Examinar las barreras económicas existentes frente a la introducción

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1 Invierno 2009 LipgeneNoticias El Proyecto Lipgene El proyecto Lipgene ha sido un Proyecto Integrado del Sexto Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la UE. Este proyecto de 5 años de duración dio comienzo en febrero de 2004 y ha terminado recientemente en enero de El proyecto se llevó acabo en 25 centros de 14 países europeos. Su objetivo inicial era analizar y comprender mejor el síndrome metabólico, aportando un enfoque multidisciplinar para lograr un tratamiento y prevención efectivos. Se adoptó una estrategia ciertamente integradora para lograr estos objetivos, distribuyendo el trabajo en seis paquetes diseñados para cubrir las distintas áreas del proyecto. Los principales objetivos del proyecto Lipgene fueron: Dilucidar de que forma la composición de grasas de la dieta interactúa con la variación genética natural humana en el desarrollo del Crear fuentes vegetales alternativas de ácidos grasos poli-insaturados omega-3 de cadena larga (PUFAS por sus siglas en ingles), utilizando genes de algas marinas para producir un aceite de semillas oleaginosas que contenga estos ácidos grasos que como sabemos poseen efectos protectores frente al Establecer los principios de nutrición animal que permitan cambiar la composición de grasas de la leche de vaca por una con menos ácidos grasos saturados, menos ácidos grasos trans y ácidos grasos monosaturados. Investigar el potencial de la carne de ave enriquecida en PUFA omega- 3 como fuente adicional de estos ácidos grasos. Indagar en las preocupaciones y opiniones de los consumidores con respecto al síndrome metabólico, así como sus actitudes respecto a los riesgos y beneficios de la utilización de nuevas tecnologías agroalimentarias para combatir el Examinar las barreras económicas existentes frente a la introducción de nuevas tecnologías agroalimentarias y el coste económico de tratar el síndrome metabólico a través de la dieta comparándolo con un tratamiento farmacéutico. en este número Los objetivos principales del proyecto Lipgene 1 Cuales fueron los objetivos iniciales? 2 6 El impacto del Proyecto Lipgene 6 Socios Lipgene 6 Agradecimientos 6 Para más información sobre el proyecto Lipgene y próximos acontecimientos, visite la página o envíe un a la dirección lipgene@nutrition.org.uk Coincidiendo con el final de este proyecto, se celebró una conferencia de un día en Dublín, Irlanda en Diciembre En esta conferencia investigadores de las áreas de: nutrición humana, biotecnología vegetal, nutrición animal, economía y ciencias de consumo presentaron los resultados obtenidos a lo largo del proyecto. Estos hallazgos y sus implicaciones en el tratamiento del síndrome metabólico se resumen a continuación. 1

2 Lipgene Noticias Invierno 2009 The Lipgene Project Cuales fueron los objetivos iniciales? Año tras año el número de personas clasificadas como obesas en Europa esta creciendo, y esto esta teniendo un impacto serio sobre la salud de la población. La obesidad produce un número de alteraciones metabólicas que pueden afectar de forma negativa a la probabilidad de que un individuo sufra otras enfermedades crónicas durante su vida. Las personas con sobrepeso u obesas tiene más probabilidad de sufrir enfermedad cardiaca, diabetes tipo 2 e hipertensión. Esta concentración de factores de riesgo se denomina Solo en el Reino Unido, se cree que hasta un 25% de la población muestran signos claros de este síndrome, y no hay duda de que lo mismo ocurre en muchos países Europeos. Al menos de que se implementen estrategias de salud efectivas, se espera que la prevalecía del síndrome metabólico siga aumentando, con el incremento de costes en las áreas de salud y asistencia social, para el tratamiento de la afección que esto implica. Se creé que la grasa de la dieta juega un papel fundamental en el desarrollo del síndrome metabólico y las afecciones asociadas. Dietas ricas en ácidos grasos saturados (SFAs por sus siglas en inglés) (típicamente hallados en alimentos que se encuentran en estado sólido a temperatura ambiente, como es la mantequilla) aumentan el riego de que un individuo sufra muchas de las complicaciones asociadas al síndrome metabólico, como es la enfermedad coronaria. Por el contrario se cree que dietas ricas en ácidos grasos insaturados, principalmente ácidos grasos omega-6 (n-6) y omega-3 (n-3), ayudan a disminuir el riesgo de un individuo de sufrir este tipo de complicaciones. Los ácidos grasos de cadena larga omega-3 han recibido mucha atención en los últimos años, gracias a su posible implicación en la reducción de factores de riesgo de algunas enfermedades. Estos ácidos grasos se sintetizan a partir de la conversión del ácido alfa-linoleico (ALNA por sus siglas en inglés) en ácido eicosapentanoico (EPA) y luego en ácido docosahexanoico (DHA). La principal fuente de estos ácidos grasos omega-3 en la dieta, es el pescado graso. Sin embargo los peces como los humanos no pueden sintetizar estos importantes ácidos grasos, sino que los acumulan a partir de su alimentación. Los organismos responsables de la presencia de EPA y DHA en la cadena alimentaría son las algas marinas que están en la parte inferior de esta cadena. Entre los beneficios que actualmente se cree proporcionan el consumo de estos ácidos grasos omega-3 de cadena larga se incluyen: reducción de la presión arterial y de la concentración de triglicéridos en sangre, así como efectos favorables sobre la coagulación sanguínea y efectos antiarrítmicos. La prevención es la primera opción y la de preferencia, en la lucha contra el síndrome metabólico y por supuesto la cura de la afección a través de perdida de peso sostenida y ejercicio físico es la segunda opción, aunque esta goza de mucho menos éxito. En vista de que estos dos escenarios no parece que se vayan a dar con demasiada probabilidad en un futuro cercano, una tercera opción central al proyecto Lipgene, es minimizar algunos de los efectos negativos a través de un cambio en la dieta. Cuando el consorcio Lipgene comenzó a formarse en 2003, algunos datos en humanos y muchos estudios en animales sugerían que los niveles y la composición de grasa de la dieta ejercían un efecto importante sobre uno de los elementos principales del síndrome metabólico, la resistencia a insulina. Por ello los investigadores en Lipgene se plantearon como una tarea principal el llevar a cabo uno de los estudios de intervención en la dieta en humanos de mayor envergadura. En este estudio se propuso el investigar la interacción de los genes con los nutrientes para explicar el porque algunos individuos desarrollan síndrome metabólico y otros no. El proyecto también se planteaba la cuestión de si las nuevas tecnologías pueden permitirnos el modificar los ácidos grasos de la cadena alimentaría, y la exploración de nuevas estrategias de nutrición para la industria avícola y lechera, además de cómo mediante ingeniería genética se podrían enriquecer los cultivos de plantas oleaginosas con genes de algas para sintetizar ácidos grasos omega-3 de cadena larga. En Lipgene también se intentaron predecir posibles tendencias futuras estudiando cuales serian la repercusión económica de cambiar las fuentes de grasas alimentarías en la dieta, así como la percepción de los consumidores sobre el problema del síndrome metabólico, los experimentos genéticos encaminados a optimizar la nutrición y sus actitudes hacia las nuevas tecnologías agroalimentarias. Estudios de Nutrición Humana Mientras, parece claro que los factores de la dieta juegan un papel importante en la aparición del síndrome metabólico, la naturaleza hereditaria de la enfermedad en combinación con las enormes diferencias de prevalecía de la enfermedad en distintos grupos étnicos, y los niveles de concordancia observados entre gemelos monocigotos, son también una indicación de que los genes deben de ser responsables de gran parte de la etiología de la enfermedad. Hasta hace poco las recomendaciones dietéticas para la prevención de la enfermedad han sido hechas desde un enfoque unitario para toda la población. Sin 2

3 Invierno 2009 Lipgene Noticias embargo, en los últimos años la posibilidad de que la genética también estuviera influenciando la respuesta del individuo a la dieta ha adquirido un peso importante. Los investigadores en el área de nutrición humana del proyecto Lipgene se propusieron contribuir de dos formas a la investigación en los campos de la dieta, la genética y el En primer lugar utilizando un estudio de casos y controles prospectivo, dirigido a elucidar la naturaleza de la interacción entre la composición de grasas de la dieta y el desarrollo del síndrome metabólico. En segundo lugar a través de un estudio de intervención en la dieta, intentando determinar la eficacia relativa que podría tener una reducción en el consumo de SFAs, alterando la calidad y reduciendo la cantidad de grasa en la dieta, sobre los factores de riesgo del Para el estudio de casos y controles prospectivo de Lipgene se utilizó una muestra de individuos que habían sido seguidos durante 7 años en un estudio previo (SUVIMAX) de los que se seleccionó una muestra para Lipgene (877 casos con síndrome metabólico y 877 controles equivalentes) para el estudio de la interacción entre la composición de grasas de la dieta y los genes asociados con el riesgo de síndrome metabólico, en la aparición del síndrome. En este estudio se determinaron: las características genéticas (186 genes candidatos y 806 polimorfismos de nucleótido único (SNP por sus siglas en inglés)), la línea base de la composición de la dieta concentrándose en la ingesta de grasa y la línea base de la composición de ácidos grasos en el plasma (un biomarcador de la ingesta de grasas). El estudio demostró que los casos de síndrome metabólico presentaban niveles de PUFAS omega-6 y omega-3 en plasma significativamente menores pero mayores niveles de SFAs, comparado con los controles. Sin embargo, mientras se observó una correlación entre los niveles de SFAs y PUFA omega-6 plasmáticos, y un aumento del riesgo de síndrome metabólico, la presencia de ácidos grasos omega-3 de cadena larga disminuía el riesgo. Como marcadores genéticos relacionados con la aparición del síndrome metabólico se identificaron siete SNPs en seis genes, relacionados con el metabolismo lipídico y la inflamación, que presentaban diferencias entre los casos de síndrome metabólico y los controles. Este trabajo demostró que los ácidos grasos de la dieta están implicados en el desarrollo del síndrome metabólico, y que la presencia de un pequeño número de polimorfismos genéticos puede afectar a la susceptibilidad de un individuo a la enfermedad. En el estudio de intervención humano de Lipgene se administraron uno de los cuatro tratamientos dietéticos que se describen a continuación, a 417 individuos con síndrome metabólico, durante 12 semanas: (1)Dieta de alto contenido en grasas (38% de la energía) rica en SFA; (2) Dieta de alto contenido en grasas (38% de la energía) rica en ácidos grasos monoinsaturados (MUFA por sus siglas en inglés) (HFMUFA); (3) Dieta de bajo contenido en grasas (28% de la energía), rica en carbohidratos complejos (LFHCC) y (4) dieta de bajo contenido en grasas (28% de la energía) rica en carbohidratos complejos suplementada con 1,24 g/d ácidos grasos omega-3 de cadena larga (LFn-3PUFA). Un análisis metabólico y genético detallado en este estudio desveló unos datos muy interesantes. Mientras la modificación de las grasa en la dieta no tuvo un efecto significativo sobre la sensibilidad a insulina o la resistencia a insulina en toda la muestra, cuando se tenia en cuenta la ingesta de grasa habitual anterior a la intervención, la sensibilidad a insulina era significativamente menor en individuos que habían seguido la dieta HFSFA, particularmente en mujeres que presentaban una ingesta habitual de grasa baja antes de la intervención. La resistencia a insulina se vio reducida en mujeres tras la dieta HFMUFA. La modificación de SFA en la dieta no tuvo ningún efecto sobre los marcadores de inflamación, coagulación o estrés oxidativo. El trabajo de investigación realizado por esta sección de Lipgene apoya la noción de que la terapia dietética puede requerir una aproximación personalizada, donde la respuesta a una intervención específica sobre los ácidos grasos en la dieta puede venir determinada por la ingesta habitual de grasas y el perfil genético del individuo. Estudios de Biotecnología Vegetal Como ya se ha dicho, esta extensamente aceptado que los ácidos grasos omega-3 de cadena larga tienen un efecto positivo en la prevención de enfermedades asociadas con el Actualmente la mayor fuente de dichos ácidos grasos es el pescado graso. Sin embargo, en los últimos años, la demanda de ácidos grasos omega-3 de cadena larga ha aumentado, lo que ha repercutido en un descenso drástico de los bancos pesqueros debido a la sobrepesca. Además como resultado de la contaminación ambiental, el pescado se esta enriqueciendo más y más con sustancias dañinas para la salud, como metales pesados, dioxinas y ablandadores. Debido a los problemas que presenta el consumo de pescado graso, junto con la aparente reticencia de los consumidores hacia los productos de pescado graso, los investigadores del área de biotecnología vegetal de Lipgene se plantearon el desarrollar una alternativa sostenible, segura y barata como fuente de ácidos grasos de cadena larga omega-3 para el consumo humano. El aceite de colza fue elegido como el vehículo potencial para aumentar la ingesta de omega-3 en la población. La elección del producto se basó en que comparándolos con los aceites de pescado, los ácidos grasos omega-3 de 3

4 Lipgene Noticias Invierno 2009 cadena larga producidos en cultivos de semillas oleaginosas, como la colza, presentan (i) menos olor y problemas sensoriales, (ii) menos contaminación, (iii) ácidos grasos insaturados saludables como subproductos, en particular ácido oleico, y (iv) son una fuente sostenible y barata de ácidos grasos. Utilizando genes que regulan la síntesis de ácido eicosapentenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) en algas marinas, se demostró inicialmente que el PUFA omega-6 ácido araquidónico (AA) y el EPA se podían sintetizar en la colza. Sin embargo con tan solo un 5% la concentración de estos ácidos grasos omega-3 de cadena larga en el aceite de la semilla era demasiado baja para su uso comercial. Además la proporción de omega-6 frente a omega-3 en estas semillas debe de optimizarse (se cree que en humanos un ratio de 5:1 de omega-6:omega-3 es el más beneficiosos para la salud). En estudios científicos publicados desde entonces se han identificado genes de la colza responsables de este efecto embudo en la síntesis de de PUFAs de cadena larga, además de nuevos genes asociados con la biosíntesis de ácidos grasos omega-3 de cadena larga. Estos hallazgos han permitido la producción de una variedad de aceite de colza con una composición de ácidos grasos optimizada hacia los ácidos grasos omega-3, y con aumento en el rendimiento de omega-3. Estudios de Nutrición Animal A pesar de los conocidos beneficios de reducir el consumo de SFA, como son la disminución del riesgo de patologías como la enfermedad cardiaca, el consumo en muchas zonas europeas esta por encima del recomendado. La leche y los productos lácteos suponen la 4 mayor fuente de de SFAs de la dieta, pero existe también evidencia epidemiológica que indica que la leche tiene propiedades cardioprotectoras, por lo que reducir el consumo de productos lácteos como medida para alcanzar los objetivos de SFAs puede que no sea una estrategia de salud publica adecuada. La sección de nutrición animal de Lipgene, se planteo inicialmente el explorar posibles opciones para remplazar algunos de los SFAs de la leche con MUFA, alterando la dieta de las vacas. Además a pesar del hecho de que los efectos beneficiosos de los PUFAs omega-3 están bien documentados, en estudios recientes se ha comprobado que muy pocas personas llegan al consumo recomendado por adulto en el Reino Unido de 450 mg de EPA y DHA por día. En muchos partes de Europa el consumo diario de EPA y DHA en adultos y especialmente en jóvenes es menos de 100 mg al día, ya que muchos nunca comen pescado azul. La carne de ave contribuye una pequeña aunque significativa cantidad de EPA y DHA y se están llevando a cabo estudios para enriquecer el contenido de EPA y DHA en alimentos derivados de animales, y para determinar el impacto que esto tendría en la salud de los consumidores europeos. Durante los cinco años del proyecto, los científicos trabajando en el área de nutrición animal han modificado la dieta de vacas para conseguir la alteración del contenido de ácidos grasos de la leche. Sin embargo, la esperada reducción del contenido de SFA de la leche, se produjo con un pequeño pero potencialmente indeseable aumento en el contenido de ácidos grasos trans. Este problema debe de continuar investigándose. Con respecto al enriquecimiento de la carne de ave, se utilizaron algas marinas en piensos para pollos para enriquecer la carne de pollo. Los resultados de este estudio de Lipgene han demostrado que el consumo de esta carne puede ayudar a llegar a la cantidad recomendada para la población de consumo de omega-3 y omega-6, si se continúa el consumo al nivel actual. También existe el potencial de enriquecer esta carne de ave por encima del objetivo marcado inicialmente, y esto será objeto de investigación adicional. Economía En la sección de economía de Lipgene, los economistas intentaron calcular los costes directos e indirectos del síndrome metabólico, e identificar el ahorro que podría resultar de las intervenciones diseñadas en Lipgene. En 2002 se estimó que el coste de la obesidad y sus condiciones asociadas fue de 32.8 billones para la economía Europea. En esta figura se obtenía sumando a los costes asociados con el tratamiento de las complicaciones de la obesidad, la productividad perdida por los días tomados de baja por los trabajadores. Actualmente sabemos que al menos de que se haga algo para frenar el aumento predicho en la prevalencia de la obesidad en Europa, las consecuencias tanto para la salud como para la economía serán importantes.

5 Invierno 2009 Lipgene Noticias Modificando el tipo y la cantidad de grasas encontrada en los alimentos, como ha hecho el proyecto Lipgene en los últimos 5 años, se esperaba modificar el consumo de ácidos grasos en Europa, y por lo tanto reducir el riesgo de contraer enfermedades como el Sin embargo los alimentos modificados (a menudo llamados alimentos funcionales ) son a menudo caros de producir con lo que el producto final tiene un precio elevado. El que este precio sea tan elevado se debe a: el alto coste de los ingredientes necesarios para producir los alimentos (como el alimentar las vacas con aceite de pescado), el coste adicional que se impone a los granjeros; y la necesidad de dedicar cadenas de abastecimiento exclusivas para estos productos para evitar que se contaminen con otros productos. Los economistas trabajando para Lipgene estimaron que estos alimentos funcionales podrían costar entre 35% y 85% más que sus contrapartes convencionales. Es esperable que los consumidores no estén dispuestos o no sean capaces de pagar estos elevados precios, por lo que podría ser necesario el subvencionar estos alimentos. Este coste tendría por lo tanto que ser deducido del ahorro que supondría en los costes de asistencia sanitaria. Las estimaciones del grupo de economía de Lipgene indican que subvencionar los precios de estos alimentos saludables tendría un balance económicamente favorable comparado con el coste que supone el síndrome metabólico Ciencias del Consumo Las próximas décadas van a suponer un desafió importante para el suministro de alimentos global del planeta, con la población de la tierra creciendo en un 50% y el calentamiento global reduciendo la producción agrícola en muchas regiones del mundo. Este aumento de la demanda exige que se produzca una innovación en la producción de agricultura primaria y un desarrollo de nuevos productos alimenticios. Como se ha descrito el proyecto Lipgene ha estado investigando algunas de estas posibles nuevas tecnologías, con la intención de mejorar el contenido nutricional de muchos productos alimenticios de consumo habitual. Sin embargo cada vez más los cambios que afecta a la cadena alimentaría humana están siendo cuestionadas por su aceptación social. No solo deben estas innovaciones tener un impacto favorable sobre la población y ofrecer un beneficio económico, sino que también deben de ser aceptables socialmente para los consumidores. Como parte del proyecto Lipgene investigadores de consumo analizaron las actitudes del público frente al uso potencial de las nuevas tecnologías agroalimentarias. Intentaron también identificar un modelo para determinar las relaciones causales entre el síndrome y los factores de riesgo psicológicos. El primero de estos dos objetivos, se llevo a cabo a través de una amplia encuesta de opinión con una muestra representativa de edades entre años (n=5967) que tuvo lugar en Francia, Italia, Gran Bretaña, Portugal, Polonia y Alemania durante Junio de Los individuos que eran conscientes de tener problemas de salud relacionados con el síndrome metabólico o que se percibían a si mismos como población de riesgo de desarrollar la enfermedad, parecían estar particularmente a favor del desarrollo de alimentos funcionales genéticamente modificados (GM) y de intervenciones nutrigenómicas. Estos hallazgos parecen indicar que en el futuro habrá aceptación de alimentos GM si estos soncapaces de proporcionar beneficios de salud y otras ventajas tangibles. Así mismo la aplicación de la nutrición personalizada gozara de aceptación, siempre y cuando se implementen normativas que den garantías al publico acerca de como se utiliza y archiva la información genética. Existen cada vez más pruebas que apuntan a que los factores psicosociales tienen gran importancia en la aparición o el empeoramiento del el síndrome metabólico. El papel jugado por estos factores en la etiología de la enfermedad no esta muy claro, y por ello la segunda parte del trabajo de los investigadores de consumo en Lipgene tenia como objetivo identificar un modelo para determinar la relación causal entre el síndrome metabólico y estos factores de riesgo psicológicos. Se realizó una encuesta representativa a personas de mediana edad en Portugal (n=500+) y Gran Bretaña(n=1000). En el sondeo se utilizaron una serie de escalas psicometrías homologadas para medir capacidad de recuperación, estrés, depresión y estado de animo. El sondeo preguntaba acerca de actividad física, hábitos alimenticios, y acontecimientos vitales significativos. También se tomaron las medidas antropométricas como parte de este estudio. Las conclusiones fueron que las personas de mayor edad, inactivas, que han experimentado acontecimientos vitales negativos y que tienen menor capacidad de recuperación, tienen mayor probabilidad de padecer Demonstración La sección de demostración del proyecto Lipgene combinó los hallazgos de las áreas de nutrición, tecnología agroalimentaria y consumo para crear prototipos de alimentos comestibles con lípidos modificados con ventajas de salud para el síndrome metabólico que además presentaran características sensoriales aceptables para los consumidores. Se crearon un total de 5 productos con un perfil de ácidos grasos modificado. Los productos fueron: carne de ave y leche enriquecidas en EPA/DHA (según se describió en la sección de nutrición animal), queso con SFAs reducidos y enriquecido en MUFAs, dos pastas para untar tipo margarina (una con 25% de grasa con 500mg de EPA y DHA por cada porción de 20g, y una con 25% de grasa con 2g de ALNA por cada porción de 20g) además de un aceite para ensaladas con 2g de ALNA y 500mg EPA y DHA por cada ración de 14g. En la fase de prueba de estos productos se comprobó que las margarinas y aceites enriquecidos en ácidos grasos omega-3 tenían un periodo de caducidad de 12 semanas, y las diferencias sensoriales que presentaban no eran muy perceptibles por los consumidores. El cambio de la composición de grasas en el queso si tuvo un efecto más notable en las 5

6 Lipgene Noticias Invierno 2009 propiedades sensoriales de este. Aunque la diferencia que se percibía fue relativamente pequeña. Por otro lado el enriquecimiento de la carne de ave con EPA y DHA no comprometió sus características sensoriales, incluso cuando se recalentaba la carne. Además de la producción de estos productos en Lipgene se intentó analizar el impacto de reemplazar las variedades convencionales de estos productos con los prototipos enriquecidos sobre el consumo de PUFAs omega-3 en la población. Para ello se utilizaron datos alimenticios del Reino Unido, Países Bajos y Francia. Como podía esperarse, se comprobó que la accesibilidad de alimentos enriquecidos en ALNA, EPA y DHA favorece los niveles de consumo óptimo de PUFA omega-3; siempre que los alimentos enriquecidos sean alimentos habituales de consumo diario. Socios Lipgene Diez países europeos tomaron parte en el proyecto Lipgene. Estos fueron: Irlanda, Finlandia, Francia, Alemania, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, España Y el Reino Unido. El consorcio Lipgene estuvo compuesto por 22 organizaciones: El Impacto del proyecto Lipgene Es evidente que al menos de que se haga algo para combatir la obesidad, su prevalencia en toda Europa continuará en aumento, como lo harán los costes asociados. Por lo tanto parece claro que hace falta una estrategia urgente para invertir esta tendencia. A lo largo de los últimos 5 años, en el proyecto Lipgene se ha estado trabajando para alcanzar una mejor comprensión del síndrome metabólico, como el identificar genes potenciales que pueden estar implicados en su aparición, o la identificación de rasgos específicos que pueden predisponer a un individuo a padecer la enfermedad. Además en el proyecto también se ha estado trabajando en la modificación de la composición de ácidos grasos de determinados alimentos, principalmente la colza, carne de ave y leche, con el objetivo de mejorar el perfil alimenticio de ácidos grasos de los consumidores Europeos. Los resultados apuntan a que estos alimentos modificados podrían ayudar a reducir la prevalencia de enfermedad cardiovascular entre los consumidores, si se pudieran sustituir por el consumo de sus equivalentes convencionales. Aunque el precio de estos alimentos modificados es mucho mayor que sus contrapartes, los estudios demuestran que el subvencionar estos productos para que tuvieran el mismo precio que los convencionales, seria económicamente favorable por la reducción de gastos en tratamiento de la obesidad que esto supondría. Además a pesar de las preocupaciones acerca de la aceptabilidad por los consumidores de los productos alimenticios funcionales, la investigación del grupo de consumo parece indicar que hay mucha gente que si consideraría comprar y consumir estos productos si suponen un beneficio para su salud. Finalmente en Lipgene se ha demostrado que estos productos alimenticios modificados se pueden producir con muy buena calidad, con un sabor muy parecido al de sus contrapartes y con un periodo de caducidad razonable. Las carlas de la última Conferencia celebrada en Dublín el 5 de Diciembre 2008, se pueden encontrar en y Agradecimiento Este trabajo ha sido financiado por Lipgene, un Proyecto Integrado del Sexto Programa Marco de la UE (Número de Proyecto: FOOD-CT ) ( Nutrición Humana Hitachi, Europe Limited INSERM, Francia NUTRIM, Maastricht, Paises Bajos Unilever Best Foods Universidad College Dublin, Irlanda Universidad de Bergen, Noruega Universidad de Córdoba, España Universidad de Krakvia, Polonia Universidad de Oslo, Noruega Universidad de Reading, Reino Unido Universidad de Upsalla, Suecia Nutrición Animal INRA, Francia MTT Investigación en Agro-alimentación (MTT Agrifoods Research), Finlandia Instituto de Investigación Rowett (Rowett Research Institute), Reino Unido Universidad de Reading, Reino Unido Biotechnoloía Vegetal BASF Ciencia Vegetal GmbH (BASF Plant Science GmbH), Alemania Investigación Rothamstead (Rothamstead Research) Reino Unido Universidad de York, Reino Unido Ciencias Económicas LMC Internacional Ciencias de Consumo Universidad College, Dublín Universidad de Oporto, Portugal Universidad de Ulster en Coleraine, Reino Unido Diseminación Fundación Británica de Nutrición (British Nutrition Foundation) 6