La responsabilidad de evaluar es cosa de dos José Carlos Román Pérez Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa Red Escolar carlines@ilce.edu.mx ÁREA TEMÁTICA: PEDAGOGÍA Resumen: la evaluación ha sido en los últimos tiempos, uno de los procesos más complejos ya sea en la modalidad presencial o en línea, pero no solo en la cuestión de cómo comprender o certificar el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino en quién realmente recae la responsabilidad de dicha evaluación, siendo que es un proceso que tiene como responsables tres principales actores, el docente, el alumno y la institución, pero no hay una línea que permita que esta responsabilidad sea equitativa, y que por consecuencia sea en beneficio no sólo de estos actores sino de la misma educación, asímismo que la evaluación no sea vea como un proceso exclusivo del alumno, también del docente y de la institución. Palabras clave: Evaluación, Coevaluación, Autoevaluación, Enseñanza, Aprendizaje. La acción educativa se evalúa a partir de lo aprendido por los alumnos (Terry D. Tenbrink). Así trata uno de los muchos significados que se le da a la evaluación. En los paradigmas educativos actuales todos participan en este proceso, maestro y alumnos, pero El alumno es conciente de que puede y debe participar en este proceso de evaluación? De qué manera el docente le ha enseñado que no es solo él quien evalúa? En este artículo se da un ejemplo de cómo debe involucrarse al docente y a la institución para promover estos nuevos conceptos y estrategias de evaluación. 1
Pero en realidad se involucra activamente al alumno?; durante mucho tiempo sólo se le informó de nuevas formas de evaluar, sin darle oportunidad de que construyera su evaluación en función de su aprendizaje; acentuando el hecho de no comprender la interpretación del profesor. Por eso, debe proponerse que el alumno se involucre activamente en su evaluación y comprenda cómo ésta realmente refleja su aprendizaje. En la evaluación se han cometido una serie de abusos que derivan en situaciones como: promover la competitividad entre los alumnos, responsabilizar al inadecuado nivel académico de éstos a los grados anteriores, y fomentar exclusivamente el uso de la memoria. Como vemos, se responsabiliza a los alumnos de su proceso educativo. Algún docente habrá considerado que es tiempo de que los alumnos se den cuenta qué tanto han aprendido? Este señalamiento nos hace reflexionar respecto a la manera en que evaluamos. En algunas instituciones se instruye que debemos aplicar hasta cinco exámenes para poder certificar a un alumno al siguiente nivel. Acaso el examen escrito refleja todo lo necesario para pasar al siguiente grado?, son los exámenes los únicos reactivos para comprobar que un alumno tiene los conocimientos necesarios? La respuesta es contundente: no; ya que para evaluar podemos aplicar un sinnúmero de instrumentos. Generalmente el alumno visualiza la evaluación con prejuicios, lo que origina que surjan un sinnúmero de críticas, y en lugar de una acción correctiva, sin darse cuenta él en varias ocasiones participa (aún sin saberlo), y cae en lo que por cultura se sigue fomentando: tratar de obtener una calificación aprobatoria como parte del proceso enseñanza-aprendizaje. 2
Dicha acción que se ha fomentado hasta nuestros días en los diferentes modelos educativos tradicionales, limita a los alumno a ser un simple receptor de los conocimientos que el maestro le transmite. En la actualidad es necesario ya no insistir en definiciones de lo que es evaluación, puesto que ya existen muchas. Lo más importante es dar a conocer al alumno acerca de su participación y su responsabilidad en su educación e informarlo acerca de las diversas alternativas con las que cuenta para evaluar su aprendizaje. Recordemos que en la educación hay dos actores principales: maestro y alumno. Por lo que al centrarnos en el segundo, damos por hecho que el maestro conoce y pone en práctica diversas estrategias de aprendizaje enmarcadas en el modelo educativo centrado en el aprendizaje. En éste se entiende que la evaluación sirve para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, permitiéndole al maestro hacer los ajustes necesarios en su curso para mejorar los procesos de construcción del aprendizaje que hacen sus alumnos y también, permitirle al estudiante hacer las modificaciones necesarias para mejorarlo. En este modelo educativo, la evaluación ha cambiado: se aplica la autoevaluación y la coevaluación como instrumentos del proceso. La autoevaluación es la evaluación que hace el alumno de su propio aprendizaje y de los factores que intervienen y con ésta se provee de información del alumno (que no puede ser observada a simple vista) en especial, lo que hace fuera del aula sobre la materia, qué bibliografía consulta y qué tema le agrada más. Por otro lado, la coevaluación es la evaluación que realizan los docentes sobre otros estudiantes, es prácticamente una retroalimentación adicional sobre el desempeño del alumno evaluado. Estas alternativas de evaluación nos llevan a reflexionar sobre Están los alumnos 3
aptos para autoevaluarse? Los estudiantes pueden hacer una valoración honesta de sus compañeros? Todas las formas de evaluación tendrán el mismo peso? Es claro que para lograr lo antes mencionado, la institución educativa debe participar y estar de acuerdo en la modificación de las estructuras del proceso enseñanza-aprendizaje y así evitar la corrupción, que en lo referente a los alumnos es: evaluar sólo al alumno y no a los demás responsables del sistema educativo. Nos olvidamos que la evaluación también sirve para observar el logro alcanzado por el profesor en su práctica docente. La observación se considera el elemento base de la investigación en general, por lo que de igual manera debería tomarse en cuenta en la educación. Los instrumentos de observación en la evaluación, son herramientas que ayudan a registrar y verificar los contenidos declarativos, procedimentales y actitudinales, estableciendo previamente algunos criterios en función de los objetivos de aprendizaje a lograr. Algunos de los posibles instrumentos a considerar son: Lista de comprobación, verificación o cotejo, Escala de rango, Rúbrica, Registros conductuales, Cuadro de participación y Demostración. Por otro lado, tenemos los instrumentos de evaluación del desempeño, que ponen énfasis en la demostración de lo que se sabe hacer, más allá de verificar lo que se sabe o lo que se siente. Enfatiza lo procedimental, asumiendo que en ello está involucrado lo declarativo y lo actitudinal. Estas herramientas se enfocan en el proceso y por consecuencia, en el resultado. Esto nos lleva a entender que la enseñanza-aprendizaje, a la cual atiende este tipo de instrumentos, no se puede quedar en los niveles de transmisión del conocimiento. Los posibles instrumentos son: portafolio, Método de casos, Proyecto, Reporte, Mapa mental, Diario, Debate y Ensayo. 4
El papel del docente (evaluador) es involucrar al alumno y hacerlo consciente de que no se trata de obtener un valor numérico que lo acredite en el curso, sino trabajar contra una cultura educativa, romper con paradigmas de que una calificación es lo que sabe o no. El alumno debe conocer como se le va a evaluar, pero es importante que se interese por adquirir conocimientos y habilidades, lo mismo que por su propio aprendizaje. En el estudiante existe todo el potencial para emitir una evaluación de éste, solo es cuestión de educarlo para que aprenda a aprender. No habrá métodos ni instrumentos efectivos para medir el conocimiento y las habilidades, mientras el alumno no sólo participe en la mencionada autoevaluación, sino que comprenda que se busca es un aprendizaje. La evaluación centrada en el aprendizaje establece que es valido emitir una calificación en función de logros obtenidos, basándose en los objetivos establecidos en el principio del curso. Otra de las responsabilidades del evaluador oficial es que el alumno entienda claramente el objetivo y el resultado esperado, no sólo en cada actividad sino en cada evaluación. Los objetivos establecidos en el curso determinan los niveles de aprendizaje a los que el alumno debe llegar, Se conoce la diferencia entre describirá, conocerá, analizará o sintetizará entre otras? Así como el profesor, el estudiante debe entender claramente lo anterior y lo que cada uno representa en función de su aprendizaje. Si el alumno entiende estos niveles, sabrá cuando los ha alcanzado y cuando no, permitiéndole información sobre su avance y entonces, estará en condiciones de emitir una evaluación propia (y si es el caso) en aceptar la emitida por cualquier instrumento. El alumno también debe entender los instrumentos de evaluación, desde para qué se utiliza cada uno, lo mismo que los objetivos que establecen los tipos de conocimientos: factuales, 5
procedimentales y actitudinales. Éstos instrumentos también nos permiten reconocer los niveles alcanzados en cada uno. El examen, instrumento tan utilizado y tan temido, ahora esta comprobado que no refleja todo el aprendizaje alcanzado. Existen también; prácticas, tareas, presentaciones, trabajos en equipo y mapas mentales entre otros. Es decir, gran cantidad de instrumentos que están a disposición del evaluador oficial. Lo anterior indica que el alumno no sólo debe someterse al instrumento, sino que debe saber y entender que tipo y nivel de conocimiento saldrá a la luz. Esta es una de las mejores estrategias para formar en el estudiante la responsabilidad de su propio proceso de aprendizaje, y por consiguiente, en su autoevaluación. Conclusiones Es necesario considerar la participación del alumno en un proceso de evaluación, pero más importante es estar seguros que él puede ser responsable de su propio aprendizaje y por consecuencia, de su evaluación. De esta manera, se contribuirá a disminuir la angustia para obtener una calificación aprobatoria. También se mejorará su aprendizaje con ayuda de las evaluaciones realizadas a lo largo del curso, tanto por el docente como por su propia evaluación crítica. Sin embargo, como docentes tenemos la responsabilidad de contar con conocimientos sobre como se enseña y como se aprende, lo mismo que saber cómo, cuándo, por qué, para qué y quién evaluar. Debe existir siempre una coherencia en cómo se enseña y cuál es la misión de la institución. 6
Cuando un alumno pregunte cómo será evaluado, es necesario responder: No te preocupes, preocúpate por aprender y obtendrás la calificación que desees. Si la meta es que aprendan a aprender, debemos también enseñarles a evaluarse. El proceso de evaluación está influido por nuestros valores y actitudes, por lo que entre mas claro y responsable sea dicho proceso, es mejor para lograr el aprendizaje. Referencias consultadas Díaz Barriga Arceo, Frida y Gerardo Hernández Rojas. Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. McGraw-Hill. (1999). López Caballero, A. Iniciación al análisis de casos. Una metodología activa de aprendizaje en grupos. España: Mensajero. (1997) López Frías e Hinojosa, Kleen. Evaluación del aprendizaje. Alternativas y nuevos desarrollos. Trillas. (2005) Montes de G., y Montes Z. Mapas mentales, México: Alfaomega. (2002) Saskatchewan. Evaluación: conceptos y sus determinantes. (1991) http://www.sasked.gov.sk.ca/docs/social20/eval.html Consultado: 25 de marzo de 2010. Tenbrik, Terry D. Evaluación, guía práctica para profesores. Nancea (2006). 7