Tema 1. El origen de la filosofía. El paso del mito al logos

Transcripción

1 Tema 1. El origen de la filosofía. El paso del mito al logos 1. Contexto histórico La filosofía surgió en Grecia en la etapa de la Época arcaica, comprendida entre el 800 y el 500 a. C. En esta época se producen una serie de cambios que constituyen la identidad de la civilización griega, entre los que cabe destacar:.la aparición de la polis: Las polis consistían en territorios no muy extensos, políticamente independientes, que incluían una serie de aldeas (con frecuencia agrupadas en torno a una ciudad-capital), granjas, tierras de cultivo y pastoreo. Anteriormente las aldeas estaban controladas y sometidas por palaciosfortalezas..las colonizaciones: Se produjo una enorme expansión colonial de los griegos por todo el Mediterráneo. El aumento de la población y la mala distribución de la tierra fueron las causas fundamentales de tal expansión colonial..una progresiva democratización: El poder institucional fue acaparado paulatinamente por los nobles terratenienses (que lo arrebataron a la realeza heredera de las instituciones micénicas), instaurándose un período de dominio aristocrático a lo largo de todo el mundo helénico. Sin embardo, un factor será clave para comprender la pérdida de poder de la nobleza: La expansión colonial hizo que la importancia del comercio y de la navegación fuese cada vez mayor, con lo que gran parte de la población ya no vivía de la tierra a expensas de los nobles terratenientes. La nobleza seguía pretendiendo acaparar el poder, pero nuevas fuerzas estaban entrando en acción. Por todo ello se producían continuos conflictos de intereses entre los diversos grupos sociales. Como elementos clave para resolverlos, surgieron dos nuevas figuras políticas: el legislador y el tirano. La figura del legislador era elegida por los grupos enfrentados para que solucionase los conflictos mediante la promulgación de leyes adecuadas. Legisladores famosos fueron Draco y Solón, de Atenas; Licurgo, de Esparta; Zaleuco, de Locros. El tirano era aquel que llegaba al poder, generalmente con ayuda de los sectores más desfavorecidos, para dar solución a los conflictos. En el año 508 a. C se crea en Atenas un Consejo de 500 miembros encargados de preparar las sesiones de la Asamblea. Puesto que tanto en el Consejo como en la Asamblea podían participar todos los ciudadanos quedó instaurada formalmente la democracia.

2 . La escritura: A lo largo del siglo VIII a. C., los griegos adoptaron el alfabeto consonántico fenicio, añadiendo signos para las vocales. Después de haber expuesto el contexto histórico en el que surgió la Filosofía, podemos ahora ver cómo los factores citados influyeron en el surgimiento de ésta: 1- El contacto con multitud de pueblos diferentes- propiciado por la expansión colonial-, hizo posible que los griegos tuviesen la posibilidad de contrastar sus costumbres con la de otros pueblos y mantener una actitud más crítica y abierta hacia estas. 2- Los conflictos sociales y la intervención de los ciudadanos en la vida pública hace posible sostener discusiones más libres, algo impensable en otros pueblos de la época. 3- La complejidad de la vida ( motivada por el comercio a gran escala, la navegación, el desarrollo de las ciudades,etc.) permite por una parte que muchos de los individuos ya no tengan que vivir del campo- donde todo se ritualiza y tiende al conservadurismo, y por otra parte hace necesarios ciertos cálculos, ciertos tipos de previsión, que se escapan a las posibilidades del adivino (o, al menos, posibilitan nuevas maneras de encararse con el futuro) 4- La ausencia de libros sagrados y una casta sacerdotal que velara por el mantenimiento de un cuerpo de doctrina fijo. Esta carencia de dogmas, y de personas encargados de custodiarlos, otorgó una amplia libertad de pensamiento que favoreció a la filosofía. 5- La escritura fue un elemento fundamental de fijación y transmisión de la cultura griega 2. Qué son los mitos? Los mitos, mediante personajes inverosímiles y tramas fantásticas, pretendían hacer comprender las experiencias y situaciones de los seres humanos en el mundo, pero sin exactitud lógica, histórica o científica. Sus tramas se sitúan en un tiempo indeterminado, anterior a cualquier precisión temporal y sin dar razones de por qué las cosas sucedieron o suceden como ellos las cuentan. De las narraciones míticas, transmitidas oralmente, han llegado hasta nosotros versiones fidedignas, escritas por los poetas más importantes de la antigüedad griega: -Homero, que vivió en el siglo VIII a.c y es autor de la Ilíada y de la Odisea. El asedio por los griegos de la legendaria Troya, argumento de la Ilíada, y el retorno a su patria de Odiseo (Ulises), narrado y cantado en la Odisea, sirven de motivo para transmitir creencias míticas, ritos religiosos y costumbres antiguas.

3 -Hesíodo, que vivió entre los siglos VIII y VII a.c., es el autor de la Teogonía y de los Trabajos y los días. Se trata de dos bellos poemas en los que se narra el origen del mundo, de los seres, de los dioses y de los humanos. En general, los grandes temas que desarrollan las narraciones míticas son los siguientes: a)el origen del cosmos: Según las narraciones transmitidas por Hesíodo, originalmente solo había una mezcla informe y caótica de materiales, el Caos, que por acción de la luz y el paso del tiempo, se fue organizando, ocupando cada elemento su lugar: la tierra, el agua o mar, el aire y el fuego. En cada una de estas partes se fueron originando las diversas clases de entes, que tendrían su lugar y unas funciones específicas en el conjunto. Este conjunto ordenado y con asignación de funciones a los diversos seres es lo que los griegos llamaron Naturaleza (physis). En este sentido, Naturaleza significa la totalidad ordenada y omnicomprensiva de todo lo que existe. b) La interpretación cíclica de la Naturaleza: Son muchos los relatos en que la Naturaleza aparece como el origen universal de donde todo procede y adonde todo volverá, necesariamente. Las estaciones del año ponen en evidencia que los seres nacen, viven y mueren siguiendo la ley cíclica impuesta por la necesidad: todo volverá al origen natural de donde se ha desgajado. c) Ideas antropológicas y morales: Los elementos naturales y los personajes no actúan con libertad : todo está sometido a la necesidad, reguladora de la Naturaleza, que impone un destino o rumbo fijo a la existencia de cada individuo, incluido los dioses. d) El papel de los dioses: En las narraciones míticas todos los dioses aparecen con las siguientes características : 1- Naturalismo: Cada uno simboliza alguna fuerza, poder o fenómeno natural. Por eso, cada uno tiene asignadas funciones o atributos específicos en la Naturaleza. Ejemplos: Gea: diosa de la tierra; Poseidón: Dios del mar. 2- Antropomorfismo: Se les atribuye caracteres y cualidades humanas, buenas y malas, tanto físicas como morales: fuerza, valor, amor, pasión, fortaleza.., pero también desidia, cobardía, malicia. Hay que tener en cuenta que el sustantivo griego dios y el adjetivo divino tienen el sentido de poderoso, digno de veneración, desconocido. Por eso, para los griegos hay muchas cosas divinas, además de los dioses, como el alma humana, el origen del rayo o la fuerza del viento y del volcán.

4 En consecuencia, lo divino para los griegos no tiene nada que ver con el sentido cristiano del término. En el contexto cristiano, divino expresa un modo de ser absolutamente distinto al de las realidades naturales. El Dios cristiano es trascendente a la Naturaleza: su ser está fuera del orden natural y del modo de ser de los demás entes. 3. La influencia de los mitos en la cultura griega Como no podía ser de otro modo, las narraciones míticas tuvieron una influencia decisiva en el modo de pensar griego, especialmente en la religión y en el teatro. Respecto a la religión podemos decir que dos son los términos que expresan con mayor claridad su sentido:. Piedad: (eusébeia): actitud de respeto ante todo lo que emana de lo sagrado, que para ellos era todo lo natural poderoso y sobrecogedor cuyas causas desconocían..culto, servicio, adoración (latreía): expresa la actitud de sumisión a las personas o realidades consideradas superiores. Podemos distinguir dos tipos de religiones:. Religión pública: Para Homero y para Hesíodo, referencia para las creencias públicas de la religión pública, todo es divino, porque todo lo que sucede se explica en función de las intervenciones de los dioses. Quiénes son, no obstante, estos dioses? Estas deidades son fuerzas naturales personificadas a través de formas humanas idealizadas, o bien son fuerzas y aspectos de hombre que han sido sublimados, hipostasiados y han descendido con espléndidas semblanzas antropomórficas. Estos dioses son hombres amplificados e idealizados y, en consecuencia, sólo difieren de nosotros en cantidad y no en cualidad. La religión pública de los griegos constituye una especie de naturalismo, lo que esta le exige al hombre no es y no puede ser un radical cambio interior, un elevarse por encima de sí mismo, sino, por el contrario, seguir a su propia naturaleza. Todo lo que se pide al hombre es que haga en honor de los dioses aquello que es conforme a la propia naturaleza. Religión privada: Como opuesta a este tipo de religión, nos encontramos con las religiones órficas, mistéricas. Los misterios que influyeron sobre la filosofía griega fueron los misterios órficos. El orfismo y los órficos hacen derivar su denominación del poeta Orfeo. El orfismo introduce en la civilización griega un nuevo esquema de creencias y una nueva interpretación de la existencia humana. Mientras que la concepción griega tradicional afirmaba que el hombre era un ser mortal y consideraba que la muerte significaba el final definitivo de su existencia, el orfismo proclama la

5 inmortalidad del alma y concibe al hombre según el esquema dualista que contrapone cuerpo y alma. El núcleo de las creencias órficas es el siguiente: 1. En el hombre se alberga un principio divino, un demonio (alma), que cae en un cuerpo debido a una culpa originaria. 2. Este demonio no sólo preexiste al cuerpo, sino que no muere junto con el cuerpo, y está destinado a reencarnarse en cuerpos sucesivos, a través de una serie de renacimientos, para expiar aquella culpa originaria. 3. La vida órfica, con sus ritos y sus prácticas, es la única que está en condiciones de poner fin al ciclo de las reencarnaciones, liberando así el alma de su cuerpo. 4. Para quien se haya purificado (para los iniciados en los misterios órficos) hay un premio en el más allá (para los no iniciados, existen castigos). La idea de los premios y de los castigos de ultratumba surgió para eliminar lo absurdo que a menudo se constata sobre la tierra y que hace que los virtuosos sufran y los viciosos gocen. Si cada alma tiene una vida previa y si existe una culpa original, nadie es inocente y todos expían culpas de diversa gravedad, cometidas durante las vidas anteriores, además de la culpa originaria: "Y toda esta suma de padecimientos, en este mundo y en el otro, sólo es una parte de la larga educación del alma, que hallará su final definitivo en la liberación del ciclo de nacimientos y en el retorno del alma a sus orígenes. Sólo de este modo, y en relación con el tiempo cósmico, puede realizarse del todo para cada alma la justicia entendida en sentido arcaico, es decir, de acuerdo con la ley quien haya pecado, lo pagará " Gracias a este nuevo esquema de creencias, el hombre veía que en sí mismo se contraponían dos principios, que se hallaban en contraste y en lucha entre sí: el alma (demonio) y el cuerpo (como tumba o lugar de expiación del alma). Se resquebraja, por lo tanto, la visión naturalista; el hombre comprende que hay que reprimir algunas tendencias ligadas al cuerpo y se convierte en objetivo vital purificar de lo corpóreo el elemento divino. En lo que respecta al teatro trágico, no se trataba de representar obras teatrales por pura diversión, sino que aquellos espectáculos tenían una gran carga psicológica y social. Sus argumentos tratan los grandes problemas que aparecen en los mitos. Sus protagonistas suelen ser semidioses, héroes o reyes que caen en alguna desgracia que acaba con su vida; porque la necesidad gobierna la Naturaleza y cada uno de los mortales está sometido al hado. La representación trágica suponía una especie de terapia colectiva, en la que el protagonista individual personificaba conflictos que todos sentían como propios, por formar parte de la naturaleza humana.

6 4. La novedad de la filosofía presocrática La filosofía presocrática nació entre los jonios en el siglo VI a.c, en la ciudad mercantil de Mileto. La tesis principal que distingue a la escuela de Mileto de sus antecedentes míticos y religiosos fue su intento de explicar el origen y estructura del mundo partiendo de causas naturales. Esto implica que a diferencia de lo que ocurría con los mitos, en los que se recurría a poderes extraordinarios (dioses), ahora la explicación reside en la propia naturaleza, ya no es algo trascendente sino inmanente. Se recurre a la razón y no a la imaginación, intuición o magia. Existe otra diferencia muy importante entre el mito y la razón. Los mitos ofrecen una visión del mundo en la que todo está dominado por el destino y la voluntad de los dioses. La realidad aparece como algo caótico y caprichoso que no siempre sigue una pauta previsible y que a menudo escapa a la comprensión humana. Las explicaciones racionales, en cambio, tratan de averiguar las leyes que sigue la naturaleza. La filosofía surgirá por lo tanto como una reflexión sobre la naturaleza, entendiéndola como una totalidad de las cosas que están cambiando permanentemente. Pero el cambio es entendido sobre todo como generación. Es decir, las cosas se están generando, naciendo, surgiendo, continuamente. Pero si las cosas se generan, se generarán a partir de algo. Y si la totalidad de las cosas se generan a partir de algo, ciclo tras ciclo, siguiendo los mismos procesos, es que, en el fondo, todo es lo mismo; por lo que la aprehensión, el dominio, de la realidad pasa por descubrir eso mismo. Por eso se suele decir que la Filosofía surge cuando se intenta reducir la multiplicidad (del mundo que observamos) a unidad (a ese fondo único que es siempre lo mismo). A eso que la naturaleza es (que las cosas son) en el fondo le llaman arkhé (principio, origen). Podemos dividir a los presocráticos en dos grandes grupos: 1)Aquellos que conciben el arkhé como un sustrato (lo que está debajo), que transformándose da origen al mundo patente; y 2) aquellos que conciben el arkhé como elemento, entendiendo por elemento aquello de que están compuestas las cosas. Al primer grupo pertenecen Tales de Mileto (que concibe el arkhé como agua), Anaximandro de Mileto (que concibe el arkhé como apeirón), Anaxímenes de Mileto (que concibe el arkhé como aire), los pitagóricos (para quienes el arkhé son los números); Heráclito (de quien, según la interpretación que se haga de su doctrina se puede decir que lo concebía como fuego, devenir o como logos) y Parménides y sus seguidores que conciben el arkhé como ser. Al segundo grupo pertenecen los denominados pluralistas. Entre ellos están Empédocles (para quien el arkhé está constituido por cuatro raíces a las que llama

7 agua, aire, tierra y fuego), Anaxágoras (que concibe el arkhé como homeomerías) y los atomistas Leucipo y Demócrito (lo conciben como átomos). TALES DE MILETO: Tales formula un principio esencialmente monista mediante las dos tesis siguientes: 1. El agua es el elemento cosmológico primario, todas las cosas surgen del agua o de la humedad. 2. El universo está atravesado y lleno de dioses; es, en su totalidad, un universo vivo, experimenta un cambio espontáneo y, en consecuencia, no es necesario aducir una explicación especial del cambio natural (hilozoísmo). Por qué Tales elige el agua?. Seguramente basó esta teoría en varias razones: el agua rodea toda la Tierra y se presenta en los tres estados de agregación de la materia (sólido, líquido y gaseoso), por lo que es un elemento en continua transformación. Además, el agua o lo húmedo interviene en todos los procesos vitales y, para él, la vida era la propiedad básica de la physis, pues tenía de ella una visión hilozoista o panpsiquista, tal y como se desprende de la afirmación todo está lleno de dioses, en donde el término dios hay que entenderlo seguramente en el sentido de energía, vitalidad. ANAXIMANDRO DE MILETO: Para él, el principio de todas las cosas es el apeiron(infinito), en oposición al agua de Tales; en efecto, si todas las cosas surgen del agua y la humedad, cómo explicar la existencia de lo seco, de lo cálido, del fuego mismo?. El agua es sólo una de las sustancias materiales que vemos, pero no la única. Tiene que haber algo por debajo del agua y más fundamental que ella, que sea el verdadero origen de todas las cosas y el substrato de todos los cambios. Este algo es difícil de caracterizar, es la materia en general y previa a sus determinaciones y limitaciones concretas, lo indeterminado e ilimitado, el apeiron. Al igual que lo determinado en general surge de lo indeterminado, las cosas determinadas concretas surgen mediante una lucha de contrarios. Esto quiere decir que una cosa concreta es determinada (es decir, es algo concreto), dentro de un sistema de oposiciones. Lo blanco surge por oposición a lo duro, lo frío a lo caliente, lo grande a lo pequeño, etc). Ahora bien, la oposición no significa que uno de los opuestos acabe aniquilando al otro. Es decir, el frío es frío intentando prevalecer sobre el calor, lo blando es blando intentando prevalecer sobre lo duro, etc ; pero, a su vez, lo frío necesita de lo caliente

8 para ser algo, lo blando de lo duro, etc. Si lo frío acaba triunfando totalmente sobre lo caliente y aniquilándolo de modo absoluto, lo frío mismo ya no sería. ANAXÍMENES: Dice que el arkhé es el aire; tal vez porque le parece que reúne las características del arkhé de Tales y del de Anaximandro (como el agua es indispensable para la vida, y es observable, como el apeiron es ilimitado), Las cosas surgen a partir del aire por condensación y enrarecimiento. Del aire por enrarecimiento surge el fuego, por condensación las nubes, de las nubes el agua, del agua la tierra y de la tierra la piedra. PITÁGORAS: Para los pitagóricos (al menos a partir de la segunda mitad del siglo V,) los números constituyen la naturaleza de las cosas, su arkhé. Pero para los pitagóricos los números tienen una naturaleza cualitativa, no solo cuantitativa. Así, para nosotros, 1 es una mera cantidad, que coincide, por ejemplo, con 2/2 o con 3-2. Para los pitagóricos, por el contrario, la unidad es, ante todo, una cualidad específica que determina todas las cosas (en tanto toda cosa es una). A su vez, lo uno, la unidad, solo es tal, en tanto podemos determinarla de algún modo. Cómo se determina la unidad? Pues, por oposición a lo otro (lo que no es uno, lo que no es unidad, es lo otro que ella). Si tenemos lo uno y lo otro, tenemos la dualidad, dos. La unidad y la dualidad se delimitan la una a la otra. Solo delimitándose la una son algo ambas (toda cosa para ser algo tiene que ser algo determinado, delimitado). De ahí que todos los números son algo en tanto tienen a su base la unidad o la dualidad. De esta oposición entre la unidad y la dualidad se desprenden otra serie de oposiciones. Así, la unidad constituye la esencia de todo lo impar, mientras que la dualidad constituye la esencia de todo lo par. Pero además la unidad es lo limitado (es lo que constituye a cada cosa determinada), mientras que la dualidad, en tanto simplemente es lo que no es uno, es lo ilimitado. Algunos pitagóricos añadían a estos otras series de opuestos, hasta establecer una lista de pares de contrarios que constituirían los arkhai (plural de arkhé) de todas las cosas. Entre las cualidades que poseen los números está la de la espacialidad, por lo que también son presentados como determinaciones geométricas. Como tales el uno es el punto; el dos es la línea, (ya que la línea es lo que va de lo uno a lo otro- de aquí para allá); el tres es la superficie (ya que tres son los puntos necesarios para determinar una superficie y todo superficie es una suma de triángulos); con el cuatro se alcanza la máxima determinación, pues cuatro son los puntos necesarios para determinar un cuerpo (cuatro son los puntos necesarios para determinar una pirámide triangular). El diez el número perfecto, el número de la divinidad, pues surge de la suma de

9 Parece ser que la idea de que los números son la naturaleza de las cosas surgió cuando observaron que hay una relación entre las longitudes de cuerda de una lira y el tono producido. Así descubrieron que si reduce a 1/2 la longitud de una cuerda produce un tono de una octava más alto; si se reduce a 2/3, es una quinta más alto; y si se reduce a 3/4, es una cuarta más alto. De ahí sacaron la conclusión de que la música se reduce a proporciones numéricas, es número; y eso acabaron extrapolándolo a todo los demás. HERÁCLITO: Se suele presentar como tesis fundamental de la doctrina de Heráclito la de que las cosas están en cambio permanente, que el mundo es un permanente devenir (cambio). Este devenir es entendido como una lucha de contrarios. La tesis, habitual entre los presocráticos, de que las cosas se dan en un sistema de oposiciones alcanza su máxima expresión en Heráclito; hasta el punto que Heráclito sostiene que la guerra es el padre de todas las cosas. (Hasta aquí muy similar a la tesis que defendía Anaximandro). De este kosmos concebido como lucha de contrarios (donde lo que se manifiesta, lo que surge, lo hace a costa del ocultamiento de su contrario), Heráclito dice que es un fuego viviente. Efectivamente, el fuego se manifiesta, surge y crece, a partir de aquello que consume (haciendo desaparecer, ocultando, aquello que consume). Por eso el kosmos es también un fuego viviente (es un continuo crecer a costa de aquello que oculta). Pero este proceso cósmico no es ilimitado, lo que supondría un final de kosmos consumido por el fuego, sino que se produce conforme a medida. En algunos pasajes Heráclito describe el proceso de crecimiento y mengua de este cosmos-fuego a través de dos vías: la vía ascendente y la vía descendente: 1- La vía descendente: El Sol es un cuenco de fuego puro, que se transforma en nubes de tormenta y estas en lluvia(y por tanto en agua), que va a parar parte al mar, parte a la tierra (se hace tierra). 2- La vía ascendente: la tierra, por evaporaciones, se convierte en agua(a su vez, el agua del mar también se evapora), estas evaporaciones se hacen cada vez más cálidas hasta acabar convertidas en fuego que va a parar, finalmente, al cuenco del Sol. La función de la medida, de la determinación, está asignada al logos, que parece funcionar como una ley que lo gobierna todo (de hecho, una de las posibles traducciones de la palabra logos es norma, ley). PARMÉNIDES: Desarrolla su doctrina filosófica en un Poema escrito en tono oracular, del que se conservan algunos fragmentos. En él narra cómo, transportado en un carro

10 celeste por las hijas del Sol, es llevado a la presencia de la Diosa que le muestra los dos caminos que pueden elegir los mortales: el de la verdad (alétheia), que conduce al conocimiento del ser, y el del parecer u opinión (doxa). El camino de la opinión es aquel que conduce al mundo cambiante en el que nos movemos habitualmente, en el que las cosas, ahora son, ahora ya no son. Por contra, el camino de la verdad nos lleva a aquello que siempre es: el ser. Las cosas cambian, los entes que hay en el mundo están en permanente cambio, se transforman de unos en otros y desaparecen para dejar paso a otros. El ser, sin embargo, no cambia (un árbol, ahora es árbol, luego puede ser madera, o ceniza, pero siempre es; además, en el mundo del parecer- de la opinión- tenemos multitud de cosas: árboles, casas, fantasías, imágenes, números, etc., pero todas estas cosas coinciden en que son; unas una cosa, otras otra, pero todas son). Pues bien, el descubrimiento fundamental del que sigue el camino de la verdad es que el ser es y el no-ser no es. Es decir, el camino de la opinión se caracteriza porque es mezcla de ser y no-ser; el sabio, por el contrario, sabe separar el ser del no-ser, y atenerse a lo que es (a diferencia del común de los mortales que andan errantes). Al separar el ser del no ser el sabio conoce también que ambos se delimitan(en cierto modo, ambos se necesitan para poder definirse uno frente a otro- en el mismo sentido que el calor y el frío se necesitan mutuamente para definirse: es caliente lo que no es frío y viceversa). A partir de aquí, Parménides describe aquellos rasgos que caracterizan al ser, y son los siguientes: 1- Es esterno: no es generado (no nace) puesto que, de ser generado tendría que proceder del no- ser, cosa que Parménides- como todo el pensamiento griego-, no admite (de la nada, nada sale), o del ser, en cuyo caso tendremos lo que ya teníamos. 2- Es uno: (en el sentido de que es uno solo): si hubiera dos se diferenciarían en algo, y ese algo sería, o ser, en cuyo caso sería idéntico al uno, o no-ser, en cuyo caso se admitiría que el no-ser tiene ser. Por la misma razón es continuo y macizo: entre dos seres discontinuos, o hay algo o no hay nada; si hay algo no hay discontinuidad, si nada, habría no-ser, posibilidad que habíamos descartado. 3- Es indivisible: para que se pudiera dividir tendría que constar de partes, y esto es algo que ya se ha descartado. 4-Es inmutable( no cambia): si se admite el cambio habría que admitir el paso del noser al ser, pero ya hemos visto que eso es inadmisible para Parménides.

11 5- Es limitado: aunque hemos dicho que el ser es común a todas las cosas, y, por lo tanto, no es ninguna cosa concreta, en algún sentido es limitado: en el sentido de que el ser no lo es todo, no es, por ejemplo, el mundo cambiante mezcla de ser y no-ser, limita con él (y limitando con algo no es infinito, por lo que es limitado). Es importante señalar que el sabio no puede prescindir del camino de la opinión por dos razones: A) Porque no podría haber desvelamiento del ser si antes este no permanece velado. Es decir, si el sabio, como cualquier hombre no estuviese inicialmente en el camino de la opinión no podría desvelársele el ser. B) No tendría sentido el ser si no estuviese determinado frente a algo (recordemos que el ser no es infinito sino determinado), y lo que le limita, lo que le determina, es el mundo múltiple y cambiante. De todo esto se deduce que estar en el camino de la opinión es, también para el sabio, una necesidad. EMPÉDOCLES: Para Empédocles todos los entes tienen cuatro raíces : agua, aire, tierra y fuego. Estos cuatro principios son simples, indivisibles, eternos y generadores de vida. Aristóteles los calificó como los cuatro elementos, si bien Empédocles no usó ese concepto, sino el de raíz y semilla, para expresar su capacidad de transmitir vida. Sus combinaciones generan la diversidad de seres que varían en el peso y en las proporciones de uno a otro. Las combinaciones de los elementos se efectúan y se rompen porque en la Naturaleza actúan dos fuerzas opuestas: una positiva, el amor o amistad, que conduce a la unidad; y otra negativa, el odio, que rompe la unidad y conduce al conflicto. ANAXÁGORAS: Continuó la mentalidad combinatoria de Empédocles, pero añadiendo algo: los seres son diversos, pero su composición no es fruto del azar o de la necesidad, ni tampoco de la confrontación amor-odio, sino de la consecuencia de la acción de una inteligencia Todos los seres se componen de incontables partículas materiales, indestructibles, inalterables e invisibles, que Aristóteles denominaría homeomerías (partículas semejantes). Son divisibles hasta el infinito. Son de muchas clases y se combinan en proporciones distintas, dando origen a la diversidad de seres. Las diferencias entre entes vienen dadas por desigualdades de proporción y cantidad de homeomerías de todas las clases. Así, el nacimiento es interpretado como mezcla y la muerte, como descomposición.

12 Existe una inteligencia (nous) no externa a la Naturaleza, anterior a la combinación de los entes, que combina las homeomerías y dirige desde fuera de sí mismas las cosas singulares. DEMÓCRITO: Leucipo y Demócrito aceptaban la tesis parmenídea de que lo existente es eterno e inmutable, y al mismo tiempo rechazaban la de que sea un único objeto, una esfera singular y solitaria. Lo existente está constituido por una infinidad de objetos duros, indivisibles, eternos e inalterables: los átomos. Defendían la existencia del vacío, condición del movimiento de los átomos. Eso es todo lo que realmente hay: los átomos y el vacío. Por debajo de las apariencias lo único que de verdad ocurre es que los átomos se juntan o se separan y adoptan momentáneamente configuraciones como resultado de sus choques. Los átomos mismos no cambian, ni nacen, ni mueren, sino que permanecen eternamente inalterados e idénticos a sí mismos. Sin vacío no puede haber movimiento, pero puesto que evidentemente el movimiento es algo real, ese espacio vacío tiene que ser también una realidad. Lo existente es la materia, los átomos. Lo no existente es el vacío. Pero, en algún sentido, tanto lo existente como lo no existente son reales. El vacío es lo que separa unos átomos de otros y aquello en que los átomos se mueven. Hay un número infinito de átomos, que difieren unos de otros tanto en forma como en tamaño. El universo entero está formado por un espacio vacío e infinito en el que se mueven al azar y en todas direcciones una infinidad de átomos. Los fortuitos choques y enganches de los innumerables átomos en el infinito espacio vacío producen infinitos mundos distintos. El mundo es un vórtice o torbellino de átomos. Los átomos más grandes y los conglomerados más densos se van agrupando en el centro del torbellino, dando lugar a la tierra y el mar. Los átomos más ligeros forman el aire, éstos circulan a mayor velocidad en la periferia del torbellino, arrastrando a su paso a grandes piedras, que son los astros. La teoría atómica llevó a estos filósofos a distinguir entre cualidades primarias y secundarias. Las cualidades primarias son la forma, el tamaño y el peso de los átomos. Las cualidades secundarias (color, olor, sabor ) responden a la forma en que se configuran los átomos.

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