ALTERNATIVA EDUCATIVA PARA NIÑOS TRABAJADORES Y DE LA CALLE

Transcripción

1 Congreso Estatal de Investigación Educativa Actualidad, Prospectivas y Retos 4 y 5 de Diciembre del 2006 ALTERNATIVA EDUCATIVA PARA NIÑOS TRABAJADORES Y DE LA CALLE MARTHA PATRICIA MACÍAS MORALES 1 Introducción: En este ensayo presento en primer lugar una breve descripción de la problemática de los niños de la calle y en base a ello, una propuesta didáctica para la atención de los niños de la calle que parte de un estudio sobre mi práctica docente, cuyo proceso de reflexión y análisis de la misma me permitió direccionar las acciones educativas centradas en la búsqueda de alternativas didácticas más acordes a la realidad sociocultural de este sector infantil. I. Los niños de la calle Los llamados niños de la calle o en situación de calle, constituyen un objeto de estudio complejo, que convoca la interlocución de varias disciplinas, porque pueden definirse por rasgos diferentes que el espectáculo cotidiano que expone su presencia en los calles de la ciudad, le imprime el carácter de síntoma social. El niño de la calle o en situación de calle, es aquel niño que presenta una situación familiar altamente conflictiva, en que la mayoría de las veces lo hace romper con los lazos familiares. La calle entonces, se convierte en su casa, escuela, jardín, su espacio de subsistencia donde asume el control total de su 1 Investigadora / Investigadora / Equipo Tecnico de Apoyo del Consejo Interinstitucional de Investigación Educativa (CIIE) de la Secretaria de Educación Jalisco 1

2 sobrevivencia. Por lo general proviene de zonas urbano-marginales de la ciudad o de otros lugares del país. Las causas que provocan la existencia de esta problemática son variadas, y entre los factores que provocan esta situación, encontramos los internos, como es el bajo nivel económico de la familia del niño, escasa preparación de los padres de familia, desintegración familiar en sus distintas formas, el maltrato de padres a los hijos, el abandono de los hijos, el alcoholismo y otros vicios de los padres, que alteran el comportamiento. Estos fenómenos, entre otros, se amalgaman y dan como resultado la expulsión del niño del hogar, y en consecuencia, la supresión del apoyo y cobertura de una familia. Por otra parte, encontramos los factores externos como la falta de empleos que proporcionen un ingreso suficiente para satisfacer las necesidades elementales de la familia; la desigualdad social, provocada por el régimen político y económico del país. Esta situación país, es inherente a los procesos de globalización al capitalismo subdesarrollado y dependiente que propicia pauperización y proletarización creciente, que desde la óptica del materialismo histórico, se entiende no sólo como una carencia de bienes y servicios, sino como el resultado de estructura económica vigente. Aquella que es incapaz de proporcionar empleo suficiente a una creciente población y que genera una alta desigualdad e injusta distribución de la riqueza. Para un niño inmerso en este escenario de vida, la calle se convierte en una opción de vida. Díaz (1993) la define como espacio alternativo, para una gran cantidad de niños ante la situación en que viven sus familias y/o grupos de origen. De esta manera, el niño encuentra en la calle toda una red social en la cual se integra y que, además de permitir su sobrevivencia, le ofrece una gran cantidad de estímulos que lo atraen hacia ella, facilitando e induciendo, en muchos casos, la ruptura y alejamiento de su núcleo social de origen. 2

3 La calle, en un principio, constituye una alternativa real, que en un principio es engañosa. En la calle un buen número de niños logran sobrevivir, crecer y hacerse adultos, pero su futuro en la calle, no es promisorio, pues difícilmente pueden desprenderse de su condición de marginados. (Díaz, 1993). Para el niño de la calle, ésta se convierte en el elemento central que viene a suplir la función de la familia. Es en ella y a través de ella, con sus normas, carencias e influencias como el menor aprende a obtener sus medios para sobrevivir. Es la calle la que le enseña, pero sobretodo lo obliga, a tener una forma específica y características de relacionarse socialmente con su entorno. ( Gallegos,1999). De aquí, que cada día se van identificando con este modo de vida y lo asumen como propio. Esta situación, además, lo adiestra en habilidades y actitudes de sobrevivencia social, como por ejemplo la violencia: La vida de relación en los espacios por donde circulan cotidianamente estos chicos, adquieren características especialmente violentas. Esa violencia caracteriza la llamada cultura de urgencia, definida por la sobrevivencia en medio de un clima hostil. (Grima, 1999: 56). Entonces, esta necesidad va conformando la cultura de urgencia, que se define en una situación donde los habitantes desarrollan una serie de micro estrategias de sobrevivencia económica; generando nuevos estilos de vida y modelos urbanos dictados por la urgencia social, donde se adquiere un modo de vida vinculado a la delincuencia y a la violencia y esto influye en su modo de ver la realidad, actuar en ella, y pensar sobre ella. (Grima, 1999). Todo este marco vivencial de la infancia callejera, lo acerca cotidianamente a problemas sociales más graves. Algunos de ellos caen en una vida delictiva como producto de su particular modo de ganarse el alimento diario, como únicas opciones y condiciones a decidir de un momento a otro, para continuar, entre ellas: el robo, la mendicidad, y la prostitución, sufriendo con múltiples facetas un maltrato a su integridad. 3

4 Con un grupo de niños pertenecientes a este sector desprotegido, inicié mi experiencia docente acrecentándose día a día el interés por proporcionarles una educación de calidad integrándome a diferentes grupos civiles que los atienden. Sin embargo, luego de nueve años de grandes experiencias y de reflexión de mi práctica, me doy cuenta que mi postura ante ellos fue protectora. MI concepción de los niños de la calle era mirarlos como sujetos incapaces de salir adelante por ellos mismo, y dependientes de adultos bien intencionados que los cuiden, eduquen y les consigan toda posibilidad de desarrollo. No fue sino a partir de iniciar un proceso de estudio de la práctica educativa, a través de un modelo formativo profesional centrado en la reflexión de mi ser y actuar docente que me permitió modificar mi postura ante los niños de la calle y descubrirlos como sujetos autónomos. Dicho modelo formativo se caracteriza en la perspectiva interpretativa, que indaga el significado de los procesos educativos en la complejidad de la realidad (Gimeno, 1998) y permite un acercamiento progresivo hacia el conocimiento de nuestra práctica docente, a fin de descubrir los puntos nodales que nos permiten transformarla hacia lo educativo. Esta experiencia formativa me permitió acrecentar mi visión sobre el proceso de educar como tarea docente, así como asumir el compromiso de integrar aquellos conocimientos y habilidades que necesito generar para lograr una verdadera práctica educativa y construirme como docente con niños de la calle. Parte de estas acciones lo es también caracterizar el grupo con el cual trabajo y partir de sus condiciones, riquezas y necesidades propias en un ambiente escolar, que en este sentido, la práctica educativa con niños de la calle requiere profundizar. A continuación, presento propuesta didáctica en un primer acercamiento de intervención para iniciar la transformación de mi práctica, como producto de un proceso de reflexión, tras la recuperación y sistematización de la misma, desarrollada con niños trabajadores y en situación de calle; a partir de la idea de Bazdresh (2000) que refiere y se implica en la intervención: 4

5 Movimiento con múltiples propuestas, fundado en una acción intencionada de investigación, que intenta abrir líneas de reflexión, tendientes a incrementar el conocimiento del problema educativo: cómo se enseña, cómo se aprende, cómo y cuándo se educa; por lo tanto, qué modificaciones se deben hacer a la práctica para mejorar la calidad de la educación. Bazdresh (2000:105) Este proceso, Pérez (1997), lo denomina investigación en la acción, ya que implica un continuo regresar a la reflexión sobre nuestras acciones, conocer el sentido que las orienta y las significa, para que a partir de ellas, iniciemos su transformación en acciones verdaderamente educativas. Modificar la práctica implica la posibilidad de su transformación al mismo tiempo que la convierte en transformadora (Sañudo, 1997); ya que nos permite dirigirnos hacia la búsqueda y operación de acciones que favorezcan la eficiencia del aprendizaje de los alumnos. II. Propuesta dialogica y colaborativa para niñas y niños de la calle El principal propósito que pretendo lograr a través de la intervención de mi práctica con niños trabajadores y en situación de calle, consiste en centrar mi rol docente en una didáctica que favorezca mayor participación de los estudiantes en sus propio proceso de aprendizaje dentro de cualquier experiencia escolar a la que tengan acceso. Considero importante implementar alternativas de solución ante la realidad escolar de diversos albergues para este sector social marginado, ya que me percaté que no existen modelos educativos que orienten la práctica docente con niños de la calle. Anteriormente, durante mi experiencia escolar con este sector infantil promoví acciones encaminadas a establecer una educación especial para niños trabajadores y de la calle donde se les atendiera de manera exclusiva, intentando de alguna manera también acreditar de manera oficial los grados escolares que fueran aprobando dentro de su escuela. Sin embargo, el distanciamiento crítico de esta actividad durante algún periodo, me permitió darme cuenta que estas acciones aparentemente logran su propósito, pero terminan finalmente de excluir y marginar 5

6 nuevamente a estos niños de la misma sociedad a la que pertenecen, y a la que buscamos reintegrar. Como Docente: Reflexionar y tomar conciencia sobre el manejo del lenguaje en la formación y enseñanza de los estudiantes. Valorar la multifuncionalidad del discurso oral como medio y objeto de reflexión en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Manejar estrategias metodológicas que favorezcan la participación activa de niños de la calle como estudiantes, en la construcción de nuevos conocimientos de manera colaborativa. Favorecer, el proceso de aprendizajes de los niños de la calle como estudiantes Propiciar en los estudiantes la construcción de sus propios aprendizajes, a través de una mejor participación donde tome decisiones en la búsqueda de soluciones ante problemáticas presentadas, en las que logre activar y dinamizar los conocimientos y habilidades ya adquiridos en la calle. Iniciar el proceso de transformación permanente de mi práctica con la aplicación de este primer intento por modificar mi rol docente. Continuar con la reflexión de mis acciones docente para transformarlas paulatinamente en educativas. Continuar con el proceso de recuperación, sistematización y análisis de mi práctica, mediante los instrumentos pertinentes. Con respecto a los estudiantes: Revalorar una experiencia escolar que favorezca su proceso educativo. Adquirir la responsabilidad de su propio proceso de aprendizaje como parte de un grupo en tareas de investigación y en acciones encaminadas al trabajo colaborativo, así como en su propio proceso de aprendizaje. 6

7 Al ir logrando estos propósitos se propiciará un ambiente de reflexión en torno con los niños trabajadores y en situación de calle con el entorno que les rodea. Si bien es cierto, conocen el medio y el entorno de manera más directa, su proceso de reflexión y de conciencia sobre su papel como parte del mismo, como agente que lo puede transformar. Por otro lado, considero importante incorporar una educación derivada de la teoría sociocultural, esta propone una conceptualización dialógica del proceso de enseñanza-aprendizaje donde el conocimiento es co-construido entre el docente y los estudiantes, a través de actividades conjuntas donde éstas sean negociadas y no impuestas. La teoría constructivista social de Vigotsky, destaca el papel de la mediación como medio principal para que el participante menos maduro, reciba una ayuda que le permita apropiarse de los recursos existentes de su cultura para su transformación y resolución de problemas cotidianos. Así mismo, logre trascender el individualismo competitivo que propone una comunidad colaborativa en la que el docente aprenda junto con los estudiantes. (Wells, 2001). Así mismo este autor puntualiza: El aprendizaje y la enseñanza en la zona de desarrollo próximo son claramente dependientes de la interacción social y en los entornos educativos, esto suele suponer una interacción cara a cara mediada por el habla. El desarrollo de las funciones mentales superiores, tal como lo concibe Vigotsky, se alcanza en gran medida por medio de la construcción del plano intermental de la interacción social relacionada con la actividad. Es indudable que desde la perspectiva de Vigotsky, el habla desempeña un papel fundamental en el aprendizaje del niño en la zdp y por lo tanto, en los procesos asociados de la instrucción y la ayuda colaborativa. (Wells, 2001:321) Mi práctica docente se puede orientar ahora hacia propuestas que permitan que el hecho educativo se realice desde una perspectiva de cómo aprende el alumno, donde es el punto referente que logra organizar sus propias necesidades educativa. Con ello, todos los procesos, medios e instrumentos se encaminan hacia el desarrollo de un modelo de enseñanza globalizador, que retoma una concepción de la enseñanza que se centran en los siguientes 7

8 aspectos, de acuerdo a Zabala (1995): Su objetivo es conocer la realidad saber desarrollarse en ella. Su finalidad educativa se encamina al conocimiento y actuación para la vida. El eje estructurador de los aprendizajes es la propia realidad. Las situaciones problemáticas de la realidad se convierten en instrumentos para la comprensión y transformación de la misma. Su enfoque integrador del conocimiento, determina la organización de los contenidos en el aula, la organización de la clase, el tipo de actividades, la interacción entre los participantes que potencien la actividad autónoma de los mismos y el grado de adaptación de instrumentos y materiales curriculares al contexto en el aula. De acuerdo al punto de partida de su intención educativa y de las fases en que desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje bajo este enfoque globalizador, se encuentran las propuestas didácticas de indagación e investigación en el aula, ya que vincula los aspecto socio-escolares, partiendo de una situación real hacia una responsabilidad de investigación grupal a realizar, que inicia por la identificación de problemas, ejecución de un conjunto de acciones de indagación, planeadas por el grupo con la intención de dar solución a la problemática presentada. De este modo, con este tipo de propuesta didáctica desarrollada se favorece el ambiente de diálogo horizontal entre los alumnos y yo, en cuanto a que se involucren en todas las situaciones de aprendizaje mediante un diálogo enfocado a la reflexión de toda actividad acordada en grupo. Así mismo, las tareas escolares se vinculan a un objetivo claro y concreto, donde los alumnos, motivados por la problemática a resolver, reemplaza la información memorística por la observación, el razonamiento, la creatividad y una acción personal más propia y comprometida. La metodología didáctica que favorece lo anterior, es el Método de Proyectos, el cual permite que los niños experimenten, planteen problemas, propongan 8

9 estrategias, observen resultados desde diferentes enfoques, lo que les permite obtener una perspectiva más amplia y un tratamiento integral de la realidad. Además el Método de Proyectos en el aula, propone que los contenidos educativos se conviertan en instrumentos para el desarrollo de la capacidad creadora y del razonamiento, del espíritu inquisitivo y para el planteamiento de alternativas a los cuestionamientos que surgen en la vida diaria. Contempla también la importancia de relaciones afectivas y sociales y el espíritu de cooperación y colaboración que tiene lugar en el trabajo grupal como parte del proceso enseñanza-aprendizaje. Este tipo de actividades facilitan el procedimiento de una investigación y aprendizaje, seguidos en la enseñanza superior como una forma de resolver un problema de que el niño no advierta la diferencia entre la vida escolar y la vida en su entorno. Así mismo, inspirada en las ideas de Dewey, pedagógicamente por Kilpatrick en 1918, quien afirma que el pensamiento tiene su origen en una situación problemática, es decir, que arranca de un problema que uno mismo se ha de resolver con una serie de actos voluntarios. Por lo tanto, todo problema ha de resolverse con naturalidad y con los mismos medios con que surge y se resuelve en la vida diaria. (Sainz, 1961). Estas actividades intentan trascender el reduccionismo que plantea la pedagogía meramente pragmática de aprender haciendo, es decir, no se trata de la actividad por la actividad, sino de una serie de acciones planteadas que no sólo tienen que ver con la actividad física, que no que intentan poner en juego todas las posibilidades intelectuales y creativas de acuerdo con lo que nos dice Saldívar (1996): El interés se convierte en la piedra angular de éste método, partiendo de que tanto el interés y el esfuerzo deben aprovechar las fuerzas individuales que unificadas, se logran las condiciones óptimas para que, basadas en un interés común, se trabaje en un proyecto. Así el Método de Proyectos, constituye una forma de investigación que permite la construcción del conocimiento en un proceso que permite la construcción del conocimiento en un proceso que se retroalimenta continuamente. Considera a la escuela como parte de la vida misma, permitiendo una secuencia y relación lógica de los contenidos escolares, buscando su integridad (Saldívar,1996:112) 9

10 Por otro lado, la globalización de los conocimientos logra vincular los intereses de los niños con los contenidos programáticos a estudiar, mediante el planteamiento de alternativas para resolver los problemas, en un proceso en el que se conjugan intereses, voluntades y creatividad en un aprendizaje grupal. Los Proyectos en el aula, permiten al maestro tomar un rol, no de experto y de instructor, sino que se convierte en un elemento más del grupo, donde asume un rol diferente como coordinador, apoyo y facilitador de experiencias de aprendizaje, propiciando con ello, que los alumnos participen activamente, de manera espontánea, crítica y comprometida, contemplando además, la importancia de relaciones afectivas y sociales y el espíritu de cooperación que tiene lugar en el trabajo grupal como parte del proceso de enseñanzaaprendizaje; los roles de cada participante, son importantes y se refieren lo siguiente: El papel del docente en el Método de Proyectos debe basarse en las siguientes cuestiones: -Explicitar y delimitar un problema o situación problemática que provoque en los alumnos cuestionamientos, preocupaciones o inquietudes. -Reconocer el ambiente o medio natural en el que está situado el problema. -Desglosar el conjunto de acciones y actividades organizadas para alcanzar el propósito o finalidades planteadas. -Considerar la motivación, interés y necesidades que muestren los involucrados con respecto a la situación problemática. -Establecer la correspondencia y/o relación con los contenidos del programa escolar. 10

11 El papel de los estudiantes en el Método de Proyectos es fundamental que los niños lleguen a realizar toda investigación con el apoyo del docente, en cuanto a: -Identificación de temas en los que les gustaría trabajar o proponer ante una situación problemática. -Definición interrogantes y/o problemas en relación con el tema elegido. -Ejecución de acciones o actividades relacionadas con el tema, encaminadas a la solución de las interrogantes planteadas. Esta propuesta didáctica permitirá entonces lograr los propósitos anteriormente especificados en mi práctica docente con niños trabajadores y en situación de calle, considerándola además como adecuada a las características de los niños de la calle, que atienda sus necesidades reales de interrelación con la realidad con vías a una transformación de la misma para su beneficio; es decir, que se revalore como sujeto crítico y activo en una sociedad que lo concibe como limitado y poco capaz de enfrentarse a un conocimiento formal de aprendizaje. Por otro lado, este modelo de indagación se utiliza cuando el docente apunta hacia el pensamiento de nivel superior y crítico, más que a la comprensión de un tema de contenido. (Eggen, 1996:257), donde una de las ventajas es investigar un problema de interés propuestos por los estudiantes y no por el docente, activando la motivación individual de cada uno en la participación en grupo y colaboración hacia el trabajo como responsabilidad personal y grupal. En este punto, Mejía (2000) enfatiza la colaboración y la interacción dialógica como herramientas para el proceso de aprendizaje de los estudiantes: Es necesario enseñar a los paricipantes a interactuar dialógicamente a conversar de forma que la discusión los lleve a lograr el producto propuesto. La habilidad de dialogar implica exponer ideas, argumentar, revisar confusiones o conflictos y si es necesario, cierta condescendencia y flexibilidad. (Mejía 2000:12) 11

12 El crear un ambiente de trabajo de acuerdo a esto, será un proceso gradual y paulatino con los niños de la calle, quienes están habituados a decidir sólo desde su ellos mismos, sin embargo, el aula puede ser un espacio de formación en este aspecto de diálogo y colaboración. Este trabajo colaborativo se centra también en lo que Mejía (2000) nos dice: Una de las razones por las cuales es importante considerar la colaboración entre compañeros como recursos para propiciar el aprendizaje, es que entre éstos, puede darse una comunicación más significativa. Cuando hablamos de comunicación no nos referimos exclusivamente a lo que tiene que ver con las habilidades de interpretar y de entender el ritmo y la organización de la comunicación no verbal. En éste último aspecto, puede decirse que ésta radica en gran medida en la comprensión entre los interactuantes y la intersubjetividad. (Mejía 2004:14) Tomando en cuenta lo anterior, considero que el trabajo en el aula se desarrollará entre compañeros, entendiéndose éstos como los estudiantes y yo como docente, donde se irá propiciando esa comprensión de la instersubjetividad individual hacia el logro de los propósitos educativos que se persiguen. Y de acuerdo con Bazdresh (2000) en la idea siempre presente de que: Para la educación es indispensable caer en la cuenta de cómo la intersubjetiviad cotidiana no es suficiente. Es necesario construir la de asociados. Implica crear condiciones de cercanía y comunicación lógica con ese status y utilizar la lógica de la significación para que los sujetos manifiesten de una cierta manera, sus acciones. (Bazdresh 2003:38) Solamente a partir de adentrarnos en la cosmovisión y significado que los niños de la calle tienen de la realidad, en un proceso dialógico podremos desarrollar acciones encaminadas a su desarrollo autónomo y crítico de su realidad para transformarla y transformarse como personas. Las actividades y su duración, puede modificarse para adecuarlo a las condiciones reales en las que se vaya desarrollando. Las actividades de planeación, son organizadas por todo el grupo de acuerdo a las necesidades e intereses del grupo. La sistematización del mismo, en torno al inicio, desarrollo y culminación, corresponde al docente, permanecer 12

13 coordinando las mismas. así como la recuperación del proceso grupal y los aspectos a considerar que ayudan a sustentar o modificar las diversos actividades que se realizan. III. A modo de cierre Como fortalezas y alcances en la aplicación de la propuesta de intervención en mi práctica, encuentro principalmente que mis concepciones de enseñar y aprender se centran ahora en los estudiantes a partir de sus necesidades e intereses expresados en diálogos constantes. Además, el conocimiento no se limita a lo señalado en un programa de estudio, sino que se descubre y se interactúa con el en la cotidianeidad. Sin embargo, también descubro que este nuevo rol como docente, se irá perfeccionando y mejorando conforme lo desarrolle con los estudiantes, ya que no sólo basta modificar actitudes, sino modificar esquemas mentales sobre el mundo, el conocimiento y las posibilidades del ser humano para interactuar con ellos. Hasta el momento, en México no se ha desarrollado una teoría sobre el niño de la calle a partir de la cual se construya un modelo educativo, y las asociaciones y grupos civiles no se han preocupado por este asunto. Las acciones de atención educativa se limitan a la inscripción de los menores en el sistema de educación abierta, para cumplir con la asistencia social que promueven. Es por ello, que mi interés se centra en esta búsqueda desde mi ámbito docente que contribuya a profundizar en un estudio profundo sobre el trabajo cooperativo y sobre la práctica dialógica, al mismo tiempo que ser monitoreada de manera puntual y permanente a fin de lograr verdaderamente que mis acciones docentes se centren en lo educativo. 13