4. ANÁLISIS DE TENDENCIAS

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1 4. ANÁLISIS DE TENDENCIAS A continuación se presenta una apreciación general de la situación de la institucionalidad del sistema científico en cada una de las tres subregiones precedentes, y una síntesis con lo más relevante de cada país SUBREGIÓN CENTRO - NORTE En los países centroamericanos existe una creciente preocupación en torno al desarrollo de la ciencia y la tecnología; muestra de ello es que los países que componen esta subregión están adscritos en calidad de Estados Miembros, en la Comisión para el Desarrollo Científico y Tecnológico de Centroamérica y Panamá, CTCAP, cuyo propósito es: Estimular el vínculo entre diferentes organismos Nacionales de Ciencia y Tecnología (ONCYTs), quienes son las autoridades nacionales del Poder Ejecutivo de cada Gobierno de la región, responsables de la ciencia y tecnología y quienes, a su vez, generan la política científica y tecnológica de la subregión, en armonía con las políticas y programas socioeconómicos de cada uno de los países miembros 1. Pese a ello, se observa en la mayoría de estos países deficiencias en los lineamientos de los planes y estrategias nacionales, sobre todo, en la posibilidad de identificar claramente prioridades y oportunidades en el ámbito del desarrollo científico y tecnológico. Todos los países de esta subregión presentan fuertes limitaciones en cuanto a recursos destinados al desarrollo de la ciencia y la tecnología. Esto se evidencia en el bajo porcentaje de recursos invertidos en relación con el PIB, el que va desde el 0,0023% en El Salvador (cifra que representa la inversión más baja de la subregión), hasta el 0,41% en el caso de Costa Rica. Cabe recordar que el porcentaje de inversión en torno al PIB sugerido por la UNESCO para los países en vías de desarrollo corresponde como mínimo a un 1%. Otra problemática que limita el desarrollo científico en Centroamérica es la falta de recursos humanos calificados para el desarrollo de esta actividad, además de los pocos canales de vinculación existentes entre los distintos actores relacionados con el desarrollo de la CyT (investigadores, inversionistas, Estado, etc.). Conciente de esta situación, la CTCAP establece en su Plan Estratégico , los siguientes objetivos estratégicos 2 Consolidar capacidades regionales en gestión del conocimiento y la innovación, para facilitar la inserción de la región en la sociedad global del conocimiento. Establecer redes regionales de Centros de Excelencia en investigación, formación de capital humano y alianzas estratégicas, en áreas con futuro para el desarrollo de la región. Dinamizar una cultura de innovación tecnológica en los sectores productivos, orientada a incrementar la calidad y competitividad en el mercado global. Apoyar procesos de apropiación social del conocimiento en comunidades locales, para la solución de problemas de pobreza y marginación. 1 (27/07/08) 2 (27/07/08) 364

2 Fomentar la creación e incubación de empresas de base tecnológica, con el fin de contribuir a la transformación de los sectores productivos y promover las capacidades del empresariado. Modernizar los sistemas de financiamiento de la ciencia, tecnología e innovación, con el fin de aumentar la cobertura y volumen de los recursos y acceder a nuevas fuentes de cooperación. La excepción la constituye México, uno de los países con mayor trayectoria y desarrollo de la actividad científica en Latinoamérica. Sin embargo, la situación mexicana también reviste desafíos, sobre todo, en cuanto a la institucionalidad, la participación de los privados, y el impacto de su producción en el sistema científico mundial. A continuación se resume lo más destacado de la situación actual de cada uno de los países que integran la subregión Centro-Norte. Costa Rica Costa Rica cuenta con un Ministerio que dictamina la política científica y tecnológica en el país (MICIT), el que por medio del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología, se planteó para el periodo una serie de programas, proyectos o acciones para el fomento y apoyo en el incremento del capital humano científico y tecnológico y la inversión en ciencia y tecnología, así como también la redefinición del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, la democratización de la ciencia y la tecnología para el fomento y apoyo de los programas de modernización productiva en los diversos sectores económicos, y la atracción de inversión externa de alto valor agregado. Sin embargo, no hay información de que el país esté avanzando hacia la construcción de un Plan Nacional de Ciencia y Tecnología posterior al 2006, lo cual también da cuenta de la necesidad de actualizar el quehacer político en estas materias, validando el concepto de e-ciencia y sus ventajas en la reflexión de futuras líneas políticas para alcanzar los resultados que el país requiere y demanda. El enfoque para el desarrollo de la actividad científica apunta, principalmente, a la búsqueda de soluciones de los problemas relacionados con los desequilibrios en la estructura, el incremento del desempleo y subempleo y el deficiente uso de los factores de la producción, con énfasis en las ciencias agrícolas, biológicas, de información y de educación. Costa Rica ha comprometido su participación en la Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas, CLARA, lo cual posibilitó la creación de la Red Nacional de Investigación Avanzadas, CR2Net, definiéndose como una red de alta velocidad dedicada a brindar las condiciones de conectividad necesarias para un adecuado desarrollo de la investigación en todas las áreas del conocimiento y al servicio de la Enseñanza Superior. El Salvador El Salvador cuenta con un marco legal que establece la recientemente actualizada Política de Ciencia Tecnología e Innovación, , coordinada a través del 365

3 Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT. A pesar de ello, aún se observa un sistema institucional débil, carente de mecanismos e instrumentos efectivos, que permitan articular, optimizar y difundir su gestión. Existe en estos momentos una propuesta de Ley de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación que establece el fortalecimiento de la estructura operativa y de recursos humanos del CONACYT, para lo cual fija su financiamiento en una cantidad no menor al 1% del PIB. Pese a la intención expuesta en el párrafo anterior, en el sistema financiero estatal no existe una línea de financiamiento para proyectos y actividades científico-tecnológicas, ni tampoco un fondo de desarrollo científico y tecnológico que promueva la investigación básica y aplicada, y estimule la creatividad y formación de recurso humano calificado. El sector privado, por su lado, ha sido muy limitado en financiar los proyectos en estas áreas. La inversión en ciencia y tecnología que se realiza en El Salvador indica claramente que el estímulo a la investigación ocupa un lugar muy bajo en el orden de las prioridades nacionales. Hasta el momento, las investigaciones realizadas a través de CONACYT, sumado a la escasa inversión y recursos humanos, no generan el impacto esperado tanto en magnitud como en resultados, que aporten al desarrollo económico y social salvadoreño. Por último, respecto de las Redes Avanzadas, El Salvador se encuentra vinculado a CLARA a través de RAÍCES (Red Avanzada de Investigación, Ciencia y Educación Salvadoreña), definida como una asociación privada sin fines de lucro que reúne a siete instituciones de educación superior salvadoreñas. Guatemala Pese a que Guatemala cuenta con un marco legal unificado que establece la Política de Ciencia y Tecnología a través de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, SENACYT, y un Plan Nacional de Ciencia y Tecnología para la innovación , la situación actual del país está lejos de ser satisfactoria 3. Cabe señalar que no existe un fondo unificado para el sector de ciencia y tecnología; cada Ministerio del Estado realiza sus propias actividades científicas y tecnológicas. Según el Informe General del Estado de la Ciencia y la Tecnología (2006) 4, existen en Guatemala alrededor de 615 científicos dedicados a la investigación, de los cuales el 78% cuenta con el nivel de Licenciatura. Ahora bien, si sólo se considera a los investigadores con grado académico de Maestría o Doctorado, este porcentaje baja a un 28%. Lo anterior incide directamente en el bajo registro de patentes solicitadas y otorgadas, tanto nacionales como extranjeras, las que hasta el año 2005, alcanzaban las 104 patentes otorgadas, siendo apenas 4 de ellas nacionales y el resto (100) extranjeras. Otro de los aspectos importantes de señalar en este análisis, es el que dice relación con los programas e instrumentos de cooperación internacional disponibles para el desarrollo 3 (20/07/08) 4 (20/07/08) 366

4 de ciencia y tecnología en los países subdesarrollados, en donde se evidencia que Guatemala no ha logrado, hasta ahora, aprovechar esas y otras fuentes de cooperación para su desarrollo. A través del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología para la innovación , se espera dar continuidad a los programas emprendidos, posibilitando que su trabajo se desarrolle en forma sistemática y sostenida a lo largo de los diferentes períodos de gobiernos que abarcará, vinculándose de manera efectiva con los programas de cooperación internacionales. En relación con las Redes Avanzadas, la Red Avanzada Guatemalteca para la Investigación y Educación, RAGIE, está adscrita a CLARA y se ha definido como una asociación civil sin fines de lucro constituida por universidades, institutos de investigación y otras instituciones guatemaltecas dedicadas a la investigación y educación, con el objeto de promover el desarrollo de la sociedad de la información, así como la creación de redes académicas y de educación en el país. Honduras De acuerdo a lo consignado en el Informe de Cumplimiento del Plan de Acción de Lima 5 Honduras está en plena instalación de su institucionalidad científica. Cuenta en la actualidad con un Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación , con una propuesta para la organización del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) y la propuesta de Ley que sustenta su creación. Otra de las acciones relacionadas con esta temática es el levantamiento de un directorio nacional de investigadores, que en la actualidad está realizando el Consejo Hondureño de Ciencia y Tecnología, COHCIT. Esta herramienta permitirá conocer la cantidad de investigadores y sus áreas de trabajo a nivel nacional. Según la información recabada, hasta agosto del 2007 éste alcanzaba a 500 investigadores registrados 6, cifra aún insuficiente, en proporción al número de habitantes del país, el que asciende a , ya que el porcentaje de investigadores con respecto a su población total es de 0,006%. Relacionado con el punto anterior, podemos observar que el bajo porcentaje de investigadores incide directamente en el número de patentes solicitadas y otorgadas, tanto nacionales como extranjeras, las que al año 2005 alcanzaron las 98 patentes otorgadas, siendo apenas 5 de ellas nacionales y las restantes 93, extranjeras. La importancia que el Estado de Honduras le otorga, al menos a nivel de declaración, al desarrollo científico y tecnológico del país, se evidencia en lo expuesto en eventos como el II Taller Mesoamericano de Ciencia y Tecnología, cuyo objetivo fue generar las bases de una Agenda Mesoamericana de Ciencia, Tecnología y Competitividad, y el I Congreso Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación: Construyendo una Honduras basada en el Conocimiento" realizado el mismo año, entre otros. En ellos se asume que la Ciencia, la Tecnología y la Innovación son temas de prioridad nacional, y deben ser planificadas a largo plazo, realizando esfuerzos por trabajar en forma conjunta con todos los sectores del país. 5 (08/07/08) 6 (10/08/08) 367

5 Por último, respecto de la participación de Honduras en las Redes Avanzadas, el 25 de abril de 2005 se creó RHUTA, la Red Hondureña de Universidades con Telecomunicaciones Avanzadas, pero hasta la fecha no se registran nuevos avances en relación con esta red. México México cuenta con un marco legal unificado y estable, que ha ido evolucionando de acuerdo con los requerimientos de cada época. Esta evolución implica que México ha intentado establecer de forma pionera en el continente, una institucionalidad consistente, que procura mantenerse actualizada. Una característica importante de relevar es el hecho de que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología cuente con un sistema de información sistematizado y actualizado, lo que posibilita tener una visión clara de su estructura y evolución a través de los años. No obstante lo anterior, se observa una tendencia decreciente en la inversión en ciencia y tecnología en los últimos años, con respecto al PIB. Del recurso humano vinculado a través de su ocupación en ciencia y tecnología, y que cuenta con estudios superiores en la temática, (RHCyTO) 7, podemos mencionar que hasta el , aproximadamente eran profesionales, equivalente al 37,7% del total de personas que trabajan en el área de la ciencia y tecnología. En relación con las patentes otorgadas, éstas ascienden a al año 2006, en donde 132 corresponden a solicitudes nacionales y a extranjeras. Pese a que en general México representa el país más avanzado en el área de ciencia y tecnología en comparación con el resto de los países que componen la subregión Centro Norte de este estudio, expertos nacionales señalan que es necesario avanzar hacia un paradigma que impulse el trabajo colaborativo e interdisciplinario en este ámbito, lo que impactará positivamente en el desarrollo económico y social del país 9. Desde el punto de vista de México en el contexto de las Redes Avanzadas, la Corporación Universitaria para el Desarrollo de Internet (CUDI), se ha definido como una asociación civil integrada por las universidades del país, de carácter privado, sin fines de lucro, y que fuera fundada en abril de 1999 y está adscrita a CLARA. Su misión es promover y coordinar el desarrollo de una red de telecomunicaciones enfocada al desarrollo científico y educativo en México. CUDI es, además, el organismo que maneja el proyecto de la red Internet2 en México, con lo cual busca impulsar el desarrollo de aplicaciones que utilicen esta red, fomentando la colaboración en proyectos de investigación y educación entre sus miembros. 7 RHCyTO: son las personas que además de tener el nivel de estudios requeridos en el área de la ciencia y la tecnología y que además están empleadas en este tipo de actividades. 8 (22/07/08) 9 (22/07/08) 368

6 Nicaragua En este país, el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, lo constituye básicamente el Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología, CONICYT, organismo integrado por un conjunto de instituciones y entidades del sector público, privado, académico y de la sociedad civil. No obstante, este órgano empezó sus funciones a finales del año 2000 y no fue sino hasta el año 2005 que este Consejo recibió, por primera vez, un modesto presupuesto para operar. A pesar de existir una propuesta de Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación desde hace casi una década, la formalización de ésta, así como la formulación de una política en este ámbito, aún no se concreta. No existe, por lo tanto, un Plan Nacional de Desarrollo Científico-Tecnológico, ni se han determinado las prioridades de la investigación en Nicaragua. Esto se nota en la desvinculación observada entre los distintos sectores: estatales, productivos y académicos, los que no han logrado un acoplamiento suficiente para alcanzar un sólido desarrollo científico y tecnológico. La mayor parte de la investigación que se realiza en Nicaragua se efectúa desde el sector académico, en las principales universidades del país agrupadas en torno al CNU (cabe destacar en este punto que Nicaragua cuenta con 47 universidades, entre públicas y privadas). El monto anual asignado a la educación superior en el país representa el 6% del presupuesto nacional. En relación con el registro de patentes solicitadas y otorgadas, tanto nacionales como extranjeras, hasta el año 2003 éstas alcanzaban las 104 patentes otorgadas, siendo 6 de ellas nacionales y el resto (98) extranjeras. Por último, respecto de la participación de Nicaragua en Redes Avanzadas, la investigación no arroja antecedentes que permitan determinar que el país se encuentra en este camino, ni se vislumbran preocupaciones políticas incipientes en el corto plazo. Panamá Panamá cuenta con un marco legal unificado de ciencia y tecnología establecido por el Plan Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación , coordinado a través de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, SENACYT, y un crecimiento sostenido en la inversión en investigación y desarrollo con respecto al PIB. Sin embargo, este aún no llega al 0,4%. En relación con el registro de patentes otorgadas es posible afirmar que para el año 2005, alcanzaban las 246 patentes otorgadas, siendo apenas 13 de ellas nacionales (5,28%) y 233 extranjeras (94,72%). Del 2002 al año 2005, Panamá ha incrementado su dotación de investigadores, situación que aun cuando es positiva, no satisface las necesidades de recursos humanos vinculados a esta área que el país requiere, sobre todo, en áreas tales como agricultura, 369

7 agroindustria e industria. En el 2003 la tasa de crecimiento fue de 4,12%; para el 2004 creció a 12,62% y en el año 2005 fue de 4,40%. Hasta el 2005 los investigadores ocupados en I+D estaban concentrados, en su mayoría, en el sector gubernamental, con 809 personas; en el sector académico con 606; y 92 personas vinculadas a los organismos no gubernamentales (ONG s). El financiamiento para investigación proviene, mayoritariamente, de fondos extranjeros, y son destinados a proyectos realizados por instituciones gubernamentales y universidades. En relación con la participación de Panamá en el contexto de las Redes Avanzadas, el país cuenta con la Red Científica y Tecnológica, REDCYT, adscrita a CLARA y definida como una fundación sin fines de lucro con base académica, cuyo propósito es fomentar el desarrollo del interés científico y tecnológico del país. Esta organización también representa la red física que une a los establecimientos de investigación y de enseñanza superior, brindándoles acceso a la información y al uso provechoso de nuevas aplicaciones. 370

8 4.2. SUBREGIÓN PACÍFICO En todos los países de la subregión se aprecia una preocupación creciente por avanzar hacia mayores capacidades de investigación científica y de producción tecnológica, con una clara vinculación al desarrollo productivo. Ya sea creando institucionalidad, generando planes de desarrollo estratégico, o ajustes tributarios específicos, en todos los países se han dado pasos importantes en los últimos años. Aunque, en general, se declara como muy relevante la participación activa de actores privados, casi siempre, el motor de la actividad científica y tecnológica es el Estado. No hay sistemas verdaderamente consolidados en la subregión, vale decir, capaces de combinar políticas claras y consensuadas, proyectos estratégicos, instituciones sólidas, personal idóneo, sistemas de financiamiento adecuados e instrumentos probados para la asignación de los recursos. La institucionalidad para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en todos los países es reciente, y los planes o programas de envergadura nacional son bastante nuevos. Por lo mismo, es difícil evaluar la productividad o rendimiento de los sistemas nacionales. También se hace difícil identificar fortalezas comparativas, temáticas o centros particularmente destacados. El gasto en ciencia y tecnología en relación al PIB es variable, fluctuando entre un 0,1% de Perú y un 2,1% de Venezuela, único país que supera la barrera del 1%. A continuación se resume lo más destacado de la situación actual de cada uno de los países que integran la subregión Pacífico. Bolivia Desde hace un par de décadas el Estado Boliviano viene relevando el tema científico y tecnológico a través de distintos marcos legales y definiciones políticas, los que sin embargo han sufrido varias modificaciones, dificultando su implementación. El año 2001 se promulgó la Ley de Fomento de la Ciencia, Tecnología e Innovación, creándose una Comisión Interministerial de alto nivel y una Secretaría Nacional, como órgano ejecutivo. Más tarde se creó el cargo de Viceministro de Ciencia y Tecnología, con lo cual se consolidó una mayor institucionalidad. Bolivia cuenta con un Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, que contiene orientaciones políticas y estrategias, así como también una serie de programas, lo cuales al parecer, aún son más bien grandes objetivos o líneas de trabajo, pero no proyectos concretos. Los órganos ejecutores de la actividad científica son básicamente pequeños centros o institutos universitarios que presentan un alto nivel de dispersión. La falta de núcleos temáticos estratégicos y de instrumentos claros que permitan la focalización de los recursos, hace difícil pensar en un desarrollo de tecnologías o en la inserción de la actividad científica boliviana en un nivel internacional en el corto plazo. Los proyectos de investigación realizados por organismos bolivianos en cooperación con instituciones extranjeras son escasos y se refieren, fundamentalmente, a temas de política económica. 371

9 Bolivia no tiene acceso a Redes Avanzadas, y la red nacional ADSIB está en proceso de formación. Chile Chile no cuenta con un marco legal unificado ni con un plan de desarrollo estratégico para la ciencia y la tecnología en el país. No obstante, se observa un notable incremento en los recursos destinados a investigación y en la cantidad de proyectos y de profesionales dedicados a la actividad científica en los últimos años, aunque concentrados en pocas instituciones y con una fuerte tendencia centralista. Chile posee un Sistema Nacional para la Innovación, impulsado por el Ministerio de Economía y liderado por el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, que cuenta con una Estrategia Nacional y un Fondo para la Innovación y la Tecnología. Paralelamente, la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT, ha ido asumiendo una serie de nuevas tareas asociadas a dos grandes programas: Iniciativa Milenio y Bicentenario, lo que ha dotado a la investigación chilena de una variedad interesante de concursos para obtener financiamiento estatal, tanto de proyectos específicos y núcleos de investigación, como también para la realización de estudios de postgrado. Pese a ello, este avance no ha ido de la mano del desarrollo de una institucionalidad acorde, y la falta de una visión estratégica del país puede resultar en una dispersión de esfuerzos poco conveniente. Un caso que vale la pena relevar es el del Programa Astronomía, pues puede constituir un buen ejemplo de focalización de recursos, con miras a potenciar una disciplina en la que Chile tiene ventajas comparativas. La NREN chilena, REUNA, está adscrita a CLARA y es una de las más activas del continente, diligente promotora de la e-ciencia en el país, lo que se refleja en la realización de dos Congresos Nacionales de e-ciencia y un Taller de articulación de e- Ciencia. A lo anterior se suma, en la actualidad, la realización de más de 25 proyectos vinculados a Redes Avanzadas con su participación. Lamentablemente, este organismo sólo agrupa a una parte de las universidades y centros de investigación del país, y tiene escasa presencia en instituciones dedicadas a la investigación aplicada, más cercanas al mundo productivo. Colombia Colombia cuenta con un marco jurídico estable para el desarrollo de las actividades científicas en el país, y una institucionalidad consistente y regularizada. Los actores principales de dicha institucionalidad son el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y de Innovación, y el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología, COLCIENCIAS. Aunque siempre ha existido un capítulo dedicado a la ciencia y la tecnología en el Plan de Desarrollo, sólo este año se publica el documento Colombia construye y siembra futuro, que representa la política nacional de fomento a la investigación e innovación. Dicho documento tiene como objetivo central crear las condiciones para que el conocimiento sea un instrumento del desarrollo, en tanto que sus objetivos específicos apuntan a dos desafíos para el país: acelerar el crecimiento económico y disminuir la inequidad. 372

10 Una característica particular de Colombia en el contexto subregional es que el gasto en investigación y desarrollo del Sector Privado ha aumentado en los últimos años. De hecho, las principales entidades ejecutoras de I+D son las empresas, por sobre las universidades. Esto es coherente con la relevancia que se le otorga a instrumentos tales como incentivos tributarios para la innovación, apoyos económicos para investigadores en empresas, financiamiento para el registro de patentes o apoyo a misiones empresariales vinculadas al desarrollo tecnológico, además de cofinanciación de proyectos colaborativos academia-empresa, créditos para la innovación tecnológica y garantías sobre riesgos para la innovación. Por otra parte, Colombia mantiene una política sostenida para la formación de investigadores. El actual Plan Nacional de Educación contempla metas específicas en cuanto a la formación de postgrado. El plan de formación de investigadores incluye cuatro líneas centrales de apoyo, apoyo a la formación de jóvenes investigadores e innovadores, apoyo a la formación de doctores, apoyo a las tesis doctorales y apoyo a las pasantías post-doctorales. Estos programas no sustituyen sino que complementan los esfuerzos que vienen desarrollando las universidades. La Red Nacional Académica de Colombia, RENATA, institución adscrita a CLARA, agrupa siete redes regionales, lo cual se asocia a una tendencia hacia la diversificación de polos de desarrollo científico. Participan de RENATA los Ministerios de Educación Nacional, el Ministerio de Comunicaciones, COLCIENCIAS, dos centros de investigación y setenta y cuatro instituciones de educación superior agrupadas en las respectivas redes regionales. Sin embargo, aún no se han adscrito a las Redes Avanzadas importantes centros de investigación estatales y privados. COLCIENCIAS y el Ministerio de Educación Nacional han apoyado la generación de eventos y actividades que motiven y den a conocer la red, además han propuesto una dinámica de convocatorias para asignación de recursos de investigación para la elaboración de proyectos que utilicen RENATA para su desarrollo, motivando así a las instituciones, grupos e investigadores en la utilización de RENATA como un imprescindible recurso para el avance de la ciencia y la educación colombiana. Ecuador Ecuador ha vivido una serie de cambios en su institucionalidad en los últimos años, lo que ha impactado en el desarrollo de la actividad científica, debido a que el marco jurídico y político ha sido objeto de varias reorganizaciones. De hecho, la Política Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación se encuentra actualmente suspendida, y en su reemplazo aparecen las Políticas de Ciencia y Tecnología que, por ahora, son sólo grandes orientaciones. A pesar de lo anterior, la inversión en investigación ha aumentado respecto al PIB, y la actividad científica no se ha detenido, asociada fundamentalmente a concursos para la formación de capital humano y para el financiamiento de proyectos de investigación. Probablemente, esto se deba al importante rol de continuidad de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, SENACYT, cuyo director actualmente ostenta el rango de Viceministro. 373

11 Así mismo, pese a que está definida una serie de temáticas estratégicas, la investigación realizada en el Ecuador en los últimos años se concentra fundamentalmente en temas de desarrollo agropecuario y biodiversidad. La NREN ecuatoriana, CEDIA, fue creada en el año 2002 y fue conectada a RedCLARA en Actualmente está integrada por una serie de organismos estatales y 22 universidades, lo que representa un número significativo de instituciones. Perú En 1981 se crea en Perú el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONCYTEC, organismo encargado de dirigir, orientar, fomentar, coordinar, supervisar y evaluar las acciones de Ciencia, Tecnología e Innovación en el país. Sin embargo, CONCYTEC vio frustrados muchos de sus esfuerzos por la constante redefinición de adscripción organizacional. Sólo a partir del 2004 se observa un avance en esta materia, concentrado fundamentalmente en aspectos institucionales. Ese año se promulgó la Ley Marco de ciencia y tecnología, y luego de un descarnado diagnóstico interno, se elaboró el Plan Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación Tecnológica Dicho Plan se fijó metas exigentes, como situar a Perú en el tercio superior del ranking mundial del Índice Tecnológico del Foro Económico Mundial, incrementar el número de empresas innovadoras a nivel nacional a una tasa promedio no menor a 10% anual, y aumentar siete veces el actual gasto en I+D respecto del PIB. Por ahora, dicho Plan, en especial en lo que se refiere a los programas específicos, es más bien un desafío. Un paso clave para dar curso al Plan es la implementación del Fondo Nacional de Desarrollo de la Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica. En lo que respecta a las Redes Avanzadas, Perú se encuentra vinculado a CLARA a través de la Red Académica Peruana (RAAP), creada el año 2003, bajo el auspicio de CONCYTEC. Está conformada por tres universidades estatales, dos universidades privadas y un centro de investigación del Estado. Eso representa una mínima parte del universo de instituciones ejecutores de ciencia y tecnología en el Perú, así como también evidencia la escasa articulación de este quehacer con el mundo productivo. Venezuela A pesar de contar con un Ministerio dedicado específicamente el tema desde 1999, la situación de Venezuela en cuanto a investigación científica y desarrollo tecnológico era bastante desmedrada hasta hace pocos años. El año 2005 se promulga la Ley Orgánica de Ciencia Tecnología e Innovación, la cual organiza el sistema nacional de ciencia y tecnología. Al año siguiente entra en vigencia un impuesto específico a las empresas, que según el rubro, deben aportar entre un 0,5% y un 2% de sus ingresos brutos, lo cual ha redundado en un notable aumento de la inversión en ciencia y tecnología respecto del PIB. También el año 2005, el Ministerio de Ciencia y Tecnología publica oficialmente el Plan Nacional de Ciencia y Tecnología Por lo tanto, Venezuela cuenta en estos momentos con institucionalidad, un plan estratégico y con recursos frescos para financiar actividades científicas, lo que ubica a este país en una posición destacada en el escenario regional. De todos modos, se trata 374

12 de avances recientes, por lo cual, habrá que esperar hasta que estas condiciones empiecen a rendir frutos. El Centro Nacional de Innovación Tecnológica (CENIT), fundación adscrita al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología crea en el año 2006 la NREN venezolana: Red Académica de Centros de Investigación y Universidades Nacionales (REACCIUN), órgano perteneciente a CLARA y al cual concurren dos ministerios, nueve instituciones o centros de investigación estatales y 18 universidades. Además, y es un aspecto relevante de la situación de Venezuela, en la NREN están integradas las 16 Fundaciones para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología, FUNDACYTES, u organismos dependientes del Ministerio del Poder Popular de la Ciencia y la Tecnología encargados de promover las actividades científicas en las regiones. 375

13 4.3. SUBREGIÓN ATLÁNTICO Es relevante señalar, en primer término, que todos los países comprometidos en esta subregión muestran una preocupación explícita, creciente y manifiesta por avanzar a mayores grados de capacidad investigativa y de producción tecnológica. Del mismo modo, se presenta como elemento prioritario para el desarrollo de la ciencia, tecnología e innovación la vinculación de estas capacidades con el ámbito productivo. Como fin último aparece igualmente la orientación de los esfuerzos en investigación hacia la utilización de estos avances en lo social, esto es, que el desarrollo tecnológico sirva para dar solución o mejorar los problemas concretos de los habitantes de los países, vale decir, que el conocimiento se traduzca en conocimiento aplicable. Para este logro todos los países de la subregión se encuentran avanzando, aunque en distintos niveles de desarrollo o de consolidación de una institucionalidad acorde. En cada país es posible visualizar, por ejemplo, la existencia de un plan estratégico en el área de ciencia y tecnología, los cuales en general han sido creados desde alguna institución estatal. A este respecto es el Estado quien aparece como el gran motor del desarrollo científico en esta subregión. Por otra parte, la subregión Atlántico muestra como temas pendientes aún la baja inclusión del ámbito privado en el desarrollo de la investigación y la tecnología. El vínculo con la empresa, además, pareciera ser entendido como una suerte de puente para el acceso de las innovaciones tecnológicas a la población total, por lo cual es un tema que los distintos países intencionan de manera explícita. Es importante recalcar, en este sentido, que la vinculación con el mundo privado no se piensa sólo como la aportación de recursos, sino también como la creación de espacios para la generación de investigación aplicada y la inclusión de investigadores como parte de las empresas mismas, a fin de mejorar los procesos productivos. Si bien en ninguno de los países revisados existe una mención explícita de la e Ciencia, es importante destacar que, por su grado de desarrollo, Brasil aplica el concepto en su acepción de uso de redes para el intercambio de información científica y de innovación. De hecho, el sitio de respuestas del IBICT (instituto Brasileño de información en Ciencia y Tecnología) figuró el año 2007 dentro de los 300 mejores sitios de e-ciencia del mundo, según la clasificación de la World Summit Award. Por otra parte, al analizar la subregión Atlántico pueden apreciarse disímiles grados desarrollo de los sistemas de soporte para la ciencia y tecnología. Por un lado está Brasil, que cuenta con un enorme sistema gubernamental y una trayectoria importante, mientras que en el otro extremo se encuentra Paraguay, que transita una fase piloto de implementación del plan estratégico; en tanto que Argentina, que en otro tiempo fue un polo relevante en cuanto a la actividad científica en Latinoamérica, se encuentra hoy en una situación desmedrada. Cabe destacar, en todo caso, que resulta difícil acceder a indicadores de impacto de los programas de ciencia y tecnología, tanto en el caso de los países con mayor desarrollo como en los que no lo tienen, siendo igualmente difícil dilucidar de qué manera las acciones emprendidas en este ámbito dan cuenta, o guardan relación, con las directrices fundamentales declaradas en los planes estratégicos de cada país. Un problema similar 376

14 se verifica al momento de identificar fortalezas comparativas, temáticas o centros particularmente destacados. A continuación se resume lo más destacado de la situación actual de cada uno de los países que integran la subregión Atlántico. Argentina El contexto para el desarrollo de la ciencia tecnología e innovación en Argentina es la Ley marco de Ciencia, Tecnología e Innovación del año Elaborada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en esta ley se establece el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, así como también da cuenta de los objetivos de la política científica y tecnológica nacional, las responsabilidades del Estado y la estructura del sistema y su planificación. Además, define el financiamiento de las actividades de investigación y desarrollo y su evaluación. Elemento importante en Argentina es el Plan Estratégico Bicentenario que proyecta un incremento proporcional mayor en la inversión en ciencia y tecnología del sector privado. Se espera que para el año 2010 la participación del sector privado llegue a constituir la mitad de la inversión nacional total en ciencia y tecnología. De esta manera, dicha inversión llegaría en el año del Bicentenario del país a un monto equivalente al 1,01% del PBI. Por otra parte, resulta relevante que en el caso argentino, la información más accesible se encuentre a través de la página del Gobierno, y no en las páginas de los Ministerios, ni en las de los mismos organismos correspondientes. Del mismo modo, son varias las instituciones que nominalmente aparecen ejecutando acciones de ciencia y tecnología, sin embargo no tienen habilitados sitios web corporativos, lo que podría hacer suponer que estos esfuerzos no fueron perdurables en el tiempo. Por otro lado, en el caso de este país resulta muy difícil establecer la relación entre las acciones concretas para el desarrollo de la ciencia y la tecnología y las políticas específicas, como lo es el Plan Estratégico de Desarrollo Bicentenario. Finalmente, la NRED de Argentina es INNOVARED, que cuenta entre sus miembros a varias universidades e institutos de investigación. Pese a ello, según datos aportados por OEI, son muchísimas más las instituciones vinculadas a la ciencia y la tecnología que no son miembros de esta red. Brasil Este país cuenta con un Ministerio específico para el tema (Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación), organismo que está encargado de estas temáticas y, en particular, de articular el Plan de Desarrollo Estratégico de Ciencia Tecnología e Innovación. Esta es la principal orientación en la materia, que da cuenta de ejes de acción y 21 lineamientos o áreas específicas de desarrollo en los cuales implementar acciones desde el año 2007 al Por su grado de desarrollo, la comparación con el resto de los países latinoamericanos no 377

15 resulta efectiva, lo que queda refrendado en la propia forma en que el país aborda el tema de la ciencia y tecnología, debido a que los parámetros de comparación que ellos mismos utilizan para medir su estado de avance o desarrollo en esta materia no son sus vecinos continentales, sino los indicadores de países desarrollados. Brasil tiene metas ambiciosas avaladas en crecimientos sostenidos en los últimos años: por ejemplo, en 10 años el número de Doctores y Magíster ha crecido un 13%, siendo la meta titular llegar a 16 mil Doctores en el año Como tema por mejorar, sin embargo, y en consonancia con el resto de los países de la subregión, emerge la integración del mundo privado, y en particular, la sinergia con la empresa y el desarrollo tecnológico. A través de la información recabada es posible constatar que si bien el grado de estructuración en diversas agencias e instituciones para la ciencia da cuenta de un alto nivel de desarrollo en el área, no fue posible rescatar indicadores de impacto o de seguimiento de los avances en la materia. Por último, respecto de las Redes Avanzadas, Brasil cuenta con la RNP, la Rede Nacional de Ensino e Pesquisa, en la cual participan prácticamente todas las agencias gubernamentales, lo que da cuenta del grado de estructuración y de inclusión del tema de ciencia y tecnología dentro una política de Estado de este país. Paraguay En Paraguay, la instancia a cargo del tema del tema de ciencia, tecnología e innovación es el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT, creado en el año 1997 y que sólo en el año 2002, elaboró el primer documento de Política Nacional de Ciencia y Tecnología, que establece como sectores prioritarios los siguientes: energía, recursos hídricos, ambiente, producción agropecuaria e industrias derivadas, servicios y salud. Así mismo, el año 2005 se crea el Plan para el Desarrollo Tecnológico e Innovación de Paraguay (PDT) que culmina en el proyecto DeTIEC: Desarrollo Tecnológico, Innovación y Evaluación de la Conformidad. De este Plan actualmente está operando una primera fase piloto, en la que se busca, junto con la asignación de recursos, poner en juego la operación de las instancias y estructuras de seguimiento y evaluación de estas asignaciones, lo que hace suponer que el nivel de desarrollo en el tema es incipiente, sentándose en forma reciente las bases de una estructura de soporte. Según la información revisada, Paraguay es el país que presenta el mayor retraso en materia de ciencia tecnología e innovación de acuerdo con los países agrupados en la subregión. Por último, respecto del acceso a Redes Avanzadas, Paraguay cuenta con la red Arandú, que se encuentra en etapa de proyecto. Los integrantes de la red Arandú en el país por el momento son sólo Universidades. 378

16 Uruguay Respecto de Uruguay lo primero que se debe señalar es que se encuentra llevando a cabo un proceso de modernización importante en las instituciones de administración de tecnología y conocimiento del país. Prueba de lo anterior es que Uruguay trabaja en la actualidad en la propuesta de un Plan Estratégico Nacional en Ciencia Tecnología e Innovación, en el marco de una directriz general que el Gobierno denomina Uruguay Innovador. El Plan Estratégico Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación (PENCTI) se inicia como proceso propiamente tal el año 2005, pero no es sino hasta el año 2007 cuando se sientan sus bases concretas, esperándose avances y resultados recién para el año Por otra parte, no se aprecia en Uruguay un Ministerio de Tecnología, siendo el órgano ejecutor del Plan Estratégico el Gabinete Ministerial de la Innovación, instancia integrada por varios Ministros y que es coordinado por el Ministro de Educación y Cultura. La institucionalidad uruguaya en relación con el tema científico está aún en vías de estructuración, por lo cual por el momento no es posible obtener indicadores del impacto que las políticas han tenido en el área. Finalmente, en relación con las Redes Avanzadas, la República Oriental del Uruguay cuenta con la Red Académica Uruguaya (RAU), que corresponde a un emprendimiento de la Universidad de la República, administrado por el Servicio Central de Informática Universitario (SeCIU) que opera desde el año En la actualidad, RAU reúne a las Facultades, Escuelas, Institutos y Servicios de la Universidad de la República y a numerosas entidades de educación superior e investigación del país. RAU representa una interesante iniciativa, debido a que surge desde una necesidad del mundo académico. Al observar las instituciones agrupadas en RAU pareciera que aún faltan avances y diálogos para masificar el uso de dicha red, por ejemplo, para incluir más participativamente a otras instituciones gubernamentales y/o privadas. 379

17 5. CONCLUSIONES De acuerdo con los datos aportados por la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología, RICYT 10, los países latinoamericanos representaban hace unos años apenas el 2% de la inversión mundial en I+D. De esa cifra, más de la mitad corresponde a Brasil, seguido de México, con un 25% de la inversión regional. La mayor parte de esos fondos son de origen estatal, lo cual tiene un correlato en la producción científica; de la escasa participación a nivel mundial, tres cuartas partes de la actividad científica latinoamericana se concentra en estos dos países. Comparativamente con otras regiones, la cantidad de investigadores representa una proporción menor de la población económicamente activa, y muchos científicos tienen como horizonte emigrar al extranjero en busca de mejores condiciones laborales. Ahora bien, a este desalentador panorama hay que añadir que actualmente se observa, en la mayoría de los países, una preocupación y dinamismo creciente en torno al tema de la ciencia y la tecnología. Hay un interés claro de los Gobiernos por crear o consolidar institucionalidad, así como también por diseñar planes estratégicos para el desarrollo científico. Junto con lo anterior, a pesar de la escasez de fondos, se aprecia un aumento de personas empleadas en actividades vinculadas a la ciencia y la tecnología y un sostenido incremento de publicaciones científicas generadas en Latinoamérica. Es casi una constante que las políticas y planes se fundamenten en la necesidad de mejorar la competitividad de los países, de cara a una economía basada en el conocimiento. De hecho, se declara explícitamente la importancia de la innovación tecnológica en el campo productivo. Sin embargo, hay aún una escasa vinculación entre la actividad científica y el sistema económico. Al respecto, llama la atención que si bien es transversal el interés por convocar a participar a la empresa privada en el desarrollo de un sistema científico y tecnológico vigoroso, hay muy pocos instrumentos concretos para asociar la actividad científica con el campo productivo y de incentivos para la innovación empresarial. Mientras en Europa y América del Norte el sector privado es el principal empleador de profesionales científicos, en Latinoamérica la mayoría se desempeña directamente en el Estado o en instituciones de Educación Superior. Por otra parte, un fenómeno más o menos difundido en las subregiones, es la tendencia a crear instituciones y organismos de nivel central: Consejos, Ministerios, Secretarías, etc., lo cual contrasta con la relativa fragilidad y dispersión de los organismos ejecutores de ciencia y tecnología. Vinculado a esto aparece, como un tema preocupante al momento de pensar en el futuro del sistema científico en los países latinoamericanos, el que hoy se comienza a invertir prioritariamente en la formación de recursos humanos especializados, sin que existan los espacios para absorber y transformar en producción estos recursos capacitados. En suma, se observa que la ciencia y la tecnología constituyen hoy temas en la agenda política de todos los países de la región, lo cual se traduce fundamentalmente en la necesidad de contar con una institucionalidad clara y definiciones estratégicas. Sin embargo, no existe un sistema científico propiamente tal, funcionalmente diferenciado del sistema educacional y relativamente independiente de los vaivenes del sistema político. La inversión en investigación científica es reducida y la participación de la empresa 10 (30/07/08) 380

18 privada en los sistemas nacionales de ciencia y tecnología es más un anhelo que una realidad. En este contexto, no sorprende no haber encontrado políticas, programas o de acciones concretas relativos a la e-ciencia, lo cual supone un desaprovechamiento de los recursos distribuidos en el mundo a través de Internet y que posibilitarían, efectivamente, alcanzar los objetivos de desarrollo que proponen muchos de los planes estratégicos revisados. Cabe señalar que la intención original de este estudio era hacer un análisis acerca del estado del arte de la e-ciencia en la región. Sin embargo, a raíz de las primeras búsquedas se constató que la noción de e-ciencia es prácticamente inexistente en el lenguaje con que se definen las políticas, programas y proyectos científicos en los países latinoamericanos, así como también se constató un bajo grado de desarrollo y aprovechamiento de las Redes Académicas y científicas entre países de la región y con el resto del mundo. Podemos decir, entonces, que para la mayoría de los países latinoamericanos, con el siglo XXI se comienza a instalar la convicción de que es necesario contar con un sistema científico institucionalizado. El desafío que surge ahora es generar las condiciones para que se desarrollen proyectos de largo aliento y articulados con la creación tecnológica y la innovación productiva. Ello requiere, además de un marco legal, instrumentos diversos y concretos que permitan financiar iniciativas más allá de los apoyos existentes. Supone también la identificación de ventajas comparativas y definir opciones estratégicas. Y algo que es muy importante: asumir que la actividad científica en la actualidad no tiene fronteras nacionales. 381