= = q~ääéê= _~ëéë=é~ê~=ìå~=mêçéìéëí~=çé=kìéî~=iéó= lêö åáå~=çéä=qê~ä~àçò=

Transcripción

1 q~ääéê _~ëéëé~ê~ìå~mêçéìéëí~çékìéî~iéó lêö åáå~çéäqê~ä~àçò NPóNQÇÉ^ÖçëíçÇÉOMMV i~`çåëíáíìóéåíéëáåçáå~äñêéåíé~ìå~åìéî~iéóçéäqê~ä~àçw páåçáå~íçëk~åáçå~äéë oçä~åçça ~ò 1

2 En el mundo, las organizaciones sindicales se enfrentan a una severa crisis de legitimidad, provocada por: una menor tasa de afiliación, por la disminución del poder de negociación frente a los otros actores, patronos, gobiernos. Un cuestionamiento a su rol institucional, y sobre todo en Venezuela una extrema polarización de las organizaciones sindicales. Uno de los problemas más preocupantes del sindicalismo en nuestros días es la caída de los niveles de sindicalización y el consiguiente resquebrajamiento de su condición de actor social fundamental. El norte de cualquier estrategia sindical en estos tiempos tiene, necesariamente que plantearse como objetivo, revertir esa tendencia, para lo cual se precisa revisar, por lo menos, los siguientes asuntos: A. Las causas que originan el distanciamiento de los trabajadores de sus organizaciones tradicionales. Se trata de hacer un balance descarnado y autocrítico de lo que el sindicalismo ha hecho hasta ahora, desde la falta de democracia y la corrupción, pasando por la revisión de su estructura y su programa de acción. B. El estudio de las nuevas formas de organización del trabajo y el impacto de las nuevas tecnologías en la estructura y funcionamiento de las empresas. Las incidencias de tales cambios sobre los salarios, la cultura y las actitudes de los trabajadores. En particular interesa destacar el tema de la formación profesional por su obvia incidencia en la conformación de una clase trabajadora distinta a la tradicional. C. De igual modo importa fijar posición sobre problemas como la tipología de contrato de trabajo que va emergiendo a merced de la subcontratación, el empleo temporal, el trabajo por horas y las dificultades que confronta la actividad sindical en esos escenarios. D. El desempleo y la informalidad como expresión de serios problemas estructurales que demandan del sindicalismo alguna respuesta, pues es evidente su influencia en los salarios y la seguridad social. Estos dos últimos asuntos tienen que ser examinados en este contexto. E. En ese mismo sentido se debe profundizar en el principio de autonomía sindical, frente al estado, los patronos y los partidos 2

3 Un aspecto resaltante en la actual crisis del sindicalismo en América Latina, es su notoria pérdida de liderazgo sobre el conjunto de la sociedad. Con contadas excepciones (Brasil, Uruguay), en Latinoamérica se registran, evidentes manifestaciones de las carencias y el debilitamiento de las organizaciones de trabajadores. El 70% de los trabajadores en América Latina y El Caribe, no están sindicalizados. Sus luchas suelen no concitar el entusiasmo de otros y no pocos conflictos, en lugar de obtener el respaldo popular, reciben claras expresiones de rechazo, sobre todo, aquellos que tienen como escenario algún servicio público. Un notorio alejamiento entre dirigentes y dirigidos va tomando cada vez mas cuerpo, poniendo en entredicho la representatividad del liderazgo sindical para encauzar iniciativas de redención social, o sencillamente, reivindicativos. El taylorismo-fordismo como formula organizacional de la producción, con sus grandes concentraciones obreras y sus gigantescas plantas industriales esta siendo sustituido por unidades de producción mas bien pequeñas y paradigmas de gestión distintas a la tradicional cadena de montaje. La mundialización y las fuerzas del mercado exponen a la empresa a una competencia mas enconada. Menoscabar los mercados protegidos en los cuales estaban acostumbradas a actuar las empresas, y hacer de la flexibilidad en su seno un requisito previo para poder amoldarse a la rápida evolución de los mercados de productos. Las empresas han reaccionado a todo ello transformando el modo de organizar el trabajo y la producción. De ahí la necesidad de adaptar las relaciones laborales. (...) para poder sobrevivir en un mundo mas integrado y mas interdependiente, muchas empresas han renunciado a la producción en masa y la competencia se funda hoy en bases mas amplias: producción integrada, calidad de los productos, posibilidad de atender exigencias especiales de los clientes, facultad de adaptación a las fluctuaciones del mercado (1). Tales cambios organizacionales están íntimamente ligados a los progresos de la técnica, a la revolución de la informática y tienen, sin lugar a dudas, efectos obvios sobre la estructura de las relaciones de trabajo. Al trabajador común, la cadena de montaje, a puestos concebidos para tareas simples, le suceden mutaciones complejas. Se habla ahora de trabajadores polivalentes a los 3

4 cuales se exigen mayores conocimientos, destrezas y capacidad de adaptación a las exigencias del mercado y de la producción. En la empresa moderna ha comenzado a renacer el trabajo en equipos y se configuran mecanismos inéditos de relación entre los trabajadores y la gerencia que merecen detallado estudio. Al punto, la remuneración del trabajo deja de atender a los viejos patrones de la negociación colectiva centrada en aumentos generales y uniformes para enfatizar aspectos individuales como las calificaciones y el rendimiento. Los llamados círculos de calidad de origen japonés y sus distintas adaptaciones, puestos en escenas en las fábricas, en la medida que horizontalizan las relaciones de trabajo y ponen énfasis en sus aspectos individuales van constituyéndose en competidores directos de las organizaciones sindicales, con todas las implicaciones que ello tiene para la autonomía colectiva y su desarrollo. Aquí, la negociación directa trabajador-gerente tiende a reducir el peso de los convenios colectivos y desdibuja los contenidos de la solidaridad. La relación salarial en el modelo Taylorista-Fordista produjo trabajadores con representaciones, intereses y valores relativamente unificados. La solidaridad se construía por semejanza, por coexistencia de un mundo de valores compartidos, por agregación mecánica de situaciones e individuos. El sindicato era un simple acumulador de solidaridades mecánicamente agregadas (...) La solidaridad en el nuevo escenario deberá construirse, consensuarse, proyectarse.(2) Se colige entonces que las nuevas formas de organización del trabajo, demandan un trabajador mejor calificado, que la relación de este con la empresa se hace mas directa y mas proclive a una cultura productiva, que los salarios atienden a la situación de la empresa, a las destrezas del operario y a su rendimiento, que el trabajo en equipos, los círculos de calidad, etc., tienden a debilitar la presencia sindical en la empresa y a hacer mas difícil la sindicalización. La descripción de tal escenario nos permite advertir la necesidad de actualizar la agenda sindical para incluir como prioridad en su programa respuestas acordes con la magnitud de tales desafíos. 4

5 En Venezuela el modelo organizativo prevaleciente es el sindicato por empresa cuyas características de esta estructura esta compuesta por: Trabajadores formales - con mayor presencia de representación en el sector público que ene el privado - en el sector privado mayoritariamente pequeños sindicatos - Contratación colectiva como principal instrumento (básicamente de empresas, no de sector). Decreto Fuertemente tutelada y reglamentada por el estado, LOT, Art. 420 a 442 Registro y funcionamiento de las organizaciones sindicales y de los fondos sindicales. - Históricamente vinculada a los partidos políticos. - Con tendencia a la burocratización y al personalismo. - Reducción de la sindicalización (40% en 1974, 11% en 2008) Este modelo prevaleciente en el país contribuyó al debilitamiento del movimiento sindical venezolano donde hoy en día con mas de 6250 sindicatos, se advierte el grado de dispersión, polarización y paralelismo sindical que es la característica del Movimiento Sindical Venezolano. A diferencia de algunas posiciones esbozada por un alto funcionario, consideramos un síntoma de debilidad no de fortaleza esta explosión de pequeños y múltiples sindicatos en el país. Alentar esta dispersión es contribuir a la desaparición del movimiento sindical como actor social de cierta relevancia. Este modelo de sindicato por empresa, además de contribuir al debilitamiento del sindicalismo es un modelo excluyente, el cual excluye a : - Los que trabajan en empresas de menos de 20 trabajadores - a los temporales, descentralizados, subcontratados, tercerizados e independientes-dependientes. - a los que no tienen trabajo y lo buscan. - a los jubilados. - a los trabajadores por cuenta propia de la economía autogenerada, cuando son la mayoría de la PEA en casi todos los países de la región. 5

6 - Limita la aplicación y desarrollo de los convenios OIT 87 y 98. Mas que una ventaja la proliferación de sindicatos pequeños es una de las mas fuertes trabas que paralizan el desarrollo del movimiento obrero. LOS SINDICATOS NACIONALES La constitución de Sindicatos Nacionales no es una panacea que remedie todos los problemas y deficiencias del Movimiento Sindical, pero sí ayudarían a eliminar algunos de los factores de fragmentación, a obtener mayores recursos materiales, a democratizar las estructuras internas del sindicalismo, a obtener una mayor capacidad de presión para la negociación y un mayor grado de influencia sobre otros centros de decisión. Qué es un sindicato nacional? Es la organización sindical de primer grado que puede afiliar a todos los trabajadores de determinada rama de producción (industria, comercio o servicios) que labore en cualquier profesión u oficio, en cualquier empresa o establecimiento de esa rama de producción, en cualquier lugar del territorio del país. Crear grandes sindicatos nacionales por rama de actividad es una de las directrices que mas resistencia ha tenido en el movimiento sindical. Cierto caudillismo aferrado a su cuota de poder se niega a encarar el desafío de propiciar el nacimiento de tales organizaciones El redimensionamiento de la empresa y del taller como el escenario de los grandes cambios en la organización de la producción, seguramente abonará razones a esa actitud. No obstante el planteo sigue siendo correcto. Un sindicalismo atomizado en pequeños sindicatos de empresas sin adecuados niveles de coordinación y con un menguado poder de convocatoria no reúne los requisitos elementales para postular pretensiones de cambio social. Ahora bien, la creación de grandes sindicatos, implica también internalizar convicciones democráticas respecto a su funcionamiento. No es posible conciliar el reclamo democrático que se le hace al estado con su absoluta o parcial negación en el ejercicio de la actividad sindical. Las exigencias de las masa asalariadas son cada día mayores en ese sentido. El eventual encuentro con sectores técnicos y profesionales acentuará esos requerimientos, de manera que asumir el desafío democrático, consustanciarse 6

7 con las bases, consultar su opinión respecto de sus problemas básicos y garantizarle su eficaz participación en la elección de sus dirigentes resulta indispensable, en el camino de relanzare el movimiento a la conquista de los espacios perdidos. La creación de Sindicatos Nacionales, es más que una labor de un legislador, o del órgano encargado de elaborar las leyes, es una tarea de los propios dirigentes sindicales y sus organizaciones ; si ellos no están convencidos de la pertinencia de este modelo organizativo será muy difícil su implementación. Las organizaciones sindicales no pueden (ni deben) delegar sus funciones específicas de crear sus propias estructuras. Organizaciones que nacen amparadas e impulsadas desde afuera del propio movimiento de los trabajadores tienen los pies de barro y su vida es tan corta como de aquél que la ampara. Ahora bien el legislador puede contribuir a facilitar la constitución de Sindicatos Nacionales desde una norma pero es preciso insistir de que la creación de estos sindicatos tiene que ser fundamentalmente obra de los propios trabajadores y de sus organizaciones. Para la tarea del legislador es que damos las siguientes sugerencias que facilitarían la creación de Sindicatos Nacionales por Rama de actividad: Se debe establecer en forma clara que es obligación del estado priorizar la negociación colectiva por rama de actividad y con la participación de Sindicatos Nacionales. En lo referido al tipo de organizaciones sindicales, por supuesto que se debe respetar los establecido en el convenio 87 de la OIT referido a la libertad de agremiación se puede decir que los sindicatos podrán ser locales, estadales, regionales o nacionales. La existencia de sindicatos nacionales tendrá preferencia al momento de representar a los trabajadores en las discusiones de convenciones colectivas. La existencia de sindicatos nacionales no podrá interpretarse como excluyente del derecho de los trabajadores de crear o mantener sindicatos regionales o de empresa en la rama respectiva. Una de las dificultades actuales establecidas en la LOT vigente es el número exigido para reconocer un sindicato nacional por eso sugiero que, cuando se trate de Sindicatos Nacionales se requiera para constituirlos cien (100) 7

8 trabajadores, pudiendo los trabajadores no dependientes incorporarse a los sindicatos nacionales correspondiente a su actividad.. El tema de los fueros sindicales es una de las trabas mas fuerte que se interponen a la creación de los sindicatos nacionales, los dirigentes de los sindicatos de empresa se resisten a perder sus fueros y licencias sindicales en ese caso las empresas serán seccionales del sindicato nacional y conservarán sus prerrogativas, Cuando un sindicato nacional tenga seccionales en entidades federales, los miembros de la junta directiva de la seccional de una entidad federal gozarán de la inamovilidad prevista en los artículos respectivos. Estas son algunas sugerencias que desde el ámbito legislativo pueden contribuir a la creación y funcionamiento de los Sindicatos Nacionales por Rama en el País. Bibliografía: (1) El trabajo en el mundo N 197 publicación OIT. (2) A.. M. Catalano revista el mundo del trabajo N 279 publicación OIT. 8