Violencia y Política en la obra de Roberto Carri

Transcripción

1 Violencia y Política en la obra de Roberto Carri Luciana Iummato, Gustavo Moscona, Alejandro Piqué, M. Luciana Sánchez (UBA) I - Introducción En el presente trabajo se abordará la obra de Roberto Carri centrado en las nociones de violencia y política. Carri era un sociólogo que comenzó su militancia política en el Partido Comunista (PC) y finalmente se incorporó a las filas del peronismo. En cuanto a su militancia universitaria participó en la Juventud Argentina para la Emancipación Nacional (JAEN), en los Círculos Recabarren y en la revista El Obrero, y su participación en las Cátedras Nacionales lo situó como un referente dentro de la Universidad. En el plano laboral o del trabajo se vinculó con el sindicalismo peronista y con Augusto Timoteo Vandor, y luego de romper con el vandorismo, siguió su militancia política en la CGT de los Argentinos, en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y finalmente en Montoneros. Necesariamente debemos pensarlo a él como un hombre de su tiempo y no dejar de lado su politicidad. Consideramos necesario mencionar que Carri es el padre de tres mujeres: Albertina, Paula y Andrea; y junto a su esposa, Ana María Caruso, fueron secuestrados de su domicilio por un grupo de tareas de las Fuerzas Armadas el 24 de febrero de 1977 y desde ese entonces ambos integran la larga nómina de detenidos desaparecidos en nuestro país. Carri publicó tres libros, cada uno de los cuales, como veremos luego, representa un momento distinto en la vida del autor y de la realidad nacional. En 1967 publicó su primer libro: Sindicatos y poder en la Argentina. Del peronismo a la crisis prologado por Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega Peña. Seguirán Isidro Velásquez. Formas prerrevolucionarias de violencia en 1968, y por último Poder imperialista y liberación nacional. Las luchas del peronismo contra la dependencia publicado en Por qué Roberto Carri? Fundamentación de la elección del tema. Para este trabajo elegimos la obra de Roberto Carri ya que se trata de una figura emblemática en la Universidad y en la política nacional. En primer lugar, porque representa el proceso de grandes alcances llamado la radicalización de los sectores medios que también se produjo en el interior de la universidad, tanto en docentes como en estudiantes. Este fenómeno al que ubicamos a mediados de los años sesenta es construido, entre otros factores como la proscripción del peronismo, a partir de dos corrientes que confluirán: una proveniente del desencanto que generaban los partidos de izquierda tradicional y otra proveniente de sectores del cristianismo. Esta peronización y radicalización de los sectores medios se tratará de un fenómeno generacional en donde no sólo se va a dar la incorporación al peronismo, sino que también un sector importante lo hará en las organizaciones político-militares (OPM). Por otra parte, consideramos a Carri como un emergente del espacio de lo Nacional y lo Popular, y a su trabajo como una continuación de ese espacio desde su actividad en las llamadas Cátedras Nacionales. El campo de lo nacional y lo popular y las Cátedras Nacionales, ya poseían antecedentes en otros intelectuales entre los que encontramos a Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Rodolfo Puiggrós y Juan José

2 Hernández Arregui, quienes desde el ensayo discutían acerca de la necesidad de una revisión de la historia, del rol del intelectual en la construcción de la sociedad, denunciaban la dependencia colonial, hablaban de América Latina como la Patria Grande, valoraban las experiencias de la clase trabajadora y de los sectores populares como así también las experiencias del radicalismo y del peronismo como movimientos nacionales. Estos autores realizaban dicho debate por fuera de los ámbitos estrictamente universitarios pero las Cátedras Nacionales, en cambio lo harán por dentro de la misma. Es decir que va a existir una continuidad de este trabajo por parte de los integrantes de las Cátedras Nacionales no sólo en la reivindicación y defensa de estos autores y en la continuidad del desarrollo teórico de los temas anteriormente mencionados sino que también se incorporarán otros como la violencia, el Tercer Mundo, el imperialismo, el marxismo y el socialismo nacional. Dentro de la obra de Carri elegimos trabajar las ya mencionadas ideas sobre la violencia y la política. Estas nociones serán las que desarrollaremos teniendo en cuenta su producción teórica, lo cual nos obliga a aproximarnos a los debates que se producían en aquella época tanto dentro de la universidad como también por fuera de ésta. Decimos que el debate se da tanto dentro de la universidad ya que los integrantes de la Cátedras Nacionales se enfrentaban en el plano discursivo con otras corrientes de pensamiento como el marxismo vulgar y el cientificismo o academicismo. Pero decimos también por fuera del lo estrictamente universitario ya que eran parte de un debate mayor que se produjo al interior del peronismo mismo. Prueba de ello es que los integrantes de las Cátedras Nacionales antes de dar por finalizada esa experiencia, se dividirán en tres sectores irreconciliables del peronismo: el peronismo de Base, el sector denominado de La Lealtad y los Montoneros. Por último, consideramos que en Carri se plasma aquella idea del intelectual comprometido ya que fue un sociólogo que no sólo hizo sociología sino que también le puso el cuerpo y defendió, en su caso hasta con la propia vida, los ideales y la sociedad que proponían con la pluma. II Sindicatos y Poder La política Al analizar la política en su obra consideraremos cinco aspectos: su lugar dentro de lo Nacional y lo Popular, su análisis de la clase trabajadora, su análisis del peronismo, del sistema político y sus actores y finalmente las nuevas formas de hacer política. El análisis del libro no será llevado a cabo en forma abstracta o aislada sino que será ubicado dentro de un proceso y un contexto histórico. Su primer libro, Sindicatos y poder en la Argentina, nos permite abordar lo que fue durante esos años la elaboración teórica por parte de las Cátedras Nacionales sobre el peronismo, su concepción acerca de la historia y la política, con quiénes discutían y su lugar dentro del espacio del pensamiento nacional. La editorial Otro elemento que es importante tener en cuenta en el libro es que la editorial que la publica es: Sudestada, liderada por Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Duhalde. La editorial atrajo a muchos jóvenes nacionalistas que se oponían a la dictadura de Onganía, entre los que se puede mencionar a Galimberti. Quienes conformaban el

3 equipo estable de la editorial Sudestada, además de Ortega Peña y Duhalde, se encontraban Marcelo y Carlos María Duhalde, Roberto Carri, Mario Hernández, Alfredo Andrés y Panceira. Por eso no es casualidad que el prólogo del libro estuviera a cargo de Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde quienes señalan en el mismo que la aparición de este libro es un hecho político singular. No sólo por el tema de esta obra escasamente analizado- sino porque hace unos años hubiera sido difícil imaginar que un universitario, asumiendo su condición de tal, pusiera sus conocimientos al servicio de la clase trabajadora (la cursiva es nuestra) 1. El libro En la dedicatoria del libro se puede leer A Mendoza, Vallese, Mussy, Retamar, Méndez, García. Todos militantes muertos provenientes del sindicalismo peronista, Vallese se había convertido en el primer militante peronista desaparecido. La dedicatoria fue acompañada de la siguiente frase: Un gran silencio que pronto será sonido y furia. La frase sin lugar a dudas anticipa los tiempos que vendrán, una resistencia cada vez mayor a la dictadura de Onganía que se traducirá no sólo en las luchas del movimiento obrero, sino también en puebladas como así también en la aparición y consolidación de las Organizaciones Políticos Militares. La estructura del libro y contenido posee una introducción seguida de seis capítulos, cada capítulo se centra en una etapa histórica delimitada teóricamente: la Etapa Peronista, la Revolución Libertadora (que no es una etapa completa sino un intermedio), la Etapa Sindical, la Revolución Argentina y la Crisis del Movimiento Sindical, y por último, un capítulo acerca de las Perspectivas para el Movimiento Nacional y el Sindicalismo en la Situación Política Actual. Desde el nombre del libro se advierte que el tema central del mismo es la relación entre los sindicatos y el poder, y el paréntesis que aparece en el subtítulo del peronismo a la crisis indica el período que va a tomar en cuenta el autor en su análisis, es decir desde la etapa denominada por él- peronista ( ) hasta la crisis (1966) que es el momento en el que está escribiendo Carri: el golpe de Onganía. El concepto de crisis en el autor excede la idea de crisis tan sólo del sindicalismo o del movimiento obrero sino que la misma se encuentra entrelazada con la idea de una crisis estructural que abarca al sistema político, económico y social de nuestro país. Un dato que no es menor y que debemos tener en cuenta en el análisis es que Carri participaba como intelectual de un sector de las 62 organizaciones que lideraba Augusto Timoteo Vandor quien había no sólo apoyado al golpe sino que también poseía acuerdos con el nuevo gobierno dictatorial. Es en ese sentido que también a este libro lo podemos leer como un documento de crítica hacia esa política llevada a cabo por Vandor y también de ruptura definitiva con ese espacio. La historia del movimiento obrero como proceso Carri delimita a las etapas a partir de hechos que él considera que marcan el inicio de un cambio en la relación entre los sindicatos y el Estado. Por eso, no es casualidad que en la introducción señale una clara ruptura en la historia del movimiento sindical al año 1943 ya que para el autor antes de esa fecha no había sindicalización de 1 Roberto Carri: Sindicatos y Poder, prólogo, pág. 9 y 10. Editorial Sudestada.

4 masas, sino un sindicalismo minoritario y fragmentado, y es con la llegada de Perón al poder con quién comenzaría a gestarse una suerte de Historia Sindical de las Masas. Así es como, durante la Etapa Peronista, comienza a existir la clase trabajadora como una fuerza política, como un actor fundamental y en momentos el central (Plan de Lucha de las 62 Organizaciones de 19XX); es en este proceso donde se inicia un camino sin precedentes a nuevas formas de participación política popular. Toma el hecho puntual, para dar comienzo a la etapa peronista, a la sanción de la Ley de Asociaciones Profesionales que imponía el sindicato por rama de industria, sin distinción de oficios y categorías. El autor destaca que la facultad de participar en política, ya sea ocasional o permanente, que la ley otorgaba a los sindicatos con personería gremial, es la medida más revolucionaria de la nueva ley. Esta etapa se caracteriza por la formación de organizaciones de masas y de complejos aparatos de dirección gremial, por la aparición de una concepción nacionalista popular en el seno de la clase trabajadora y la promoción de nuevos dirigentes sindicales. Sin embargo, Carri señala: en el aspecto sindical, los trabajadores no tenían casi ninguna posibilidad de éxito en sus demandas en defensa de los intereses materiales si el gobierno decidía adoptar medidas que no eran favorables para los mismos. Las conquistas logradas lo habían sido con la benevolencia del poder estatal (la negrita es nuestra) 2. Para Carri el aspecto negativo principal de la falta de iniciativa sindical era la carencia de fe en sus propias fuerzas, que provenía del acostumbramiento a recibir desde el gobierno las soluciones a sus propios problemas. Esta situación característica de la relación clase trabajadora-estado desde 1943 la explica por la juventud y origen rural de esta clase obrera, que no posee tradición de lucha sindical para lograr sus conquistas, y por la acción revolucionaria de Perón desplegada desde la Secretaría de Trabajo y Previsión. Carri piensa al peronismo como movimiento de alcance nacional, donde en ese momento su eje eran los sindicatos, como los protagonistas de la adopción por una posición nacionalista en rechazo a aquellas posturas preexistentes como el sindicalismo, anarquismo, socialismo, comunismo y algunos núcleos radicales, dando paso a un sindicalismo de masas inexistente con anterioridad debido a la fragmentación que producían las consignas de autonomía e independencia propuestas por algunos sectores del sindicalismo, ya que no encontraban aquellas ideas europeas verdaderas soluciones para la realidad nacional de aquel entonces y apostaba por una solución nacionalista en el marco de lo latinoamericano. Estas nuevas formas de hacer y de participar en política son las que irán construyendo al peronismo y también sindicalismo de masas en la Argentina ya que ahora, la participación política no se limitaba al mero hecho de las elecciones. Se generó todo un nuevo lenguaje político con fuerte arraigo en el campo popular alrededor de términos como nacionalismo, imperialismo, tercera posición, justicialismo, dependencia y liberación, entre otros. En los países coloniales y dependientes ocurre con frecuencia que los movimientos políticos e ideológicos que jugaron un papel progresivo en el aspecto político y social de las naciones imperialistas, tales como el liberalismo en el siglo XIX y la socialdemocracia y el comunismo en el siglo XX -con la excepción del partido comunista en el caso de la Revolución China-, no han tenido preponderancia en su participación en los movimientos de liberación nacional. En rechazo a estas ideologías que no captaban las cualidades esenciales de la realidad nacional, se estructuraron 2 Carri, Op. Cit. Pág 46.

5 movimientos que, levantando banderas aparentemente reaccionarias como la defensa y afirmación de la vida tradicional, las religiones y las costumbres más arraigadas en el pueblo, etc., conseguían movilizar masivamente a los pueblos colonizados y posteriormente fueron los que obtuvieron la independencia y tienen bajo su responsabilidad la ejecución de la política que permitirá su desarrollo como naciones libres y soberanas 3 Para Carri es el nacionalismo, los intereses de la nación, y no de clase los que movilizan a los pueblos del Tercer Mundo, esa movilización es revolucionaria porque es antiimperialista. Es la expresión de ese sentimiento popular donde el peronismo bajo sus tres clásicas banderas: justicia social, independencia económica y soberanía política, radica la posibilidad de nuclear mayorías. Es el peronismo que, a falta de una doctrina minuciosa al estilo de los partidos políticos, expresa un sentimiento popular de afirmación de la soberanía nacional 4. Como dijimos, anterior al peronismo la participación en elecciones era la única manera en la que participaba el grueso del pueblo pero ahora se abría para el pueblo un espacio de participación que había sido restringido desde la extinción de las montoneras federales. Atribuye a la desaparición física de la figura de Eva Perón como uno de los factores que ayudaron a que la clase obrera mantuviera una posición pasiva cuando era necesaria su participación para la profundización y defensa del gobierno. También destaca el papel de la burocratización dentro del movimiento obrero las comodidades personales que brindaba su situación de poder, su aburguesamiento, impedía a los dirigentes sindicales orientar sus preocupaciones hacia la política nacional y los afirmaba en un gremialismo puro de horizontes limitados, dejando en manos de Perón toda responsabilidad de carácter general. Ni siquiera cumplieron los objetivos señalados por el mismo Perón en repetidas oportunidades, que asignaban al movimiento sindical un papel protagónico en la elaboración y ejecución de los grandes lineamientos políticos 5. La Revolución Libertadora La Revolución Libertadora marca el inicio de una nueva etapa en la relación sindicatos-estado, aunque no es una etapa completa sino un período intermedio. Carri piensa que esta dictadura transmitirá su espíritu a los gobiernos posteriores en sus principales medidas como fueron la proscripción del peronismo y el mantenimiento en el exilio de su líder. El autor señala que la CGT se encuentra intervenida y el movimiento peronista es perseguido en todos los frentes y lo que se pretende es la desperonización de la sociedad argentina. Pero a pesar de la derogación de la ley de asociaciones profesionales y de los pronósticos de desperonización de los sindicatos si se atacaba a las direcciones esto no se logrará ya que comienza la Resistencia Peronista en donde los protagonistas principales serán los trabajadores anónimos quienes llevaran los principales enfrentamientos contra el régimen. De esta manera surge una nueva generación de dirigentes sindicales a la par de una creciente represión. De este modo el movimiento obrero comienza a organizarse mas autónomamente y en claro enfrentamiento con el Estado, a diferencia de la etapa anterior. El enfrentamiento peronistas-antiperonistas se produce también al interior de los sindicatos. Carri dice: La respuesta de los trabajadores resulta totalmente distinta a la 3 Carri: Op. Cit. Pág Carri. Op. Cit. Pág Carri: Op. Cit. Pág. 55

6 esperada por los teóricos del movimiento obrero: la clase obrera se une más firmemente que nunca alrededor del proscrito peronismo (la negrita es nuestra) 6. Fundamenta esto en dos hechos: el triunfo por parte del peronismo en las elecciones sindicales de 1957 y de La Etapa Sindical Es durante los gobiernos de Frondizi, Guido e Illia que Carri ubica la etapa sindical. Señala su inicio formal y efectivo con la sanción de la Ley de Asociaciones Profesionales y su culminación con la caída de Illia. Carri tiene un especial interés en esta etapa (es el capítulo más extenso del libro) ya que durante la misma el sindicalismo opera como la principal arma de presión de los trabajadores, tanto política como económica y en oposición al Estado (pero al mismo tiempo garantizado por éste a través de la ley de asociaciones profesionales). En su análisis se puede pensar al movimiento sindical en dos planos: el plano económico, en el cual deben defender condiciones de vida de la clase trabajadora, la necesidad de acuerdos y la negociación; y en el plano político donde no pueden ser integrados al sistema, ya que la clase trabajadora es antiimperialista y peronista. Estos gobiernos desarrollistas son para Carri una expresión de los intereses imperialistas en la región que tomando banderas del pueblo buscan engañarlo. Hay una necesidad por parte de los capitales monopolistas de mayor capitalización y productividad y mediante la ideología desarrollista es como lo intentan llevarlo a cabo buscando un sindicalismo subordinado, apolítico y burocratizado. Esta etapa está atravesada por una tensión constante entre la idea de integrar al peronismo al sistema o domesticarlo y la búsqueda de mayor rentabilidad empresarial por parte de los grandes monopolistas internacionales asociados a su vez con algunos de los funcionarios del gobierno desarrollista, en palabras de Carri La tentativa de burocratizar y convertir en apolítico al movimiento sindical que fue uno de los presupuestos ideológicos del desarrollismo, fracasa en la medida que la agresión económica de los monopolios contra la clase trabajadora es uno de los presupuestos del período de expansión de las inversiones. 7 La nueva estrategia de domesticar al peronismo se busca mediante la cooptación y el arreglo con la cúspide del sindicalismo. En esta etapa en forma más definida aun que en la etapa peronista, el movimiento sindical actúa como fuerza política. Aunque en el plano de la economía el movimiento sindical pudo haber sido un instrumento integrador de la clase obrera al sistema, en el plano político fue el eje de ruptura con el mismo 8 En palabras de Carri: Mientras no exista un organismo que reemplace a los sindicatos, éstos mantendrán su papel como vanguardia del movimiento popular. Los dirigentes sindicales son dirigentes políticos de masas aunque a ellos no les guste, no actúen como tales y se circunscriban a tareas específicamente gremiales. Los hechos y la voluntad de resistencia de las bases (...) Los dirigentes sindicales que, luego de la cúspide alcanzada en materia de lucha sindical durante 1959, se habían replegado a la negociación con el gobierno desde 1960, vuelven en 1962 a reanudar el contacto con las bases y a enfrentar el sistema. 9 6 Carri: Op. Cit. Pág 72 7 Carri: Op. Cit. Pág Carri: Op. Cit. Pág Carri: Op. Cit. Pág.103

7 Comienza el enfrentamiento entre dos líneas de acción política y sindical: una personalizada por Vandor; detrás de él, según Carri, la concepción de un fuerte partido de masas apoyado en la organización sindical. La otra línea está personalizada por Framini, que es el sector más revolucionario. Es decir que existe un enfrentamiento entre un sector que quiere negociar con el sistema y otro que plantea una ruptura revolucionaria con el mismo. El plan de lucha del 63 demuestra que el movimiento sindical se muestra como actor capaz de dirigir al país. La lucha política de los sindicatos es efectiva, sin embargo la lucha económica no. No pueden hacer frente a las medidas anti-obreras en las fábricas pero las luchas que se libran ahí dejaran en sus conciencias huellas profundas y ricas como las ocupaciones de fábricas y el descubrimiento de que es posible gestionar sin patrón. Carri escribe: la politización de los trabajadores y de sus dirigentes gremiales son la causa principal del fortalecimiento sindical en un mal momento económico y la demostración de que el sindicalismo peronista trasciende el campo gremial en sentido estricto e incursiona, siendo este uno de los aspectos principales, en el campo de la política nacional como bastión de la resistencia popular. 10 Para Carri en esta etapa el eje de la resistencia nacional frente al imperialismo son los sindicatos ya que el sector político del peronismo no había tenido gran incidencia ni base social, sin embargo señala que al finalizar esta etapa el movimiento sindical entra en crisis. Para 1966, la CGT se encuentra dividida, la existencia de nucleamientos importantes fuera de la central, los independientes y las 62 configuran el fragmentado panorama sindical. Es en estos términos que las últimas palabras de este capítulo son sobre la lucha en el interior del peronismo, denuncia la búsqueda por parte de los sectores imperialistas de que se maten entre ellos (en alusión a los peronistas), con el fin de unir al movimiento peronista y evitar de esta manera la tendencia a la división que logra ocultar al verdadero enemigo. El golpe de Onganía El interrogante del capítulo gira sobre si el movimiento obrero sindicalizado podrá continuar siendo el eje del movimiento nacional y qué tipos de instituciones políticas reemplazarían al sindicalismo si este no puede volver al primer plano para dirigir el descontento popular. Para Carri esta dictadura es totalmente diferente a los procesos anteriores ya que desde el discurso manifiestan que no tenían plazos ni tiempos y que iban a permanecer en el gobierno todo el tiempo que sea necesario con tal de ordenar a la sociedad argentina. Para el autor son los primeros que se deciden a actuar contundentemente contra los sindicatos. El golpe de Onganía o Revolución Argentina marca el inicio de la última etapa. Ésta se abre en medio de una euforia generalizada en los medios sindicales, debido al manifiesto apoyo gubernamental a la unidad de la CGT y a la posibilidad de entablar un diálogo que se creyó positivo y que, en definitiva, no pasó de un ceremonioso intercambio de saludos. Un elemento que caracteriza esta etapa es el sistemático desconocimiento del gobierno de la Ley de Asociaciones Profesionales en vigencia y la aplicación del decreto Nº 969/66 que limita la actividad gremial. En este momento el enfrentamiento Sindicatos-Estado se resuelve más a favor de este último, que opone a los primeros su mayor poder. 10 Carri: Op. Cit. Pág 102

8 Es el fin de una etapa en donde los sindicatos habían expresado al peronismo y dirigían la resistencia tanto desde lo político como desde lo económico, coincidiendo con la finalización del período de bienestar. Es el fin también de una forma de hacer política, es el fin de salidas intermedias. El autor plantea como interrogante la posibilidad de que frente a la intervención de la CGT y los sindicatos sean las comisiones internas quienes como en el 55 y en el 56 vuelvan a dirigir el descontento popular. Las Perspectivas... Este capítulo es mayoritariamente de análisis político sobre el movimiento nacional y el sindicalismo; es aquí donde se pueden aprehender más claramente el pensamiento político del autor. la fuerza de los sindicatos hoy no se encuentra en la CGT ni en sus organizaciones formales, sino directamente en las unidades de producción afectadas por la política integral de la revolución argentina 11. En su análisis señala: se han agotado todos los medios conocidos de lucha en nuestro país y es preciso buscar nuevos caminos y que de ahora en adelante cualquier política que se autotitule revolucionaria debe atacar los fundamentos del poder. Aclaramos que cuando hablamos de política en principio nos referimos a un movimiento que reemplace en potencia al sindicalismo en el papel de la dirección del movimiento popular, y en ningún momento se nos ocurre en considerar como políticos a la multitud de sectas que reclaman para sí el papel de vanguardistas. 12 Para el autor existe un límite para el sindicalismo reflejado en la imposiblidad para trascender de la defensa de situaciones adquiridas con anterioridad. Es por eso que reflexiona sobre una nueva fuerza capaz de profundizar y de avanzar contra el régimen de Onganía, contra los monopolios y la oligarquía, contra el imperialismo y hacía la única salida posible: el socialismo nacional. El autor plantea la reorganización de la base de del movimiento sindical en un nivel más alto de organización, es decir en la construcción de un frente nacionalista popular. Esta construcción, las alianzas que conlleva y la dinámica misma, son un problema a resolver y para el autor, deben plantearse en estrecha relación con el movimiento político y sindical sin temer perder las escasas posiciones que quedan en pie, en función de arriesgar todo por la unidad ofensiva. Es al final cuando vuelve a tener en cuenta a las Fuerzas Armadas destacando su papel como actor político o se convierten en gendarmes de un orden internacional sometido al imperialismo o juegan el papel de instrumento liberador 13. Aquí Carri está pensando directamente en la violencia. No sólo en la violencia impuesta por el imperialismo y ejecutada por las Fuerzas Armadas sino en cómo responder a esa violencia que antes era dirigida por los sindicatos. También está pensando en la alianza de clases, en la construcción de un frente de liberación que permita una revolución que trasforme la sociedad capitalista por el socialismo nacional. III Isidro Velázquez Isidro Velázquez y la violencia. 11 Carri: Op. Cit. Pág Carri: Op. Cit. Pág Carri: Op. Cit. Pág. 179

9 Carri tenía veintiocho años cuando escribió el libro Isidro Velázquez. Formas prerrevolucionarias de la violencia acerca de un bandolero social del Chaco que tuvo a maltraer a la policía entre 1962 y En 1961 Isidro Velázquez, un honesto peón de origen rural sufrió una serie de hostigamientos por parte de la policía de Colonia Elisa, Chaco, que le sirvieron de pie a su accionar bandolero. En este sentido, Carri retoma la tipología ideal construida por Eric Hobsbawm para referirse al origen común del bandolerismo social. En el libro analiza la violencia popular, la rebeldía popular, escapando a los formalismos 14, a la visión sarmientina de civilización y barbarie 15. Considera que toda práctica es política y tiene ideología. El problema de Isidro Velázquez es político, no policial. Velázquez no es un delincuente por violar las leyes, el orden legítimo se basa en la ilegitimidad. Para desarrollar el tema de la violencia tendremos en cuenta asimismo a Franz Fanon ya que según el propio Carri Fue él mi guía teórico político en el momento de pensar la violencia y el espontaneismo.... Por lo tanto trabajaremos con algunos postulados que aparecen de modo similar en ambos autores. Tanto Fannon como Carri cuando piensan la violencia lo que realizan es una deconstrucción analítica que está compuesta por distintos elementos: La historia. Colonización y dependencia. La historia de Chaco es una historia violenta, a partir de la colonización, a través de la ocupación de tierras y el disciplinamiento de la mano de obra, se puede ver cómo la legitimidad se construyó en la ilegitimidad. El desplazamiento del indio en pos de la integración de la región a la economía capitalista trae aparejada la conformación de una masa de mano de obra temporaria, semi rural y semi urbana, que deambula en busca de trabajo y que es la base del apoyo a Velázquez. Velázquez es un producto de la lógica de un sistema, de un orden injusto, es parte él mismo de las clases oprimidas que rechazan ese orden. La economía de la región nos muestra cómo se da el despojamiento de recursos naturales por manos foráneas. A pesar que se la recuerda como la época del trabajo, la vida del obraje era de una explotación cruda: se pagaba con bonos, los obrajes funcionaban como verdaderas cárceles donde había capataces bien armados. Carri piensa al desempleo (que estalla con las transformaciones de las actividades productivas en la región) como violencia, y lo relaciona con la aparición de las villas miserias en los alrededores de las ciudades chaqueñas y santafesinas. La posesión de la tierra tiene una fuerte relación con la raza y sus descendientes, no es casualidad que el nativo, el indio, el criollo, las mayorías pobres, estén excluidas de la misma. Se trata de una división clasista y de una relación de trabajo que nos habla de dos grupos sociales: patrón y peón. Fannon en su libro Los condenados de la tierra también va a tener en cuenta el proceso por el cual el campesinado debe abandonar el campo y como en la ciudad se 14 La crítica al formalismo merece un desarrollo extenso que no tendrá cabida en este trabajo, sin embargo destacamos la crítica al evolucionismo y al marxismo ortodoxo en su análisis de las clases y las formas de lucha. Carri pone en primer plano la acción política y su sentido, el análisis parte siempre de la política concreta. 15 La antinomia civilización y barbarie permea para Carri numerosos sectores intelectuales y se expresa en el descrédito de estas manifestaciones de violencia espontánea. Se manifiesta también en el rechazo al peronismo como ideología de masas.

10 convierte en lumpen proletario debiéndose amontonar en los barrios miserables de la periferia. El aparato represivo Fannon señala que el mundo colonizado está dividido en dos. La frontera son los cuarteles y la policía. Para Carri en este libro la represión policial se trata de una violencia policial típica que esta vez no va a ser aceptada pasivamente. Esto va a significar la simpatía de los más pobres, de los criollos, de los indígenas, ya que a Isidro Velázquez se lo considera el vengador, él va a vengar a los sectores más humildes de los hostigamientos de la policía. El autor se detiene en una de las formas de la represión utilizada por las fuerzas policiales: romper los lazos de solidaridad de los humildes hacia Isidro Velázquez, anticipa de este modo lo que pasará en la época del proceso con quienes colaboran con las Organizaciones Político Militares. La represión policial contra Velázquez es la represión contra los pobres, contra los indígenas, contra los trabajadores rurales. El autor señala que justamente el éxito de ese aparato represivo se debe a que la propia policía proviene de las mismas filas del pueblo. En su último libro, Poder imperialista y liberación nacional, al pensar el aparato represivo, Carri tiene en cuenta el papel del ejército no sólo en el plano militar sino además en cuanto a la seguridad, como garante del orden de las empresas trasnacionales, cuya misión es la guerra contra revolucionaria en donde ésta se plantea como estrategia integral del imperialismo. El estado para apuntalar la penetración de los monopolios y las Fuerzas Armadas como vanguardia de la re colonización. Tanto para Fannon como para el autor la represión no es un exceso sino un método programado. La resistencia Ante la represión policial ejercida contra Isidro Velázquez y Gauna, Carri se detiene a valorar la resistencia y la solidaridad por parte de los humildes. A modo de ejemplo menciona el hecho de que la Sociedad Rural ofreció una fuerte recompensa que fue rechazada por la gente que destruía los afiches en donde se ofrecía la recompensa. Estos pequeños gestos sirven para pensar cómo resiste y lucha el pueblo ante injusticias cometidas desde el poder. De hecho la resistencia peronista estará plagada de numerosos ejemplos de lucha realizados en forma anónima por los humildes. Para Fannon la violencia asumida permitió al hombre colonizado reintegrarse, recuperar su lugar que se libera en y por la violencia....el pueblo, comprueba que la vida es un combate interminable (...) El recuerdo del período colonial y sus luchas es cantado por sus madres a sus niños, así también se construye la historia, la identidad... En Isidro V. la solidaridad de los oprimidos se vuelve un problema político, las masas rurales que apoyan a Velázquez representan a sectores totalmente desposeídos, totalmente explotados, sectores extrañados por completo de la sociedad y la cultura oficiales. La violencia del sistema es absoluta, sin mediaciones ideológicas, la

11 violencia es entonces la respuesta: para los desposeídos totales el problema del poder político es el problema de la supervivencia física. Violencia y limitaciones Tanto Fannon como Carri piensan a la violencia como una forma de autoconocimiento y recuperación de la identidad de los colonizados. Entre las limitaciones de Velázquez se encuentra su individualismo para contrarrestar la oposición,...se trata de un rebelde aislado que no posee organicidad... Para Carri la diferencia entre Velázquez y Gauna estaba relacionada con su forma de actuar, sus orígenes, la violencia ejercida por Gauna no era aceptada por el pueblo....gauna era la barbarie, con él no había posibilidades de transar, era un inconsciente para él había que saquear la sociedad, era un peligro para los hacendados, la solidaridad la adquirió con Velázquez. Si Velázquez hubiese sido revolucionario no se hubiera unido con él o lo hubiera matado... La práctica de la redistribución del botín llevada a cabo por Velázquez fortaleció su liderazgo, la riqueza y la ostentación fue bien vista por el pueblo. En ese sentido se trata de una recuperación colectiva. Para el autor la violencia de Velázquez es una violencia justa, una violencia que hace justicia. Señala irónicamente que la vanguardia esclarecida desprecia este tipo de prácticas ya que es una violencia contra la policía y no contra el régimen. Se trata de reorientar la violencia para no caer en un voluntarismo ciego. Por eso no es casualidad que Fannon le preste atención al lumpen proletariado, a la delincuencia juvenil en los países colonizados, y que Carri le preste atención a un bandolero social como Isidro Velázquez. Ambos autores saben que solo el odio, el racismo, el resentimiento no pueden alimentar una guerra de liberación, no pueden constituir un programa. IV - Poder Imperialista y Liberación Nacional El tema de la violencia es asimismo tratado por Carri en algunos artículos publicados en la revista Antropología de Tercer Mundo, que luego fueron compilados por su autor en el libro Poder Imperialista y Liberación Nacional (publicado en 1973). Carri decide reunir esos trabajos en un libro ya que considera que tienen un denominador común: la presencia del poder imperialista y las luchas del peronismo por la liberación nacional. Este es el aspecto novedoso que presenta este libro respecto de los dos anteriores: Carri incorpora firmemente como temas al imperialismo, el Tercer Mundo, la dependencia y plantea el socialismo nacional como única salida. En este tercer libro Carri tiene en cuenta la dominación de E.E.U.U en América Latina como así también las realidades de Cuba, Chile, Perú y Panamá. Hablamos también de un tercer momento en la vida de Carri, ya que por esos años ya está incorporado en la lucha armada, se encuentra militando en Montoneros. Los tiempos políticos se aceleran... Estos artículos son escritos en un momento donde los tiempos políticos se aceleran vertiginosamente, los textos expresan el esfuerzo por realizar un análisis de la coyuntura política mientras hechos significativos se suceden modificando las líneas de

12 acción de los distintos actores políticos. Los artículos así, se construyen de una manera rápida y hasta desprolija. Este libro o compendio de artículos está atravesado por la necesidad de comprender la etapa histórica para definir con claridad el enemigo principal y la táctica que el movimiento revolucionario debe adoptar. El análisis de Carri se va a detener en el enfrentamiento dentro del movimiento peronista en el marco de la Revolución Argentina (Onganía, Levingston, Lanusse). Hay presente una denuncia a la burocracia política del movimiento que al negociar con el sistema dominante pretende aislar a los sectores revolucionarios del mismo. La ambigüedad del propio Perón en este libro se entiende como consecuencia de una limitación del movimiento popular. La fuerza de dirigentes traidores o reformistas para Carri tiene dos vertientes: el apoyo del régimen y la debilidad de las organizaciones político militares. Para modificar este proceso es necesario fortalecer al máximo la organización de las masas bajo la hegemonía del sector de la Juventud Peronista. Paralelamente, se profundiza la idea (expresada hacia el final de Sindicatos y poder) del agotamiento de la vía sindical o la necesidad de un nuevo eje articulador del movimiento popular, un nuevo canal de expresión de su descontento. La dirección sindical se corrompe en un proceso progresivo, abandonando totalmente la representación de las bases. En un primer momento, los burócratas fueron superados por la movilización, y la juventud peronista se convirtió con sus consignas en el eje político del peronismo 16. El Gran Acuerdo Nacional es la táctica que la contrarrevolución tiene, y cuyo principal objetivo aislar a la guerrilla. El GAN fundamentalmente mediante los medios de comunicación busca el apoyo de las clases medias explotando su temor. Pero gracias a la masiva movilización de la Juventud Peronista y al accionar de Perón, por un lado se derrota al GAN y, por otra parte, no son efectivamente aislados los combatientes revolucionarios. Esta situación se mantiene hasta la llegada de Perón al gobierno. Carri rescata la formación de la Juventud Trabajadora Peronista la cual expresa nuevas formas de participación y acción política antiburocráticas y antipatronales- en el seno del sindicalismo, en contraposición a la Juventud Sindical impulsada por la burocracia y la derecha peronista, aunque en su análisis muestra también la falta de desarrollo en la clase trabajadora 17. En este escrito en particular se detiene a reflexionar sobre las clases medias buscando integrarlas al campo revolucionario teniendo en cuenta aquella idea del frente nacionalista popular expresada en sus anteriores obras. La velocidad de las definiciones políticas es otro de los nuevos elementos introducidos por la revolución y que contrasta en forma notable con el proceso político anterior 18. Imperialismo y dependencia Poder Imperialista y Liberación Nacional está atravesado por conceptos nodales que se conciben como determinantes para la comprensión de las sociedades latinoamericanas. 16 Carri, Roberto; Poder Imperialista y Liberación Nacional ; Pág Carri Op. Cit., Pág Carri: Op. Cit., Pág. 147.

13 En clave de definir o identificar al enemigo para combatirlo correctamente Carri explica el desarrollismo 19 como la forma que adopta el imperialismo en la etapa que describe. Hay un esfuerzo por clarificar el proceso de concentración, extranjerización y apertura de la economía para discutir con el desarrollismo y su supuesto interés nacional. Carri advierte la necesidad de distinguir los discursos de los sectores dominantes de su política efectiva, analizando los resultados concretos de estas políticas se perciben los grupos perjudicados y favorecidos, los que ganan y los que pierden con cada una de ellas. En este libro se introduce fuertemente el concepto de imperialismo: debe ser la constante, el determinante principal del análisis. Las transformaciones estructurales de la economía argentina, el ascenso de los monopolios como factor dinámico y principal, condicionan la estructura de clases, de alianzas y condicionan las salidas políticas. Por esto el imperialismo no es un factor más, no es externo ni superestructural: conforma la sociedad nacional, las clases, el poder y la cultura. Carri retoma las ideas sobre la dependencia que había adelantado en su libro Isidro V..., profundiza el desarrollo histórico de los sistemas políticos en América Latina, describe la conformación de sociedades bajo el yugo de la dominación capitalista. En este sentido se destaca el desarrollo desparejo y desigual como el necesario reverso de la expansión imperialista, los países del centro despojan a los países de la periferia a la vez que dentro de éstos últimos unas zonas despojan a otras, las áreas marginales (completamente necesarias para el sistema) son el escenario del bandolerismo que analiza Isidro V.... Carri descarta la dualidad burguesía-proletariado para la realidad del Tercer Mundo por no ser explicativa. La dualidad será imperialismo-dependencia, centro/metrópoli-periferia/colonia y la lucha será dependencia o liberación. Imperialismo y violencia Carri destaca que las luchas populares argentinas de los últimos años se enmarcan en una guerra civil mundial ya que para el imperialismo el mantenimiento de su poder es un proceso bélico político. A este proceso se enfrentan los pueblos con diversas estrategias de lucha que tienen distintos niveles de desarrollo y se realizan en el marco nacional. El aspecto político militar de la dominación es una necesidad de supervivencia para el sistema a escala mundial es la cuestión decisiva en una época definida por las guerras nacionales de liberación. Carri habla de la violencia total. Ésta es una imposición ineludible de la sociedad imperialista y no una propuesta de los movimientos populares. El régimen impone la violencia represiva, la campaña de terror forma parte del núcleo de la ideología dominante y crea un ambiente general a través de los medios de comunicación, quienes desvían la atención de la propia realidad violenta del sistema para lograr su aceptación. La violencia no significa solo acción militar, sino un conjunto de estrategias orientadas a reproducir y profundizar la relación imperialista y garantizar por cualquier 19 El desarrollismo en sus diferentes expresiones o vertientes, desde Frondizi hasta Onganía, más o menos disimulada la ofensiva de los monopolios.

14 medio el mantenimiento del orden en una guerra a muerte. Las estrategias pacifistas y de coexistencia son mecanismos de participación en el sistema vigente. El avance de los pueblos del Tercer Mundo impuso al imperialismo como única salida el recurso de aniquilamiento. La guerra civil es la política imperialista impuesta en nuestro país y el peronismo a pesar suyo es un movimiento de guerra; las OPM serán el nuevo y fundamental actor político. La violencia es el modo cotidiano de imposición del régimen imperialista. Carri divide a la violencia en tres aspectos: una violencia intrínseca a las relaciones sociales impuestas por el imperialismo que se expresa fundamentalmente en el campo económico, una violencia represiva y contra revolucionaria y una violencia consecuencia de las dos primeras: la violencia revolucionaria. La lucha armada y la liberación nacional Una de las formas de lucha que estarán presentes en los países denominados del Tercer Mundo será la lucha armada en pos de lograr la liberación nacional y la construcción del socialismo nacional. La ofensiva del imperialismo en la etapa que Carri describe repercute en toda la estructura social. Los grupos que los monopolios desplazan son potenciales aliados para el polo revolucionario. El pueblo como oposición es la unidad política concreta y la clase trabajadora quien debe hegemonizarla y precipitar la crisis. Los tiempos se aceleran y las definiciones deben ser radicales:...el socialismo nacional expresa entonces la continuidad de un movimiento que en treinta años de vigencia política va dando la lucha contra el régimen imperialista y profundizando la lucha de clases, afirmando progresivamente su proyecto revolucionario. Es nacional no sólo porque expresa la forma particular del enfrentamiento político-social en nuestro país, sino porque es nacionalista, es decir, antiimperialista. Y es socialismo porque la destrucción del imperialismo es posible únicamente liquidando al sistema capitalista. Porque el imperialismo es el capitalismo contemporáneo y no una deformación del sistema. Socialismo nacional no es justicia distributiva sino abolición de la propiedad privada de los medios de producción, que es lo mismo que la expropiación de los monopolios imperialistas... La mayor radicalidad en su pensamiento y en su accionar, producto de la coyuntura que está atravesando, llevará a Carri a incorporarse a Montoneros. Siempre, y sobre todo ahora, tendrá presente la cuestión de la alianza de clases para oponer al imperialismo que ya se manifiesta abiertamente mediante la guerra contrarrevolucionaria. En este sentido, fijará claramente su postura política ante los hechos y propondrá el socialismo nacional como la única alternativa frente al imperialismo y para la transformación radical de la sociedad. V - Reflexiones finales Como mencionamos en la Introducción, cada uno de los libros es un momento distinto en la vida de Carri y en la sociedad argentina. El primer libro, Sindicatos y Poder, fue escrito en el año 1967, momento en el cual Carri se encontraba militando dentro de los sindicatos peronistas y pertenecía a la línea de Vandor. Aunque sabemos

15 que Carri rompe posteriormente con Vandor, en ese libro no es mencionada críticamente la figura del líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), como sí la será en otras publicaciones. Sin embargo, ese libro nos habla, fundamentalmente en su último capítulo, del agotamiento de los sindicatos como eje del movimiento peronista, y su insuficiencia para canalizar el descontento popular contra el régimen; abriendo de esta forma la puerta para discutir sobre el papel y el lugar a ocupar por las incipientes organizaciones político-militares. Nos parece significativo que el autor en este libro haya utilizado la palabra sectas para referirse a sectores que cuestionaban al sindicalismo, por no ser representativos del movimiento obrero y del peronismo, y por provenir de los sectores medios. Decimos significativo porque Carri va a finalizar militando en una organización como Montoneros que terminará disputándole la plaza al mismo Perón, enfrentados con los sectores de la CGT a la que acusan de ser traidores por formar parte de la burocracia sindical; y también teniendo en cuenta la pertenencia de Carri a la clase media porteña. A lo largo de su obra, pero fundamentalmente con Isidro Velázquez, se propone reflexionar sobre la violencia y sobre la organización de la misma por considerar insuficiente el espontaneismo para la transformación radical de la sociedad. Es así como en sus últimas publicaciones ya deja vislumbrar de cierta forma como, por un lado, las OPM buscan ser el eje del movimiento peronista; y por el otro, está presente el tema de la violencia teniendo en cuenta las prácticas de las mismas OPM. Destacando en términos de coyuntura la capacidad de movilización que demostraron, la Juventud Peronista, en el regreso de Perón, y el logro de la excarcelación de todos los combatientes revolucionarios que se encontraban presos. También se adentra en la discusión teórica contra la manera de abordar la realidad tercermundista y con alguna de las conclusiones elaboradas por parte del inglés Eric Hobsbawn pero también le dedica un capítulo entero a los tecnócratas y a los academicistas de la argentina, acusándolos de no poner sus conocimientos al servicio de la clase trabajadora, y de formar parte una sociología de la dominación y no de la sociología de la liberación. Las formas de sus libros y artículos serán el ensayismo, utilizará citas que comprenden una variedad de autores como Clyde Summers, Juan Domingo Perón, Luis Cerruti Costa, Peter Worsley, Luis Ramicone, Rodolfo Puiggrós, Wright Mills, Jorge Abelardo Ramos, Rubens Iscaro, Eugenio Moreno, Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, León Trotsky, Nikolai Bujarin, John Wiliams Cooke, Mao Tse- Tung, Antonio Gramsci, Celso Furtado, entre otros. Utiliza fuente de datos secundarios y entrevistas. Desde una mirada marxista, crítica e histórica, retoma a la historia y al pasado. Es a partir de un revisionismo histórico que analiza a la historia desde las mayorías populares y no desde la mirada de las élites. Son abordados y desarrollados conceptos tales como imperialismo, desarrollismo, sindicatos, el movimiento peronista, el poder, el estado y el socialismo nacional. Se puede apreciar mucha discusión teórica sobre el marxismo en general, y contra algunos postulados del formalismo marxista, busca una apropiación del marco marxista. Entendiendo apropiación como el no traslado mecánico de los conceptos sino contemplando la particularidad y la historia del Tercer Mundo. Plantea el desarrollo de una teoría de la situación dependiente para el abordaje de estas realidades diferentes, las que tienen lugar en los países imperialistas, hay un Carri que busca desarrollar nuevos marcos teóricos. Carri sin lugar a dudas nos muestra, fundamentalmente en su último libro, que es un militante y un analista político ya que en tiempos vertiginosos se detiene a pensar: la coyuntura política, al sistema político, a los actores políticos (los sindicatos, el Estado,

16 las fuerzas armadas, los partidos políticos, el peronismo como movimiento), a la militancia y hasta a las nuevas formas de pensar y hacer política, sin dejar de lado la economía y el contexto regional e internacional. Por último, Carri nos obliga a pensarnos como sociólogos, para qué y al servicio de quién ponemos nuestro conocimiento. Nos obliga a pensar en esa violencia cotidiana del sistema capitalista, pero no sólo la del sistema represivo, sino en la violencia revolucionaria que se genera producto de la opresión. Y es en ese sentido en el cual suponemos que seguramente no viajaría a alguna provincia de nuestro país a buscar algún bandolero habiendo tantos pibes chorros. Luciana Iummato, Gustavo Moscona, Luciana Sánchez, Alejandro Piqué. (UBA)

17 Bibliografía Carri, Roberto, Sindicatos y poder en la Argentina. Del peronismo a la crisis, 1967, Ed. Sudestada. Carri, Roberto, Isidro Velásquez. Formas prerrevolucionarias de violencia, 1968, Ed. Sudestada. Carri, Roberto, Poder imperialista y liberación nacional. Las luchas del peronismo contra la dependencia, 1973, Ed. Efece. Carri, Roberto; Henry Horacio Trevignani; Carlos Alberto Bertone, Análisis Económico y Político de la Dependencia, Ed. Guadalupe. Carri, Roberto, Pensamiento Nacional y Sociología Antinacional, En Cortés, Rosalía, Ciencias Sociales: ideología y realidad nacional. Felipe Celesia y Pablo Waisberg, La Ley y las Armas. Biografía de Rodolfo Ortega Peña, 2007, Aguilar. Horacio González, Historia Crítica de la Sociología Argentina. Los raros, los clásicos, los científicos, los discrepantes, 2000, Ed. Colihue. Lucas Rubinich, Los sociólogos intelectuales: cuatro notas sobre la sociología en los 60 Revista El Obrero Revista Cristianismo y Revolución Entrevistas Susana Checa Jorge Carpio Leopoldo Halperin Andrea Carri Películas Perón, sinfonía de un sentimiento Cazadores de utopías Montoneros, la historia La hora de los hornos 1973, un grito de corazón