DISTINTOS TIPOS DE JUEGOS Y APUESTAS,

DISTINTOS TIPOS DE JUEGOS APUESTAS, CON SUS CONSECUENCIAS EN LA VIDA DEL CRISTIANO EN LA SOCIEDAD EN GENERAL. Córdba, 9 de Juli de 2008.-

Nadie puede servir a ds señres, pues menspreciará a un y amará al tr, querrá much a un y despreciará al tr. N se puede servir a la vez a Dis y a las riquezas. Mate 6:24 QUÉ TIENE DE MALO Cm Pastral Scial de la Iglesia crdbesa desde dnde cn firme cnviccióncreems aprtar a la cnstrucción del Rein a través de nuestr servici en el ámbit de l scial, hy querems cmpartir cn nuestr padre Mns. Carls Ñáñez, y cn él a tda la cmunidad eclesial, la precupación sbre el jueg de azar y sus cnsecuencias inclus en el ámbit de nuestra vida eclesial. Desde nuestra fe acudims a Jesucrist, Señr de la histria, y le dirigims una súplica cnfiada para pner baj su mirada prtectra nuestras precupacines, desvels y esperanzas. A Él le frecems nuestr cmprmis pastral en favr de su Puebl, especialmente de sus miembrs más pbres, débiles y sufrientes. Hems querid cmenzar este trabaj desde el text de San Mate el cual estará presente cm espíritu animadr a l larg de td este desarrll. El títul ns muestra nuestra ingenuidad y cm muchas veces cn buenas intencines cnducims al errr a la desrientación, inclusive al escándal, a nuestrs hermans en la fe. Descubrims que para una gran mayría de la cmunidad eclesial en Córdba, este tema del jueg de azar es un ámbit descncid y desinfrmad. Esta realidad se acentúa, aún más cuand desde el Estad y empresas privadas se l muestra cm nrmal y lícit. Per l nrmal y l lícit muyas veces es mral y tras tantas inmral y hasta en clara cntradicción cn el Evangeli. Al tema que ns referirems es un de ells. Sstenems que cm Iglesia, debems discernir a la luz del Evangeli y de ls signs de ls tiemps el dañ que el jueg institucinalizad prduce en nuestra realidad crdbesa. También sms cnscientes, de que nuestr md de funcinar crrespnde muchas veces a un paradigma (mdel perativ) que hace much está en crisis, cn diverss signs que ns indican su caducidad. La Iglesia se encntraba bien inserta en el mund que desaparece per permanece tdavía descncertada en el que se está alumbrand. Tdavía actuams cm si estuviérams en una sciedad hmgéneamente cristiana, cm si gzárams de un lugar scial incuestinable y de privilegi. Sin embarg, la experiencia ctidiana ns muestra que hy tenems que ganarns un lugar sabiend que la cultura y la vida de la sciedad ya n se identifican 1 de 68

sin más cn el mensaje de la Iglesia. Utilizams lenguajes que muchs ya n cmprenden y ns cuesta encntrar un md nuev de hacer presente la Palabra permanente del Evangeli en una sciedad de palabras relativas y caducas. Sin embarg, l que se ns pide n es exactamente una adaptación a las reglas de jueg que hy existen en la sciedad, se trata de una cnversión pastral para ser en este tiemp y esta histria cncreta la Iglesia de Jesucrist. Ante la lógica de prducircnsumir-divertirse que hy prevalece n sól en el mercad sin inclus en muchas iniciativas del Estad, ante el individualism de persnas y grups en ls cuales predminan ls bjetivs y fines ligads exclusivamente a sus prpis intereses, frente a nuestra escasa cnciencia del bien cmún y cmprmis cn él, nuestra Iglesia tiene que frecer una alternativa en fidelidad al Evangeli y al hmbre de este tiemp 1. Nuestr únic interés cn este trabaj es animar a la cmunidad eclesial a un mayr cncimient de la temática sbre el jueg de azar y a ser astuts frente a las prpuestas atrayentes y legales ante nuestras ingenuidades y necesidades. La metdlgía que elegims para esta prpuesta es la del VER, JUZGAR OBRAR. Pr tra parte, cm Iglesia, en nuestr camin pastral ya hems marcad un rumb a la luz del discernimient en el Espíritu. Este rumb n puede serns ajen, desde allí querems recrrer esta prpuesta. CAPITULO I VER. EL JUEGO EN LA REALIDAD CORDOBESA. DESDE EL DIAGNÓSTICO PASTORAL. EL JUEGO EN UN CONTEXTO MÁS AMPLIO. EL JUEGO EN NUESTRA REALIDAD CORDOBESA. CAPITULO II JUZGAR. MARCO PASTORAL REFERENCIAL DESDE EL MAGISTERIO PONTIFICIO DE JUAN PABLO II: EVANGELIUM VITAE DESDE EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. DESDE LA REFLEXION DE LA COMISIÓN EPISCOPAL DE JUSTICIA PAZ. DESDE LA REFLEXIÓN MISMA ACERCA DE LA MORALIDAD DE LOS JUEGOS DE AZAR. LA LUDOPATÍA O LUDOMANÍA. EL JUEGO... DE UNA SANA DIVERSIÓN A UNA PELIGROSA ADICCIÓN...? DIOC. DE S. CARLOS DE BARILOCHE - Dpt. de Pastral Scial Nv. 2006 1 Segund núcle diagnóstic: La inquietud pr un mund que acaba y el desafí de cnstruir tr que nace 2 de 68

LEON XIII A LOS EMPRESARIOS. DESDE EL IDEAL. CAPITULO III OBRAR. NOSOTROS COMO IGLESIA. EN LA DIRECCIÓN DE LAS LÍNEAS DE ACCION PASTORAL EN COHERENCIA CON LO ACTUADO POR LA PASTORAL SOCIAL A PROPÓSITO DE LAS LEES DE MODERNIZACIÓN DEL ESTADO LA PRIVATIZACIÓN DEL JUEGO LAS MAQUINAS TRAGAMONEDAS (1999-2000). TENIENDO EN CUENTAS LOS VALORES. NUESTRO PARECER COMO EQUIPO DE PAST. SOCIAL. 3 de 68

CAPITULO I VER: EL JUEGO EN LA REALIDAD CORDOBESA. DESDE EL DIAGNOSTICO PASTORAL Cm decíams anterirmente, n pdems tratar este tema cmplej si n es partiend desde el diagnóstic dicesan. En el mism, dnde se tratan Las nuevas pbrezas y el anhel de justicia y slidaridad ns intrducims al núcle de nuestr pr qué y pr quién. Cnstatams la presencia de nuevs y variads tips de pbrezas y de pbres en nuestra sciedad: marginalidad, excluids, ancians, niñs, ls que han perdid el sentid de la vida, etc. generads pr las estructuras injustas del mdel neliberal imperante y la cmplicidad de tantas cnductas (Cfr. NMA 34-39). Muchas pbrezas y pbres están delante de nstrs y n ls descubrims, n hems sabid llegar a tds ells y nuestra evangelización n ha pdid frecer el necesari acmpañamient e iluminación ante ls cambis histórics y sciales vivids en nuestra patria. En muchas casines hems expresad el riesg del aislamient, inclus la cnstatación de que vivims precupads para adentr. Est ns interpela fuertemente a ver cn el crazón y al crazón ya que pdems estar ciegs n detenerns y seguir encerrads en las mipías prpias de ls craznes endurecids y n sentirns interpelads y pasar de larg (Lc. 10, 30-37). Nuevs rstrs de pbrezas aparecen a nuestr alrededr, cn múltiples y desafiantes expresines per ns cuesta detenerns y vencer inercias, temres y precaucines que ns paralizan que ns hacen caer en fórmulas asistencialistas burcráticas. Ns cuesta también cmprmeterns de una manera nueva para que sea cn ls pbres y desde ells. Tenems que cnvertirns, salir de nstrs misms, atreverns a una nueva imaginación de la caridad, encntrand ls nuevs camins para las nuevas necesidades. Así el anhel de la cmunión de bienes en el sen de nuestra Iglesia Arquidicesana pdrá ir siend cada vez más realidad. Ésta cmunión de bienes, expresión del amr fratern y un sign en nuestra sciedad cnsumista y cmpetitiva, requiere de actitudes permanentes (n bastan ls acts aislads), de mucha dcilidad a la gracia, creatividad y paciencia para hacerse vida. Tmams cnciencia cn alegría de muchs signs que el Espíritu de Dis suscita en nuestra Arquidiócesis a favr de ls pbres, débiles y sufrientes: el trabaj de Caritas, las iniciativas de Pastral de la Salud, la pastral carcelaria, la pastral scial, el vluntariad en distints servicis cn una gran participación de jóvenes; cm así también ls gests de slidaridad de nuestr puebl argentin y de la sciedad tda y la capacidad que muestran ls pbres para sbrepnerse y luchar pr una vida más digna cuand tienen una prtunidad para es. Vems también que las situacines dlrsas persnales sciales- mvilizan a la participación de muchs para buscar nuevas expresines de caridad fraterna y 4 de 68

cristiana. Tds ls cristians sentims el inmens desafí de imaginar nuevs mds de estar cerca de ls más pequeñs, sabiend que sól llegand a ls últims llegarems a tds 2. Además el núcle diagnóstic sbre La inquietud pr un mund que acaba y el desafí de cnstruir tr que nace ns refleja nuestra perplejidad frente a ests cambis vertiginss que ns desrientan y ns paralizan. Per cn la presencia del Espíritu, pdems mirar nuestra realidad para cmprenderla y así dar una respuesta evangélica. En este nuev cntext hems identificad muchs síntmas que muestran una inadecuación entre la realidad y nuestr md de cmunicarns y relacinarns cn ella: Hay amplias franjas y sectres a ls que n llegams. Muchas de nuestras iniciativas n parecen despertar interés sn aparentemente estériles. La perplejidad que experimentams fácilmente ns lleva a la repetición rutinaria, a la imprvisación y a cnservar l que queda, sin demasiada iniciativa evangelizadra. Siend múltiples las causas de esta situación, ns parece que la más prfunda de ellas es que el paradigma desde el que funcinams (que es el mdel perativ cncret de nuestra acción) parece respnder a una realidad que ya n existe, est significa que necesitams situarns desde un nuev paradigma. Estams cambiand de mund y de sciedad. Un mund desaparece y tr está emergiend, sin que exista ningún mdel preestablecid para su cnstrucción. El situarns desde un nuev paradigma n pasa tant pr frmulacines teóricas, muchas de las cuales ya han madurad en la Iglesia cn claridad en estas últimas décadas, sin pr una cnversión, trasfrmación de la vida y de nuestr md de funcinar. Aunque Dis siempre ha escrit la histria a partir del rest fiel en pequeñez, fragmentación y escasez- si nstrs n cambiams es muy prbable que en lugar de ser levadura y ferment del Rein ns transfrmems en una mera presencia residual que se desecha pr n trgar sabr ni hacer crecer la masa (Cfr. Mt 13,33). 3 EL JUEGO EN UN CONTEXTO MÁS AMPLIO. Ls prblemátics beneficis del jueg de azar. Sigue expandiéndse, a pesar de ls temres pr sus cstes sciales. NUEVA ORK, sábad, 25 juni 2005 (ZENIT.rg).- El jueg de azar, en tdas sus frmas, gza de ingress cada vez mayres. Las apuestas en Internet han aumentad especialmente en ls últims tiemps. El 27 de juni PartyGaming, la empresa prpietaria de la principal página web de póquer nline del mund, esperaba salir pr primera vez a blsa, freciend el 23% de sus accines en la Blsa de Lndres. 2 Diagnóstic dicesan. Plan Pastral Arquidicesan 3 Diagnóstic dicesan. Plan Pastral Arquidicesan 5 de 68

Las estimacines del valr de la cmpañía fluctúan, per según un reprtaje en Reuters el 15 de juni, la venta de accines pdría alcanzar ls 2.100 millnes de dólares. Esta cantidad es mens de l que riginalmente se pensó, debid a ls temres sbre la legalidad del jueg nline en Estads Unids. Reuters cntaba que PartyGaming, fundada en 1997, en las hras de máxima cnexión tiene más de 70.000 persnas cnectadas. La empresa ha declarad uns ingress de 222 millnes de dólares en el primer cuatrimestre de este añ, cn una benefici perativ de 128 millnes de dólares, un 81% más que el añ anterir. Un editrial del 6 de ener en el Christian Science Mnitr daba alguns dats sbre el aument del jueg nline. En 1996, 30 páginas webs ganarn apenas 30 millnes de dólares en apuestas. El añ pasad est había crecid hasta las 1.600 páginas webs, sumand las apuestas cerca de 7.000 millnes de dólares. Se piensa que aumentará hasta ls 9.800 millnes este añ. La ley que rige tales páginas n está claramente definida en Estads Unids, y en cualquier cas las empresas pueden perar en el extranjer. Hasta ahra, las prpuestas planteadas al Cmité de Actividades Bancarias del senad de Estads Unids de impner regulacines más estrictas se han quedad en nada. Est quizá se deba en parte, bservaba el editrial del Christian Science Mnitr, a ls más de 9 millnes de dólares en cntribucines hecha el añ pasad a ls fnds tant del partid demócrata cm del republican. El jueg en general, y n sól en Internet, está en auge. En Gran Bretaña, el mntante anual de la industria del jueg alcanzó el añ pasad ls 78.000 millnes de libras (141.000 millnes de dólares), según un editrial del 4 de juni del periódic Guardian. También han subid las pérdidas de ls jugadres, hasta ls 8.700 millnes de libras (15.800 millnes de dólares) del añ pasad, de prmedi, 400 libras (727 dólares) pr cada persna trabajadra. Ls italians también sn cada vez más dads a apstar. El diari La Stampa infrmaba el pasad 3 de diciembre que, a finales del 2004, se esperaba que ls italians hubieran apstad 23.100 millnes de eurs (27.900 millnes de dólares) en juegs prpiedad del gbiern. Ests juegs incluyen lterías y apuestas de fútbl y carreras de caballs. La cantidad equivale al 2% de prduct interir brut del país. La suma ha subid de frma marcada en ls últims añs. En el 2000 la cantidad apstada era de 14.300 millnes de eurs (17.300 millnes de dólares según el cambi actual). Diner cntante Ls gbierns sn ls más grandes beneficiaris del aument del jueg. En Canadá, pr ejempl, un artícul del Glbe and Mail del 6 de ener bservaba que las ganancias de ls juegs prpiedad del gbiern habían superad ls 11.800 millnes de dólares canadienses (9.500 millnes de dólares) en el añ 2003, cuatr veces más que hace una década. 6 de 68

Per ls cstes sanitaris y sciales del jueg sn también grandes. El periódic afirmaba que alguns estiman que de 200 a 400 suicidis currids en Canadá se han relacinad cn prblemas de jueg. mientras que ls ingress gubernamentales de tras actividades ptencialmente dañinas, cm el tabac el alchl, han disminuid pr las restriccines en la publicidad, en Canadá, el estad mism gasta cantidades cnsiderables en prmver el jueg. En Gran Bretaña, ls ingress pr la venta de billetes de ltería se usan cada vez más para ls gasts nrmales de gbiern, en lugar de ir a «buenas causas» y pryects culturales, cm se prmetió cuand se implantó la ltería hace 10 añs. El añ pasad, un terci de ls ingress del gbiern pr lterías, más de 430 millnes de libras (782 millnes de dólares), fue a gasts rdinaris de salud, educación y medi ambiente, infrmó el 15 de juni el Telegraph de Lndres. En Estads Unids, alguns gbierns estatales dependen cada vez más de ls ingress del jueg, bservaba el 31 de marz el New rk Times. En Rhde Island, Dakta del Sur, Luisiana, Oregón y Nevada, ls impuests sbre las diversas frmas de jueg suman más del 10% de ls ingress ttales del gbiern. Otrs estads, cm Delaware, Virginia Occidental, Indiana, Iwa y Mississippi, están cerca de alcanzar el 10%. En Dakta del Sur, dnde ls ingress del jueg dan actualmente al estad el 13,2% de su renta, ls legisladres del estad han rechazad las prpuestas de limitar el jueg debid a ls prblemas sciales creads cm cnsecuencia del mism. Ls legisladres se mstrarn precupads sbre dónde encntrar fuentes de ingress alternativas. David Knudsn, un senadr republican de Siux Falls, declaró al New rk Times que quienes se pnen al jueg suelen hablar de ls peligrs de ls jugadres prblemátics. «Per el mayr adict ha llegad a ser el gbiern del estad que se ha vuelt dependiente de él», indicaba. Cstes sciales Se está prestand más atención a ls cstes asciads al jueg. El 8 de abril, el Christian Science Mnitr infrmaba de un estudi llevad a cab pr Edward Mrse, un prfesr de derech en la Escuela Universitaria Creightn de Derech en Omaha, Nebraska, y su clega, Ernest Gss. Descubriern que la llegada de un casin a una ciudad puede aumentar ls ingress lcales debid a ls puests de trabaj que crea, llevand a un descens de las bancarrtas persnales. Sin embarg, después de llevar varis añs perand el casin las bancarrtas persnales aumentan un 2% al añ, en cmparación cn las ciudades que n tienen casins. El estudi, que examinaba dats de 1990 al 2002, cncluía que cuand ls casins llevan tiemp y se abren en tras ciudades instalacines 7 de 68

cmpetidras, el númer de turistas cae y, al mism tiemp, el númer de jugadres prblemátics aumenta. El añ pasad se publicó un detallad análisis del impact ecnómic del jueg en Estads Unids, en el libr «Gambling in America: Csts and Benefits» (El Jueg en América: Cstes y Beneficis) (Cambridge University Press). El autr, Earl Grinls, un prfesr de ecnmía de la Universidad de Illinis, ha seguid de cerca la industria del jueg durante muchs añs. Para cmenzar, indicaba que el prces de aprbación del jueg pr las cmisines gubernamentales ls cmités legislativs suele tener defects, cn una carencia de análisis detallads sbre la pryección de cstes y beneficis de las nuevas instalacines. quienes tienen much diner en jueg tienen un gran interés, a la hra de hacer las prpuestas, de presentar una visión parcial de ls beneficis del jueg. El prces de aprbación puede también trcerse debid a las masivas presines de la industria del jueg. Grinls cita, entre trs ejempl, cóm una vez en Texas 74 persnas se dedicarn a hacer presión a ls legisladres a favr de una prpuesta para extender el jueg. Entre 1991 y 1996, la industria del jueg pagó más de 100 millnes de dólares en dnacines a ls legisladres y gasts de grups de presión. En cuant a la cuestión de ls beneficis ecnómics creads pr ls casins, Grinls bserva que n es suficiente cn sól cntar el númer de puests de trabaj creads. Ls puests de trabaj sn sól un factr en el desarrll ecnómic, afirma. De hech, ls nuevs puests de trabaj en un casin suelen cmpensarse cn las pérdidas de ls negcis cercans que se ven dañads, cm ls restaurantes. Grinls sstiene que es necesari que añadams ls cstes sciales del jueg. Ésts incluyen crímenes, cm el fraude y la malversación; las bancarrtas; ls suicidis; y ls cstes familiares cm el descuidar a ls hijs. Cn frecuencia, las cmunidades dnde se abren casins se ven bligadas a aumentar ls impuests para pagar ls cstes asciads cn ests factres, mientras que el gbiern del estad es quien recibe ls ingress. El autr del libr cncluye que, a pesar de que es necesari investigar más, ls juegs de casin «n superan el examen de cste y benefici pr un ampli margen». Alg que hay que tener presente cuand ls gbierns, hambrients de diner en efectiv, se prpnen extender el jueg 4. EL JUEGO DE AZAR EN ARGENTINA. 4 Zenit. ZS05062503-25-06-2005 Permalink: http://www.zenit.rg/article-16132?l=spanish 8 de 68

Lunes 24 de marz de 2008 Nticias Buscadr Nta Editrial I Peligrsa prliferación del jueg A l larg de la histria, se han cread innumerables juegs, alguns para el divertiment, y trs destinads a la apuesta y a la ganancia. Ests últims sn ls juegs de azar, en ls que el lucr n depende tant de la cndición del jugadr cuant de la suerte, tal cm acntece cn la ruleta cn las máquinas tragamnedas, en las que el jugadr se enfrenta a una máquina previamente prgramada que sól de vez en cuand permite pequeñas ganancias. Cn la electrónica, ls juegs de azar se han vestid de espectacularidad y magnificencia, pues mediante luces, snids y músicas prpias atraen clientes. Este entrn y la supuesta prmesa de la máquina de dar, en algún mment, la gran ganancia, cnvierte a ests juegs en peligrsamente adictivs. Entnces, el sentid de l lúdic es sustituid pr la apuesta y el ansia de una ganancia que n llega. Así se altera la relación jugadr-máquina a tal punt que se crea una fatal dependencia. En ese mment, el jueg es capaz de cnvertirse en pasión claramente patlógica. La prliferación de casins y lugares para apuestas han atraíd a mucha gente que termina enviciada cn ls juegs de azar. La adicción al jueg entre adults mayres prduce estrés, drgas, ansiedad, alchlism, pérdida de diner u trs bienes, y destrucción de familias e individus. Ls casins y ls lugares de jueg se cnvierten en la familia del adict y, de esta frma, el jueg se trna parte de una interacción scial amplia que prmueve el vici. Esta enrme multiplicación de casas de jueg a caball de una precupante alianza cn el pder plític ha encendid luces de alerta en la Iglesia y en la psición. En efect, el presidente de la Cmisión de Pastral Scial, el bisp Jrge Casarett, ha denunciad que "el pder ecnómic de ls grandes empresaris del jueg y sus alianzas cn ls pderes plítics sn enrmes" y que "la cmpra de vluntades y de apys n recnce límites". Per su denuncia fue más explícita aun cuand señaló: "Muchas veces, funcinaris hnests han tenid que sprtar presines desde diverss estrats del pder para vtar leyes autrizar cncesines que faciliten el enriquecimient desmedid de uns pcs a csta de la degradación de muchs". También desde la psición se alzarn vces críticas ante la prórrga de algunas cncesines estatales y ante el avance desmedid del jueg en el país. Del mism md, se advirtió que el jueg está avanzand en lcalidades que n sn turísticas y 9 de 68

que, sin una buena regulación, esta actividad termina succinándles el blsill a humildes trabajadres. Según fuentes vinculadas cn la industria del jueg, casins, tragamnedas y bings legales mueven uns 13 mil millnes de pess al añ. De acuerd cn ls registrs que lleva la Cámara Argentina de la Industria del Jueg de Azar (Caija) unas 2500 persnas tienen algún trabaj relacinad cn esta actividad en permanente crecimient. Pr su parte, la Cámara de Bings señaló que en la prvincia de Buens Aires estas salas de jueg facturan 150 millnes de pess pr mes y que el parque de tragamnedas se duplicó, al pasar de 7000 a 14.000 unidades. En Victria, Entre Rís, se calcula que unas 12.000 persnas pasan cada fin de semana pr el casin. sn cients de miles ls cncurrentes a las tragamnedas instaladas en el Hipódrm de Palerm y a ls casins fltantes instalads en la zna de Puert Mader. En la adicción patlógica, el jueg pierde su carácter placenter para cnvertirse en fuente inagtable de angustia y de culpa. A diferencia de l que suele acntecer cn tras dependencias, en ests juegs, el sujet se aferra a la frustración y al dlr. Su cnvencimient de que, ahra sí, ganará prque es su gran día de suerte, n es más que el prduct de su empecinamient en seguir aferrad al sufrimient. En ese mment, se deshacen sus prmesas de dejar de jugar dadas a una familia que terminará destruida. Desde esta realidad, y cn una mirada hacia el futur, cabe preguntarse si cn el enrme estímul ficial a la industria del jueg n se está transitand pr un camin sin retrn. Link crt: http://www.lanacin.cm.ar/998087 EL JUEGO EN NUESTRA REALIDAD CORDOBESA. Alguns dats... En Argentina ls juegs de azar generan un mvimient de cerca de 10.000 millnes dólares pr añ (casi el 25 % del presupuest de la Nación) y emplean 13.000 persnas (frente a ls más de 15 millnes que representa la pblación ecnómicamente activa del país). Es decir, es muy alt el mvimient de diner y baj el nivel de emple. 5 N se cncen ls dats de ganancias del jueg per si se asimilaran a ls existentes en trs lugares del mund pdría decirse que en Argentina generarían cerca de 4.000 millnes de dólares anuales. Est equivaldría al sueld anual de un millón trescientas mil persnas cnsiderand el sueld medi del país. 6 5 El Departament de Pastral Scial de la Diócesis de San Carls de Barilche, (Nviembre de 2006) 6 Ídem. 10 de 68

Dats recgids simplemente a md de ejempl 7. Desde la radicación de ls juegs de azar, Rí Cuart y Villa María n sól n recgen mayres divisas pr turism sin que experimentan la pauperización de amplis sectres de su pblación y un aument de ludópatas. La cncentración de la riqueza se prfundiza ante la indiferencia de ls gbernantes de turn mientras ls vecins ensayan estrategias para repeler ls estrags que genera el jueg cmpulsiv. Sebastián Sigifred. La pampa gringa se desangra ecnómicamente. n ns referims al prces de cncentración de la tierra la implantación del mncultiv sjer sin a ls juegs de azar. Una industria sin chimeneas que se alimenta a sl y smbra cn jugss ingress y parece n recncer límites. Baj la mdalidad de casins y tragamnedas, se ha cnvertid en una pdersa fuente de transferencia de capitales que prfundiza las desigualdades y crre el tejid scial. El actual estad de csas debe su rigen a una peculiar estrategia del gbiern prvincial para psicinar a Córdba cm un pl de atracción turística de nivel nacinal e internacinal. Tras el fracas del prces de privatización de ls juegs de azar, el gbernadr De la Sta a través del Decret 1344 del 28 de agst de 2002 cnvcó a una nueva licitación para la instalación y expltación de máquinas tragamnedas. En tan sól seis meses se firmaría el cntrat cn el Grup Rggi a través de la empresa Cncesinaria de Entretenimients y Turism S.A. (CET), un verdader récrd cnsiderand la situación plítica y ecnómica que atravesaba entnces el país. La experiencia de ls slts en ds de ls municipis más ppulss del interir prvincial permite hacer un balance parcial de ls resultads alcanzads hasta el mment en distrits que n registran antecedentes directamente vinculads cn la expltación turística y mens aún baj éstas características. En td cas, tant Rí Cuart cm Villa María siempre se distinguiern pr ser imprtantes prductras de materias primas y pr la incipiente industria agralimentaria que intenta darle valr agregad a esa prducción. En Villa María. Las máquinas tragamnedas funcinan en Villa María desde agst de 2003. La primera sala se instaló frente a la plaza más céntrica de la ciudad, a la que en diciembre de 2006 se le agregó tra cn la inauguración del htel-casin Hward Jhnsn. Pr entnces, la ciudad llegó a cntar cn 390 slts ubicándse en el segund lugar de la prvincia, lueg de Villa Carls Paz. 7 http://www.ssperidista.cm.ar/crdba/el-jueg-que-empbrece-el-interir Ssperidista es un diari digital. 11 de 68

Cn el pas del tiemp la ciudad se cnvulsinó. Ls cass de bancarrta y crisis familiares arreciarn, cn pérdidas ttales para algunas persnas. Ls reclams de rganizacines empresarias, sindicales y tras, del camp scial y religis, n se hiciern esperar. El CET debió ceder ante la presión ppular y la sala céntrica cerró sus puertas a cmienzs de juni. Para las slts de Villa María, el CET declaró ingress pr 49.592.000 pess en el perid ener de 2004-diciembre de 2006. Según l publicad pr el diari del Centr del País, la suma referida es el equivalente al 15% de ls ingress y, pr tant, debió haber pagad un 85% en premis, es decir 281.021.333 pess en el interval señalad. De l que resulta un prmedi de recaudación de 314.870 pess diaris y un pag de premis aprximad de 267.639 pess. A la luz de ls magrs resultads que manifiestan ls apstadres, td hace pensar que ls premis que se pagan representan un prcentaje muy pr debaj de la bligación cntractual. La sspecha de abuss respect a ls premis tiene un antecedente que ensmbrece la reputación del CET. Carls Claz, titular de la cátedra de Prbabilidad y Estadística de la Universidad Tecnlógica Nacinal reginal Villa María, realizó en 2006 un estudi estadístic develand el prcentaje de premis que arrjan algunas máquinas tragamnedas en esa ciudad. Lueg de evaluar durante tres meses a cinc slts, el prfesinal llegó al resultad de que cada 100 pess que se jugaban, las tragamnedas devlvían 7, según publicó El Diari del centr del país. Sin embarg, el reglament de máquinas de jueg de la Ltería de la Prvincia establece en su artícul 3.3.1. Tdas las máquinas de jueg deben pagar un prcentaje matemáticamente demstrable de tdas aquellas sumas apstadas, que n debe ser menr del 85%.... La presunta irregularidad fue denunciada ante la Justicia y desnuda una realidad silenciada: que el Estad n cntrla l que sucede puertas adentr de las salas. El impact de las slts es tal, que la demanda de cnsultas psiclógicas crece de manera sstenida en Villa María. La patlgía más recurrente es la ansiedad, que mantiene estrecha relación cn la ludpatía. La mayría de ls pacientes sn persnas de bajs recurss tentads pr la idea de cnseguir diner rápid y fácil per que n pueden cntrlar su impuls pr el jueg. En Rí Cuart. Desde la apertura de la primera sala en Rí Cuart, hace casi cuatr añs, alguns cass resnantes ejemplifican ls estrags que generan ls juegs de azar. Sin ir más lejs, el Centr de Asistencia al Suicida advirtió que durante el primer trimestre de 2007 tres persnas intentarn quitarse la vida pr sufrir adicción y haber cntraíd cuantisas deudas. A fines de marz, una ricuartense de 65 añs elevó un reclam a la Defensría del Puebl lcal para que n le permitan ingresar al casin de la ciudad. En tant que la 12 de 68

Dirección de Prtección Familiar del municipi lcal cnfirmó que recibiern varis cass de adults que admiten n pder cntrlar su adicción al jueg. Un estudi realizad pr ls especialistas Eduard Medina Bisiach y Elena Farah sbre ls juegs de azar en Rí Cuart permitió estimar que las mujeres representan el 56% de ls asistentes. Además, el 34% tienen entre 31 y 40 añs. En este segment, se detectó que un 13,7 % se encuentra en situación de riesg pr tendencias pr-adictivas y dificultad del manej del tiemp derivad del us cntinu de juegs de azar. En este sentid, cuand se bserva cuales sn ls sectres sciales que cncurren diariamente a jugar la expliación adquiere su verdadera dimensión: un 25% sn empleads, 15% de cmerciantes, tr prcentaje similar de prfesinales y un 8% definid cm descupads. También, se cnstató un 6% de dcentes, un 8% de persnas jubiladas y un 15% de estudiantes. Siempre según el estudi. Cm cntrapartida, y según infrmación difundida pr el diari Puntal, ls flrecientes númers del jueg en el imperi del sur están a la vista: mientras que en diciembre de 2003 la facturación mensual del CET ascendía a 23 mil pess, en juli pasad el mnt emblsad trepó a 2,5 millnes de pess. Así, la cncesinaria multiplicó 110 veces su facturación en 44 meses. Hy recge un prmedi de 80 mil pess diaris. Sin embarg, tant Córdba cm la Nación n cuentan cn una legislación que atienda este flagel scial. El pryect de ley Prevención de la adicción al jueg busca registrar la ludpatía cm enfermedad y que ls hspitales públics frezcan persnal capacitad y tratamients integrales. Presentad pr la diputada Richter en abril de 2004, aún espera su tratamient. El senadr Pedr Salvatri, en tant, realizó un pryect en igual sentid ingresad en may de 2007 per cntinúa en estudi en la cmisión de salud y deprte sin fecha para dictamen. La Unicameral también hace íds srds. La legisladra Ana Dressin presentó en juni de 2005 un pryect impulsand la creación del Cnsej Prvincial para la Prevención y Adicción a ls Juegs de Azar y la Asistencia y Rehabilitación de Persnas que presenten adicción patlógica a ls misms -que recientemente debió rehabilitar para evitar su caducidad-, per cntinúa cajnead. Desde su instalación, las slts han engrsad genersamente las arcas de la subsidiaria del Grup Rggi a csta de una expliación mnumental de las ciudadescasins. Así, el diner circulante se evapra y las ecnmías reginales se deprimen. En cnsnancia, el númer de ludópatas n deja de aumentar ante la desidia de ls municipis, cuya gestión se limita a recaudar un paupérrim 3% que la prvincia cparticipa y el 1% que aprta el CET. En ambas cmunidades el deterir del tejid scial ha riginad que mvimients sciales de diversa extracción intenten rganizarse alcanzand resultads dispares. El 13 de 68

pder plític, en tant, pugna pr desarticular la cnflictividad en prcura de n alterar a ls inversinistas. La débil intervención de ls gbierns junt a la ausencia de una ley aprpiada impne que sean ls prpis ciudadans quienes tmen la iniciativa. L que verdaderamente está en jueg es la supervivencia de las ciudades invlucradas tal cual hy las cncems. Quizá en 2027, cuand expire la cncesión, sea demasiad tarde. Además, ns parece más práctic apreciar nuestra prvincia y la ingerencia del jueg institucinalizad pr medi de un mapa 8 que seguir desarrlland l que cn claridad ya ns ha mstrad el artícul grafic anterirmente mencinad 9. 8 Mapa btenid de la Web de la Cncesinaria de Entretenimient y Turism. CET http://www.cetsa.cm.ar/hme_esp.htm 9 http://www.ssperidista.cm.ar/crdba/el-jueg-que-empbrece-el-interir Ssperidista es un diari digital. 14 de 68

La mayr precupación que se desprende de l anterir sn ls efects que el jueg prduce: empbrecimient frente a una ilusión irrealista de ganar diner sin esfuerz. la adicción cm patlgía: la ludpatía. En este últim punt, acnsejams fervientemente a leer la investigación sbre esta enfermedad en el anex de este trabaj. N bstante ns animams a cerrar este capitul cn la siguiente estrategia scial. La relación entre el Estad y el jueg. Desde el punt de vista de la ecnmía el jueg es un mal, n un bien. La función del Estad es prmver la prducción de bienes, n de males. Desde el punt de vista mral el jueg, practicad en frma reiterada, es un vici. El jueg empbrece ecnómica y mralmente a quienes l practican en frma permanente. El jueg cm vici es una adicción, enfermedad denminada ludmanía, y ludópata el jugadr adict. Nuestr país tiene una larga y triste tradición de afición al jueg legal ilegal ya desde la épca clnial, tant en las znas rurales cm en las ciudades. En cada puebl se pueden escribir histrias de juegs de cartas, dads, carreras, taba, quiniela, etc. Ahí han quedad, y siguen quedand, bienes, trabaj, hnras y familias destruidas. Hasta la última década del sigl XX el Estad nacinal y las Prvincias tenían claras plíticas de desalentar y reprimir el jueg. Existían severas legislacines que limitaban la instalación de casins cm en Mendza, limitacines de ls juegs de ltería y quiniela en cuant a la cantidad de srtes. Per en ls últims añs, baj el cuestinable argument que de un mal se puede hacer un bien, recaudar impuests al jueg para destinarls a fines nbles (asistir a ls más necesitads, a ls niñs), las Prvincias se han dedicad cn denued (dign de aplicar a trs prblemas), a prmver el jueg. Se han abiert casins sucursales, bings y juegs electrónics, tragamnedas, a l larg y anch de las prvincias. A ell se agrega una intensa prpaganda instand a jugar en ls juegs cntrlads pr el Estad. Quien l hace se cnvierte en persna hnrable pr que cn su diner ayuda a prgramas sciales. Vicis privads, virtudes públicas diría un antigu asert filsófic. Este diari, y la prensa en general, han dad cuenta reiterada del grave prblema del crecimient de la adicción al jueg, que ahra se ha extendid también a las mujeres. Hems llegad al absurd de que el prpi Estad crea dependencias cn persnal especializad para tratar a l adicts al jueg (ludópatas), que el prpi Estad prmueve. También se han sancinad nrmas que psibilitan que el adict slicite al Institut del Jueg que n le permitan entrar a las salas de jueg; patétic. N mens triste es recrdar que quienes más juegan sn ls pbres, n ls rics. L hacen impulsads pr el sueñ justamente de dejar de ser pbres. Per el jueg está rganizad para que gane el dueñ, n para que ls pbres salgan de su cndición. Se argumentará que jugar es un act vluntari, nadie bliga al jugadr a hacerl. Dada la 15 de 68

naturaleza psicscilógica del jueg, ese argument es una falacia. Es cm darle al fumadr tds ls días un paquete de cigarrills y echarle la culpa de que se ls fume. Alg n anda bien ni en la plítica del Gbiern incentivand el vici; y mens aún en las múltiples institucines que expresan a la sciedad civil y tleran, aceptan y en alguns cass prmueven esas accines de gbiern 10. 10 Archiv de Prensa: EARCHIVO. Repartición del gv. De Mendza. http://www.earchiv.mendza.gv.ar/td.php?idnta=9721 16 de 68

CAPITULO II JUZGAR. MARCO PASTORAL REFERENCIAL DESDE EL MAGISTERIO PONTIFICIO DE JUAN PABLO II: EVANGELIUM VITAE DESDE EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. DESDE LA REFLEXION DE LA COMISIÓN EPISCOPAL DE JUSTICIA PAZ. DESDE LA REFLEXIÓN MISMA ACERCA DE LA MORALIDAD DE LOS JUEGOS DE AZAR. LA LUDOPATÍA O LUDOMANÍA. EL JUEGO... DE UNA SANA DIVERSIÓN A UNA PELIGROSA ADICCIÓN...? DIOC. DE S. CARLOS DE BARILOCHE - Dpt. de Pastral Scial Nv. 2006 LEON XIII A LOS EMPRESARIOS. DESDE EL IDEAL MARCO PASTORAL REFERENCIAL El presente capítul ns aprta elements para un juici evangélic de la realidad. N es tra csa que dejarns iluminar pr el Evangeli, pr la persna de Crist, y recncer l que en esta realidad que describims arriba, hay de gracia y de pecad, de dinamism que cnduce hacia la plenitud de Crist y del Rein de Dis y de dinamism que cnduce a la frustración existencial y del sin-sentid. Se trata de ls elements referenciales para un ejercici de la prfecía cristiana en rden a la praxis. Un discernimient interpretativ y valrativ de la realidad, para secundar en ella la acción de Dis y cntrarrestar y superar ls signs de la presencia del mal. 17 de 68

DESDE EL MAGISTERIO PONTIFICIO DE JUAN PABLO II: EVANGELIUM VITAE «Hay que bedecer a Dis antes que a ls hmbres» (Hch 5, 29): Ley civil y ley mral 69. De tds mds, en la cultura demcrática de nuestr tiemp se ha difundid ampliamente la pinión de que el rdenamient jurídic de una sciedad debería limitarse a percibir y asumir las cnviccines de la mayría y, pr tant, basarse sól sbre l que la mayría misma recnce y vive cm mral. Si además se cnsidera inclus que una verdad cmún y bjetiva es inaccesible de hech, el respet de la libertad de ls ciudadans que en un régimen demcrátic sn cnsiderads cm ls verdaders sberans exigiría que, a nivel legislativ, se recnzca la autnmía de cada cnciencia individual y que, pr tant, al establecer las nrmas que en cada cas sn necesarias para la cnvivencia scial, éstas se adecuen exclusivamente a la vluntad de la mayría, cualquiera que sea. De este md, td plític, en su actividad, debería distinguir netamente entre el ámbit de la cnciencia privada y el del cmprtamient públic. Pr cnsiguiente, se perciben ds tendencias diametralmente puestas en apariencia. Pr un lad, ls individus reivindican para sí la autnmía mral más cmpleta de elección y piden que el Estad n asuma ni impnga ninguna cncepción ética, sin que trate de garantizar el espaci más ampli psible para la libertad de cada un, cn el únic límite extern de n restringir el espaci de autnmía al que ls demás ciudadans también tienen derech. Pr tr lad, se cnsidera que, en el ejercici de las funcines públicas y prfesinales, el respet de la libertad de elección de ls demás bliga a cada un a prescindir de sus prpias cnviccines para pnerse al servici de cualquier petición de ls ciudadans, que las leyes recncen y tutelan, aceptand cm únic criteri mral para el ejercici de las prpias funcines l establecid pr las mismas leyes. De este md, la respnsabilidad de la persna se delega a la ley civil, abdicand de la prpia cnciencia mral al mens en el ámbit de la acción pública. 70. La raíz cmún de tdas estas tendencias es el relativism étic que caracteriza muchs aspects de la cultura cntempránea. N falta quien cnsidera este relativism cm una cndición de la demcracia, ya que sól él garantizaría la tlerancia, el respet recíprc entre las persnas y la adhesión a las decisines de la mayría, mientras que las nrmas mrales, cnsideradas bjetivas y vinculantes, llevarían al autritarism y a la intlerancia. Sin embarg, es precisamente la prblemática del respet de la vida la que muestra ls equívcs y cntradiccines, cn sus terribles resultads práctics, que se encubren en esta pstura. 18 de 68

Es ciert que en la histria ha habid cass en ls que se han cmetid crímenes en nmbre de la «verdad». Per crímenes n mens graves y radicales negacines de la libertad se han cmetid y se siguen cmetiend también en nmbre del «relativism étic». En realidad, la demcracia n puede mitificarse cnvirtiéndla en un sustitutiv de la mralidad en una panacea de la inmralidad. Fundamentalmente, es un «rdenamient» y, cm tal, un instrument y n un fin. Su carácter «mral» n es autmátic, sin que depende de su cnfrmidad cn la ley mral a la que, cm cualquier tr cmprtamient human, debe smeterse; est es, depende de la mralidad de ls fines que persigue y de ls medis de que se sirve. Si hy se percibe un cnsens casi universal sbre el valr de la demcracia, est se cnsidera un psitiv «sign de ls tiemps», cm también el Magisteri de la Iglesia ha puest de relieve varias veces. Per el valr de la demcracia se mantiene cae cn ls valres que encarna y prmueve: fundamentales e imprescindibles sn ciertamente la dignidad de cada persna humana, el respet de sus derechs invilables e inalienables, así cm cnsiderar el «bien cmún» cm fin y criteri reguladr de la vida plítica. En la base de ests valres n pueden estar prvisinales y vlubles «mayrías» de pinión, sin sól el recncimient de una ley mral bjetiva que, en cuant «ley natural» inscrita en el crazón del hmbre, es punt de referencia nrmativa de la misma ley civil. Si, pr una trágica fuscación de la cnciencia clectiva, el escepticism llegara a pner en duda hasta ls principis fundamentales de la ley mral, el mism rdenamient demcrátic se tambalearía en sus fundaments, reduciéndse a un pur mecanism de regulación empírica de intereses diverss y cntrapuests. Alguien pdría pensar que semejante función, a falta de alg mejr, es también válida para ls fines de la paz scial. Aun recnciend un ciert aspect de verdad en esta valración, es difícil n ver cóm, sin una base mral bjetiva, ni siquiera la demcracia puede asegurar una paz estable, tant más que la paz n fundamentada sbre ls valres de la dignidad humana y de la slidaridad entre tds ls hmbres, es a menud ilusria. En efect, en ls misms regímenes participativs la regulación de ls intereses se prduce cn frecuencia en benefici de ls más fuertes, que tienen mayr capacidad para manibrar n sól las palancas del pder, sin inclus la frmación del cnsens. En un situación así, la demcracia se cnvierte fácilmente en una palabra vacía. 71. Para el futur de la sciedad y el desarrll de una sana demcracia, urge pues descubrir de nuev la existencia de valres humans y mrales esenciales y riginaris, que derivan de la verdad misma del ser human y expresan y tutelan la dignidad de la persna. Sn valres, pr tant, que ningún individu, ninguna mayría y ningún Estad nunca pueden crear, mdificar destruir, sin que deben sól recncer, respetar y prmver. En este sentid, es necesari tener en cuenta ls elements fundamentales del cnjunt de las relacines entre ley civil y ley mral, tal cm sn 19 de 68