Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares. Lecturas en la red y redes en torno a la lectura

Transcripción

1 Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares Lecturas en la red y redes en torno a la lectura

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4 Lecturas en la red y redes en torno a la lectura Nuevas dinámicas y servicios de los espacios de lectura pública 17 as Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares

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6 Lecturas en la red y redes en torno a la lectura Nuevas dinámicas y servicios de los espacios de lectura pública 17 as Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares 28, 29 y 30 de mayo de 2009 SALAMANCA 2009

7 Fundación Germán Sánchez Ruipérez Peña Primera, 14 y Salamanca España T Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación puede reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación e información, en ninguna forma y por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de los titulares del Copyright. ISBN: Depósito Legal: S Gráficas LOPE Salamanca, 2009

8 Índice Introducción... 9 CONFERENCIA INAUGURAL Nuevos medios para comprender el mundo? JORDI ADELL EXPERIENCIAS Es hora de jugar! El papel de la creatividad y la imaginación en la biblioteca JANE KUNZE Library 10 Helsinki & Meetingpoint KARI LÃMSÃ PANORÁMICAS Yo leo, tú lees, él lee... Qué leemos?: El fomento de la lectura en la estrategia global de la biblioteca ROSER LOZANO Bibliotecas, clubes, redes y otras fraternidades JUAN MATA

9 8 ÍNDICE GRUPO DE TRABAJO Ingredientes de la Web 2.0: Cómo combinar las herramientas para mejorar el menú de servicios JAVIER IGLESIA y ÁNGEL GARCÍA BIBLIOGRAFÍA Lecturas en la red y redes en torno a la lectura FUNDACIÓN GERMÁN SÁNCHEZ RUIPÉREZ

10 Introducción Internet no sólo está modificando las formas de obtener la información y tratarla, sino que se proyecta sobre sus posibles usuarios como una gran malla que se abre a nuevas actitudes colaborativas, a nuevas formas de intercomunicación y participación. Herramientas como los blogs, los wikis y otros ejemplos de la Web 2.0, permiten la creación de comunidades virtuales que pueden tener su sitio en las bibliotecas y centros educativos. Otro tanto ocurre con manifestaciones culturales como la música, el teatro o la plástica, por citar sólo algunas, que propician también el encuentro del libro con otras formas de expresión, creando redes y nexos de participación entre sus usuarios. Unas y otras están dando una nueva dimensión a la cultura que conviene conocer y analizar. Con el objetivo de estudiar los cambios que estos nuevos medios y herramientas están operando en el aprendizaje y la comprensión de la lectura y su incidencia en el mundo cultural infantil y juvenil, más de un centenar de especialistas en lectura (educadores, bibliotecarios, editores y gestores culturales) se dieron cita en esta ciudad. Así, las 17 as Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares, organizadas por el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil de la Fundación, acogieron en esta ocasión a profesionales de la lectura, llegados de todas las CC.AA. de nuestro país, con presencia también de compañeros portugueses y latinoamericanos, para indagar en la manera en que estas realidades están presentes en el mundo de los niños y los jóvenes a través de exposiciones y debates en torno a experiencias testadas en nuestro entorno europeo, que recogen estos nuevos servicios para usuarios que, a su vez, demandan respuestas más especializadas y abiertas a otros contextos educativos y culturales. El encuentro se abrió, en su primera jornada, con la intervención de Jordi Adell, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y profesor del Departamento de Educación de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón, que bajo el título de «Nuevos medios para comprender el mundo?» llevó a cabo una serie de consideraciones sobre el impacto que las nuevas tecnologías están

11 10 INTRODUCCIÓN teniendo en la generación joven, en la profesión de los docentes y en el papel de los bibliotecarios. Unido a una reflexión sobre el modo en que estas tecnologías están cambiando las formas de pensar y los comportamientos de los niños y jóvenes y cuál podría ser el futuro de los libros y de la lectura como actividad básica de aprendizaje en un mundo de pantallas. Por la tarde se iniciaron los trabajos en el taller titulado Ingredientes de la Web 2.0. Cómo combinar las herramientas para mejorar el menú de servicios, que impartieron y coordinaron Javier Iglesia, coordinador del Área de Tecnología y Ángel García, dinamizador Sociocultural, miembros del Centro Internacional de Tecnologías Avanzadas (CITA). En el mismo y durante dos tardes, se dieron a conocer las herramientas más útiles para construir o complementar las actividades programadas en bibliotecas y centros educativos y atender las exigentes necesidades de los alumnos y usuarios actuales. En su segundo día de trabajo y en el apartado de EXPERIENCIAS, habló en primer lugar Jane Kunze, bibliotecaria del área infantil de la Biblioteca Pública de Aarhus y directora del proyecto Families at Play in the Library en Dinamarca. Centró su ponencia en tres líneas de reflexión: La necesidad de crear una biblioteca que sea compatible con la vida moderna de las familias urbanas y que sirva para potenciar los valores familiares; emplear las nuevas tecnologías para cambiar la mentalidad de los usuarios gracias al concepto de Biblioteca 2.0, y hacer hincapié en la sinergia entre los ciudadanos, los usuarios y la propia biblioteca para fomentar el compromiso y la participación de la comunidad en la biblioteca. Kunze presentó varios programas de las bibliotecas públicas de Aarhus que ilustran cómo se está haciendo frente a los tres desafíos mencionados anteriormente. Posteriormente, Kari Lämsä, director de la Library 10 de Helsinki de Finlandia presentó el proyecto Biblioteca 10 y el proyecto Meetingpoint. La Biblioteca 10 es un novedoso espacio de lectura situado en el centro de Helsinki a la que no se va únicamente a sacar libros en préstamo o a consultar Internet, sino que también pone sus instalaciones a disposición de todos aquellos usuarios que quieren crear su propia música o ver y escuchar el trabajo creado por otros usuarios en forma de exposiciones y actuaciones. Meetingpoint trabaja de manera conjunta con la Biblioteca 10 y forma parte del sistema de bibliotecas de la ciudad de Helsinki. Su peculiaridad es que ofrece servicios a personas que ni siquiera disponen de carné de biblioteca. Cuenta con diversas salas de trabajo computerizadas junto con estaciones de edición de vídeo que los usuarios pueden reservar por adelantado y también se ofrecen cursos relacionados con las nuevas tecnologías.

12 INTRODUCCIÓN 11 Por la tarde, se continuó trabajando en el taller de grupo sobre las herramientas que ofrece a profesores y bibliotecarios la web 2.0 Los espacios públicos de lectura se construyen escuchando las necesidades y demandas de los usuarios, sería una de las conclusiones de estos encuentros. Junto a ella, la constatación de que las bibliotecas deben organizar también actividades donde la «lectura» esté presente en otras manifestaciones: conciertos de música, debates, conexión con las redes sociales tecnológicas, porque se entienden como lugares de encuentro para toda la ciudadanía, adultos, niños y pequeños, que demandan servicios diversificados. Y por último, no olvidar que las redes sociales no sólo se vinculan con la Web 2.0, sino que se entretejen también en las relaciones de las aulas, las bibliotecas, los amigos y la comunidad. La sesión del sábado estuvo dedicada a las PANORÁMICAS. Dos intervenciones que ofrecieron una visión de programas, servicios y actividades de promoción de la lectura, analizadas desde la biblioteca pública y el espacio educativo. En primer lugar, habló Roser Lozano, directora de la Biblioteca Pública (BP) de Tarragona que reflexionó sobre las posibles respuestas que se pueden dar a la pregunta «Qué leemos? Desde el fomento de la lectura en la estrategia global de la biblioteca pública». Para Lozano es evidente que la promoción de la lectura es una de las funciones básicas de la Biblioteca Pública y tiene que considerarse como una estrategia transversal en todo su proyecto de actuación. Pero se preguntó sobre si estas actividades pueden a la larga convertirse en un activismo errático o son un objetivo en sí mismo o, por el contrario, deben ser un instrumento que la BP ha de saber moldear y utilizar. Sus reflexiones acompañaron la exposición de los programas y proyectos de fomento de la lectura que lleva a cabo esta biblioteca en relación con la sociedad civil. Juan Mata, profesor titular del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Granada habló de «Bibliotecas, clubes, redes y otras fraternidades», partiendo de la base de que la lectura es un acto de voluntad personal, pero asimismo de circunstancias, oportunidades y experiencias culturales. Constató que hay prácticas sociales que alientan o dificultan la opción de leer, y que la lectura se expande más fácilmente en un medio propicio, colaborador. Desde esa convicción apuntó que las redes sociales impulsadas por Internet están favoreciendo nuevas connivencias en torno al libro. Las jornadas se cerraron con un panel de debate donde los cuatro ponentes, participantes en los apartados de experiencias y panorámicas y coordinados por un moderador, reflexionaron e intercambiaron opiniones con los asistentes sobre los diferentes temas abordados en estos encuentros.

13 12 INTRODUCCIÓN Con la publicación de las Actas de las Jornadas, que recogen los contenidos expuestos durante la realización de estos encuentros, pretendemos acercar estas reflexiones al conjunto de especialistas que trabajan estos temas, con el objetivo de facilitar reflexiones y programas que posibiliten su quehacer profesional. Por último, quisiéramos agradecer al Ministerio de Cultura y a Caja Duero su imprescindible colaboración en la organización de estas Jornadas.

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16 Nuevos medios para comprender el mundo? JORDI ADELL Profesor del Departamento de Educación de la Universitat Jaume I de Castellón Estamos en medio de una revolución. Y, como en toda revolución, hay un período de agitación y caos en el que las viejas estructuras, el viejo poder, cae y todavía no se vislumbra claramente qué o quién vendrá a sustituirlo. Evidentemente, esta situación genera incertidumbre y miedo en las personas, que ven cómo valores y prácticas «de toda la vida» se tambalean y son cuestionadas («Cómo es posible que se hable de la desaparición del libro y su sustitución por unos artefactos electrónicos horribles?») y, por tanto, resistencias. En esta charla quería compartir con ustedes algunas ideas que «circulan» alrededor de la revolución digital, la transformación radical de la manera cómo codificamos, almacenamos, reproducimos, comunicamos, etc., información. Las tecnologías de la información y la comunicación son muy importantes, son el sistema nervioso de nuestra sociedad. La escritura, la imprenta, los medios electrónicos como la radio, la TV o el cine, Internet... son los medios por los que han configurado el mundo tal como lo conocemos. En nuestra sociedad, además, la información es la base de la economía. Pero hay más. Piensen, por ejemplo, en el concepto de «opinión pública» y en el papel de los medios de comunicación. Los medios dan forma a los espacios en los que creamos y recreamos nuestra cultura, esto es, el conjunto de significados compartidos que constituyen nuestra manera de ver el mundo y actuar en él. No es exagerado afirmar que una revolución tecnológica tiene consecuencias también revolucionarias en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Quizá muchas de las cosas que les estamos enseñando a nuestros alumnos no les sirvan en el futuro y lo mejor que pueden hacer es desarrollar su capacidad para seguir aprendiendo de todos y de todo, en cualquier momento y en cualquier lugar, para poder responder a las exigencias de una sociedad

17 16 JORDI ADELL que cambia a un ritmo endiablado. Las nuevas tecnologías les pueden ayudar en esa labor de aprendizaje constante. Algunas de las ideas que voy a exponerles están, sin duda, mejor explicadas en varias publicaciones que les facilitaré al final, por si después de esta charla, tienen aún ganas de leer más cosas sobre este tema. Del mismo modo, les agradeceré que cualquier sugerencia, contra-argumento, ejemplo, etc., que imaginen me lo hagan llegar por la vía que prefieran. A fin de cuentas, como intentaré mostrar más adelante, Internet es, entre otras cosas, una especie de gran diálogo, una gigantesca ágora en la que es sumamente sencillo comunicar y contrastar nuestras ideas con las de otras personas y reelaborarlas entre todos. Pero antes de hablarles de Internet y de redes sociales y de otros términos de moda, me van a permitir que dé un salto hacia atrás en el tiempo. Una manera de aquilatar los cambios que veremos, que ya están sucediendo, es analizarlos a la luz de lo que ha ocurrido en el pasado. En la historia de la humanidad han ocurrido pocos cambios radicales de paradigma en los medios de comunicación y la creación y gestión de la información. Se pueden contar con los dedos de una mano. Pero cada uno de ellos define o es característico de un tipo diferente de sociedad. La única diferencia es que cambios que tomaron cientos de años, ahora se producen en décadas. 1. TOMEMOS PERSPECTIVA... Cuando una persona oye la palabra «tecnología» suele pensar en «cosas» (casi siempre la asimilamos a artefactos, preferiblemente con cables y luces) que «hemos visto llegar», esto es, que se inventaron después de nuestra infancia. Nadie piensa en los libros o las bibliotecas como tecnología, por ejemplo. Sin embargo, todo aquello que ha sido creado por el ser humano es tecnología si surge de la aplicación del conocimiento a la adaptación de nuestro entorno. En el día a día, además, los cambios parecen pequeños, graduales o insignificantes, y sólo nos damos cuenta de la magnitud que suponen, cuando acumulados a lo largo del tiempo dibujan una línea coherente. Y esto, casi siempre es con posterioridad. La tecnología y sus productos tienden a invisibilizarse, a integrarse en nuestras vidas cotidianas transformándolas y al mismo tiempo a desaparecer por debajo del horizonte de nuestra percepción. Sin embargo, en ocasiones tienen lugar revoluciones, cambios rápidos que trastocan el orden establecido y que hacen especialmente visibles y significativos dichos cambios. Las revoluciones traen consigo períodos de caos en los que las viejas estructuras caen y las nuevas todavía no han aparecido. Ahora estamos en medio de una de ellas: una revolución en las tecnologías de la información

18 NUEVOS MEDIOS PARA COMPRENDER EL MUNDO? 17 y la comunicación. Y la esencia de dicha revolución es un cambio radical en la manera en la que codificamos diferentes tipos de información. Pero para comprender la magnitud de los cambios que estamos viviendo de manera acelerada es necesario dar un par de pasos atrás y contemplar la historia. Desde los años sesenta, diversos autores han propuesto dividir la historia humana en fases o períodos caracterizados por la tecnología dominante de codificación, almacenamiento y recuperación de la información. Es una visión reduccionista de la complejidad de la historia humana, pero aunque aislar un factor para comprenderlo mejor sea reduccionista, es perfectamente lícito si posteriormente se integra en una visión más general. La tesis fundamental de dichos autores es que tales cambios tecnológicos han dado lugar a cambios fundamentales en la organización del conocimiento, en las prácticas y formas de organización social y en la propia cognición humana, esencialmente en la subjetividad y la formación de construcción de la identidad. La tentación determinista, en relación a la tecnología, es muy fuerte, pero los avances tecnológicos, no lo olvidemos, suceden en las sociedades humanas, dentro de estructuras económicas y políticas. El primero de estos cambios radicales ocurrió hace cientos de miles de años, cuando apareció el lenguaje en la evolución de los homínidos. El lenguaje oral, es decir, la codificación del pensamiento mediante sonidos producidos por las cuerdas vocales y la laringe, fue, sin duda, un hecho revolucionario. Facilitó la referencia a objetos no presentes (que en otro caso había que señalar) y expresar los estados internos de la conciencia del hablante. El habla convirtió el pensamiento en una mercancía social. Con el habla se posibilitó hacer pública y almacenar la cognición humana. El conocimiento podía expresarse, comunicarse y acumularse en la memoria de los demás. El conocimiento acumulado de la sociedad era almacenado en la memoria de los mayores. Es más, la palabra impuso estructura al pensamiento para poder transmitirlo a los demás. Para nosotros, los seres humanos del siglo XXI, es realmente difícil imaginar cómo puede ser la vida cotidiana en una sociedad oral, pero aún existen rasgos de la cultura oral en nuestra época. De hecho, los medios electrónicos como la TV nos han devuelto a formas transformadas de oralidad. La segunda gran revolución fue producto de la creación de signos gráficos para registrar el habla. La escritura fue el resultado de un proceso que duró miles de años. Los primeros signos de los que tenemos noticia datan del paleolítico superior (entre y años antes de nuestra era), pero fue sólo años antes de Cristo cuando comenzaron a utilizarse para representar el habla, después de, nada menos, años de cultura oral. La palabra escrita permitió extraer y almacenar la información del acto singular entre el hablante y el oyente, del acto de habla aquí y ahora, y permitió

19 18 JORDI ADELL preservar para la posteridad o para los no presentes el registro de lo dicho o sucedido. La escritura, sin embargo, era lenta en relación a la rapidez del lenguaje hablado, producirla era una habilidad compleja, su audiencia era infinitamente menor, y, en definitiva, es un medio mucho menos interactivo de comunicación que el habla. El discurso se hizo más reflexivo, deliberado y estructurado. La escritura, según los expertos, reestructuró nuestra conciencia y creó el discurso autónomo, libre de contexto, independiente del hablante. La posibilidad de acumular el conocimiento, de transferirlo a la posteridad o de asociarlo a un objeto que podía ser reproducido y transportado hicieron de la escritura un desarrollo clave. La importancia de la permanencia del mensaje en el texto escrito se evidencia en episodios de las tradiciones religiosas de numerosos pueblos. La difusión de la escritura y la lectura fue un fenómeno que duró siglos. De hecho, la escuela, como lugar de aprendizaje separado del hogar y los sitios en los que tenían lugar los procesos productivos primarios de la sociedad, es una consecuencia de la alfabetización y sin duda de la agricultura y otros factores. Las primeras escuelas conocidas datan de años a.c., y aparecieron en Sumeria. Su objetivo era enseñar la escritura cuneiforme a una clase social privilegiada, a unos «especialistas»: los escribas. En las culturas orales, el aprendizaje era fruto de la experiencia en las actividades de la vida cotidiana. La aparición de la escritura impone la separación de las actividades de enseñanza/aprendizaje y las actividades de la vida diaria. Aprender a leer y a escribir requería el uso de medios extraordinarios: no era ya posible hacerlo mediante la observación y la participación de los actos de los adultos, muchas veces en forma de juego, que eran la forma natural de socialización. La palabra, escrita y hablada, tomaba el relevo de la experiencia directa con las cosas. No es necesario glosar más la importancia de la escritura: da lugar a la historia. La tercera revolución en las tecnologías de la información y la comunicación es la aparición de la imprenta. Es cierto que no supone un cambio en la manera de codificar la información respecto a la escritura «a mano», el código es el mismo. Sin embargo, la posibilidad de producir y difundir textos en grandes cantidades y a bajo precio tuvo una influencia decisiva en el conjunto de transformaciones políticas, económicas y sociales que han configurado el mundo tal como lo conocemos. Pensemos, por un momento, en el tiempo y coste de producir un manuscrito y en la revolución que significó la imprenta. Los copistas de la abadía benedictina que tan vívidamente nos describe Umberto Eco en El nombre de la rosa era el «sistema de producción» y el «modelo de negocio» de la reproducción de textos en el siglo XIV. La imprenta no sólo terminó con los copistas, terminó con un mundo y una cultura... y creó otro diferente.

20 NUEVOS MEDIOS PARA COMPRENDER EL MUNDO? 19 Nuestra sociedad está tan fuertemente basada en la tecnología de la imprenta que resulta difícil encontrar actividades humanas en las que no haya influido poderosamente. Somos producto de la imprenta, incluso desde el punto de vista cognitivo... y, en las últimas décadas, de los medios audiovisuales, como la TV. Y ya que estamos en Salamanca, permítanme que les cuente algunos detalles sobre cómo era la vida estudiantil en la Universidad de Salamanca en el Siglo de Oro y cómo accedían a la información escrita los estudiantes universitarios antes de la aparición de la imprenta. Mentalmente, comparen estas pinceladas con nuestras actuales bibliotecas universitarias y estudiantes. Con las primeras universidades aparecen las primeras bibliotecas universitarias, hacia el siglo XII-XIII. Aunque la enseñanza se basaba en la memoria, los estudiantes y profesores disponían de bibliotecas para consultar las obras que no podían copiar por sí mismos (o hacer que se las copiaran). Las bibliotecas eran colecciones dispersas en distintas facultades, colegios, etc., con pocos libros que, en general, procedían de donaciones o legados. Tenían dos secciones, la Magna, con los libros de consulta encadenados (tal era su valor) y la Parva, libros que se prestaban depositando en fianza otro libro. Los horarios de consulta no eran precisamente amplios. En el siglo XV la Universidad de Salamanca, por ejemplo, tenía un horario reglamentado de dos horas por la mañana y dos por la tarde. A los profesores no les entusiasmaba, al parecer, que sus estudiantes pudieran acceder directamente a los textos que explicaban en clase. Una especie de libreros de préstamo, los «estacionarios», que disponían de todas las obras que se necesitaban en las universidades debidamente aprobadas por la autoridad académica, eran quienes hacía negocio con este sistema. Para ejercer su profesión tenían que depositar una fianza y trabajar bajo la supervisión directa de la universidad. Su actividad se regulaba en las «Constituciones» universitarias y consistía en disponer de copias autorizadas de las obras, divididas en cuadernos de cuatro folios o peciae, que prestaban a los estudiantes para que éstos los copiaran o los hicieran copiar por amanuenses y luego volvían a recuperarlos. De esta forma las copias se hacían siempre sobre un ejemplar correcto y las copias sucesivas no hacían que se desviara demasiado del contenido original. Este sistema, la «Pecia», era el más común para hacerse con la bibliografía necesaria hasta finales de la Edad Media. Las dificultades de acceso a la información, cuando ha estado vinculada a objetos de difícil reproducción y que viajaban a la misma velocidad que los medios de transporte, han modelado nuestras mentes e instituciones. La imprenta contribuyó a una auténtica revolución en la difusión del conocimiento y de las ideas y, por tanto, en la evolución de nuestros sistemas políticos, la religión, la economía y prácticamente todos los aspectos de nuestra sociedad.

21 20 JORDI ADELL Aprender a leer y a escribir es, todavía, el más importante aprendizaje que se realiza en la escuela. Es la puerta de acceso a la cultura y a la vida social. Pero hoy, a la luz de las tecnologías de la información, leer y escribir textos, quizá no sea ya suficiente. La cuarta revolución, en la que está inmersa nuestra generación, es la de los medios electrónicos y la digitalización, un nuevo código más abstracto y artificial (necesitamos aparatos para producirlo y descifrarlo) de representación de la información cuyas consecuencias ya hemos comenzando a experimentar. La digitalización supone la conversión en números (en «dígitos»), de acuerdo con un código convenido, de cualquier tipo de información textual o gráfica, incluyendo imagen estática, audio y dinámica coordinada con sonido, esto es, vídeo. Si tuviéramos que situar en una fecha concreta el inicio de esta nueva era podríamos proponer el 24 de mayo de Ese día Samuel Morse envió el primer mensaje por telégrafo. Por primera vez (si exceptuamos algunos intentos de telégrafos semafóricos) la información viajaba más rápido que su portador, convertida en impulsos eléctricos, puntos y rayas. Hasta ese momento había permanecido presa de los objetos (libros, vidrieras, cuadros o columnas de piedra). A partir de mediados del siglo XIX alguna información viajó a la velocidad de la luz, infinitamente más rápido que los trenes al lado de cuyas vías se hicieron los tendidos de los postes telegráficos. No es necesario recodar los asombrosos inventos de Graham Bell, Marconi, Edison o Tesla utilizando la electricidad y las ondas radioeléctricas. Por aquella época, el ingeniero inglés Charles Babbage trabajaba ya en su máquina analítica, un diseño mecánico dado que la tecnología eléctrica y electrónica no se había desarrollado lo suficiente como para pensar en utilizarla. Pero el camino hacia el ENIAC, el primer ordenador digital, estaba trazado. En este proceso de digitalización de la información hemos asistido a una fase preliminar en la que la electricidad ha propiciado el rápido desarrollo de aplicaciones analógicas (el teléfono, la radio, la televisión, el fax, etc.), que en la actualidad están migrando rápidamente hacia la digitalización y adquiriendo capacidades interactivas entre emisor y receptor y de procesamiento y manipulación de la información ampliadas. Los avances en la creación de imagen de síntesis, por ejemplo, ha aumentado el número de aplicaciones de esta nueva forma de codificar la información: no sólo tenemos textos, imágenes y sonidos digitalizados que podemos almacenar y reproducir indefinidamente de modo fiel, sino que también podemos producirlos desde la nada, generarlos a voluntad. Han aparecido nuevos tipos de materiales, desconocidos anteriormente: multimedia, hipermedia, simulaciones, documentos dinámicos producto de consultas a bases de datos, etc. Y, quizá lo más importante, la tecnología está en manos de muchas personas, especialmente de los jóvenes. Tras la

22 NUEVOS MEDIOS PARA COMPRENDER EL MUNDO? 21 invención de la imprenta tuvieron que pasar varios siglos para que hubiera el suficiente número de lectores y que la alfabetización fuera un factor clave en el desarrollo humano. Sólo una minoría ilustrada hacía uso de la posibilidad de leer y menor aún era la gente que podía publicar y difundir sus escritos. De hecho, la alfabetización universal hace poco que se alcanzó en los países más desarrollados y todavía es un objetivo educativo por alcanzar en muchos países. Pero la revolución digital va muchísimo más deprisa. La revolución digital está en plena explosión en nuestros días. Un ejemplo conocido servirá para comprender la amplitud y profundidad de sus implicaciones. La digitalización del sonido siguió a la del texto y la imagen. Cuando los ordenadores personales fueron lo suficientemente potentes estuvo al alcance de cualquier persona convertir sonido en ceros y unos... y hacer «cosas» con los ficheros informáticos: comprimirlos para que ocupen poco espacio, transformarlo usando algoritmos matemáticos, generar nuevo sonido a partir de secuencias numéricas, almacenar el sonido en dispositivos digitales o distribuir música por Internet. No sólo la propia (poca gente hace música), sino la ajena. La industria de la música ha sufrido directamente el efecto de la revolución digital. A la innovación surgida de los laboratorios de investigación y de las empresas se une la de los usuarios, interesados en acceder a, y compartir, su música favorita... sin pasar por caja. De repente, grabar un CD en el ordenador personal cuesta muy poco dinero, sin embargo comprar un CD musical legalmente multiplica por mucho el coste. Los usuarios ahora son conscientes de los márgenes de beneficios de las discográficas y de su política de perpetuación de los derechos de autor. Gran parte de la sociedad, jóvenes y no tan jóvenes, piensa que «robar a un ladrón» no es tan malo como se les dice desde los medios de masas, sobre todo si se puede hacer impunemente. La industria reacciona mal haciéndose aprobar legislación a medida, grabando fiscalmente los soportes digitales (se utilicen o no para almacenar música sujeta a derechos de reproducción o no) y encareciendo cualquier proceso que use dichos soportes, persiguiendo judicialmente a los usuarios, etc. Sin embargo, desde fuera de la industria discográfica hay quien ha visto una oportunidad para «reinventar el negocio». Por ejemplo, vender música on line en formatos digitales y a precios más asequibles, sin obligar a comprarla en lotes (el CD) fruto de las limitaciones de las tecnologías anteriores. En lugar de intentar luchar contra la corriente, aprovecharla para montar un negocio dándole a la gente lo que quiere a precios reducidos. Ésta es la base del éxito de itunes, la tienda de música on line de Apple, junto al hecho de poseer la mayor base instalada de un nuevo dispositivo para oír música, el ipod, un «walkman» digital. Por otra parte, empresas como Spotify ofrecen legalmente música por Internet a cambio de una pequeña tarifa mensual o publicidad. Por

23 22 JORDI ADELL qué poseer una pequeña colección en soportes físicos cuando se puede acceder a una enorme biblioteca musical cuando se quiera? El acceso a Internet en cualquier momento y cualquier lugar acabará con la necesidad de «coleccionar» objetos culturales como discos, libros o artículos científicos. La información estará on line, esperándonos. Lecciones aprendidas hasta la fecha? La digitalización de un tipo de información, el sonido, ha promovido no sólo numerosos desarrollos tecnológicos derivados (los formatos de compresión de audio, por ejemplo), sino también cambios en la industria como respuesta al cambio de comportamientos y actitudes de los usuarios. Hoy la industria discográfica afirma que está en crisis, que necesitan ayudas oficiales (aunque esa afirmación se discute desde diversas fuentes) pero todavía no ha aceptado mayoritariamente que los tiempos han cambiado y que su modelo de negocio está obsoleto. Los periódicos sufrirán un proceso similar en los próximos años: no pueden sobrevivir con el modelo de negocio actual. La clave de su supervivencia, seguramente, será encontrar un modelo de negocio que aproveche las ventajas de las nuevas tecnologías y que ofrezca a los usuarios algo por lo que estén dispuestos a pagar, no persiguiéndoles con la porra en la mano. Sin duda, reinventar su negocio implicará ajustes duros y, posiblemente, renunciar al papel como soporte de la información y a la «distribución de átomos». Los nuevos lectores de libros electrónicos, que la industria editorial está apoyando, van en dicha dirección: control de los contenidos en base al control del soporte. Falta comprobar si los usuarios están dispuestos a gastarse lo que cuesta un ordenador personal ultraligero por un lector que, desde el punto de vista tecnológico, hoy por hoy, es absolutamente pobre ( Un lector sólo de textos si en la pantalla del ordenador se puede ver cine?). La información digitalizada es fluida y volátil, y escapa con facilidad a los controles. La digitalización de la información, en resumen, ha puesto en jaque los modelos de negocio de la industria cultural (música, cine, prensa, editoriales, televisión, etc.), basados en el control del soporte, y ha cambiado comportamientos y, consecuentemente, valores y actitudes de los usuarios. Será difícil convencer a toda una generación de jóvenes y adolescentes que oír una canción o ver un vídeo sin pagar es «robar». Por último, imaginemos qué le ocurrirá a la industria editorial española si el Plan Zapatero pone en manos de todos los alumnos de 5º y 6º de Primaria y 1º y 2º de ESO un ordenador portátil ligero. Cómo van a seguir vendiendo libros de texto por valor de casi 800 millones de euros cada año? Es más, en la reinvención del libro de texto van a competir con Internet, que no sólo ofrece contenidos, sino también herramientas para la educación y espacios para crear y compartir contenidos y actividades didácticas a los docentes... gratis. La Administración, que proporciona los ordenadores, «exige» con

24 NUEVOS MEDIOS PARA COMPRENDER EL MUNDO? 23 esta decisión la llegada de materiales digitales, necesariamente reinventados para aprovechar las ventajas del ordenador e Internet, y que tengan un valor añadido respecto a los materiales libres. Y, desde luego, no va a subvencionar libros electrónicos al mismo precio que los de papel, dada la reducción de costes de reproducción y distribución de los materiales digitales. Éste es un nuevo frente en la revolución digital que va a afectar de manera directa y rápida a una industria que, según mi impresión a la luz de lo que hemos visto, no se ha preparado en absoluto para la revolución digital pese a las numerosas pistas que ha tenido durante años frente a sus ojos. Los cambios de la revolución digital se están produciendo ahora mismo, mientras hablamos, y en muchos campos apenas podemos imaginar las implicaciones que tendrá en unas décadas. Podemos vislumbrar qué se puede hacer con estas tecnologías en manos de la enorme cantidad de personas que las usan, pero su desarrollo en una u otra dirección depende de numerosos factores sociales y económicos, no sólo tecnológicos. Las perspectivas varían desde los más optimistas, que ven las nuevas tecnologías como una posibilidad de redención de todos los males, hasta quien sólo ve amenazas y nubarrones. De hecho, el panorama que hemos presentado en esta sección es, a todas luces, una simplificación excesiva de la compleja historia de la comunicación humana. El objeto de dicha simplificación ha sido hacer patente, quizá exagerando un poco, no sólo la importancia de la digitalización de la información, sino de los cambios, en ocasiones sutiles, que se están produciendo en todas las esferas de nuestras vidas. Por ejemplo, el debate actual sobre el futuro de la prensa escrita o de los libros «de papel» es sólo uno de los aspectos del cambio, quizá uno que nos pilla cerca y sobre el que tenemos no sólo ideas, sino también actitudes y sentimientos muy fuertes. Sin embargo, la mayoría de las explicaciones sobre la evolución de las tecnologías de la información (como la que se ha propuesto más arriba) padece un fuerte determinismo tecnológico. Es decir, con frecuencia olvidamos que una tecnología no sólo tiene implicaciones sociales, sino que también es producto de las condicionamientos sociales y económicos. El contexto histórico es un factor fundamental para explicar el éxito o fracaso de una tecnología frente a tecnologías rivales y las condiciones de su generalización. La sociedad actúa como propulsor decisivo no sólo de la innovación sino de la difusión y generalización de la tecnología. Por qué muchas de las primeras tablillas de arcilla con escritura cuneiforme eran inventarios de almacén? Impulsó la escritura la necesidad burocrática de inventariar los bienes que entraban en los almacenes reales? Por qué la imprenta no se desarrolló en China si ya se conocían las tecnologías que están en su base, incluyendo el papel, la prensa y los tipos móviles, antes que en Occidente? Influyó en ello la complejidad de sus sistemas de escritura? Por qué los primeros libros impresos fueron de

25 24 JORDI ADELL temática religiosa y conjuntos de tablas para cálculos comerciales? Quiénes eran los clientes potenciales de las imprentas? De todos los modelos de televisión posibles, por qué tenemos la que tenemos? Los protocolos de comunicación utilizados en Internet son una creación humana, producto de las necesidades percibidas por los investigadores y las instituciones que financian e impulsan la investigación. La explicación a todas estas cuestiones sólo puede hallarse en los contextos sociales, políticos y económicos en los que se crearon y desarrollaron como innovaciones. En resumen, todos estos avances tecnológicos han tenido lugar dentro de un determinado marco socioeconómico que hace posible no sólo su desarrollo en centros de investigación, o en garajes por parte de adolescentes inquietos, sino también su transferencia a la sociedad y su aplicación a la producción y a la vida cotidiana. La revolución tecnológica en los medios, canales y soportes de la información que está teniendo lugar ante nuestros ojos se puede englobar en un conjunto más amplio de cambios en la estructura productiva de nuestra sociedad. Un término define este conjunto de transformaciones: es la sociedad de la información. 2. EL IMPACTO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN (LA WEB 2.0) La etiqueta 2.0 se ha popularizado tanto que su uso comienza a ser objeto de críticas: se denomina «dospuntocerismo» a la tendencia a etiquetar con el «2.0» cualquier «lavado de cara», sin cambios sustanciales en sistemas, productos o servicios. Pero lo cierto es que ha calado en la imaginación popular. Buena prueba de ellos son los 97 millones de «hits» que da en Google la búsqueda «Web 2.0». Sin duda, es uno de los términos que más tinta (o electrones) han hecho correr en los últimos cinco años. En general, el «2.0» se utiliza para designar una nueva versión en la que los usuarios, anteriormente pasivos, toman un papel relevante. Así, simplificando mucho, el Periodismo 2.0 es aquel en el que los lectores son autores también de los contenidos, totalmente o en parte, o la Biblioteca 2.0 es aquella en la que no sólo se consultan obras, sino que ofrece medios digitales para la creación de artefactos culturales a los usuarios. La etiqueta «2.0» suele ir ligada a servicios que promueven la participación y la producción de valor por parte de los usuarios/consumidores. Pero ya refiriéndonos a la Web, el término «Web 2.0» fue utilizado por primera vez por una diseñadora, Dacy DiNucci, en 1999 en un artículo titulado «Fragmented Future» para referirse a los cambios estéticos y de diseño

26 NUEVOS MEDIOS PARA COMPRENDER EL MUNDO? 25 que comenzaban a apreciarse en la Web debido a que comenzaba a accederse a ella con distintos tipos de dispositivos, no sólo ordenadores. El concepto tal como lo conocemos ahora, sin embargo, lo acuñó Tim O Reilly, el presidente de O Reilly Media, en 2004 para designar una conferencia que estaba organizando. Al analizar una serie de empresas que se habían hundido durante el pinchazo de la burbuja «puntocom» el año 2001 y otras que habían sobrevivido y salido fortalecidas de la crisis, O Reilly propuso la idea de que otra generación, o versión, de la Web estaba tomando cuerpo en dichas empresas, una nueva versión que definió del siguiente modo: «Web 2.0 es la red como plataforma, extendiéndose a todos los dispositivos conectados: las aplicaciones Web 2.0 son aquellas que utilizan lo mejor de las ventajas intrínsecas de dicha plataforma: distribuyendo software como un servicio constantemente actualizado que es mejor cuanto más gente lo utiliza, consumiendo y remezclando datos de múltiples fuentes, incluyendo usuarios individuales, mientras proporcionan sus propios datos y servicios de manera que permiten a otros remezclarlos, creando efectos de red a través de una arquitectura de participación y que va más allá de la metáfora de la página de la Web 1.0 para proporcionar experiencias enriquecidas al usuario» (Tim O Reilly, 2005). Un par de gráficos nos ayudarán a comprender qué es la Web 2.0 y algunas de las ideas clave que hay tras ella. En la Web 1.0, alrededor del año 2000, un webmaster o administrador, en nombre de una empresa o institución, añadía documentos al servidor Web que administraba. Normalmente eran textos e imágenes estáticas. El ancho de banda no permitía muchas alegrías. Los internautas accedían a dicha información del mismo modo que a los medios de masas tradicionales: como lectores de diarios o espectadores. La Web 1.0 se asentaba sobre la metáfora de la página de una publicación impresa... no en vano se llaman todavía «páginas Web». La Web 2.0 propone una arquitectura y una visión de los intereses y necesidades de los usuarios bastante diferente: En primer lugar, el aumento en el ancho de banda ha permitido ampliar notablemente el tipo de medios que es posible distribuir por Internet vía Web. Además de textos (con hiperlinks) e imágenes, ahora tenemos sonido, vídeo, mapas interactivos, streams o flujos de información de diversos formatos en tiempo real (como televisión o música), servicios interactivos de comunicación (como chats, etc.), herramientas para crear on line contenidos de todo tipo, y un largo etcétera de diferentes formas de crear, organizar y difundir la información. Cualquier persona, por ejemplo, puede tener su propio canal de televisión par distribuir al mundo entero en tiempo real sus propias producciones

27 26 JORDI ADELL Figura 1: La Web 1.0 (basada en una ilustración de Frédéric Cozic accesible en < Figura 2: La Web 2.0 (basada en una ilustración de Frédéric Cozic accesible en <

28 NUEVOS MEDIOS PARA COMPRENDER EL MUNDO? 27 audiovisuales o simplemente las imágenes de la cámara de su portátil y el sonido registrado por el micrófono incorporado. En segundo lugar, tal aumento de la información ha exigido utilizar bases de datos y potentes servidores para gestionarla adecuadamente. De ahí las dos pilas de discos que se representan tras el servidor. Más abajo hablaremos de la explosión de información accesible on line. En tercer lugar, dicha información ya no es aportada únicamente por el administrador/a del sitio Web. Muchos servicios en realidad son bases de datos que almacenan y organizan la información que aportan los propios usuarios: las fotos de Flickr, los vídeos de YouTube, los blogs de Blogger o WordPress, etc., son situadas en dichos servicios por los usuarios. Los servicios, en sí mismos, son como enormes estanterías vacías, si se nos permite esta metáfora, en las que los usuarios crean, almacenan y distribuyen sus artefactos digitales. En cuarto lugar, los usuarios que acceden a dicha información disponen de sistemas para interactuar entre sí en relación a los objetos que comparten o a los que acceden. Cada foto de Flickr, cada vídeo de YouTube, por poner dos ejemplos, tiene asociado un foro para comentar o discutir dicho artefacto. Es más, los usuarios pueden crear perfiles (dándose de alta como usuarios en el servicio) para generar una identidad estable a lo largo del tiempo que permita unificar toda su actividad y, por ejemplo, asociar sus artefactos con sus comentarios, etc. Algunos sitios permiten que los usuarios se organicen en grupos por afinidades y gustos o creen «canales», colecciones de favoritos o espacios de comunicación dedicados para compartir sus gustos con los demás. Además se pueden suscribir a los canales o colecciones de favoritos de otros usuarios o grupos para estar informados de nuevas adiciones. Un servicio como Delicious, por ejemplo, facilitando su almacenamiento on line, permite compartir los enlaces favoritos de los usuarios, su etiquetado (folksonomías) y el acceso desde cualquier ordenador conectado a la red. Al buscar por etiquetas podemos acceder a los enlaces que otras personas han considerado interesantes y que han descrito con dicha etiqueta La Web como plataforma Quizá el aspecto más revolucionario de la Web 2.0 sea el hecho de que frente a la informática «de escritorio», en la que los documentos y aplicaciones de los usuarios residen en sus ordenadores, la Web se ha convertido en la «plataforma informática» tipo. Es decir, tanto el software de aplicación como los documentos residen «en la nube», esto es, en la red. La principal implicación es que el usuario sólo necesita un ordenador no demasiado potente pero

29 28 JORDI ADELL con un buen acceso a la red, para poder trabajar. El software reside en Internet y se accede a través de un simple navegador Web. Implica también el fin de las versiones del software, del concepto de las aplicaciones como productos y el inicio del software como servicio. La Web se constituye de este modo como el sistema operativo de los ordenadores, meros dispositivos de acceso a herramientas y documentos a través de Internet. Las suites ofimáticas (tipo Office), quizá las aplicaciones que la gente asocia más directamente a la palabra «software», son el ejemplo perfecto para explicar estos cambios. Antes, para elaborar un documento de texto era necesario un ordenador con un sistema operativo y una aplicación de edición de textos. Si, además, el documento era elaborado entre varias personas era necesario enviarlo por correo electrónico, copias actualizadas todas tras cada cambio o modificación. Tras varias rondas, la gestión de los cambios y las versiones del documento era un verdadero lío. La solución ideal es que el documento sea único, accesible en red y con un sistema de gestión de la concurrencia (para evitar la edición simultánea). Aplicaciones como Google Docs permiten crear y gestionar documentos de texto, presentaciones, calendarios y hojas de cálculo que residen en sus propios servidores en la red... con aplicaciones que también residen en la red. Sólo es necesario un navegador Web y una cuenta, gratuita, en Google. Otra implicación del hecho de que la Web se ha convertido en la plataforma informática es que todo nuestro software y documentos están disponibles en cualquier momento y en cualquier lugar y desde una amplia variedad de dispositivos. El acceso a Internet desde cualquier lugar ha propiciado la aparición de nuevos tipos de aplicaciones: las búsquedas de información geolocalizadas, por ejemplo, que sólo nos muestran información de los servicios, negocios o sitios de interés alrededor de nuestra posición actual, o las aplicaciones de realidad aumentada que nos permiten superponer sobre una imagen de la cámara de vídeo de nuestro teléfono información de todo tipo acerca de lo que vemos que procede de una búsqueda en la Internet. Las adaptaciones educativas de este tipo de aplicaciones está todavía por explorar La Web de lectura y escritura Un aspecto esencial de la Web 2.0 y que la diferencia de la Web 1.0 es la facilidad con la que los usuarios pueden ahora convertirse en creadores de contenidos. Los medios de masas tradicionales se caracterizan por tener un diseño asimétrico en la comunicación y una división clara de roles. Un periódico o una emisora de televisión, por ejemplo, tienen una sede central en la que trabajan periodistas y otros profesionales que elaboran los mensajes que

30 NUEVOS MEDIOS PARA COMPRENDER EL MUNDO? 29 se distribuirán a los lectores o televidentes. Dicho centro está sometido a control legal (regulación del espacio radioeléctrico), económico (una inversión cuantiosa, un conjunto de accionistas que esperan y exigen beneficios) y/o ideológico/político. A su alrededor, los receptores de los mensajes (los lectores o televidentes) no tienen ninguna posibilidad de utilizar el medio para difundir sus propios mensajes al resto de receptores: el medio es asimétrico y un receptor no puede convertirse en emisor. Ahora pensemos un momento en la blogosfera, el sistema formado por todos los weblogs o blogs de Internet y sus interconexiones. Abrir un blog en Internet y poner al alcance de cualquier usuario nuestros textos e imágenes, ideas y conceptos, críticas y opiniones, es cuestión de minutos. Basta seguir las instrucciones de los sitios que los ofrecen gratuitamente. De ahí que existan millones de blogs que funcionan, aisladamente, como pequeños medios de masas, dirigidos a un segmento de público determinado, y colectivamente, mediante sus conexiones, como un universo de discurso. Los blogueros en Internet son a la vez lectores y autores, consumidores de información y creadores de contenidos. Los roles tradicionales de los media se han difuminado. Algunos blogs tienen más audiencia e influencia que algunos medios de masas. Sin embargo, dado que existen millones, muchos apenas son seguidos por una minoría interesada. Y si los blogs convierten a cualquiera en autor y editorial, tenga mayor o menor talento y fortuna, servicios como Flickr o YouTube, ya mencionados anteriormente como paradigmáticos de la Web 2.0, nos permiten difundir fotografías y vídeos. O LiveStream nos ofrece un canal de televisión a cualquiera de nosotros, suponiendo que necesitáramos tal cosa. Todo gratuitamente, a cambio de publicidad, o a un precio reducido. Es cierto que la proliferación de canales de comunicación y el hecho de que cualquiera pueda ver su obra difundida por Internet trastoca el sistema tradicional de publicación y difusión de la información. Ahora el control de calidad está (o debería estar) en el receptor, no en el emisor como, supuestamente, estaba antes. Pero la credibilidad de las fuentes sigue siendo un activo y el amateurismo (sin tono peyorativo, literalmente: «por amor») produce obras de una calidad comparable si no superior a las creadas por profesionales. A fin de cuentas, cuando un editor comercial edita un libro es porque cree que será negocio, no por su calidad intrínseca. En ocasiones ambas cosas van de la mano. En otros casos, están absolutamente reñidas La inteligencia colectiva aflora a través de arquitecturas de participación Los sitios más citados como ejemplo de la Web 2.0 utilizan arquitecturas de participación para aprovechar la inteligencia colectiva (y, en ocasiones, generar beneficios a sus propietarios). El concepto de inteligencia colectiva es