Elementos para diseñar la cadena de estrategias de Educación Cívica. Docente - investigador del Centro de Investigaciones Pedagógica y Sociales

Transcripción

1 Elementos para diseñar la cadena de estrategias de Educación Cívica Rafael Lucero Ortiz Docente - investigador del Centro de Investigaciones Pedagógica y Sociales Resumen Este trabajo tiene por objetivo precisar los principios que orienten el diseño de la cadena de estrategias en la Educación Cívica tendientes al fortalecimiento de la política pública en el marco de una alianza entre todos los agentes educativos de manera pertinente y contextualizada. Primeramente se justifica la necesidad de la política de alianzas estratégicas entre los agentes educativos; en el segundo apartado se aborda el concepto de Educación Cívica, la construcción de ciudadanías y de cómo ésta debe partir de la focalización situacional de los distintos sujetos y sus contextos; en un tercer apartado se plantean los elementos para el diseño de estrategias educativas orientadas a los estudiantes desde la propuesta de un encadenamiento de las diferentes posibilidades: la asignatura, la transversalidad y la democratización de los espacios educativos. Palabras clave: educación cívica, estrategias educativas, agentes educativos, política pública y alianzas estratégicas. Alianza estratégica Para Jalisco como para las entidades federativas del país son cuatro las instituciones que tienen la atribución de diseñar, implementar y evaluar la política pública de la educación cívica y la difusión de una cultura democrática. En el ámbito federal, el Instituto Federal Electoral (IFE) y la Secretaría de Educación Pública (SEP), regida en el artículo tercero constitucional fracción II inciso a, donde se señala como criterio orientador de la educación el ser democrática, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. 1 En el ámbito estatal, se suma a las instituciones federales: el Instituto Electoral, de Participación Ciudadana y la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ). El IFE inició promoviendo acciones de educación cívica orientadas al cumplimiento del mandato constitucional y fue hasta la integración del Consejo General para el período que se diseñó el Programa Estratégico de Educación Cívica , concebido desde una perspectiva de política pública. 1 1

2 De igual modo, el IEPCJAL ha hecho lo suyo en cuanto a la promoción de acciones de educación cívica, pero no ha llegado a integrar una estrategia desde la perspectiva de política pública. Esta situación constituye un déficit institucional impostergable dado el contexto de crisis económica, de agudización de las desigualdades sociales, de inseguridad, de violencia, del descrédito de las instituciones, de la política y sus actores, y de una tendencia a la baja de la participación electoral, que son todos ellos factores depresivos de la cultura ciudadana o sesgos que dificultan el avance de la misma, y que se incrementan al crear un circulo vicioso entre descomposición social y merma de la cultura ciudadana. 2 Por su parte, la Secretaría de Educación Pública, en su última reforma a la educación básica, diseñó el Programa Integral de Formación Cívica y Ética, y publicó en el 2008 los libros de texto de Formación Cívica y Ética de primer a sexto grado, respondiendo a la exigencia de incorporar el eje de formación ciudadana al programa oficial de educación básica, contemplado desde la reforma de La alianza estratégica para la educación ciudadana quedaría limitada si sólo consideramos a las instituciones del Estado Mexicano. Sergio Tobón, desde la perspectiva de la formación en competencias de manera continua a lo largo de la vida, plantea que todos llevamos responsabilidad: Desde una perspectiva amplia y compleja, la formación de competencias no es responsabilidad solamente de las instituciones educativas, sino también de la sociedad, del sector laboral-empresarial, de la familia y de la persona humana. 4 Corresponde mayor responsabilidad, en el caso de competencias para el ejercicio de la ciudadanía, a los ambientes no formales de socialización y aprendizaje: la sociedad, la empresa y la familia, que a la escuela misma. La educación ciudadana se inscribe en el cuadro de necesidades educativas emergentes que se derivan de las transformaciones sociales en proceso. La búsqueda de respuestas posibles, en la primera década el siglo XXI, es una señal en sintonía con algunos enfoques que consideran a la ciudadanía como la institución fundante de la democracia; a la participación ciudadana como el factor dinamizador de la consolidación democrática y a la educación cívica como condición indispensable para la formación ciudadana. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO) sostienen que: La educación, igual que la generación y el uso social de los conocimientos, están llamados a expresar una nueva relación entre desarrollo y democracia. Deben operar como elementos de articulación entre ambos, en función de la participación ciudadana 2

3 y del crecimiento económico. De hecho, ambos factores están estrechamente ligados a la actual fase de desarrollo. 5 Del concepto y los sujetos La educación cívica también es referida como educación ciudadana, y desde la perspectiva del constructivismo, como construcción de ciudadanías ; término que prefiero por su plasticidad, su dinamismo, progresividad, y porque refleja la diversidad de contextos y de sujetos destinatarios en el término de ciudadanías. En cambio, el término educación cívica corre el riesgo de encasillarse en una asignatura más del sistema educativo escolarizado y limitarse a una obligación curricular más de la escuela, cuando el ejercicio de los derechos y deberes ciudadanos, fin último de la ciudadanía y de una cultura democrática, tiene concreciones atendiendo a situaciones y contextos diversos que se plasman en nuestra Constitución, y luego se acuerpan en normas y leyes secundarias: derechos de los niños, derechos de los jóvenes, derechos de las poblaciones indígenas, derechos de las mujeres, derechos de la población de la tercera edad, derechos políticos y civiles; derechos económicos, sociales y culturales. Todos encuadrados en el marco de los derechos humanos. La propuesta contenida en este texto parte del reconocimiento de los estadíos culturales plurales de las ciudadanías, de que cada sujeto tiene su propio contexto, de que éste requiere de estrategias educativas focalizadas, y de que esa tarea no es sólo responsabilidad de la escuela o de las instituciones electorales, sino del Estado y la sociedad, en una política de alianzas estratégicas. Abordar la educación cívica desde una perspectiva de política pública y pedagógicamente, a partir de una perspectiva de intervención socioeducativa sistémica, implica retos conceptuales, metodológicos, pedagógicos y, obviamente, de gestión pública, que para resolverlos es necesaria la contextualización general de la práctica de la cultura ciudadana que nos ubique dónde estamos en términos de ciudadanía democrática; una revisión de manera sistematizada de distintos órdenes conceptuales, como el jurídico normativo; el teórico conceptual referente a la democracia y la cultura ciudadana; el pedagógico y andragógico que responda a la pregunta de cómo aprenden los adultos; y la oferta del sistema educativo estatal en torno a la Educción Cívica y Ética. Hay un cuerpo conceptual construido desde organismos internacionales, y que el Estado Mexicano, en cuanto socio, suscribe. 6 Igualmente hay postulados constitucionales, normas derivadas y avances de la investigación educativa 3

4 sobre la construcción de ciudadanías que requieren ser sistematizados para definir las directrices de la política pública de la educación cívica. 7 Alinear la conceptualización de la política de educación cívica a los avances ya planteados a nivel internacional, además de la claridad de inicio y de la incorporación a un lenguaje común, nos redituará, posteriormente, en la posibilidad de una retroalimentación comparativa con base a estándares e indicadores de evaluación internacional. Posibles ejes y líneas de acción Desde el punto de partida anterior, se pueden visualizar tantos ejes como agentes educativos, y tantas líneas como posibles interacciones educativas de los agentes con los destinatarios. Ejemplifico: la población abierta es más atendible desde las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs) o desde los propios organismos electorales con presencia en los distritos con población indígena, por ejemplo. Por cuestiones de espacio sólo me referiré a elementos para el diseño de estrategias desde el sistema educativo mexicano, aunque también válidos para otros agentes en su relación institucional y cotidiana con tres grupos de destinatarios: los estudiantes, los maestros y los padres de familia. Conglomerado que significa una tercera parte de la población mexicana, según el Observatorio Ciudadano de la Educación. 8 Estrategias de educación ciudadana orientada a los estudiantes De manera indicativa, no limitativa, visualizo tres grandes líneas estrategias: la asignatura de Educación Cívica y Ética, la didáctica de la transversalidad de la educación ciudadana y la democratización de los espacios educativos. 1. La estrategia de la asignatura de Educación Cívica y Ética La asignatura de Educación Cívica y Ética está en marcha en su etapa piloto para el ciclo escolar , instrumentada con los libros de texto y cuadernos de trabajo. Al margen de la retroalimentación que se pueda obtener en la etapa piloto, tiene en si misma aportes y límites. Aportes: Los plantea la misma Secretaría de Educación Pública en la Carta a los Docentes contenida en cada uno de los libros de texto que: ( ) Pone en manos de los niños de México para reforzar su formación ciudadana y los valores cívicos y éticos de la democracia. 9 El mismo documento plantea que: ( ) Se propone que los alumnos adquieran ocho competencias: 1) conocimiento y cuidado de sí mismo; 2) sentido de pertenencia a la comunidad, a la nación y a la humanidad; 3) autorregulación y ejercicio responsable de la libertad; 4) apego a la 4

5 legalidad y sentido de justicia; 5) respeto y aprecio de la diversidad; 6) comprensión y aprecio por la democracia; 7) manejo y solución de conflictos, y 8) participación social y política. Además plantea trabajar en cuatro ámbitos (estrategias): a. la asignatura, b. el trabajo transversal, c. el ambiente escolar y d. su vida cotidiana. 10 En un vistazo a vuelo de pájaro es evidente la constatación de que están presentes los aportes al reforzamiento de una cultura ciudadana democrática en: la construcción de ciudadanos informados de sus derechos y obligaciones y, fundamentalmente, en la oportunidad de desarrollar de manera sistemática competencias para la vida, vinculadas al desarrollo de la autonomía moral, juicio crítico y comportamiento coherente y de compromiso social; a la construcción de un proyecto ético de vida con competencias para el manejo de las situaciones de incertidumbre, riesgo, fracaso, desilusión, toma de decisiones, resolución de problemas y enfrentamiento a los cambios; y también para la convivencia armónica, el trabajo colaborativo con capacidad de negociación y de respeto al otro y a la diversidad, distantes de las prácticas de racismo y discriminación, incluyentes y de proceder democrático. Los anteriores valores, actitudes y conductas integran competencias básicas para la construcción de ciudadanías, y están contenidas en el mapa curricular de educación básica y en sus libros de texto; derivados a su vez del Programa Integral de Formación Cívica y Ética. Es obvio que la innovación de la última reforma educativa significa un gran avance en la formación ciudadana. Sin embargo, no es suficiente. Es necesario encadenarla con otras estrategias orientadas a los mismos estudiantes y éstas a otras estrategias orientadas a maestros y padres de familia. En la medida que se eslabone la cadena con articulación e integralidad, los resultados podrán ser más sólidos. 2. La estrategia de la transversalidad La didáctica de la transversalidad de la educación ciudadana, ya contemplada en las sugerencias didácticas de los libros de texto, puede ser un antídoto al riesgo del fraccionamiento del aprendizaje, porque permite abonar a la integración y articulación educativa. Desde la década de los setentas del siglo pasado, se registran experiencias poco sistematizadas en el ámbito de la educación privada, particularmente en los proyectos educativos con enfoques de educación personalizada, de aprendizaje por resolución de problemas, de aprendizaje colaborativo y del aprendizaje centrado en el alumno. La tendencia a la transversalidad se observa reforzada en el mapa curricular de la educación básica, al ubicar las asignaturas en campos formativos más amplios, que dan pie para trabajarlos con una didáctica de proyectos, facilitando la integración del aprendizaje y también en la secuencia de las 5

6 secciones de cada unidad: Dialoguemos, Caja de herramientas, Cómo hacer cosas con palabras, Técnicas y procedimientos formativos, Autoevaluación y Sugerencias didácticas. 11 El avance conceptual es claro y ambicioso porque en la práctica enfrenta resistencias propias de nuestra cultura patriarcal y autoritaria que dificulta al maestro el tránsito de informante y trasmisor de conocimientos a guía retroalimentador y facilitador del aprendizaje; al estudiante que se asuma como agente protagónico de su propio aprendizaje, y de los padres exige corresponsabilidad y liderazgo familiar en la formación ciudadana. Aún así, los más amplios logros y las experiencias más exitosas, en sí mismas son necesarias, pero insuficientes. Para potenciarlas es necesario articularlas con la siguiente estrategia. 3. La estrategia de la democratización de los espacios educativos Los espacios educativos o deseducativos, según sea el sentido, son prácticamente todos los lugares de socialización y para hacer una clasificación de primaria, pero que creo todavía no pierde vigencia, sean éstos del reino mineral, vegetal o animal, irracional o racional. Y para engancharlos con la posmodernidad, sean éstos presenciales o virtuales. Por cierto, los espacios virtuales son los más democráticos, pero muchos tan alejados de la ética que son clasificados como peligrosos. Obviamente que la estrategia de democratización de los espacios educativos, en este texto, se acota a los espacios escolares y que significa llanamente vivir conforme a los libros de texto de Educación Cívica y Ética de la educación básica. Llaneza que significa una angustiosa ruptura cultural, porque nos cuestiona y despoja, en su concepción, ejercicio y beneficio, de nuestros espacios de poder; estemos donde estemos en la estructura escolar: directivos, administrativos, docentes, liderazgos sindicales, liderazgos estudiantiles o padres de familia. Si apostamos por un Estado democrático de derecho y por una sociedad autogestiva, participativa y democrática, no tenemos otra vía cultural para avanzar, más que democratizar el entorno nuestro y en cadena el entorno próximo. A pesar de la Ley General de Educación, en la práctica, la democratización escolar es espacio virgen, y la creatividad de sus actores, a la hora que tomen conciencia de la disociación entre el texto y la práctica, harán saltar el tapón de cidra en proyectos múltiples de acciones cotidianas. 6

7 La Ley General de Educación nos ofrece un marco normativo para la promoción de la democratización de los espacios escolares al contemplar la representación de alumnos; la figura de la Asociación de Padres de Familia y la integración de Consejos Escolares de Participación Social, con la inclusión de todos los agentes de la comunidad educativa. Y eleva esta figura hasta la cúpula, al normar la integración del Consejo Estatal de Participación Social. Los retos son varios: 1. Construir estas figuras a través de mecanismos genuinamente democráticos. 2. Asumir una real representación de los intereses de sus representados, y que rompan la inercia de figuras decorativas y de legitimación de las autoridades educativas. 3. Que formulen anualmente un programa de trabajo, evalúen y rindan cuentas a sus representados. De este modo la política de la educación pública, incluida la calidad, será responsabilidad de todos. Por otra parte, la didáctica de los libros de texto está orientada a la práctica. Cada unidad, en el apartado de Autoevaluación, termina con la pregunta qué podemos hacer en el ámbito del aula, de la escuela, de la casa, de la calle y de la comunidad? Momento clave para la formulación grupal de proyectos de prácticas democráticas a implementarse durante el ciclo escolar en el ámbito más pertinente. El resultado en cada plantel escolar, al término del ciclo, se sugiere sean de cinco proyectos por grupo, con presencia en todos los ámbitos, con la posibilidad de llevarse más allá al incorporar la evaluación por parte del Consejo Escolar de Participación Social, y el reconocimiento de prácticas exitosas. El siguiente paso podría ser, en esta misma lógica, encadenarse a nivel estatal, con el reconocimiento y difusión de las mejores prácticas de las escuelas. Valga sólo como ejemplo. Lo importante es que los proyectos surjan de la experiencia e interés de los alumnos, que respondan a necesidades en cada uno de sus contextos y sean diseñados, implementados y evaluados a través de mecanismos de participación democrática. El encadenamiento es largo e igualmente insuficiente si no se eslabona estratégicamente con agentes externos al sistema educativo, que actúen a través del diseño de proyectos focalizados en espacios cotidianos de socialización, dirigidos a la población abierta, incluidos los medios de comunicación social, como lo contempla la misma Ley General de Educación. 7

8 Referencias bibliográficas Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, IFE, Cortina, Adela, Ciudadanos del mundo: hacia una teoría de la ciudadanía, Madrid, Editorial Alianza, Duran Ponte, Víctor Manuel, Ciudadanía y cultura política: México ; Encuestas nacionales de cultura política y prácticas ciudadanas (ENCUP) Instituto Nacional de Estadística y Geografía e Informática y Secretaría de Gobernación Ley General de Educación, O Donell, Guillermo, Democracia desarrollo humano y ciudadanía. Reflexiones sobre la calidad de la democracia en América Latina, Argentina, Homo Sapiens, 2003., 2002, desarrollo humano, democracia y derechos humanos, Programa Estratégico de Educación Cívica , Instituto Federal Electoral, SEP, Formación cívica y ética, libros de texto de primer a sexto grado, Secretaría de Educación Pública, Tobón, Sergio, Formación basada en competencias, Bogotá, Ecoe Ediciones, NOTAS 1 Programa Estratégico de Educación Cívica , IFE, agosto de Para el concepto de factores depresivos véase Elizalde Antonio, 1998, Formación de la Cultura Ciudadana, en Memorias del Seminario de Formación Artístico Cultural. Ministro de Cultura, Bogotá. 3 SEP, 2008, Carta a los docentes, formación cívica y ética, tercer grado Tobón, Sergio, Formación basada en competencias, Bogotá, Ecoe Ediciones, Pág CEPAL-UNESCO, El conocimiento: eje de la transformación productiva con equidad PNUD, La Democracia en América Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo El Observatorio ciudadano de la educación plantea que una tercera parte de la población está involucrada en el sistema educativo nacional SEP, Carta a los docentes, op. cit SEP, Carta a los docentes, op. cit SEP, Carta a los docentes, op. Cit. 8