LA PROTOCOLIZACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS DE TERMITAS EN ESPACIOS URBANOS

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1 LA PROTOCOLIZACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS DE TERMITAS EN ESPACIOS URBANOS Josep SELLAS Química de Munguía, S. A., Derio Bidea, Munguía (Vizcaya) Abstrac: La termita a diferencia de otras plagas urbanas, no forman parte de la lucha vectorial, al no afectar a la salud de las personas, pero sí a nuestro patrimonio inmobiliario, y a la seguridad de los edificios que en ellos habitamos, además de los importante daños económicos que causan. La proliferación de tratamientos y estudios urbanos que se están llevando a término estos últimos diez años, responsabiliza cada vez mas, a las empresas TCO (Termite Control Operator), que se han visto obligadas a tomar la iniciativa sin haberse establecido un código protocolario de actuación, que por su relevancia corresponde a la administración pública establecer una correcta trazabilidad de estos tratamientos y una regulación específica. INTRODUCCIÓN En estos últimos diez últimos años, se han realizado diferentes estudios sobre el comportamiento de la termita en espacios urbanos, así como numerosas actuaciones en edificios públicos, privados y de interés patrimonial, poniendo de manifiesto la proliferación y gravedad de la presencia de estos insectos convertidos en plaga, cada vez, mas extendidos en nuestros municipios. A diferencia de otras plagas vectoriales, y sin riesgo de poner en peligro la salud pública de los ciudadanos, preocupan los importantes daños económicos que causan, la seguridad de los edificios que habitamos, y en especial la acción destructiva de nuestro patrimonio inmobiliario. La complejidad de estos insectos, difíciles de detectar su presencia, hasta que su agresión es muy identificable; el desconocimiento de estas patologías por parte de los despachos técnicos de arquitectos, urbanistas y medio ambientalistas, así como la falta de toma de medidas por parte de la administración pública para preveer y establecer un control del avance de esta plaga, demanda la necesidad de establecer un protocolario que nos permita actuar con una correcta trazabilidad. Actualmente son las empresas TCO (Termite Control Operator), quienes por defecto y corresponsabilidad en el control de plagas urbanas, son las que han asumido todo el protagonismo para su control, junto con los laboratorios y empresas químicas fabricantes de productos biocidas, sin disponer de un protocolo de actuación que delimite las responsabilidades y actuaciones de todas las partes implicadas. Donde se priorizan, por defecto, los aspectos sanitarios del uso de los productos biocidas y sus aplicaciones en el tratamiento, sin tener en cuenta, muchas veces, el riesgo estructural de los edificios que se están tratando y sus consecuencias.

2 Por este motivo considero oportuno, desde la reflexión, la necesidad de reclamar competencias legales a la administración pública, para protocolizar la actuación de los profesionales y empresas competentes en el control de esta plaga dentro del ámbito urbano, para trabajar con criterios de racionalidad, a la vez que establecer una trazabilidad competencial que parta de una responsabilidad pública. LA TERMITA Y SU HABITAT NATURAL Las termitas son insectos sociales complejos que se caracterizan por su extraordinaria estructura social, sus comportamientos complejos tanto en sus hábitos alimenticios, como reproductivos y su extraordinaria capacidad para albergar grandes colonias e interactuar en el medio, con otros seres vivos, estableciendo simbiosis con ellos o actuando como parásitos de los mismos. Al igual que otros insectos, ocupan un lugar en la cadena trófica y cumplen su función en la naturaleza degradando la madera seca, facilitando su descomposición para que esta a su vez sirva de materia orgánica y fuente de nutrientes para otros organismos vivos. Habitan en regiones hemisféricas temperadas donde las condiciones climáticas y de humedad favorables, les ha permitido asentarse a lo largo de estos territorios en condiciones propicias para su desarrollo. Primitivamente fueron moradores de regiones forestales y obtenían la mayor parte de su alimento de árboles muertos caídos; ramas, troncos, tocones, raíces muertas,... Con el avance de la colonización efectuada por el hombre y la transformación de grandes áreas forestales en poblados y predios agrícolas, las termitas incursionaron en estos nuevos espacios urbanizados por el hombre, hallando nuevas fuentes de alimentación, ingresando en las diversas estructuras de madera construidas en estas urbes, que además de facilitar su alimentación, también les permitía protegerse de la agresividad del medio. Otras veces fueron introducidos en regiones costeras mediante la madera transportada por los barcos, que eran utilizadas para la construcción de nuevos edificios, estableciéndose nuevas vía de colonización. En el caso de España, las condiciones benignas del clima y las extraordinarias características holográficas de la península, han propiciado su desarrollo y diseminación por todo el territorio nacional; consiguiendo un rápido asentamiento, especialmente estos últimos años, en la práctica totalidad de los municipios españoles, siendo especialmente destructivos en su incorporación en los núcleos urbanos, en un momento importante de crecimiento y desarrollo urbanístico, convirtiéndose en una plaga muy activa y dañina que afecta al deterioro de la madera en servicio. EL AUMENTO POBLACIONAL DE LA TERMITA COMO CONSECUENCIA DEL CAMBIO GLOBAL AMBIENTAL Es reconocido que en estos últimos 50 años se ha producido la más rápida y extensa transformación de los ecosistemas del mundo, que en ningún otro período de la historia. La sobre explotación del hombre de los recursos naturales y su agresividad en el medio, está condicionando la rápida transformación de las condiciones

3 ambientales que sufre el planeta y sus imprevisibles consecuencias. Las Naciones Unidas a través del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) iniciado en 1973, promovió conjuntamente con la comunidad científica, diferentes estudios, donde han puesto de manifiesto esta transformación, como consecuencia de la acción del hombre en el medio, con la creación de nuevos hábitats que impulsan condiciones en las que se propagan nuevos y viejos patógenos, bacterias, virus y microorganismos que causan enfermedades y alteraciones sanitarias en la población. Advirtiendo también, que estas transformaciones facilitan el cambio climático, alterando las temperaturas y perturbando los hábitats naturales hasta tal punto que las poblaciones de insectos emigran como "refugiados ambientales" a nuevos hábitats. En 1988 la OMS publicaba el 11º informe del Comité de Expertos sobre la lucha vectorial y plagas urbanas, que vinculaba la urbanización acelerada y no planificada con los problemas de vectores y plagas urbanas. En su análisis, proponían la toma de medidas mediante la integración de procedimientos tecnológicos y de ordenamiento apropiado, para lograr un grado eficaz de control, la llamada lucha integrada, comprometiendo a los organismos públicos y de manera explícita a los municipios a tomar la iniciativa, a la vez de hacer frente común con otros organismos no gubernamentales y del sector privado para el logro de resultados. De manera específica, la termita no forma parte de esta relación de plagas vectoriales que preocupan a Salud Ambiental, por su nulo riesgo sanitario, razón por la que no existe un protocolo explícito de actuación; pero si de manera genérica se contempla a la plaga como un patógeno de acción medio ambiental que en los últimos años ha ido progresando en hábitats urbanos. COMPETENCIAS AMBIENTALES Y JURISPRUDENCIA DE LOS MUNICIPIOS EN MATERIA DE SALUD AMBIENTAL Las ciudades y los pueblos, son el medio que facilita la diversidad de la vida urbana y rural y los Gobiernos Locales, a través de su planificación y gestión, son quienes tienen la legitimidad y responsabilidad para desarrollar el bienestar de la comunidad ciudadana, entre otras, a través de sus competencias urbanísticas. Uno de los mayores retos de los municipios, es analizar cómo los entornos urbanizados pueden orientar su crecimiento y hacerse sostenibles asumiendo compromisos de protección del medio ambiente, condicionando su desarrollo en el futuro y convirtiendo la política ambiental en una meta para hacer sostenible el desarrollo en el territorio. En el caso español, el ordenamiento legal compromete de manera explícita a los gobiernos municipales en la defensa y protección del medio ambiente como uno de los aspectos fundamentales de la gestión pública. Esta protección se aborda a través de medidas de diversa índole: legales, económicas, sociales, etc., con el fin de garantizar tres objetivos de cumplimiento obligado: Preservación de los recursos naturales Prevención de daños de origen antrópico

4 Restablecimiento del orden ecológico en zonas afectadas A partir de la Constitución de 1978, y de sus artículos 148 y 149 donde se incluye un doble listado del sistema constitucional de competencias, los Ayuntamientos, al ser las corporaciones públicas más próximas a los ciudadanos, adquieren un papel relevante en el marco ambiental, asumiendo competencias relacionadas con la gestión de su entorno, a pesar de que esta competencialidad origina en ocasiones, ciertas disfunciones y problemas de discrepancias con otras administraciones públicas, especialmente las autonómicas, debido fundamentalmente a la falta de definición de las atribuciones que corresponden a cada una de ellas, además de la escasez de medios y recursos existentes en la mayoría de los municipios españoles. En segundo orden la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local de 1985, estableció en el artículo 25.2 la lista general de competencias que debe ejercer el municipio sobre la protección del medio ambiente, y en el artículo 28 posibilita a los municipios la realización de actividades complementarias de otras Administraciones Públicas y en particular, a las relativas a la sanidad y la protección del medio ambiente. También destacar que en este último período gubernamental, ( ) el Gobierno, y con el fin de conseguir los objetivos de sostenibilidad local dentro del Plan Estratégico Local de Medio Ambiente, publicó el decálogo ambiental como referente para este período, de modelo de administración local, fundamentalmente para municipios de mas de 50,000 habitantes que son los que tienen legalmente competencias generales en materia de protección del medio ambiente, y donde en el apartado 4 Urbanismo Sostenible, hace referencia a la planificación racional y sostenible de los usos del suelo, a la vez que propone medidas de apoyo a la rehabilitación de viviendas y solares abandonados en cascos históricos, frente a los riesgos que puede comportar. LAS EXIGENCIAS CONSTRUCTIVAS Y SU REGULACIÓN NORMATIVA FRENTE PATOLOGÍAS BIOTICAS Por otra parte, existe también una regulación normativa a la que hace referencia las distintas patologías, abióticas y bióticas que interfieren la vida útil de los elementos constructivos y con una mención explícita a la termita al igual que otros agentes xilófagos que también afectan y dañan las construcciones. Esta reglamentación nace en cumplimiento a las exigencias ambientales de la normativa Europea. Directiva 2002/91/ CE, del Parlamento Europeo y Consejo. En España, su trasposición se realizó en 1999 con la aprobación de la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE), con el fin de garantizar la seguridad de las personas, el bienestar de la sociedad, la sostenibilidad de la edi?cación y la protección del medio ambiente, concluyendo con la aprobación del llamado Código Técnico de la Edificación (CTE), conjunto principal de normativas que regulan la construcción de edificios en España, y en el que se establecen los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad de las construcciones, definidos en la anterior ley mencionada. Sus exigencias intervienen en las distintas fases de proyecto, construcción, mantenimiento y

5 conservación. Es una normativa basada en prestaciones en la que pretende dotar a los edi?cios de elementos constructivos que ofrezcan garantías técnicas para el cumplimiento de unos objetivos mínimos de funcionalidad, seguridad y habitabilidad en la edi?cación. En el DOCUMENTO BÁSICO SE-M ESTRUCTURAS DE MADERA, en su Capítulo 3 Durabilidad recoge las clases de riesgo biológico que corre una madera en función de las condiciones de su puesta en servicio y los tratamientos preventivos que deben aplicársele, exclusivamente al campo de la madera estructural, haciendo referencia a las distintas patologías que pueden padecer estos elementos. Así también en el Anejo D Evaluación estructural de edificios existentes donde se explicitan los tratamientos curativos en obras de rehabilitación según sus patologías. Promoción de programas, proyectos de restauración y rehabilitación de las áreas afectadas por la plaga. Protocolo de actuación en los tratamientos a realizar E incorporar en los programas de educación ambiental urbana, la difusión de las medidas legislativas y protocolarias a todos los sectores profesionales implicados. Para ello, será necesaria la coordinación de las Direcciones de Salud Pública y Medio Ambiente para este redactado y que sus acciones sean transferidas en las Ordenanzas Municipales Locales por la capacidad ejecutiva de los entes municipales en materia medio ambiental. CONCLUSIONES Una vez analizadas y evaluadas todas estas consideraciones y observado que no existe un plan de actuación concreto en el control de la termita en el ámbito urbano, es necesario, por su relevancia, establecer jurisprudencia sobre su actuación, donde se normalice una guía protocolaria para su realización y la trazabilidad competencial de los distintos entes públicos participativos, que fije acciones prioritarias que permitan: La capacidad de intervención local en acciones ambientales de estas características. Implantación de un sistema de vigilancia, monitoreo y seguimiento de las poblaciones y áreas urbanas afectadas por estas patologías.