24OCT201410:27 h Tiempo de desintoxicación Al igual que sucede al terminar en enero con el fin de las fiestas navideñas, el otoño y el final de los calores veraniegos es una de las épocas más simbólicas del calendario. La gente ha vuelto a la ciudad y se ha instalado en la rutina, llegan los vientos fríos y las lluvias y los rayos de sol ya no son lo que eran hace apenas un mes. Es el momento de los buenos propósitos, de plantearse nuevos proyectos, de aprender un idioma y también de decidirse a redimir todos los excesos culinarios que se cometen durante el estío. La teoría la está muy clara: no comer grasas saturadas, controlar los hidratos sin renunciar a ellos, hacer cinco comidas al día, no picar entre horas, beber dos litros de agua... Pero la realidad es que la tentación anda cerca y, muchas veces, la fuerza de voluntad es débil. Más si nos adherimos a una de esas dietas que ahora llaman detox. Hoy, nos encontramos en la era de los zumos verdes (antes ya sucumbimos al milagro del pomelo, al sirope de arce, a la alcachofa...), unos licuados de frutas y verduras que en cuestión de un día (50 euros) o tres (120 euros) prometen resetear el organismo y liberarlo de todas las sustancias nocivas que se han engullido durante el año. 'La Cantina', en 'El Huerto de Lucas'.
Como nosotros somos bastante escépticos sobre este tema (y pensamos que el cuerpo humano ya posee mecanismos para depurarse por sí solo -el hígado, los riñones...-), buscamos algunos restaurantes y otras propuestas culinarias, en su mayoría con querencia por el producto ecológico y de proximidad, donde comer sano y equilibrado sin renunciar al placer y comenzar el otoño con buen sabor de boca. Por ejemplo, El Huerto de Lucas (San Lucas, 13. Madrid), último proyecto del chef Javier Muñoz-Calero (Tartán Roof, Muñoca), creado junto a su familia. Un mercado de abastos completamente orgánico, libre de elementos químicos, donde además de llenar la cesta de la compra es posible degustar alguno de los platillos que se elaboran en La Cantina: falsos fideos de calabacín con pesto, láminas de boletus con nueces de macadamia, parmesano y pasta de mijo o veggie-eco burger de remolacha y mijo. Espacio dedicado a venta de frutas y verduras en 'Mama Campo'. En la misma línea que el anterior, Mama Campo (Trafalgar, 22. Madrid) suma colmado y restaurante en pleno barrio de Chamberí. En las estanterías, productos envasados de marcas de protección ecológica, frutas, verduras y hortalizas cultivadas por pequeños productores, legumbres a granel, el pan de Javier de la Marca (Panic)... Para comer, buenas propuestas caseras: croqueta de cocido con su vasito de caldo, huevos con jamón y nido de patatas, puerros y cebolletas asados con patatinas... Mención especial merece su interiorismo, de diseño y sostenible (no se olvide de visitar el cuarto de baño). En Muta (Ponzano, 10. Madrid), el último concepto culinario de Javier Bonet concebido como un work in progress inacabado que varía a lo largo del día, se propone para el almuerzo el menú MutaEquilibro (14,90 euros). Además de la bebida (zumo de manzana bio o té bancha frío o caliente), una sopa (de miso o crema de verdura), incluye un plato combinado que se compone el propio
comensal eligiendo entre grupos de alimentos: ensaladas, cereales, legumbres, verduras y proteínas. Por ejemplo: ensalada de aguacate con cebolla roja, quinoa, humus de frijol negro, alcachofa vapor y plancha y carne de la semana. De postre, macedonia con yogur y chía, quindim (dulce brasileño de coco) o zumo de naranja. Menestra de verduras de temporada con crujiente de jamón, en 'La Huerta de Tudela'. Otra opción, más especializada, es La Huerta de Tudela (Prado, 15. Madrid), la sucursal madrileña del restaurante El 33 (en Tudela). Como indica su nombre, los platillos basados en los productos que ofrece la ribera navarra son santo y seña en esta casa. Pochas de Tudela con guindilla joven en vinagre, crema de calabaza amarilla con picatostes, pimientos de cristal asados a la leña, puerritos fritos dos veces o escabechados... OMyVeg (Valverde, 28. Madrid), algo más informal que el anterior, pero también con las verduras como protagonistas de sus recetas. Selección de panes artesanos de masa madre, en 'Kiki Market'. Para los que prefieran cocinar en casa, el Mercado de San Antón(Augusto Figueroa, 24. Madrid) cuenta con un personal eating trainer, un nutricionista que ayudará al cliente a hacer la compra según la temporada de los alimentos. O la coqueta tiendecita Kiki Market (Cava Alta, 21. Madrid), repleta de productos ecológicos y de proximidad: mantequilla salada, granos crudos y tostados, algas
deshidratadas, legumbres en conserva, encurtidos... De todo. Además, tras el paréntesis veraniego vuelve el Mercado de la Buena Vida, en el espacio de coworking Impact HUB (Gobernador, 26. Madrid), un Farmer's Market a la española en el que un buen número de productores de la Comunidad despachan sus productos. Grupo de pequeños productores del mercado de La Buena Vida celebrado el pasado mes de marzo. Si un día de mercado no es suficiente, existe la posibilidad de abonarse al servicio de cestas una vez por semana. Es posible elegir entre cuatro tipos (de frutas, de verduras, básica o degustación, de 12 a 25 euros) y se pueden recoger in situ o solicitar el envío a domicilio (siempre que sea en Madrid, claro). Algo parecido es lo que hace El Colletero en Logroño (La Rioja) y sus alrededores. Su club de consumo Huertas del Iregua propone, cada siete días, una cesta de productos de temporada de cultivo ecológico y comercio justo (vino, mermeladas, frutos secos) y garantiza el mejor precio del mercado (alrededor de 52 euros/ mes). Otra opción esdisfruta&verdura (su zona de reparto abarca toda la piel de toro), cuyas cajas de fruta y verdura varían en función del número de personas que vivan en la casa y se pueden personalizar añadiendo huevos, ternera ecológica, queso al romero... (desde 21,25 euros). Plato de pasta artesana en 'Woki Restaurant'.
En Barcelona, destacan los cuatro locales de Woki, consagrados también a lo ecológico. Además de la tienda de bienestar (cósmetica, ropa, accesorios para yoga...), cuenta con supermercado (Ronda Universitat, 20. Barcelona), repleto de productos bio, frescos y de proximidad (carnes del Pirineo catalán, vinos del Penedés), con restaurante, donde degustar pastas caseras artesanales, hamburguesas de carne de ganadería ecológica o woks con ingredientes que varían según la temporada, y con espacio take away (Asturiès, 22. Barcelona). Además, hace pocos meses se inauguróobbio (Muntaner, 177. Barcelona), el supermercado ecológico más grande de la Ciudad Condal. Hasta 700 metros cuadrados en los que es posible encontrar más de 6.000 productos (casi 40 variedades de harina, carnes, bebidas vegetales, vinos naturales), un café-obrador y una librería especializada en alimentación sana. Por último, I Love Food (Muntaner, 476. Barcelona), otro bonito colmado, al más puro estilo Kiki Market, que pretende acercar a la gran ciudad los mejores productos ecológicos de los agricultores de su entorno. Así que, con todas estas opciones (y muchas otras que no nos caben en estas líneas) que apuestan por una dieta mediterránea variada y saludable, no deje que se la den con un zumo. http://www.metropoli.com/blogs/gastropoli/2014/10/24/tiempo-de-desintoxicacion.html