El abonado de los cultivos juega un. cereal, colza y guisante. Fertilización de cultivos de invierno: ESPECIAL FERTILIZACIÓN

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1 Fertilización de cultivos de invierno: cereal, colza y guisante Recomendaciones de abonado de fondo y cobertera en una rotación de cultivos Jesús Irañeta Goicoa y Luis Orcaray Echeverria. INTIA. Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias. El ajuste de la fertilización es un aspecto clave para optimizar la rentabilidad de la explotación, mantener la fertilidad del suelo y minimizar las posibles afecciones medioambientales negativas que el mal uso de los fertilizantes puede provocar. En este artículo se analiza cómo optimizar la fertilización de los cultivos de cereal de invierno, colza y guisante. El abonado de los cultivos juega un papel fundamental tanto en su rentabilidad, como en el mantenimiento de la fertilidad del suelo por varias razones: 1. Alto coste de los abono. Con frecuencia supone en torno a un 30 % de los costes directos de cultivo. 2. Alta incidencia en la productividad y en la rentabilidad del cultivo. Los abonos son necesarios para alcanzar altas producciones. Dosis bajas pueden mermar notablemente la productividad, mientras que dosis excesivas, pueden resultar perjudiciales tanto por pérdidas de producción, como por ocasionar gastos innecesarios y 32 VIDA RURAL 1 septiembre 201 5

2 provocar afecciones medioambientales negativas como el lavado de nitratos. 3. Como la cosecha exporta importantes cantidades de nutrientes, los abonos nos permiten alcanzar el potencial productivo de la parcela y restituir los nutrientes extraídos por el cultivo manteniendo la fertilidad del suelo. Introducción Aunque los cultivos absorban numerosos nutrientes, con los abonos minerales habitualmente solo aportamos los que el suelo no es capaz de suministrar en cantidades suficientes para la correcta nutrición de los cultivos: nitrógeno, fósforo y potasio. Para razonar las dosis y momento idóneo de aplicación de cada uno de estos elementos, es preciso conocer cómo funcionan tanto en el suelo como en la planta. En este sentido, por su similitud de comportamiento, podemos agrupar por una parte el fósforo y el potasio y por otra el nitrógeno y el azufre. Dinámica del fósforo y potasio En relación a la aplicación de fósforo y potasio, se debe destacar que: - Las extracciones del cultivo son muy estables por tonelada de producción. - En suelos normalmente provistos es suficiente con devolver lo exportado por la cosecha para garantizarnos el rendimiento y el mantenimiento de la fertilidad del suelo. - Es posible realizar un balance plurianual de exportaciones y aportes, de manera que podemos intensificar el aporte en los cultivos exigentes y reducirlo en los menos exigentes, intentando cuadrar el balance en una rotación de varios años. - No se pierden por lavado. Dinámica del nitrógeno Por su parte, el nitrógeno es: - Factor determinante de la producción. Debe ajustarse la dosis y el momento de aporte (foto 1). Foto 1. Ensayo de dosis de N en cereal. La carencia de N limita mucho el desarrollo del cultivo. - El nitrógeno se absorbe principalmente en forma de nitrato (NO 3 ). El nitrato es susceptible de ser lavado si hay drenaje de agua por lluvia o riego (lixiviado). - Los cultivos lo absorben principalmente en las fases de crecimiento rápido: En el caso del cereal en la fase de ahijado y sobre todo encañado. La colza es capaz de absorber en otoño, pero su fase crítica es a partir del inicio de aparición de hojas nuevas en salida de invierno, previo al inicio de elongación del tallo. El guisante, al tratarse de una leguminosa, no necesita N procedente de los abonos minerales, al ser capaz de utilizar el N del aire por medio de las bacterias nitrificantes asociadas a sus raíces. - En el caso de suelos con carencia de azufre, este elemento funciona de forma similar al N y suele aportarse en cobertera. Respecto al momento de aplicación se habla del abonado de fondo o sementera, al que se aplica previo a la siembra y el de cobertera, con el cultivo implantado. El fósforo interesa que esté disponible en las primeras fases de cultivo, cuando la semilla emite sus primeras raíces, puesto que favorece la buena implantación y desarrollo del sistema radicular y en consecuencia del cultivo. Por tanto, debe incorporarse al suelo con las últimas labores de preparación del terreno en el abonado de fondo. Sin embargo, dada la dinámica del nitrógeno, susceptible de ser lavado, debe aplicarse previamente a los momentos de alta absorción de este elemento, por tanto en cobertera. Abonado de fondo: fósforo y potasio La fertilización fosfórica y potásica debe cumplir dos objetivos: 1. Garantizar la satisfactoria nutrición del cultivo implantado. 2. Mantener un nivel adecuado de estos elementos en el suelo. Con la aplicación del abonado de fondo o sementera pretendemos cubrir las necesidades del cultivo totales en fósforo y potasio y garantizar la nutrición nitrogenada hasta el periodo en que se aporte el abonado de cobertera con este elemento. Normalmente, como el fósforo suele ser el elemento más crítico, se ajusta el abonado de fondo en función de este elemento, eligien- 1 septiembre VIDA RURAL 33

3 FIG 1. do un abono que ajuste razonablemente el potasio y nitrógeno que se desea aportar. En suelos con contenidos medio-altos, puede aplicarse el fósforo en cobertera. FIG 2. Extracción de nutrientes por tonelada de cosecha comercial de distintos cultivos (Comifer). Si no retiramos la paja, únicamente debemos restituir lo exportado por el grano. Abonado de cobertera: nitrógeno El nitrógeno es el elemento más importante en la producción de los cultivos en suelos normales, que cuentan con unos niveles de fertilidad medios en otros elementos. Se trata de un elemento móvil. En el suelo la forma utilizable principal para los cultidad de cada nutriente que extraerá el cultivo (figura 1). 2. El contenido del suelo en estos nutrientes. En función de este valor, se puede clasificar el suelo como pobre, medio o rico. Las recomendaciones se suelen plantear para suelos medios. Con esta referencia, en suelos pobres incrementaremos la dosis un 20%, en ricos podemos reducir las dosis e incluso suprimirlas si los valores son muy altos. 3. Exigencia del cultivo: este concepto no se refiere a la cantidad de fósforo absorbida sino a la capacidad de absorción de ese Resultados de un ensayo de fósforo a largo plazo en suelo deficitario. La caída de producción del año de colza, 2003, resulta espectacular. Consideraciones para el fósforo y el potasio Para ajustar el aporte de fósforo y potasio, debemos considerar: 1. Necesidades del cultivo. Se trata de valorar la cantidad de nutriente que el cultivo extrae por tonelada de producción comercial, de manera que considerando la cosecha media esperada se puede calcular la cancultivo. De esta forma un cultivo de cereal en un suelo con 15 ppm de fósforo (P Olsen), no sufrirá excesivamente por la ausencia de aporte un año, mientras que una colza, cultivo exigente, puede reducir notablemente su producción ante la ausencia de ese aporte. Se presentan en la figura 2 los resultados de un ensayo de fósforo a largo plazo de un suelo deficitario en este elemento (12 ppm P Olsen), en donde se compara el rendimiento en porcentaje del tratamiento donde se aporta la dosis de restituciones y el testigo. Mientras se mantiene el cultivo de cereal, la merma de producción ronda el 10%, mientras que cuando el cultivo es colza, campaña 2003, la caída de producción se acerca al 50%. La colza es un cultivo exigente en fósforo y no se puede prescindir del aporte de este elemento. En el cuadro I se muestra el nivel de exigencia de los cultivos en fósforo y potasio. Extracciones del cultivo, exportaciones del suelo y elección Como habitualmente solo nos llevamos el grano de la parcela, es preciso conocer cómo se distribuye el fósforo y potasio en la planta para restituir al suelo con los abonos solamente la cantidad que exportamos con el grano (figura 1). Por tanto resulta fundamental distinguir entre extracciones del cultivo del suelo y exportaciones de la parcela, por ejemplo al incorporar la paja de cereal restituimos al suelo dos tercios del potasio extraído, que no se deben contar como exportaciones y debemos reducir del abonado. Por otra parte, para la elección del abono, siempre que partamos de un abono de calidad física y química, elegiremos formas de abono solubles. 34 VIDA RURAL 1 septiembre 201 5

4 tivos es el nitrato, que se encuentra disuelto en agua del suelo. Por tanto disponible para el cultivo y susceptible de ser lavado si hay drenaje, ya sea por lluvia o riego. Esto implica que requiere ser manejado con mucha precisión. Importancia del N El ajuste de la fertilización nitrogenada es un aspecto clave por varias razones: 1. Aspecto fundamental de la rentabilidad. Por una parte supone un importante coste económico y por otra una deficiencia puede ocasionar importantes mermas de cosecha y rentabilidad. 2. Su mal uso, por exceso o momento de aplicación, puede ocasionar pérdidas de cosecha e importantes afecciones medioambientales por pérdidas de este elemento. Principalmente son de dos tipos: lavado y volatilización. CUADRO I NIVEL DE EXIGENCIA DE LOS CULTIVOS EN FÓSFORO Y POTASIO (COMIFER). EXIGENCIA FÓSFORO POTASIO Remolacha Remolacha Colza Patata Fuerte Alfalfa Hortícolas Patata Hortícolas Trigo tras trigo Colza Trigo duro Media Maíz forrajero Guisante Sorgo Cebada Trigo blando Avena Baja Maíz grano Cebada Girasol Soja 3. Otro aspecto medioambiental para estos cultivos exigentes en N, es el alto coste energético y de emisiones de CO2 que supone la fabricación de estos abonos, como consecuencia del proceso industrial del que proceden para la síntesis del amoniaco. Maíz grano Balance de N Maíz forrajero En definitiva, el ajuste de la fertilización ni- Alfalfa Girasol trogenada comienza Guisante Trigo duro por un cálculo por una Trigo blando parte de las necesidades del cultivo, a las Avena que habrá que descontar los aportes del suelo: nitrógeno mineral del suelo al inicio del cultivo, es decir, mineralización de la materia orgánica y

5 FIG 3. Absorción del N por el cereal, aporte de N de dos tipos de suelo, normal y fértil. Las necesidades de abono nitrogenado cambian en función del aporte del suelo. mejor eficiencia. En cuanto al fósforo y potasio se utiliza uno de estos dos criterios: A) No se dispone de análisis de suelo. En este caso se restituirán al suelo las exportaciones de la cosecha. Si se restituyen los restos de cosecha, únicamente se contabilizan los del grano (figura 1). B) Se dispone de análisis de suelo. Según el contenido en fósforo y potasio del suelo, se clasifica como pobre, medio y rico para cereal y se recomienda una dosis a aportar (cuadro II), que ha sido obtenida en ensayos de larga duración de estos elementos (alguno de ellos cuenta con más de 20 años de duración). En general, en nuestras condiciones de Navarra con contenidos ricos en potasio y suficientes en N en otoño, el elemento clave para el abonado de fondo es el fósforo y el se realiza únicamente en función de este elemento. Esto nos permite utilizar abonos como el Súper del 45% o DAP ( ). Abonado de cobertera Trata de cubrir las necesidades del cultivo en N y de azufre en zonas de carencia. Debemos resolver las siguientes cuatro cuestiones: CUADRO II RECOMENDACIONES DE FÓSFORO Y POTASIO EN FUNCIÓN DEL ANÁLISIS DE SUELO. Suelo ppm P Olsen Aportaciones recomendadas Inferior a 12 Suelo pobre Aportar las exportaciones x 1,2 Entre Suelo medio Aportar las exportaciones Superior a 20 Suelo rico No es preciso aportar Suelo ppm K Ac. Amonico Aportaciones recomendadas Inferior a 100 Suelo pobre Aportar las exportaciones x 1,2 Entre Suelo medio Aportar las exportaciones Superior a 150 Suelo rico No es preciso aportar efecto de los abonos orgánicos si se han aportado. Se presenta en el figura 3 el ritmo de absorción del N por el cultivo de cereal y las necesidades de N con abono mineral. Para una misma producción y extracciones de cultivo las necesidades de abono son distintas en función del aporte de suelo. Abonado del cereal de invierno Abonado de fondo Tiene como objetivo satisfacer las necesidades de fósforo y potasio y garantizar la nutrición nitrogenada hasta el aporte de cobertera. De este modo, el aporte de N será nulo o como máximo kg en el abonado de fondo, porque en cobertera se consigue Dosis de aporte Para ajustar la dosis de aporte se debe considerar: El potencial productivo de la parcela. Suele ser variable en función de la campaña climática. Puede estimarse considerando, por ejemplo, la media de las tres mejores campañas de las cinco últimas. El aporte de N del suelo, suele estar ligado a la fertilidad de la parcela. En ocasiones supone cantidades considerables que se deben tomar en cuenta para reducir la dosis aportada. El aporte de N será consecuencia del potencial productivo, por el N absorbido por tonelada de cosecha esperada, cifra a la que habrá que descontar el N aportado por el suelo. En general, en suelos de fertilidad media, suele ser suficiente con 30 kg de N por tonelada de trigo, 25 para la cebada y 15 para la avena. Momento de aporte Dado que el nitrógeno disponible del suelo se encuentra principalmente en forma de nitrato (NO 3 ), susceptible de ser lavado, en la medida que ponemos el N en el suelo en el momento que el cultivo lo necesite, se mejora sustancialmente la eficiencia del mismo. Por tanto, trataremos de aportar el N en las fases previas de altas necesidades de este elemento: ahijado, encañado, etc. La primera cuestión que surge es la conveniencia de repartirlo en una cober- (Continúa en pág. 38) 36 VIDA RURAL 1 septiembre 201 5

6 CUADRO III RECOMENDACIONES DE ABONADO PARA COLZA. COLZA Abonado de fondo Abonado cobertera Producción Fósforo P 2 O 5 Potasio K 2 O Nitrógeno Azufre SO 3 estimada kg/ha Aporte UF/ha Aporte UF/ha Aporte UF/ha Aporte UF/ha tera única o en más aportes. En numerosos ensayos llevados a cabo en Intia, se ha llegado a la siguiente conclusión: a) Una cobertera: para aportes hasta 120 kg de N/ha se aportará de una sola vez en la fase de inicio o pleno ahijado. b) Dos coberteras: para aportes entre 120 y 150 kg de N se recomiendan dos coberteras iguales, una en inicio de ahijado y la otra en inicio de encañado. Para dosis superiores a 150 kg de N, se aplicará en esos mismos momentos un tercio en la primera y dos tercios en la segunda cobertera. c) Tres coberteras: en parcelas de regadío o zonas húmedas, puede ser interesante un pequeño aporte en hoja bandera para mejorar el contenido en proteína del trigo y el ajuste de la dosis de N. Tipo de abono En ensayos realizados por Intia no se han mostrado diferencias de eficiencia entre distintos abonos nitrogenados ensayados, por lo que se recomienda, dentro de los abonos de buena calidad, utilizar el que aporte el kg de N más barato. Foto 2. Ensayo de largo plazo de fósforo, parcela testigo. La colza es un cultivo muy exigente en fósforo, no se puede prescindir de su aporte. Foto 3. Carencia de nitrógeno en colza a la salida del invierno. Se debe aportar el N antes que al cereal. Carencia de azufre La carencia de azufre se va extendiendo por amplias zonas geográficas, principalmente con pluviometrías altas, en el norte de España. Si nos encontramos en este caso, conviene que aportemos un abono nitrogenado con azufre. Normalmente, las necesidades de azufre (SO 3 ) suponen en torno a un 15% de las de N. Abonado de la colza La colza cuenta con algunas particularidades importantes respecto a la fertilización, entre las que podemos destacar: 1. Se trata de un cultivo muy exigente en fósforo y nitrógeno, pero tampoco debemos descuidar el potasio y el azufre. 2. Respecto al N, es capaz de absorber importantes cantidades de este elemento en otoño en climas suaves o implantaciones tempranas. 38 VIDA RURAL 1 septiembre 201 5

7 Abonado de fondo: fósforo y potasio Al tratarse de un cultivo muy exigente en fósforo (foto 2), en suelos de fertilidad media aportaremos en torno a 25 kg de fósforo por tonelada de cosecha esperada, aunque las extracciones son en torno a 10 kg por tonelada. Este exceso de fósforo debe considerarse en el balance de los cultivos de la rotación y reducirse en el cultivo siguiente. La colza extrae importantes cantidades de potasio, que restituye al suelo en su mayor parte (90%) con los restos de cosecha. En suelos de contenidos medios, un aporte de 20 kg por tonelada de cosecha es suficiente. Las exportaciones del grano serían aproximadamente la mitad de lo aportado, por lo que se considerará en el balance plurianual. Abonado de cobertera: nitrógeno y azufre Respecto al N, como norma general deberemos aportar de 60 a 65 kg de N por cada tonelada de cosecha esperada. Indudablemente, para dosis totales superiores a 120 UF/ha será preferible fraccionarla en dos aportes. El aporte principal se debe hacer a la salida del invierno, unos días antes que en el caso del cereal, porque el cultivo inicia el tirón vegetativo antes que dicho cultivo. Si comienza a pasar hambre el cultivo se vuelve rojizo (foto 3). En Navarra el primer aporte para el cereal suele realizarse en la segunda quincena de enero, para la colza debe ser unos días antes. En cuanto al azufre (SO 3 ), al tratarse de un cultivo exigente en este elemento, debemos aportarlo sistemáticamente en zonas susceptibles de padecer esta carencia, a razón de 25 kg de SO 3 por cada tonelada de cosecha esperada. Las recomendaciones en fósforo y potasio para distintas producciones en suelos de contenido medio se muestran en el cuadro III. CUADRO IV RECOMENDACIONES DE ABONADO PARA GUISANTE. GUISANTE Abonado de fondo Abonado cobertera Producción Fósforo P 2 O 5 Potasio K 2 O Nitrógeno Azufre SO 3 estimada kg/ha Aporte UF/ha Aporte UF/ha Aporte UF/ha Aporte UF/ha NO NECESITA Foto 4. El guisante como planta leguminosa, no necesita nitrógeno de abonos minerales. Abonado del guisante El guisante como planta perteneciente al grupo de las leguminosas, como la alfalfa, las habas, etc; es capaz de utilizar el N atmosférico gracias a las bacterias fijadoras de N que se instalan en los nódulos que forman en sus raíces. Las bacterias fijadoras específicas del guisante suelen estar presentes en nuestros suelos. Por tanto, el guisante no necesita aporte de N con abono mineral (foto 4). Tampoco suele necesitar azufre. Al tratarse de un cultivo medianamente exigente en fósforo, en suelos de fertilidad media aportaremos en torno a 20 kg de fósforo por tonelada de cosecha esperada, de los cuales un tercio, quedará disponible para el siguiente cultivo. El guisante extrae importantes cantidades, especialmente de potasio, que restituye al suelo en su mayor parte (90%) con los restos de cosecha. Abonado de fondo: fósforo y potasio Se trata de una especie medianamente exigente en fósforo y potasio. Como para otros cultivos de la rotación, la dosis se razona en función de las exportaciones y del contenido del suelo en fósforo y potasio. El cuadro IV recoge las recomendaciones en estos elementos para suelos de contenidos medios. Abonado de cobertera: nitrógeno y azufre Como ya se ha comentado anteriormente, este cultivo generalmente no necesita aportes de N ni azufre con abono mineral. Resumen y conclusiones De todos son conocidas las ventajas de la rotación de cultivos, en que un cultivo alternativo rompe el monocultivo de cereal cada 3-4 años. Dada la dinámica y exigencias de los nutrientes en el suelo y las necesidades de los cultivos, en fósforo y potasio, parece razonable contar con un plan de fertilización para ese ciclo de cultivos. 1 septiembre VIDA RURAL 39

8 Fósforo y potasio, principalmente en el abonado de fondo Para estos elementos resulta de gran utilidad contar con un análisis de suelo. El conocimiento de su riqueza, nos permite ajustar la fertilización evitando errores por defecto o por exceso, que puede ahorrarnos mucho abono y asegurarnos la correcta nutrición del cultivo. En suelos con contenidos medios, es suficiente restituir las exportaciones de la parcela, es decir solamente lo que nos llevamos de la misma, no lo que el cultivo extrae y se queda en la finca en forma de restos de cosecha, como la paja. Como son dos elementos que no se lavan, puede hacerse un balance plurianual para la rotación de cultivos, con aportes superiores a sus necesidades en los cultivos exigentes como la colza, e inferiores en los menos exigentes, como el cereal. El balance plurianual debe cuadrar, coincidiendo aportes y exportaciones. En el abonado con fósforo y potasio es de gran utilidad contar con un análisis de suelo. El conocimiento de su riqueza nos permite ajustar la fertilización evitando errores por defecto o por exceso, que puede ahorrarnos mucho abono. Nitrógeno: abonado de cobertera La característica principal de este elemento es que puede ser lavado o lixiviado si hay drenaje, cuando se encuentra en forma de nitrato (NO 3). Por tanto el objetivo del abonado nitrogenado es satisfacer las necesidades del cultivo implantado. Además esa característica nos obliga, para lograr una buena eficiencia, a realizar las aportaciones con una escasa antelación al periodo en que el cultivo lo necesita. Intentaremos que el contenido del suelo sea bajo cuando no hay demanda del cultivo y suficiente cuando la hay. Para realizar el abonado nitrogenado debemos decidir: 1. Dosis de N: en función del potencial productivo, las extracciones y el aporte del suelo. 2. Momento de aplicación y reparto. Debe aportar previo al momento de altas necesidades. Cuando el aporte supere los 120 kg de N, es preferible fraccionarlo en dos veces. 3. Producto a utilizar: en numerosos ensayos realizados por Intia, no se han encontrado diferencias entre los distintos productos ensayados. Dentro de los productos de buena calidad, se recomienda el que aporte el kg de N más económico. Las leguminosas, como el guisante, no necesitan abono nitrogenado. En el caso de zonas con carencia de azufre, se debe aportar en cobertera como el N. Si se dispone de abonos orgánicos, estiércol, purín, etc. deben considerarse los nutrientes útiles aportados para descontarlos del abono mineral. BIBLIOGRAFÍA Vida Rural 366, 1 Septiembre 2013: Estrategias de abonado de fondo del cereal de invierno. Vida Rural 349, 1 Septiembre 2012: Pasos a seguir para elaborar un plan de fertilización para cereal de invierno. Vida Rural 314, 1 Septiembre 2010: Veinte años de experimentación en la fertilización con fósforo y potasio de cultivos de invierno. Vida Rural 254, 1 Septiembre 2007: Pautas de utilización de los residuos ganaderos como fertilizante. 40 VIDA RURAL 1 septiembre 201 5