Señoras y señores: Muchas gracias.

Transcripción

1 1 Laura Chinchilla Miranda Primera Vicepresidenta de la República Inauguración del Centro de Investigación Corea-Costa Rica INBio, Heredia 14 de febrero, 2008 Es para mí un honor compartir con ustedes en la inauguración de este Centro de Investigación Corea-Costa Rica. Los acompaño en representación del señor Presidente de la República, Óscar Arias Sánchez, quien lamenta profundamente no poder estar con ustedes el día de hoy. Sin embargo, me ha pedido que lea en su nombre un mensaje de amistad y agradecimiento a los amigos coreanos y a los hermanos costarricenses, que lucharon contra las distancias para hacer realidad este maravilloso Centro de Investigación. Leo textualmente el mensaje del señor Presidente: Amigas y amigos que nos visitan de la amiga República de Corea: La tierra de la que ustedes vienen, recibe la caricia del mismo océano que baña la costa pacífica de Costa Rica. Sin duda alguna, en algún lugar de nuestro país, florece una planta cuya semilla primigenia fue traída desde Corea por las olas del mar. Hoy, empujados ya no por las olas de la naturaleza, sino por las del desarrollo tecnológico, nos traen ustedes una nueva semilla para sembrar en nuestro suelo: el Centro de Investigación Corea- Costa Rica. Les aseguro que esta semilla germinará en la tierra fértil de extraordinarios científicos costarricenses; que crecerá cuidada por los niños y por los jóvenes de nuestro país, y que se convertirá en un árbol centenario como los que resguardan el maravilloso Palacio de la Próspera Virtud en Seúl. Quizás, dentro de algunos años, en ese Centro de Investigación, nuestros científicos descubrirán no sólo esa primigenia semilla que logró germinar y es hoy una hermosa planta dentro de nuestra vasta biodiversidad; sino que también la bautizarán con el nombre de nuestra amistad, recordando la libertad y la democracia que unen a Corea y Costa Rica. Muchas gracias por sus conocimientos, muchas gracias por su ayuda, muchas gracias por su inmensa generosidad.

2 2 Es para mí un placer inaugurar hoy las instalaciones de un Centro que había conocido únicamente en el papel, cuando tuve la oportunidad de firmar como Presidenta en ejercicio, el Decreto que autorizaba el inicio de su construcción. Quiero agradecer a las autoridades políticas y científicas, tanto coreanas como costarricenses, que hicieron posible que una maravillosa idea, evolucionara hasta convertirse en un centro de alta tecnología. Hoy, somos testigos de que la diplomacia puede ir más allá de los saludos y las cortesías, más allá de las notas diplomáticas y las cartas de entendimiento: la diplomacia es una de las clave para el desarrollo sostenible de la humanidad. Desde hace mucho tiempo que las fronteras dividen nuestros países pero no nuestros problemas, y esto es particularmente cierto para nuestros problemas en materia ambiental. Sólo de la mano de la diplomacia, lograremos avanzar como especie al día en que el ser humano se dé cuenta, finalmente, que sobrevivir a costa del planeta, no es más que morir lentamente con el planeta. Decía el escritor ruso Antón Chéjov, que no existe una ciencia nacional, como tampoco existe una tabla nacional de multiplicar, porque lo que es nacional deja de ser ciencia. Ustedes lo han entendido muy bien. En este Centro no habrá fronteras que limiten el conocimiento; no existirán nacionalismos que acaparen las ideas; sólo ondearán en el viento la bandera de la biodiversidad y el estandarte de la tecnología. Hoy iniciamos lo que en el lenguaje político se conoce como cooperación, pero en el lenguaje científico se conoce como simbiosis, un tipo de interacción biológica en que ambas partes se benefician. Repasando mis estudios colegiales de biología, recordé que existen varios tipos de interacción biológica, que van desde la depredación hasta la simbiosis, pasando por el mutualismo, el comensalismo y todo tipo de relación entre las especies. No pude evitar pensar que cada país necesita tener con sus naciones amigas una relación simbiótica y no mutualista, porque el mutualismo es temporal y casual, mientras que la simbiosis es permanente y necesaria. En un

3 3 mundo donde los problemas que nos afectan están cada vez más globalizados, sus soluciones atañen cada vez más a todos los países y a todas las personas. La supervivencia de la especia humana y de la biodiversidad mundial, dependerá de que las relaciones mutualistas y temporales entre las naciones, evolucionen a relaciones simbióticas y permanentes; dependerá de que entre los países las alianzas estratégicas se sobrepongan a la simple cooperación financiera; dependerá de que los recursos tecnológicos se compartan como alguna vez se compartieron las materias primas; dependerá de que la transferencia de conocimientos acompañe siempre a la transferencia de fondos. Solamente si comprendemos esto, podremos vislumbrar que más allá de nuestras semejanzas, son nuestras diferencias las que nos permitirán unirnos para alcanzar juntos el desarrollo. He dicho que una simbiosis es la relación en la que ambas partes se benefician, pero el origen de su relación radica en la diferencia. Una de las partes tiene algo que la otra necesita, y viceversa. Lo mismo sucederá a partir de hoy con Costa Rica y Corea en este Centro de Investigación. En esta interacción, Costa Rica aporta su biodiversidad. La evolución natural de las especies es un proceso lento y milenario, pero del que Costa Rica se ha visto profundamente beneficiada. Vivimos en el Trópico, una región donde el volcán se yergue al lado de la playa, la montaña al lado de la llanura, y el bosque al lado del mar. Con tan sólo el 0.03% de la superficie terrestre mundial, Costa Rica alberga a un 4% de la biodiversidad planetaria. Sabemos, sin embargo, que si la evolución nos bendijo con una vasta biodiversidad, igual o más extensa deben ser las medidas dirigidas a su protección. A la fecha, de acuerdo con el Informe de Desempeño Ambiental publicado recientemente, somos el primer país de América y quinto en el mundo, que más protege el ambiente: un 25% de nuestro territorio se encuentra bajo alguna categoría de protección, somos el primer país en el mundo con más árboles per cápita y por kilómetro cuadrado, y en los últimos

4 4 20 años hemos recuperado 10% de nuestra cobertura boscosa, hasta alcanzar que el 50% de nuestro territorio sea bosque. Pero esto no es suficiente. Es por eso que el presente Gobierno impulsa, a nivel nacional e internacional, una iniciativa conocida como Paz con la Naturaleza, compuesta por una serie de acciones con las que pretendemos dar un salto cuantitativo y cualitativo en la lucha por conservar y preservar nuestros recursos naturales. Dentro de otras acciones, nos hemos propuesto ser un país neutral en carbono para el año 2021, aumentar nuestra cobertura boscosa y nuestras zonas protegidas; educar en desarrollo sostenible y ejercer un importante liderazgo en materia ambiental en el ámbito internacional. En Costa Rica, la tarea por proteger el ambiente es colectiva: desde el niño que recicla en su escuela, hasta el empresario que recicla en su empresa; desde el joven que siembra un árbol, hasta el agricultor que reforesta su finca; desde la familia que viaja en un solo auto, hasta los ministros que pagamos por servicios ambientales cada vez que salimos al exterior. Pero para lograr una verdadera Paz con la Naturaleza, requerimos de un aliado fundamental: la tecnología. Y cuando se trata de tecnología qué otro país es mejor que Corea? Es por eso que en nuestra relación simbiótica, Corea aporta sus conocimientos tecnológicos. No es ningún secreto que Corea se encuentra entre las naciones con mayor conectividad digital en el mundo, que posee la tercera banda de Internet más ancha entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), que es el sexto país en el mundo en programas de investigación y desarrollo, y que es un líder mundial en electrónica. No en vano a Seúl se le conoce como la capital tecnológica y la ciudad digital. A partir de hoy, el INBio no sólo contará con tecnología de buena calidad, sino que contará con tecnología de la mejor calidad. Estoy segura, de que en manos de nuestro Instituto Nacional de Biodiversidad, la casa de la biodiversidad costarricense, esa tecnología viajará desde las llanuras de Guanacaste, hasta las playas de Limón; desde los volcanes del Valle

5 5 Central, hasta los bosques de Corcovado. Estoy segura, de que esa tecnología llegará a nuestras escuelas, a nuestras universidades, y a nuestras empresas. Decía el filósofo alemán Emmanuel Kant, que la ciencia es organizar el conocimiento, pero que la sabiduría es organizar la vida. Eso es precisamente lo que el INBio ha venido haciendo desde hace casi dos décadas: organizar nuestros insectos minúsculos y nuestras exóticas aves, nuestros árboles imponentes y nuestras delicadas flores, nuestros cálidos mamíferos y nuestros reptiles ancestrales. Son ustedes, los hombres y mujeres que trabajan en este lugar, los sabios que descubren y organizan, que clasifican y bautizan, la vida en Costa Rica. Hoy pueden hacerlo con la ayuda de la sabiduría y la tecnología de Corea. Si una anémona de mar y un cangrejo, una raíz y un hongo, un langostino y un pez, pueden aprender a compartir y tener éxito, la especie humana también lo puede hacer y mejor. Tal vez tardemos algunas décadas desde este Centro, en descubrir la razón del trinar de un yigüirro o de la suavidad de una manzana de agua, la razón del color de un ave del paraíso o de la textura del musgo de un árbol; pero desde hoy, podemos vislumbrar la razón por la cual el ser humano sigue siendo una especie fabulosa: porque es capaz, como ninguna otra, de practicar la amistad. Muchas gracias.