De la conexión de las máquinas a la sociedad conectada

Transcripción

1 De la conexión de las máquinas a la sociedad conectada Manuel España

2 2 A día de hoy se habla mucho de M2M (Machine to Machine), todo es Smart y la sociedad está permanentemente conectada. Sin embargo, en muchas ocasiones nos olvidamos de cuáles son las implicaciones profesionales y tecnológicas que dan soporte a esta ya habitual forma de entender nuestro mundo. No hace mucho tiempo, en los primeros años del nuevo siglo, la Movilidad se convirtió en el principio de esta nueva realidad, en la que la distancia o las barreras físicas ya no son obstáculo para conectar al individuo poseedor de un dispositivo móvil con su realidad profesional o personal, a través de aplicaciones ad hoc. Desde entonces hemos atravesado las diferentes fases de evolución que experimenta cualquier avance tecnológico cuando se enfrenta a la realidad del día a día: Deslumbramiento: todos admiraban la tecnología y cualquier aplicación o solución funcional, del tipo que fuera y con la función que tuviera, debía movilizarse. Coherencia: cuando el mercado se inundó de soluciones móviles para todo, y el usuario pudo elegir entre aplicaciones similares y entendió su sentido, comenzó a pensar que sólo aquello que tenía sentido en movilidad (por la distancia, la complejidad o la urgencia), debía ser móvil. Muchas pequeñas empresas que se lanzaron al hilo del boom de la movilidad, quebraron en este punto. Eficiencia: la convivencia con la tecnología y las aplicaciones demostró que, aún aportando en muchos casos ventajas, no siempre garantizaban la reducción de costes o incrementos de ingresos que justificaran su desarrollo (por eficiencias frente al mercado, principalmente). De tal forma, se ha alcanzado el paradigma final, en el que sólo debe ser móvil aquello que reporte beneficios por el hecho de serlo y además sufrague el cambio tecnológico. Esta etapa ha dado lugar a un nuevo escenario, más realista y competitivo, en el que la tecnología está a disposición del negocio y no al revés. De la misma manera, y al hilo de las estimaciones y valoraciones presentadas por los analistas más prestigiosos del mercado, la tecnología M2M ha revolucionado la forma en la que entendíamos tradicionalmente algunos negocios. Buscando paralelismos con el efecto que tuvo aquella primera explosión de la movilidad hace diez años, encontramos dos elementos muy diferenciadores y uno que los alinea plenamente: La volumetría: las primeras aplicaciones de M2M las encontramos en dos sectores del mercado masivo: fleet management y smart metering. Así, la primera gran diferencia, la tenemos en el volumen de dispositivos, pasando de miles a cientos de miles o incluso millones. El interfaz humano: el nivel de automatización de los procesos así como el perfeccionamiento de los dispositivos ha permitido un funcionamiento 100% desatendido, verdadero eje diferenciador entre el mundo de la movilidad y el del M2M.

3 3 Las killer applications: Con la llegada de una nueva tecnología, la tentación inmediata es el desarrollo de una solución o aplicación tecnológica que, por su diferenciación o respuesta a una necesidad de mercado, consiga un nivel de penetración comparativamente más alto y en tiempo record, permitiendo copar el mercado a quien la lance.. En ambos escenarios, y después de la euforia inicial, debemos concluir que tales aplicaciones no han existido, si bien fueron y son, motor del desarrollo tecnológico y de negocio. En este contexto son muchas las compañías, sobre todo industriales, que se están lanzando a desarrollar o sustituir procesos completos de su actividad, por soluciones basadas en M2M. Y lo hacen frecuentemente pensando en la automatización de procesos, la optimización de costes laborales y el incremento de la conectividad entre los distintos vértices de su organización. Y no es hasta un tiempo después de tener lanzados los procesos sobre las nuevas tecnologías, cuando empiezan a ver una realidad absoluta. Los beneficios prometidos se obtienen sobradamente, pero los modelos de gestión deben cambiar con la tecnología. Estas compañías se encuentran con procesos, en general, mucho más controlables, mejor gestionados y, en general, más eficientes. En ellos, cada dispositivo se convierte en un nuevo jugador de la cadena y, debido a los grandes volúmenes mencionados previamente, requiere de un servicio de gestión remota con un nivel de detalle superior al previsto inicialmente. Llegados a este punto, la compañía tiene procesos en los que los dispositivos son clave y en los que debe garantizar que éstos están up&running (especialmente en aquellos que controlan parámetros de actividades de misión crítica). La arquitectura, los ratios de negocio, el control operacional todos siguen ahí. Pero ahora ha aparecido la necesidad de gestionar los dispositivos, por encima de la necesidad de controlar el proceso. En el mundo empresarial actual, con aumentos exponenciales de las capacidades de las redes de telecomunicaciones, con la caída libre de los precios de los sensores, en línea con el aumento de la variedad y especialización de los mismos y la industrialización en la producción de dispositivos ad hoc, existe una heterogeneidad inimaginable de dispositivos con incremento de la complejidad. En este entorno proliferan las entidades y asociaciones que promueven la estandarización de protocolos a nivel sectorial e industrial, las compañías de integración y los acuerdos de servicios entre terceros de todo tipo, fusiones de compañías incluidas. Este tipo de avances favorecen enormemente la existencia de un entorno competitivo en el que la oferta final aumenta, presentando infinitas combinaciones de tecnologías, enfoques y ofertas comerciales. La diferenciación y adecuación a las necesidades y el negocio concreto y específico de cada compañía son máximas, lo que conlleva igualmente un aumento de la complejidad en la gestión. Por otro lado, los fabricantes de dispositivos exploran de forma habitual todos los ámbitos empresariales en los que la tecnología M2M pueda tener cabida. Hasta el punto de que las propias compañías de telecomunicaciones, cuando organizan sus departamentos de M2M,

4 4 llegan a definir entre 5 y 9 sectores verticales distintos, influidos en parte por las extraordinarias perspectivas que marcan los analistas para este mercado. Y aunque básicamente M2M se utiliza para medir y/o ejecutar comandos/acciones remotos, los ámbitos de actuación son tan amplios que hoy existen servicios en todos los rangos de criticidad, en la mayoría de sectores empresariales y sobre dispositivos que van desde sensores que miden un único parámetro, a dispositivos de múltiples funciones, con capacidad de actuación desde un 100% automático a un 100% dependiente de un tercero y partícipes de regulaciones legales y certificaciones de todo tipo. Obviamente, la combinación de todos estos factores nos da un escenario de enorme entropía e incertidumbre. Un caldo de cultivo extraordinario para la creatividad y los avances científicos y tecnológicos. Además, las grandes corporaciones, aquellas que están gestionando millones de dispositivos sobre la tecnología M2M, suelen utilizar más de un proveedor para minimizar los riesgos tecnológicos y ajustar los costes, lo que, una vez más, hace aumentar el parámetro de la complejidad. A estas alturas, empezamos a vislumbrar que las soluciones anteriores para la gestión de redes se empiezan a quedar cortas o más bien obsoletas, faltas de contenido para una función nueva en la que ya no sólo transitan datos, para una realidad de elementos que no sólo están ahí cumpliendo una función a nivel del negocio, sino que son parte intrínseca de la arquitectura empresarial. Y es justo ahí, en esa zona de carencia de industrialización tecnológica, donde compañías como NEORIS, se han posicionado para agregar valor a sus clientes y resolver esa falta de cobertura. NEORIS aporta una combinación perfecta entre un ADN industrial, el conocimiento del mercado de las telecomunicaciones y la sensibilidad comercial para con estos clientes y su nueva realidad. La plataforma NEO-M2M, desarrollada por NEORIS, viene a cubrir esa capa de gestión remota de la red de elementos M2M, como elemento único integrador y supervisor, de sencillos puntos de control, en unos casos, o de complejas subredes o plataformas propietarias de alguno de los proveedores de elementos, en otros. El éxito de la plataforma y su marcada diferenciación respecto a otras líneas de trabajo de la competencia radica en el entendimiento de que las compañías clientes buscan, o más bien anhelan, la simplificación de los modelos de gestión, la automatización masiva de las acciones de chequeo, revisión y autodescubrimiento, en el sobrentendido de que la red IP está por encima de la capa de transporte, independizando el seguimiento de si se trata de redes fijas o móviles. Las compañías conectan estos elementos a los puntos de acceso más cercanos o más apropiados, dependiendo del tipo de elemento del que se trate, de la función que desempeñe y de la arquitectura de telecomunicaciones disponible.

5 5 Y son muy sensibles a la sencillez y simplificación de los modelos de gestión, ya que acarrean un track record en el que están habituados a separar la gestión por distintos servicios, ante la heterogeneidad que proveedores, tecnologías y procesos, les presentaban hasta ahora. La clave para avanzar en el desarrollo de M2M sin impactar al negocio, ni en plazos ni en calidad del servicio, es contar con una plataforma que tenga la facilidad de integrarse en varias operadoras de telecomunicaciones, independientemente de la variedad o calidad del acceso, que permita posicionarse como capa de gestión de elementos o capa de gestión de gestores, que de un solo vistazo pueda presentar el estado de la estructura de elementos y, por tanto, del estado real de la plataforma de negocio. Y siempre los plazos son determinantes cuando hablamos de tecnología, especialmente en aquellos sectores, como el eléctrico en el mercado europeo, que se ven afectados por regulación, con plazos restringidos. No basta con seleccionar proveedores con roadmaps creíbles de productos y plataformas, o pilotos alentadores. Una vez lanzado el proceso sobre M2M, la tecnología debe funcionar con precisión, o sólo por la simple volumetría de elementos, los sistemas de backend se verán aplastados ante la avalancha de eventos generados. Sin duda, M2M llega a un mercado que estaba necesitado de esta tecnología. Las ventajas que aporta desde un punto de vista meramente industrial, son enormes. Las capacidades de integración, interacción y control, también. Como todos los avances, también ofrece importantes desafíos. Quizá M2M no haga variar el liderazgo de mercado en aquellos sectores en los que se implante, quizá no determine un cambio radical en las funciones primarias de los procesos y quizá el efecto de su integración, andando el camino, no sea tan diferencial como estimamos hoy. Pero es indiscutible que las compañías que tengan éxito en su implantación, serán aquellas que se centren, no sólo en los procesos de negocio en donde implementen M2M, sino especialmente en la capacidad de gestión de los mismos y en todos los procesos relacionados, desde las áreas de Operaciones a los modelos logísticos, pasando por los mecanismos de soporte. Hoy somos conscientes de esta realidad porque hemos seguido distintos casos de aplicación en varios sectores verticales mencionados anteriormente, en los que la implantación adelantó, por velocidad, a la capacidad de gestión y experimentamos cómo este fenómeno estuvo a punto de colapsar el negocio. Si en cualquier negocio es imprescindible proyectar adecuadamente la implantación de un proceso o de una tecnología sobre un proceso, lo es mucho más cuando manejamos grandes volúmenes y la tecnología está en plena efervescencia. Y es aquí donde M2M enlaza con la sociedad civil. Y no sólo por la proliferación de los smartphones, impulsores de M2M en sí mismos, con apps completamente automatizadas y que hacen la vida mucho más fácil y agradable al ciudadano. Sino porque éste es parte de un ente mayor y también vive entre las máquinas. Parece un hecho más que evidente que en un futuro mucho más cercano de lo que imaginamos, todos los automóviles (y podríamos decir que casi todos los vehículos a motor) contendrán una tarjeta SIM y una centralita asociada, con un buen número de funciones que se convertirán en básicas para el ciudadano.

6 6 Y no sólo desde el punto de vista de la seguridad o de la calidad de servicio, sino también de la educación y del entretenimiento. En este sentido, si bien su difusión no está siendo tan explosiva como se esperaba, el vehículo eléctrico es hoy ya una realidad. Su dimensión va mucho más allá, porque actúa como ente integrador entre dos subredes de M2M, la smartgrid energética y la gestión logística del transporte de pasajeros. Estos vehículos eléctricos son, por un lado, elementos de transporte para el ciudadano, pero también reservas energéticas y grandes consumidores de energía. La eficiencia energética no sólo habla de ahorro de costes o de mejor y más ecuánime reparto de capacidades, sino que además presenta un debate abierto sobre la sostenibilidad de los negocios, de las formas de vida de los ciudadanos y de la directa sostenibilidad del planeta. Si hablamos de cómo se conectan las redes de telecomunicaciones y la sociedad humana a la red energética, no menos importante es el efecto que van a tener los hogares en esta integración, dando lugar al concepto de smarthome. Aquí, ese primer avance que supuso la domótica, especialmente cuando se convirtió en móvil al permitir su gestión remota a nivel residencial, parece apenas nada comparada con el futuro que pintan las industrias involucradas en su definición. No sólo porque muchos de los servicios que dependen de sensores o interruptores podrán ser automatizados o gestionados remotamente, sino porque la capacidad para la gestión de estados de muchos hogares a la vez, pintará un nuevo escenario a nivel de eficiencia energética y servicio al cliente residencial. Pero sobre todo provocará un conocimiento universal mucho más rico del ciudadano como ente social. Y sin interés en representar de forma exhaustiva todos los avances y servicios posibles, no se puede dejar de hacer mención del concepto de ehealth. Los seres humanos, como cualquier otra máquina de este mapa futuro, cual máquinas biónicas, tendremos nuestros propios sensores de control para garantizar una respuesta inmediata en causa de alarma sanitaria. Pero también un mayor confort y ahorro de costes, no teniendo que desplazarse a un centro médico para revisiones periódicas que puedan ser realizadas de forma remota. Aquí podríamos volver a enlazar con otras subredes, uniendo la subred de sanidad con la de transporte de pasajeros y dejar volar la imaginación sobre cómo podrían interactuar los sensores del vehículo con los sensores de ehealth del conductor en caso de accidente o de alarma sanitaria del conductor. Sin duda, no estamos más que viendo la infinitésima parte de la evolución de estos sectores, que no son nuevos: lo nuevo es la forma de interactuar con el ciudadano y entre los propios servicios.

7 7 Finalmente, parece claro que el siguiente concepto a desarrollar es el de una Telegestión Global, el Gran Hermano de la Telegestión. Cada una de las subredes tendrá su propio desarrollo y llegará un momento en el que el mayor desafío no será ya el incremento de la complejidad, como se reflejó previamente, sino el puro aplastamiento técnico ante los eventos generados por todos estos dispositivos, en una relación de infinito a infinito. Y, como si de un modelo de anillos concéntricos se tratara, aquí enlazaremos con nuevas tecnologías como Big Data, absolutamente imprescindibles para esta nueva realidad. La capacidad de almacenamiento pero, sobre todo, la capacidad de proceso, resultarán cruciales para hacer un aprovechamiento óptimo de todos estos avances y traernos de regreso, no sólo un grupo más o menos numeroso de avances tecnológicos sino, en la práctica, una nueva sociedad hiperconectada. NEORIS, como compañía de alta especialización en sistemas de telegestión, está trabajando para este futuro, haciendo gala de su lema visionarios prácticos, con una visión estratégica hacia esta futura realidad y una operación táctica, trabajando sobre y desde los sistemas y tecnologías que tenemos hoy. Manuel España Managing Director NEORIS ESPAÑA Definiciones básicas: M2M: M2M es la tecnología que permite el establecimiento de una comunicación inteligente entre máquinas remotas, de manera eficiente, autónoma y en tiempo real. Estos dispositivos conectados pueden ser de todo tipo: ordenadores personales, robots, electrodomésticos, sensores, etc. En realidad, el concepto M2M se puede aplicar a cualquier cosa a la que se le pueda dotar de la capacidad de transmitir su estado o la información que gestiona. Esta transmisión puede realizarse dentro de una red de comunicación cerrada o bien puede ser accesible desde redes abiertas, como Internet. Smartcity: El concepto de ciudad inteligente tiene que ver con un modelode gestión interconectada y automatizada de diferentes redes de recursos y servicios. Se trata de crear una malla de comunicaciones que permita una gestión eficiente y coordinada de las diferentes infraestructuras que se integran una ciudad: Red de transporte, Servicios Sanitarios, red de suministros energéticos y recursos medioambientales. Telegestión La telegestión permite el control y la gestión remota de redes de dispositivos mediante el uso de estaciones remotas de medición de datos conectadas un software centralizado. Permite interpretar mejor el uso de la red y, por tanto, optimizar el funcionamiento de los equipos.

8 Contacto: NEORIS ESPAÑA Maria de Portugal, 1-3-5, Edificio Madrid España Tel: (34) Fax: (34) De la conexión de las máquinas a la sociedad conectada is a Neoris publication. This material shall not be reproduced or copied in whole or in part without Neoris express consent. Neoris is a business and IT consulting company specialized in value-added consulting, emerging technologies and outsourcing solutions. Headquartered in Miami, Fl. Neoris has operations in the U.S., Europe, Latin America, Africa, and the Middle East. For local office information, please visit us at