TEATRO INFANTIL Y JUVENIL

Transcripción

1 TEATRO INFANTIL Y JUVENIL Por Consuelo V alear ce Burgos «Es necesario dar al espíritu los medios indispensables para que el juicio, el raciocinio y la apreciación de los seres y de las cosas que el mundo externo presenta, se hagan con gracia, con arte, dejando transparentarse junto a la recta razón y los caminos seguros de la dialéctica, el gusto, la facultad de distinguir lo feo de lo bello y de valorar esto último en todos sus grados, matices y facetas.» Al niño le conviene, y al adolescente, ver y experimentar «el espectáculo del mundo a través de las producciones inmortales, los atisbos de la eterna belleza que resplandece en los artes de la vista, en la música y en la poesía», «no ha de ser tenido por culto y menos todavía cultivado» el que sólo con libros y enseñanza tuvo amistad. Hay por tanto la obligación de dar el derecho al niño de una educación estética a través de la cual se desarrolle su personalidad. Dar al niño los medios de que él pueda conocer y gustar «las joyas de la arquitectura, los diversos estilos y modelos que han llevado a los escultores a la contemplación del ideal hermosura, los tesoros del arte, la armonía, del sonido, la manifestación varia de la literatura propiamente dicha». A la vista de este objetivo, nos preguntamos: Qué participación adquiere el Teatro? Qué lugar ocupa? El Teatro es una de las obras de arte más completa y más perfecta. En sí encierra una manifestación de las artes plásticas, de la oratoria, de la música, de la técnica, en tanto que comprende la conjugación lógica de elementos múltiples y diversos. Si esto es cierto, nosotros nos planteamos: es apta la esencia del Teatro para perfeccionar al niño y al adolescente, su inteligencia y 93

2 conducta?, es apto el Teatro para lograr un refinamiento del gusto y la integración de la personalidad? CONCEPTO DEL TEATRO Y SUS CARACTERÍSTICAS Qué es el Teatro? El Teatro es un triángulo de fuerza formado por: el público, el actor y el autor. Estos elementos encierran en sí el esfuerzo de mantener el equilibrio que conduzca a un ideal de unidad y de armonía, base y fundamento de toda representación teatral. El análisis de cada uno de estos factores nos dará las características y las exigencias del Teatro y la participación de él en el desenvolvimiento psíquico del niño y del adolescente. EL PÚBLICO El Teatro nace del público. Desde los tiempos más primitivos se cuenta, y leemos, cómo se reunían los pueblos para adorar a sus dioses, para celebrar sus fiestas, y que de estas reuniones surgía uno de ellos que espontáneamente danzaba y cantaba en honor a sus dioses. Más tarde vemos que esta forma primitiva del Teatro se va modificando por la ordenación de las piezas de divertimiento o religiosas. El público, ya se reúne con objetivo determinado: participar en la esencia misma de la representación, promovida por un fin anterior y tradicional en el cual todos se sienten implicados. De aquí que una de las características del Teatro como de todo espectáculo masivo que tenga su raíz en lo ancestral del hombre sea la existencia de un alma colectiva en aras de la cual se entrega la individualidad. La creación del alma colectiva es la clave del éxito y del logro del fin primario por el cual nosotros llegamos al objetivo propuesto al principio, cuando hablamos del Teatro Infantil. Los principales factores que intervienen en la creación del alma colectiva son la imaginación y el sentimiento, por parte del público. La imaginación es, pues, uno de los factores más importantes 94

3 que intervienen en esta colectividad. No obstante la imaginación, como todo en la vida, puede ser pobre, por no haber sido cultivada en su momento oportuno, o haber estado oprimida por el excesivo realismo y tecnicismo de una época. Empero, en el niño no debe suceder esto, su fantasía y su imaginación es viva y plena. Y necesita de estímulos que le exciten a realizar un esfuerzo en el que encuentre el placer. El Teatro, por lo tanto, está exigiendo un esfuerzo del niño que tiene que fijarse y observar aquellos detalles que despierten su interés, y de ellos escoger aquel que le mueva en definitiva sus sentimientos. A diferencia del cine en donde la cámara cierne y da los motivos que pueden mover los sentimientos de espectador, sin necesidad que éste los busque. Por consecuencia el Teatro aporta a la formación del niño, una creación de hábitos que pueden ser positivos y de hecho lo son, desde el punto de vista del «niño público», que contribuyen a su formación de una manera indirecta, pero eficaz. Tal es el placer del niño en el esfuerzo; esfuerzo que ha sido movido por el héroe, por la personificación de un ideal y el sueño de una fantasía. Ahora bien, es importante tener en cuenta cuáles son las exigencias del público infantil, para crear en él esta alma colectiva, que vibre ante triunfos del héroe, se conmueva con sus desgracias, ría y llore, de tal forma que en la individualidad de cada uno de ellos quede un sedimento que le haga ver ampliarse su mundo de valores, que le sean eficaces no en su vida inmediatamente, sino futura. El Teatro infantil, como el juvenil, debe orientarse hacia este mundo de valores, porque en sí el Teatro puede llevarlo eficazmente; es el que puede cultivar el espíritu del niño, librando al futuro hombre de la enajenación que la excesiva técnica está produciendo en él mismo. La contemplación de una representación teatral es incómoda. Vencer esta incomodidad por ir al encuentro de un goce ético y estético es ya un triunfo del ser íntimo del hombre. Poner al niño y al joven en esta incomodidad es hacerle aflorar su verdadera intimidad humana, muy encarcelada en los momentos actuales por el dominio de lo material, de lo técnico, por la agitación de la vida. 95

4 EL AUTOR Al llegar a este punto es importante hablar del autor. La persona que escribe para los niños. El autor debe conocer al niño y al joven, y debe hacerle soñar. Soñar con la verdad, el amor, las acciones limpias y nobles, porque el niño y el joven sueñan con hacer realidad sus sueños, y aún el hombre. Para ello el mundo del teatro le brinda al autor miles de posibilidades bellas y atractivas: la danza, la música, la poesía, etc., que animan a estos sueños. Cultivar la sensibilidad, la imaginación, la inteligencia debe ser el objetivo del autor. Divertir y hacer gozar por el disfrute de la presentación atractiva y bella de los valores positivos del ser humano y de la vida, considerada ésta en toda su plenitud, y en todo lo que de bueno, claro y noble existe. Hacerle soñar con esto como el don más preciado que hay que alcanzar, en las tragedias y en las alegrías, en lo pequeño y en lo grande. Llevar al niño un valor, con imágenes, con figuras del pensamiento y dicción que animen su fantasía, mejore el gusto, recree su ánimo y refine su personalidad es, en definitiva, la misión del autor. EL ACTOR Al actor lo podemos considerar como el vértice del triángulo de fuerza que es el Teatro. Cobra, pues, una gran importancia en la vida toda del teatro lo que se llama la actuación. En general parece, cuando se habla del teatro infantil, que esto se margina, por cobrar más importancia otros elementos, por ejemplo, la obra, entre otros. No obstante en la actuación existe una verdad; verdad que casi nunca se debe olvidar; es admisible, sin embargo, ser fiel a ella cuando se trata de una actuación para mayores, empero para el niño, jamás. El niño es sensible al engaño y tiene un gran sentido del ridículo de los mayores. De aquí que el actor, que va a trabajar para el niño, tiene que poner en su actuación una gran veracidad. En sus gestos y en la voz 96

5 elementos fundamentales con los que cuenta todo el rigor que están exigiendo los personajes que el autor ha creado para los niños. A veces sucede que el actor, movido también por este público, se esfuerza más en sus gestos y en su parte sensitiva que en su verdadera sensibilidad, imaginación y fantasía. Imprimiendo en el niño por consecuencia un modo de hacer facilón, chabacano, que puede romper todo el objetivo y profundidad que el autor quiere llevar al niño. Actualmente no existen actores de verdad entregados a esta tarea de hacer teatro para el niño y el joven que requiere una preparación, una sensibilidad bastante mayor de lo que en un principio se puede suponer. Es importante reseñar al hablar del actor, el tan discutido tema del actor infantil. Dos opiniones existen acerca de esto en la actualidad y que desde los tiempos más remotos existieron. Una, la que considera la necesidad de que existan estos actores infantiles, porque ellos dan más veracidad a la obra y, por consecuencia, hay un acercamiento más íntimo del público infantil a lo que sucede en el escenario. Es soñar con posibilidades más a su alcance, es introducir la obra más en el mundo infantil y a la inversa. No obstante ésta la siguen los menos. Otra opinión de la mayoría es la que expone que es un trabajo prematuro para el cual no está, en ningún sentido, preparado el niño, pudiéndose de formar su personalidad. También porque creemos que tal y como se presenta todo el tinglado del teatro en el momento actual, el actor infantil está sometido a unas presiones y a unas circunstancias de tipo propagandístico que si no le ataca a su moralidad, por estar bien salvaguardada por los mayores, sí le ataca a su carácter y personalidad haciéndole un pequeño inadaptado. ACTUALIDAD DEL TEATRO INFANTIL EN ESPAÑA Realidades concretas del Teatro Infantil y Juvenil en España existen. Un esfuerzo continuado y que merece destacar es el que ha llevado a cabo «Los Títeres», Teatro de Juventudes de la Sección Femenina, que ha cubierto su octava temporada con dieciséis obras para niños y seis de nuestros clásicos para adolescentes. Destacando entre ellas, por ser sus autores españoles y del momento actual, La 7. T. INFANTIL 97

6 Feria del Come y Calla, de A. Mañas; El Cocherito Leré, de R. López Aranda y A. Fernández Montesinos. Otros esfuerzos han sido: «Arlequín», grupo de la organización juvenil de Murcia, y «La Farándula», de Sabadell. De «La Farándula» hay que destacar el hecho único de ser organización privada que ha construido su propio teatro. Para lograr un teatro para niños, un teatro para Juventudes, tiene que haber un clima, un ambiente que dé aliento a los esfuerzos que se realizan. Hoy día se intenta construir y dar consistencia a estos esfuerzos para lograr mayor eficacia y sobre todo continuidad. No obstante existe aún un problema de mentalidad, pero que se prevé que se vaya superando día a día por el signo que presenta el mundo actual, esto es: hoy hay una vuelta al niño. Se piensa o se intuye la necesidad de que, junto a la evolución técnica y económica del mundo, debe existir una cultural y humana, porque si no perdemos al hombre. Y para hacer esto hay que comenzar por formar y cultivar al niño en sus valores profundamente humanos, como son la capacidad de captar la belleza, el amor y la verdad. Y para ello el hombre tendrá que volver a los medios que pueden llevar esto, como el Teatro. El Teatro tendrá que cobrar fuerza y vitalidad cuando se le dé su razón de ser y existir: El Hombre. 98