasiones el director sugiri o que no se ense~nara super cialmente sino de manera profunda. 13 Con el paso de los a~nos, se plante o la necesidad de contar con una escuela de minas, pero que tuviera sus instalaciones en los reales de minas. El ingeniero Antonio del Castillo (que entonces era diputado) propuso en 1851 la creaci on de la Escuela Pr actica de Minas para fortalecer la formaci on pr actica de los alumnos. La idea original era que esta escuela se fuera rolando en las diversas zonas mineras del pa ³s. La Escuela se fund o en 1853 y qued o a su cargo MiguelVel azquez dele on. Para evitar confusiones entre la clase de f ³sica experimental y la de mec anica aplicada se decidi o trasladar esta ultima a Fresnillo, Zacatecas, donde se ubicaba la instituci on. Al poco tiempo, se consider o necesario seguir contando con una c atedra de mec anica en el Colegio, por lo que secontrat o a Pr ospero Goyzueta para impartir en el Colegio la clase de mec anica racional e industrial (Ram ³rez, 1890, p. 359). De acuerdo a datos obtenidos en el Archivo General de la Naci on y en el Archivo Hist orico del Palacio de Miner ³a, no queda claro si el curso de f ³sica experimental y los de mec anica se llegaron a impartir de manera simult anea, como se puede observar al comparar la informaci on expuesta en los cuadros 1 y 2. En el cuadro 1 se muestra el n umero de alumnos que presentaron ex amenes de las c atedras de f ³sica y de mec anica en diversos a~nos. En el cuadro 2 se muestran datos sobre las materias de f ³sica, nombresde los profesoresy algunost ³tulos deloslibros de texto, localizados en diversos a~nos. Como informaci on adicional, se presenta en el cuadro 3 los t ³tulos y autores de los libros de f ³sica que se regalaron en los actos p ublicos que se llevaron a cabo en 1830, 1848, 1859 y Duranteel siglo XIXno hubo acuerdo con el nombre de las c atedras de mec anica. Algunos de los t ³tulos que se utilizaron hasta 1867 fueron: mec anica aplicada a las minas y mineralog ³a, mec anica, mec anica racional, mec anica racional e industrial, mec anica racional y aplicada. A un en la Escuela de Ingenieros cambi o el nombre a mec anica anal ³tica y 12 A GN, v ol. 37, J u sticia e In str u cci on P u b lica A GN, v ol. 38, J u sticia e In str u cci on P u b lica aplicada, mec anica industrial, mec anica aplicada, etc. De hecho, el no poseer t ³tulos rigurosos cre o un con icto entre los profesores, en el cual tuvo que intervenir hasta el Presidente de la Rep ublica para resolverlo. Aparentemente el problema estuvo en que en 1857, por una reforma, se lecambi o el nombre a la c atedra de \mec anica aplicada a la miner ³a" por \mec anica racional" y, Del Castillo, por dar las c atedras de geolog ³a y mineralog ³a dej o como sustituto a Miguel Bustamante, sin haber dado aviso al Colegio. El problema aument o cuando el Supremo Gobierno destituy o a Miguel Bustamante como interno y de otros cargos que ten ³a en el Colegio, nombrando catedr atico de mec anica racional e industrial a Juan Barquera, mientras Mauricio Arriaga estaba en Fresnillo como profesor interino de la otra c atedra de mec anica. El 10 de septiembre de 1858 Del Castillo pidi o queseledevolviera la c atedra que impart ³a Pr ospero Goyzueta y, selecontest o que la quelecorrespond ³a era la de Fresnillo, Del Castillo respondi o con el argumento de que la ley que cre o la Escuela Pr actica el 17 de agosto de 1853 no explicitaba que en esta escuela se iba a ense~nar mec anica aplicada a la miner ³a, y que el curso se imparti o al igual que el de geolog ³a por una disposici on extraordinaria. Por otra parte, insist ³a en que la creaci on dela clase de mec anica racional no fue legal ya que no se cre o por ley sino por \providencia directiva". Adem as, reiter o que durante 10 a~nos el contenido de su curso de mec anica racional e industrial era el mismo queel del libro titulado Mecanique Industrielle, del franc es Faireze, estando como testigos los alumnos a quienes les hab ³a ense~nado lo que se re ere a las m aquinas que se usaban en la miner ³a, como un caso particular de la industria. 14 Ante esta situaci on, el director Vel azquez de Le on expuso el problema al Presidente de la Rep ublica para que el mismo le diera soluci on y, le coment o, que tomara en cuenta que el profesor Del Castillo impart ³a la c atedra de mineralog ³a en el Colegio. El Presidente interino decidi o que la c atedra le correspond ³a a Del Castillo (Ram ³rez, 1890, p. 383). 15 A nes de 1858 se estableci o la clase de mec anica racional eindustrialcon un sueldo de1200 pesosanuales. Tambi en se contrat o, por primera vez, un preparador de f ³sica y qu ³mica (hoy laboratorista). Este ten ³a la obligaci on de preparar y ejecutar las experienciasde las clases de f ³sica y qu ³mica. Fung ³a como sustituto de los profesores de estas clases en ca- 14 E n este d eb ate h ay con fu si on, p u es los d atos ob ten id os d el A r ch iv o Gen er al d e la N aci on d i er en d e los q u e m en - cion a S an tiago Ram ³r ez. A GN, v ol. 71, J u sticia e In str u c- ci on P u b lica, ; A GN v ol. 72, J u sticia e In str u c- ci on P u b lica, A GN, v ol. 71, J u sticia e In str u cci on P u b lica,

8 56 ContactoS 37, 49{59 (2000) C ua dro 1. N ume ro de a lumno s q ue pre se nta ro n e x a me n A~no Clase de f ³sica Clase de mec anica so de ser necesario y, se le pagaba 1200 pesos anuales. 16 A un con las medidas establecidas, el problema no se resolvi o por completo. El 29 de enero de 1859, el profesor Antonio del Castillo insisti o nuevamente que se le devolviera la c atedra de mec anica racional e industrial. El director Joaqu ³n Vel azquez de Le on reuni o a Del Castillo, Barquera y Goyzueta para de nir la situaci on. En esta reuni on se decidi o que Del Castillo se quedar ³a con la c atedra de geolog ³a, con un salario de 2000 pesos anuales; Goyzueta con la c atedra de mineralog ³a, con un sueldo de 1300 pesos anuales y; Barquera con la c atedra de mec anica, con un sueldo de 1200 pesos anuales. 17 De esta manera el 3 de febrero se inaugur o el curso especial de mec anica racional e industrial creado ahora s ³ por el art ³culo 2do. de la ley del 20 de diciembre, bajo la direcci on del profesor Juan C. Barquera. Los desacuerdos que se presentaron respecto a los nombres de los cursos de mec anica, tambi en los hubo respecto a los temas que deb ³an impartir. El siglo XIX termin o con numerosos debates sobre el contenido de los cursos de mec anica. Se dec ³a que la parte te orica deb ³a impartirse en la c atedra de 16 A GN, J u sticia e In str u cci on P u b lica, v ol. 72, fs A GN, v ol. 72, J u sticia e In str u cci on P u b lica, , fo f ³sica experimental, mientras que los conocimientos pr acticos en la de mec anica aplicada. Otros opinaban que el curso de mec anica deb ³a contener una secci on de teor ³a, pero peque~na, para servir como repaso de lo que se hab ³a visto en el curso de f ³sica. Otros m as, prefer ³an dos cursos de mec anica distintos, uno s olo para la teor ³a y otro para las aplicaciones. En general, las discusiones giraron alrededor de la pregunta: >cu anto tiempo dedicar a la secci on te orica y cu anto a la secci on pr actica? Desafortunadamente no se han localizado libros, apuntes o pr acticas que pudieran darnos una idea delcontenido de los cursos. Lo cierto es que las m aquinas y la mec anica tuvieron un v ³nculo cercano durante el periodo decimon onico. Para terminar, resulta importante mencionar que a pesar de las crisis econ omicas y las divisiones pol ³ticasa lasque frecuentementeseenfrent o el Colegio, la ense~nanza cient ³ ca continu o fortaleci endose de acuerdo a las necesidades del pa ³s. Al interior del Colegio prevaleci o un esp ³ritu de superaci on acad emica. Las autoridades y catedr aticos se preocuparon por aumentar el n umero de cursos de car acter cient ³ co, actualizar los libros de texto y los programas de las materias, crear nuevos planes de estudio para profesiones, etc etera. Quiz as el deseo de continuar a la vanguardia de lo que se ense~naba en otros pa ³ses, la fuerza interna de los profesores por continuar adelante, la fe en que la cien-

9 La mec anica cl asica y su ense~nanza en el Colegio de Miner ³a. Mar ³a de la Paz Ramos Lara. 57 C ua dro 2. D a to s de lo s c urso s de f ³sic a ( ) A~no T ³tulo de la materia Nombre del profesor Libros de texto F ³sica experimental Francisco Antonio Bataller Bails, Nollet, Sigaud de la Fond, Newton, etc. y de Francisco A. Bataller, Principios de F ³sica matem atica y experimental, 4 tomos F ³sica experimental Salvador Sein Brisson F ³sica experimental Juan Jos e de Oteyza Brisson y F ³sica experimental Manuel Ruiz de Tejada Brisson y Bails Arquitectura Hidr aulica de Prony F ³sica experimental Joaqu ³n Vel azquez de Le on Poisson, Pouillet, Biot, Lavit y Progni Mec anica aplicada a Antonio del Castillo Faireze, Mecanique Industrielle las minas 1845 F ³sica Manuel Ruiz de Tejada Mec anica racional Juan Cecilio Barquera e industrial Miguel Bustamante Pr ospero Goyzueta Mec anica racional Juan Cecilio Barquera e industrial 1860 F ³sica Manuel Ruiz de Tejada Mec anica racional e Juan Cecilio Barquera industrial Mec anica aplicada Diego Velazquez de la Bresse, Jariez y apuntes a la miner ³a Cadena del profesor 1861 Mec anica Miguel Bustamante 1863 Mec anica racional e Joaqu ³n Vel azquez de Le on y industrial Goyzueta (interino) Tambi en Manuel Rivera como interino Preparador de f ³sica Juan Ter an 1865 F ³sica experimental Pr ospero Goyzueta (interino) Pouillet Mec anica racional e Manuel Rivera (interino) Boucharlat y Jairez industrial 1866 Mec anica racional e Carlos Romero industrial (antes Barquera)

10 58 ContactoS 37, 49{59 (2000) C ua dro 3. Libro s de f ³sic a q ue se o to rg a ro n c o mo pre mio s a lo s me jo re s e studia nte s de l C o le g io A~no T ³tulo del libro y autor C atedra 1830 La f ³sica de Biot 1845 No aparecen libros de f ³sica en las listas 1848 Tratado de f ³sica de Boucharlat 2da. clase de matem aticas Elementos de est atica de Poinsot Tratado de f ³sica por Peyr e Geograf ³a Tratado de f ³sica por Lam e F ³sica y delineaci on Curso de f ³sica de Pouillet Dibujo 1859 F ³sica de Pouillet Zoolog ³a, 1a. clase de matem aticas, delineaci on, ingl es Tratado de los motores de Courtois Mec anica racional y aplicada, bot anica y alem an Constructor de m aquinas de vapor de Olivier Mec anica racional y aplicada An alisis de mec anica racional de Vieille Medida de las aguas corrientes de Boileau F ³sica de Despretz Alem an 1865 Aplicaci on de la mec anica de Ta e Dibujo Experiencias hidr aulicas de Poncelet y Lesbros Mec anica racional e industrial Mec anica anal ³tica de Lagrange Tratado de motores de Courtois Movimiento de las aguas de Lestros Movimiento de las aguas de Girard Mec anica anal ³tica de Duhamel Lecciones de mec anica de Navier Experiencias hidr aulicas de Lestros Tratado de f ³sica de Pouillet Movimiento de las aguas de Girard F ³sica Tratado de motores de Courtois Tratado de calor de Peclet Qu ³mica Observaciones f ³sicas y astron omicas de Biot Astronom ³a pr actica Rotaci on de los cuerpos de Poinsot

11 La mec anica cl asica y su ense~nanza en el Colegio de Miner ³a. Mar ³a de la Paz Ramos Lara. 59 cia ayudar ³a a resolver cualquier tipo de problemas y, la esperanza de ingresar a la modernizaci on al t ermino de la guerra, estimul o a losmiembros del Colegio para mejorar la ense~nanza de la ciencia, incluyendo la de la f ³sica. Comentarios nales Al transformarse el Colegio de Miner ³a en Escuela de Ingenierossu estructura cambi o. Secrearon nuevas profesiones, como la de ingeniero mec anico e ingeniero civil, con ello nuevas c atedras. Poco a poco, la ense~nanza de la f ³sica se abri o hacia otros campos, especialmente los vinculados con el sector industrial, como la termodin amica y la electricidad. La f ³sica, al igual que las matem aticas, se convirtieron en disciplinas fundamentales no s olo en el Colegio de Miner ³a y la Escuela de Ingenieros, sino en general, en todas las escuelas, incluyendo las de estudios preparatorios, de agricultura, de medicina, y tambi en las escuelas de car acter artesanal. Agradecimientos. Deseo expresar mi agradecimiento a Gerardo Torres y Adri an Canales por la revisi on del trabajo y por sus valiososcomentarios y sugerencias que mejoraron el mismo. De igual manera, quiero agradecer a los arbitros de Contactos sus acertadas observaciones y recomendaciones. Bibliograf ³a 1. Braudel, F., El Mediterr aneo y el mundo mediterr aneo en la epoca de Felipe II, Fondo de Cultura Econ omica, M exico, D ³az y de Ovando, C., Anuarios del Colegio Nacional de Miner ³a 1845, 1848, 1859, Edici on facsimilar, Universidad Nacional Aut onoma de M exico, M exico, D ³azy deovando, C., Los veneros de la ciencia mexicana, Facultad deingenier ³a, UNAM, Izquierdo, J. J., La primera casa de las ciencias enm exico elrealseminario de Miner ³a ( ), Ediciones Ciencias, M exico, G omez Navas, L., Pol ³tica educativa de M exico, Editorial Patria S. A., M exico, Herrera S anchez, G., \La Ingenier ³a en tiempo de la Revoluci on", en Ingenieros en la Independencia y la Revoluci on, Sociedad de exalumnos de la Facultad de Ingenier ³a de la UNAM, M exico, Moles, A., Ruiz de Esparza, J., Hirsh, E., Puebla, M. La ense~nanza de la ingenier ³a mexicana , Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingenier ³a de la Universidad Nacional Aut onoma de M exico, M exico, Ram ³rez, S., Datos para la historia del Colegio de Miner ³a, Ediciones de la Sociedad \A Alzate", M exico, Ram ³rez, S., Biograf ³a delse~nord. ManuelRuiz de Tejada, Imprenta del gobierno federal en el exarzobispado, Ramos Lara, M. P., \La Nueva F ³sica y su relaci on con la actividad minera en la Nueva Espa~na", en Los or ³genes de la ciencia nacional, Cuadernos de Quipu 4, Editor Juan Jos e Salda~na, Sociedad Latinoamericana dehistoria de la Ciencias y las Tecnolog ³a, Facultad de Filosof ³a y Letras, UNAM, 1992, pp Ramos Lara, M. P., \Ense~nanza de la f ³sica en M exico en el siglo XVIII. El proceso de institucionalizaci on", Revista Mexicana de f ³sica, 45 (2) , abril Ramos Lara, M. P., \Historia de la ingenier ³a en M exico: Del Colegio de Miner ³a a la Escuela Nacional de Ingenieros"Revista Quipu. En prensa. 12. Ramos Lara, M. P., Difusi on e institucionalizaci on de la mec anica newtoniana en M exico enelsiglo XVIII, Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnolog ³a, A. C., Universidad Aut onoma de Puebla, Saladino Garc ³a, A., Dos cient ³ cos de la Ilustraci on Hispanoamericana: J. A. Alzate, F. J. de Caldas, Universidad Nacional Aut onoma de M exico, M exico, Salda~na, J. J., \La Ciencia y el Leviat an Mexicano", en Actas de la Sociedad Mexicana de la Historia de la Ciencia y de la Tecnolog ³a, vol. 1 (1989), pp Salda~na, J. J., \Science et pouvoir au XIXe si ecle. La France et le Mexique en Perspective", en Science and Empires, P. Petitjean et al. (eds.), Kluwer Academic Publishers. Printed in the Netherlands, 1992, pp V azquez de Kanauth, J., Nacionalismo y educaci on en M exico, El Colegio de M exico, cs