DOCUMENTO GREMIAL AMSAFE REFORMA CURRICULAR EN SECUNDARIA 2012

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1 DOCUMENTO GREMIAL AMSAFE REFORMA CURRICULAR EN SECUNDARIA 2012 Este material pretende recuperar los debates sostenidos colectivamente desde AMSAFE y CTERA respecto de la Reforma Curricular en Escuelas Secundarias, a fin de generar su abordaje en todas las instituciones de nuestra provincia. Asimismo, este documento pretende promover la reflexión y la discusión acerca de la escuela secundaria que queremos, tomando en cuenta la participación de toda la comunidad y sus aportes. Desde la AMSAFE sostenemos que la elaboración de un diseño curricular para la educación secundaria implica que pensemos cuál es el sentido político y cultural que tiene la educación en general para la sociedad toda. Es decir, este proceso conlleva la necesidad de comprender colectivamente el valor que la educación tiene para una comunidad, asumiendo su condición de derecho social y humano. Reconocer el sentido que tiene la educación para una sociedad contribuye a transformar las condiciones de vida de sus ciudadanas y ciudadanos, fortaleciendo los principios de justicia, solidaridad, igualdad e inclusión social, ejes fundamentales y vertebradores de un proyecto nacional, popular y democrático que pretende revertir las nefastas formas de exclusión y discriminación a las que fueron sometidos amplios sectores sociales, desde los oscuros días de la última dictadura militar hasta finales de la década de los 90. Desde nuestra organización sindical creemos necesario contribuir con una educación emancipadora e inclusiva, de la que todas y todos podamos gozar, con las mismas oportunidades, como un derecho inalienable. 1

2 Convencidas/os acerca de la importancia que tiene la participación social en todo proceso que implique la toma de decisiones en las políticas curriculares -ya que esto garantiza la democratización real de la educación-, afirmamos que este proceso debería tener como punto de partida ineludible la construcción participativa del currículum. Para ello, es necesario contar con condiciones de trabajo que favorezcan una mirada crítica acerca de qué es lo que se tiene que enseñar y aprender en las escuelas, para qué, cómo se tiene que hacer, cuándo y con quiénes. En este proceso de democratización es condición necesaria, entonces, la participación de la comunidad educativa en su conjunto y el protagonismo de los trabajadores y trabajadoras de la educación organizados. Desde qué concepción pensamos el currículum los trabajadores? (Tomado del documento Criterios para la discusión curricular de LA FD, CTERA, 2008) Nos preguntamos cómo repensar el significado y el lugar del currículum desde los y las trabajadores de la educación, y definimos al currículum como el proceso de producción, distribución y valoración de los conocimientos sociales y escolares, como contenido del trabajo docente y, por tanto, como responsabilidad social ineludible de maestros y profesores; como un modo de organizar las prácticas pedagógicas; como construcción flexible y permanente, cuando se formula como proyecto participativo. Desde qué contexto pensamos el proceso de construcción de políticas curriculares? Con la derogación de la Ley Federal de Educación (LFE) -triunfo de la lucha de la docencia organizada y de la comunidad educativa de todo el país, en defensa de la escuela pública, del derecho social y humano a la educación y de los derechos de los y las trabajadoras de la educación-, la sanción de la Ley de Educación Técnico 2

3 Profesional (LETP Nro ) y de la Ley de Educación Nacional (LEN Nro ), el sistema educativo, en general, recupera su unidad y coherencia. Asimismo, la Educación Secundaria, en particular, vuelve a su histórica estructura de 5 o 6 años y es declarada obligatoria. La obligatoriedad de la Escuela Secundaria implica un profundo cambio cultural y una reafirmación de nuestro compromiso con la escuela pública, popular, inclusiva y democrática. Así, para su sostenimiento, el Estado -tanto nacional como provincial- deberá poner en marcha políticas educativas y sociales concurrentes que aseguren condiciones y medio ambientes de trabajo dignos para la tarea de enseñar y aprender. Para que esta nueva Educación Secundaria sea posible se necesita: mayor presupuesto educativo para la creación de nuevas vacantes, secciones y unidades educativas; matrícula escolar que garantice el proceso pedagógico (hasta un máximo de 25 estudiantes por sección); nuevos cargos docentes en función de la propuesta curricular; salarios dignos y redefinición de la composición del puesto de trabajo; estabilidad laboral; formación docente permanente y en ejercicio; democratización de la instituciones y creación de consejos consultivos y resolutivos; infraestructura edilicia acorde al proyecto pedagógico; igualdad de oportunidades y posibilidades educacionales para todas y todos los estudiantes, entre otras. Asimismo, necesitamos que se diseñen políticas educativas, curriculares y de formación docente que surjan del debate público integral, en el que se garantice la participación gremial. Para que la extensión de la escolaridad obligatoria hasta el nivel Secundario sea efectiva, exigimos que el Estado genere -y sostenga en el tiempo- condiciones económicas, sociales y políticas que hagan posible el ingreso, la permanencia y egreso del sistema de todas y todos los jóvenes, fundamentalmente de aquellos sectores históricamente excluidos. En este sentido, sostenemos que la asignación 3

4 universal por hijo se constituye en una política convergente en este camino, que debe tener un correlato en el nivel secundario de adecuación para que la inserción de los jóvenes en el sistema educativo se constituya efectivamente en apertura de nuevas posibilidades. Sobre estas bases, profundamente superadoras de la fractura, el achicamiento y el desgranamiento de la educación pública que identificaba a la LFE, es que hoy nos encontramos, en nuestra Provincia, ante la enorme responsabilidad de construir un nuevo diseño curricular. Un diseño que supere, desde nuestras instituciones, las visiones apocalípticas y los debates superficiales y apresurados, que dé cuenta del análisis crítico y profundo de la propuesta de Reforma del Diseño Curricular para la Educación Secundaria santafesina enviado por las autoridades ministeriales de nuestra provincia. Documento que, hasta el día de hoy, no contó con los espacios ni con los tiempos adecuados para un tratamiento profundo y significativo en nuestras instituciones escolares, inhabilitando la posibilidad de un debate democrático entre las y los trabajadores de la educación. Hoy, es imprescindible refundar, desde nuestras prácticas, el sentido político de la educación secundaria, actualizar las respuestas al para qué habitar la escuela y, simultáneamente, denunciar el mandato selectivo que históricamente ha caracterizado a este nivel del sistema. Asimismo, resulta central generar las condiciones adecuadas para que las instituciones de educación secundaria establezcan vinculaciones con el nivel primario y articulen líneas de acción con institutos superiores de formación docente, las universidades y otras instituciones de educación superior, para que las y los jóvenes continúen sus estudios o se vinculen con el mundo del trabajo. En definitiva, estamos pensando en una escuela inclusiva, que recupere la capacidad de convocar a las y los estudiantes, donde tanto ellos como los educadores tengan condiciones para ejercer y disfrutar del derecho de enseñar y 4

5 aprender. Una escuela secundaria que forme ciudadanas/os para la construcción de una sociedad justa. Para cambiar la escuela secundaria no basta con un simple decreto de reubicaciones ni una grilla cartesiana de saberes fragmentados. Hoy el desafío principal pasa por construir una mirada integral acerca de la escuela, de forma tal que pueda pensarse otra educación secundaria posible, que habilite procesos democráticos para la definición y organización de los conocimientos a enseñar y aprender en las escuelas; el diseño de los tiempos, espacios institucionales y los modos de organizar el trabajo docente y las condiciones laborales. Asimismo, es necesario pensar y reflexionar acerca de quiénes son hoy los sujetos de aprendizaje a los que debe incluir esta nueva escuela secundaria posible; cuáles son sus necesidades y dificultades, pero también sus derechos y posibilidades. El desafío consiste en redefinir la unidad político-pedagógica de la educación secundaria y pensar en un nivel educativo que, con distintas modalidades y orientaciones, construya conocimientos y saberes para la inclusión crítica de las y los jóvenes en la vida social, económica, cultural y laboral de sus comunidades. Necesitamos una escuela secundaria que asuma el complejo desafío de formar sujetos de derechos para el ejercicio pleno de su ciudadanía. Es la escuela la que debería acompañar la constitución subjetiva de jóvenes, permitiéndoles la apropiación y producción de saberes y procesos que den cuenta de esa condición; que los prepare para el ejercicio efectivo de sus derechos en este presente y los acompañe en sus opciones futuras. Queremos una escuela secundaria que brinde herramientas para trabajar, producir, investigar, crear, luchar por los derechos individuales y colectivos de igualdad, justicia, libertad y reconocimiento de las diferencias. 5

6 Desde nuestra organización sindical deseamos formar un sujeto trabajador, creador, productor, crítico, solidario y comprometido con la transformación social, no un individuo competente, adaptado a la realidad. Estamos pensando en una institución que promueva la conexión entre los contextos de vida de las y los estudiantes y las culturas escolares. Una escuela que ponga en diálogo las diversas tradiciones culturales para que nuestros jóvenes y adultos cuenten con una propuesta educativa que contemple y resignifique los recorridos previos y las trayectorias escolares. Es por esto que hoy las y los trabajadores de la educación, junto a toda la comunidad educativa, tenemos el desafío de buscar los mayores y mejores acuerdos a los que podamos arribar en el campo popular, para orientarnos hacia un Diseño Curricular democrático, inclusivo y participativo que como santafesinos seamos capaces de construir. Desde la AMSAFE creemos importante dejar en claro nuestro posicionamiento en relación al cambio curricular que está llevando adelante el Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe. Si bien consideramos que es necesario realizar un cambio que nos permita dejar atrás definitivamente la Ley Federal y hacer posible la concreción de los lineamientos de la Ley de Educación Nacional y de la Ley de Educación Técnico Profesional , hemos sostenido en diversos documentos que es imposible llevarlo adelante sin contar con un dispositivo de participación real. Asimismo, este proceso de reforma curricular debe propiciar acuerdos y no generar un ambiente de enfrentamientos entre pares, colocando en lugares antagónicos a los equipos directivos con las plantas docentes. En tal sentido, afirmamos que no vamos a convalidar ningún cambio curricular que signifique la vulnerabilidad de los derechos de las y los trabajadores de la educación. Por esa razón, seguimos exigiendo que cualquier una norma específica que emane de las autoridades ministeriales tiene que brindar las 6

7 garantías necesarias para que los puestos de trabajo no se vean afectados en ninguna de sus dimensiones. Con ello dejamos claro que no sería suficiente resguardar solo la carga horaria, sino también -y muy especialmente- las características y especificidad de las tareas. La organización del plan de estudios en disciplinas, largamente reclamada por los docentes santafesinos en reuniones, asambleas y congresos organizados por la AMSAFE, no puede quedar reducida a una grilla horaria ni a una sumatoria de contenidos disciplinares que, a simple vista, resultan ser fragmentarios e inconexos. Pensamos que un diseño curricular debe brindara la posibilidad de articular de manera complementaria los espacios disciplinares para abordar los contenidos en su complejidad. Para ello, es fundamental contar, además, con instancias de trabajo entre pares que permitan abrir las ciencias para ponerlas a dialogar desde la pedagogía. La aplicación de la Ley de Educación Nacional y la Ley de Educación Técnico Profesional requieren una activa participación de todas y todos los que conformamos la comunidad a fin de que la educación secundaria sea un verdadero espacio de inclusión social para el ejercicio de una ciudadanía plena. 7