Propuestas para padres, niños y adolescentes

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1 COMO DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Propuestas para padres, niños y adolescentes Los hijos no necesitan padres impresionantes, sino seres humanos que hablen su lenguaje y sean capaces de penetrar en su corazón Augusto Cury Hasta hace relativamente poco tiempo, se hablaba de la inteligencia como el conjunto de capacidades relacionadas con aspectos puramente cognitivos: intuición, aptitudes lógicas, pensamiento racional Afortunadamente este concepto ha ido evolucionando en los últimos años a medida que diferentes estudios científicos han comprobado que los instintos y emociones están directamente vinculados y forman parte de la inteligencia humana. Otra de las evidencias que nos lleva a entender mejor en qué consiste la inteligencia emocional está en el concepto de plasticidad cerebral, en la consideración de que el pensamiento es fundamental en la estructura física del cerebro de manera que lo que piensas y sientes modela el cerebro de forma continua y permanente en el tiempo. Entendemos la inteligencia emocional como la capacidad del ser humano para lograr que el pensamiento y la emoción funcionen como un todo, funcionen de manera equilibrada, a través del desarrollo de toda una serie de habilidades que nos permiten poder entender y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás.

2 Empatia- Sintonia Emocional Conciencia Emocional CLAVES PARA DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Regulación Gestión Emocional Si echamos un vistazo a nuestra sociedad, a las creencias educativas, al modo en que nos Pensamiento Positivo comunicamos, es fácil darse cuenta que nadie nos ha enseñado a comprender las emociones. Se nos ha transmitido que las emociones negativas hay que anularlas, no hay que expresarlas, cuando lo que realmente es importante es saber comprender que las emociones son inherentes al ser humano y que lo esencial radica en ser capaces de identificar esas emociones en nosotros mismos y expresarlas y gestionarlas de forma saludable. El ser humano nace con cinco emociones básicas innatas que va desarrollando, expresando o anulando conforme a sus experiencias. - La felicidad - La tristeza - El miedo - El asco - La ira Hay varias estrategias que pueden ayudarnos tanto a mejorar nuestra propia inteligencia emocional como la de nuestros hijos. 1- EMPATÍA-SINTONIA EMOCIONAL A partir de los vínculos y relaciones familiares, el ser humano va desarrollando la empatía. El primer paso comienza desde el nacimiento. Cuando el bebé recién nacido llora y sus padres le atienden con amor, ternura y sintonizan con su emoción, el vínculo que se genera aporta al niño seguridad y confianza y el sentimiento de sentirse comprendido, de modo que, en la medida en que los padres sean capaces de sintonizar con las emociones y necesidades afectivas de su hijo, de mirar el mundo desde sus ojos y de comprender cada momento evolutivo, estarán educando en el desarrollo de la empatía, y de manera natural el niño aprenderá a identificar y comprender las emociones de quienes le rodean.

3 El amor que se les brinda a los hijos a través del respeto por su desarrollo, el contacto físico, la atención activa, el juego es el ingrediente fundamental para despertar la curiosidad del niño y como consecuencia despertarlo al mundo emocional. 2- CONCIENCIA EMOCIONAL El camino del desarrollo de las competencias emocionales comienza en uno mismo. Es muy difícil poder comprender y ayudar a gestionar las emociones en los propios hijos si nosotros como padres no somos capaces de identificar, regular y canalizar las nuestras. Una propuesta que puede ayudar a trabajar nuestra propia conciencia emocional y la de nuestros hijos, comienza por realizar seis ejercicios concretos que José Luis Bimbela Pedrola sugiere en su libro Gimnasia emocional: Ejercicio 1: La situación: identificar la situación que te ha movilizado emocionalmente en sentido negativo o positivo. Ejercicio 2: Las primeras emociones: poner nombre a lo que estoy sintiendo, identificando emociones y sentimientos. Cómo me siento? Ejercicio 3: Los primeros pensamientos: identificar los pensamientos automáticos que han hecho que me sienta así. Por qué me siento así? Ejercicio 4: Los errores: analizar los pensamientos automáticos del ejercicio anterior para comprobar si se ha colado alguno de los errores que nuestro entorno cultural suele conllevar a la hora de ver las cosas, las situaciones y la vida. Los errores más frecuentes suelen ser: - Filtro mental: fijarse sólo en lo negativo - Etiquetar - Sobregeneralizar: usar palabras como siempre, nunca, nada, jamás, imposible - Dramatización: usar adjetivos desmedidos - Catastrofismo: anticipar lo peor - Lectura mental: suponer lo que está pensando el otro - Falacia de control por exceso: creerse responsable de todo - Falacia de control por defecto: creerse no responsable de nada - Uso del debería : transformar los deseos en obligaciones

4 Ejercicio 5: Los nuevos pensamientos: crear pensamientos alternativos que nos ayuden a sentirnos mejor. Cómo puedo valorar esta situación de una forma menos distorsionada? Cómo puedo resolverla? Ejercicio 6: Las nuevas emociones. Cómo me siento ahora? 3- REGULACIÓN Y GESTIÓN EMOCIONAL Una de las herramientas básicas y fundamentales para ayudar a la regulación y gestión emocional está en saber comunicarse desde la atención activa armonizando el lenguaje verbal con el no verbal. Un mismo mensaje puede significar cosas distintas según el lenguaje corporal que utilizamos, los gestos, el tono de voz Por eso es tan importante esa armonización para que lo que quiero transmitir llegue de la manera que deseo. Hay muchas maneras de fomentar la comunicación con nuestros hijos y hacerlo desde la armonía y el pensamiento positivo para ayudarles a saber gestionar sus emociones. Algunas estrategias podrían ser: - Mantener una actitud de escucha, sobre todo en los momentos más delicados. - Acostumbrarnos a preguntar a los niños cómo se sienten, evitando anular las emociones negativas. - Proveer válvulas de escape ante emociones intensas. Ofrecer un lugar tranquilo, pintura, papel, arcilla, títeres, o bien sustitutos para el objeto de la ira (animales de trapo, almohadas, juguetes baratos) - Compartir momentos de juego y ocio con los hijos. - Favorecer un estilo de vida relajado que facilite la serenidad y concentración. - Encontrar maneras de expresar las emociones de manera saludable. No hay que olvidar que para nuestros hijos somos su modelo a seguir, su objeto de imitación. De nada sirve pretender que desarrollen una buena inteligencia y autorregulación emocional si no pueden observarla en nosotros mismos.

5 - Fomentar los aspectos y cualidades positivas, permitir que se equivoquen y favorecer la crítica constructiva. - Enseñar a los niños a expresar sus emociones y enseñarles maneras aceptables de mostrar enfado, ira, miedo. - Ayudar a los niños a identificar emociones a través del lenguaje no verbal: jugando a identificar gestos faciales o corporales a través de los cuentos y/o el cine, poniendo nombre a la emoción que observan; jugando a pintar gestos faciales asociados a estados emocionales. - Darles la oportunidad de escoger, tomar decisiones adaptadas a su edad y respetar sus deseos: cuando los niños tienen ocasión de poder elegir algo, están aprendiendo a resolver problemas. Darles esta oportunidad les muestra que sus ideas y sentimientos tienen importancia. - Hacerles preguntas que les guíen para aprender a resolver sus problemas. Generalmente, cuando un niño tiene un problema, la tendencia natural de muchos padres es la de tratar de resolverlo. Si queremos que sean responsables para gestionar sus propias emociones, es conveniente ayudarles a que reflexionen sobre sus actos y que experimenten la satisfacción de conseguir solucionar un problema de forma autónoma. Les podemos ayudar haciéndoles preguntas del tipo: Qué te parece que podrías hacer en esta situación?, Qué ventajas e inconvenientes puede tener esa decisión en ti y en los demás? - Alentarlos a compartir y ayudar. 4- PENSAMIENTO POSITIVO La relación entre emoción y salud es cada vez más evidente. Las investigaciones han demostrado cómo las emociones negativas o la negatividad en general contribuyen a disminuir las defensas del sistema inmunitario y por lo tanto, predisponen a contraer enfermedades. En cambio, las emociones positivas contribuyen a aumentar nuestras defensas y pueden actuar como prevención. Se han identificado más de cuarenta enfermedades que pueden ser consideradas de carácter psicosomático, donde las emociones pueden jugar un papel importante, entre ellas, el asma, las úlceras gástricas, los tics, las contracturas, la hipertensión crónica, los trastorno cardiovasculares (Rafael Bisquerra). Elsa Punset propone en su libro Brújula para navegantes emocionales realizar los siguientes ejercicios para desarrollar un pensamiento positivo:

6 - Recordar que tienes un cerebro que busca lo negativo. Vivir desde la sensación de lo mágico, dándole más importancia a lo positivo. - Técnica de 60 segundos. Dejarse traspasar por la emoción y cambiar el pensamiento. Crear pensamientos positivos alternativos. - Clave 5 a 1: Se ha comprobado que la gente que expresa cosas positivas 5 veces más positivo que negativo son más inteligentes emocionalmente. - No contagiarse de la negatividad de los demás: todas las noches durante 15 días piensa en 5 cosas positivas que te han pasado a lo largo del día. - Evitar cerrarse y meterse en un círculo negativo cuando las cosas no van bien. La aceptación y expresión de los sentimientos brinda alivio emocional, evita la represión y enseña al niño que sus sentimientos no le hacen perder valor. De este modo, podrá él mantenerse en contacto consigo mismo tal y como es y aceptar la humanidad de los demás. La expresión emocional nos ayuda a ver los problemas y poder resolverlos con mayor realismo y no a través de la niebla de las emociones rechazadas (Dorthy Corkille). La empatía y el pensamiento positivo favorecen no sólo nuestro desarrollo emocional y bienestar si no muy poderosamente el de las personas que nos rodean y especialmente el de nuestro hijos. Porque el AMOR es, definitivamente, el ingrediente fundamental para alimentar nuestro cerebro emocional. Bibliografía Emocionarte: El arte de acompañar a los niños en su emoción, editorial AMAE El niño feliz. Su clave psicológica, Dorothy Corkille, Gedisa Brújula para navegantes emocionales, Elsa Punset, Aguilar Poder sin Límites, Anthony Robins, DeBolsillo Gimnasia emocional. Pasamos a la acción, José Luis Bimbela, Escuela Andaluza de Salud Pública Gimnasia Social. La práctica, José Luis Bimbela, Escuela Andaluza de Salud

7 Pública Comprendiendo a tu hijo de 3 años Louise Emanuel. Paidós. Nueva Clínica Tavistock (también disponible para el resto de edades) Educación emocional. Propuesta para educadores y familia Bisquerra. Desclée de Browser Enlaces de interés