Estos sistemas incluyen básicamente:

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1 RIESGO Y GESTION DE TESORERIA EN UN ENTORNO INTERNACIONAL Históricamente, la relación de la gestión de tesorería con la gestión del riesgo ha estado centrada en la identificación y cobertura, tanto de la exposición al riesgo de cambio como de la exposición al riesgo de interés. Las responsabilidades tradicionales del tesorero han sido establecer políticas para la gestión del riesgo, poniendo en práctica las medidas necesarias y sus correspondientes mecanismos de control. Este enfoque clásico es el que ha prevalecido hasta nuestros días, sin embargo la tendencia actual revela un considerable aumento del número de competencias del tesorero, y en consecuencia, de su nivel de responsabilidad. Estas competencias están realmente ligadas a administrar un abanico cada vez mayor de riesgos financieros y operativos, dentro de un mundo cada vez más complejo y de un entorno más volátil. En este sentido algunos factores relevantes importantes requieren nuestra especial atención, como por ejemplo el mantenimiento de la liquidez, el riesgo de contrapartida, el riesgo operativo, el riesgo país o soberano y la adecuada organización para la gestión del riesgo global. Nuestra experiencia nos indica que la dirección financiera debe apostar firmemente por la efectiva medición y gestión del riesgo. Esto es consecuencia directa del crecimiento de los niveles de riesgo, que se han multiplicado debido al incremento de la dimensión e internacionalización de las empresas. Por otro lado, se está propiciando una rápida implantación de sistemas de gestión del riesgo a nivel global en los grupos empresariales. Estos sistemas incluyen básicamente: Integración con la planificación estratégica global de la compañía. Orientación a la creación de valor para el accionista. Extensión de las categorías de exposición al riesgo para las cuales el tesorero asume responsabilidades de gestión. En este artículo exploraremos algunas de las principales cuestiones relacionadas con el riesgo y la gestión de tesorería, sin olvidarnos de las políticas que establecen las grandes multinacionales. Cuando un grupo toma la decisión de operar más allá de sus fronteras, es decir de internacionalizarse, debe de ser consciente de que los diferentes entornos y mercados en los que va a desarrollar su actividad empresarial presentarán grandes diferencias. Por ejemplo, factores particulares como la magnitud del mercado potencial, la madurez de la infraestructura nacional en términos económicos, el progreso financiero y la estabilidad política, estos últimos conocidos como factores de riesgo soberano. Dar el salto desde el mercado doméstico a mercados internacionales implica hacer un gran esfuerzo en el diseño de las estrategias organizativas, que se deberán adoptar a partir de ese momento. Las decisiones de inversión y financiación serán diferentes al enmarcarse dentro un ámbito corporativo, y se tendrá que tener muy en cuenta el intercambio y correlación de riesgos del mercado internacional. Multinacionales que tradicionalmente desarrollaban una gestión clásica, han aceptado, con los nuevos tiempos, los desafíos principales del negocio internacional. Han

2 comprendido que en su gestión se da un gran incremento en los niveles de riesgo y que este factor debe ser asumido dentro de las responsabilidades del departamento de tesorería, de ahí la importancia que éste adquiere cada vez más dentro de la organización empresarial. Por otro lado, las nuevas compañías que planeen entrar en el juego internacional, si quieren desarrollar con éxito sus planes de negocio, también deben tener muy presente el factor riesgo y la importancia de la organización del departamento de tesorería, para lo cual requerirán una elevada inversión de recursos contables y de tesorería. La expansión del comercio internacional y las decisiones de inversión/financiación crean nuevos desafíos para el tesorero. Aunque estos son diversos comparten un factor común de exposición al riesgo financiero que necesita ser incluido en las políticas y prácticas del grupo. Liquidez y financiación: internacionalizarse implica el desafío de proveer una adecuada liquidez. El coste efectivo de la financiación de las operaciones del grupo es más difícil de prever debido a la introducción de las cotizaciones de las diferentes divisas. La medición de la efectiva exposición al riesgo y la selección e implantación de las técnicas de gestión adecuadas, representan una adicional y sustancial inversión de capital y esfuerzo en el departamento de tesorería. Organización y gestión: operar en un contexto internacional implica operar con filiales o delegaciones. Una estructura multiempresarial inhibe la flexibilidad de la tesorería, pudiendo esto ocasionar el aislamiento de la exposición al riesgo de alguna de las empresas pertenecientes a la organización. Dificultades adicionales se pueden encontrar con los diferentes estilos de gestión y de estructuras de organización propias del área geográfica. Un buen ejemplo lo encontramos en los consejos de administración que en las empresas europeas son muy diferentes a los de las empresas en Norte América. Fiscalidad: existe una mayor exposición al riesgo en términos de conflictos potenciales entre los diferentes tributos de las distintas administraciones en las que el grupo opere. El peligro estriba en que las transacciones por casualidad pueden ser estructuradas de tal modo que deriven en una doble tributación. Independiente de que el departamento de tesorería tenga responsabilidades directas en materia fiscal o no, el tesorero debe conocer las implicaciones fiscales a nivel internacional. Esto permitirá al departamento optimizar la gestión de la liquidez y de las estructuras financieras, para facilitar la utilización de créditos fiscales, de tal forma que se minimizará la exposición al riesgo de la doble tributación. Aspectos legales: normativas legales pueden afectar a la convertibilidad y transferencias al extranjero, entre otros aspectos. Esto puede impedir un eficiente programa de la gestión de la liquidez global. Este factor es más crítico en los mercados emergentes. Normas sectoriales de gestión de la tesorería: Lo expuesto en este artículo indica la amplia gama de normas de gestión de tesorería a tener en

3 cuenta en las operaciones globales de tesorería. En los diferentes lugares geográficos nos podemos encontrar variaciones sustanciales en los sistemas de pago bancario, en las prácticas de cobro y pago y en los instrumentos de inversión y financiación. Hacer negocio dentro o entre varias regiones requiere flexibilidad e ingenio, ya que un el tamaño lo adecua todo. La misma metodología no se adaptará a bien a entornos radicalmente diferentes. Respuesta a los desafííos iinternaciionales:: La respuesta más efectiva a los desafíos de un sistema de tesorería internacional es la gestión globalizada y centralizada de las políticas de gestión de tesorería y del riesgo. Para conseguir la optimización de la gestión es necesaria la centralización, sin embargo y aunque el control y la dirección provengan de la central, los centros de tesorería periféricos, los servicios compartidos, y las operaciones de banca interna (in house banking) deberán seguir manteniendo su protagonismo. Para ello es necesario un sistema eficiente de comunicación que permita cumplir todas las directrices marcadas por el departamento central. La concentración de las competencias hace que sea cada vez más importante contar con un personal altamente cualificado. Este se ha convertido en la piedra angular del valor añadido de la tesorería en el siglo XXI. Este nuevo modelo de gestión de la tesorería a nivel internacional se traduce de la siguiente manera. Un acertado y oportuno sistema de los flujos previstos a nivel global tiene que ser implementado en todos los departamentos de tesorería. El netting o sistema de compensación multilateral es una herramienta muy valiosa para minimizar el número de transferencias entre los diferentes departamentos, con el consiguiente ahorro de gastos financieros.

4 Hoy en día y para reducir eficazmente los costes financieros, las empresas, independientemente de que cuenten con una tesorería globalizada o sectorial, y para optimizar su gestión, utilizan los recursos externos, lo que se traduce habitualmente en la contratación de software y outsourcing especializado en gestión de tesorería. Importantes deficiencias de gestión pueden ser eliminadas de los procesos financieros gracias a la simplificación de la red bancaria con la que trabajamos. Sin embargo, en la práctica es un espejismo esperar llegar a la máxima simplificación utilizando un solo proveedor, es decir un solo banco que nos pueda ofrecer y facilitar todos los servicios que el grupo requiere, por lo tanto se hará más patente la necesidad de contar con herramientas de ayuda como por ejemplo software especializado. Para gestionar correctamente una tesorería globalizada, es imprescindible contar con una buena planificación desde el principio hasta el final, esta es la única verdadera vía hacia la eficiencia, por lo tanto se hará imprescindible integrar y centralizar la tesorería internacional y la gestión del riesgo. En este contexto puede ser de gran ayuda contratar los servicios de un experto en tesorería que ponga en marcha una serie de procedimientos para conseguir los objetivos del grupo y que sea el que aplique las medidas iniciales a seguir. Los objetivos y beneficios que estos profesionales de la tesorería deben perseguir son, principalmente los siguientes: Objetivos: Automatización y modernización de procesos. Mejora las previsiones de tesorería y de las posiciones de tesorería. Optimización de la liquidez dentro del grupo Simplificar estructuras bancarias Mejora de la gestión del riesgo de cambio y de interés. Establecer prácticas consistentes de gestión de tesorería para todo el grupo. Beneficios: Se reduce el coste financiero neto o bien se incrementa el ingreso financiero neto. Se reduce los gastos bancarios. Se minimiza compensado el riesgo de cambio Se reduce los costes de procesos internos. Se mejora significativamente el control y la gestión del riesgo. Tal y como hemos venido exponiendo anteriormente, y para finalizar, queremos destacar que para las empresas es imprescindibles desarrollar unas acertadas políticas de gestión de tesorería y del riesgo, llevando a cabo acciones coordinadas que nos permitan alcanzar los objetivos previstos. Para ello, en la mayor parte de los casos, lo indicado

5 sería contar con expertos independientes que marquen las directrices a seguir para la consecución de los objetivos marcados y que confieran así un valor añadido. A su vez pondrán en evidencia el protagonismo que el departamento de tesorería merece. Asimismo, y tal y como hemos expresado, frente a tendencias obsoletas, las actuales dejan bien claro que el departamento de tesorería debe de ser un departamento de beneficios y no de costes, por lo tanto, toda inversión destinada a la mejora de la productividad del departamento de tesorería no sólo será fácilmente amortizada, sino que contribuirá al éxito empresarial y a la creación de valor para el accionista.