UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA XXIII SEMINARIO INTERUNIVERSITARIO DE TEORÍA DE LA EDUCACIÓN "FAMILIA, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD CIVIL" ADDENDA

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1 UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA XXIII SEMINARIO INTERUNIVERSITARIO DE TEORÍA DE LA EDUCACIÓN "FAMILIA, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD CIVIL" Lugo. Noviembre de 2004 ADDENDA Este documento está sujeto a los derechos de la propiedad intelectual protegidos por las regulaciones nacionales e internacionales.

2 LA CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD EN EL TIEMPO DE LOS VALORES FAMILIARES EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA Paz Cánovas Leonhardt Petra Mª Pérez Alonso-Geta Universidad de Valencia Addenda a la Ponencia II: Familia, educación y valores. Todas las culturas, cualquiera que sean sus valores, grado de civilización y desarrollo, confirman que la familia es un elemento fundamental dentro de la sociedad. La familia es el primer espacio educativo, no sólo en el tiempo, sino también en cuanto a su importancia como contexto socioeducativo. Aquello que ocurra dentro del contexto familiar en los primeros años va a tener una influencia decisiva en la vida posterior. Por ejemplo, las relaciones afectivas vividas en la infancia y adolescencia van a influir de modo decisivo en el desarrollo afectivo. Por ello, el ser humano necesita un núcleo familiar desde el que se facilite el desarrollo de su personalidad. Este contexto debe ser afectivo y ofrecer seguridad y apoyo como elementos antropológicamente necesarios para estructurar su personalidad futura (P. Mª PÉREZ ALONSO-GETA y P. CANOVAS LEONHARDT, 1996). En las últimas décadas, la familia ha sufrido en el mundo occidental profundas transformaciones. La inserción de la mujer en el mundo laboral, los cambios demográficos reducción de nacimientos, unido a la prolongación de la vida-, el progreso económico, el avance de la llamada cultura urbana, la influencia de los medios de comunicación y otros aspectos relativos a la organización y estructura familiar han evolucionado a un ritmo vertiginoso. Esto provoca que su estudio, desde los distintos ámbitos de las ciencias sociales, constituya un desafío intelectual de primer orden. En un sentido más específico, la familia ha cambiado tanto en su estructura nuclear como en su dinámica interna. Hoy en día ya no tiene sentido hablar de familia nuclear tradicional. Existen formas familiares diferentes, y también la posibilidad de atravesar distintas formas durante el ciclo vital. Según MCGOLDRICK Y CARTER (1986), la familia es un sistema emocional plurigeneracional. Como sistema emocional, las relaciones que se establecen entre sus miembros suponen complejas interacciones de conductas, deseos, expectativas, además de un soporte emotivo, de estima, sentido de pertenencia, compasión recíproca, capacidad de compartir, etc. Como sistema plurigeneracional, dentro de la familia existen distintas generaciones que avanzan juntas en el tiempo. Desde nuestra perspectiva, la familia es un grupo primario complejo de difícil organización. De ahí que la familia pueda ser un espacio afectivo, de convivencia, de protección y satisfacción de las necesidades que presentan los menores, en este caso proporcionándoles afecto, seguridad y distintos apoyos. Como también cuando no actúa como tal, puede provocar conflictos, riesgos y, en situaciones extremas, incurrir en distintas formas de abandono y/o maltrato físico, emocional, etc. De otro lado, la familia actúa como organización social donde se establecen apoyos sociales, complejas relaciones interpersonales y se transmiten valores, actitudes y normas de conducta. En opinión de ACKERMAN (1992), la familia actúa en dos sentidos: asegura la supervivencia y construye lo esencialmente humano. Nosotras entendemos que, lo que 1

3 define al ser humano como tal, tiene su comienzo en el contexto familiar, con todas las consecuencias positivas o negativas que esto supone. Nos referimos a la construcción de la identidad autoconcepto y autoestima-, al desarrollo de la afectividad, a la adquisición de un sistema de valores propio, al desarrollo de la autonomía, etc. Para construir lo esencialmente valioso, lo verdaderamente humano, se necesita algo más que la experiencia de estar juntos. Por ello, para la infancia y adolescencia no resulta adecuado cualquier estilo educativo, sino aquel capaz de satisfacer las necesidades de desarrollo humano, afecto y seguridad emocional. Un estilo educativo es un sistema más o menos organizado de creencias, valores, actitudes, procedimientos, niveles de implicación que suponen una forma peculiar de educar. Hace referencia a los mensajes educativos que los padres intentan transmitir valores, actitudes, normas de conducta, diferentes informaciones- y a cómo se transmiten, es decir, a los procedimientos utilizados, a saber, la comunicación (actitudes positivas o negativas ante la comunicación, el diálogo), formas concretas de relación (control /dejar hacer, afecto /hostilidad), actuando o no como referentes significativos (modelos de identificación), ofreciendo apoyos (instrumentales, emocionales, motivacionales, sociales) o recursos que le sirvan como base para su educación. En estas páginas pretendemos acercarnos a un elemento clave: los estilos educativos familiares como los valores. Planteamos el estudio del contexto familiar en una dimensión abierta donde tanto las formas de pensar (creencias, valores) como las de actuar (procedimientos, acciones) junto al espacio y tiempo compartidos suponen variables que deben ser valorados en un sentido global. El análisis de los valores y actitudes familiares en nuestros trabajo pretende identificar y definir qué valores son preferibles (se prefieren a otros) en la educación familiar. En un sentido más puntual, pretendemos analizar su continuidad o discontinuidad en el tiempo, comparando las preferencias de los padres en este ámbito en dos momentos evolutivos claramente diferenciados, como son la infancia (0-6 años) y la adolescencia (13-18 años). 1. La implicación de la familia en la transmisión de valores Cada familia se mueve por un sistema de valores determinado y en función de éstos tiende a generar unas actitudes o predisposiciones más o menos estables de conducta. En suma, se trata de un sistema complejo de relaciones, valores y actitudes que llevan consigo conductas diversas, potenciado o no por el afecto, la proximidad, la comunicación que, generalmente, tiene lugar en este contexto. Como punto de partida, y desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa, la familia se constituye en el marco de referencia más relevante en la adquisición de valores. Sin embargo, parece claro que actualmente ha disminuido su eficacia en cuanto a la función socializadora y educativa a favor de otras instancias, como por ejemplo los medios de comunicación. Sin embargo, la familia como agente de educación y socialización primaria debe ayudar a descubrir y adquirir, sobre todo, aquellos valores que vinculan al ser humano con su grupo y le posibilitan compartir aquello que le une a la humanidad. Desde la familia, el menor puede experimentar y descubrir cualquier tipo de valores, pero, con independencia de la opción individual, legítima, hacia determinados valores, entendemos que en nuestra sociedad democrática y plural son especialmente relevante en dos aspectos fundamentales: el logro de la autonomía y la adquisición de 2

4 valores básicos que garantizan, regulan la convivencia y la hacen progresar por la vía de la solidaridad y la justicia. Nos referimos a aquellos valores que vienen a configurar una base ética común, valores socialmente compartidos que son los que, sin duda alguna, deben servir como marco y criterio para la educación. No obstante, la educación en valores es un tema complejo, ya que no basta con postular estos valores. Son necesarios unos estilos de relación familiar adecuados que permitan ponerlos en marcha puesto que, como antes señalábamos, la afectividad, el sentido de proximidad y convivencia familiar que los posibilitan no vienen dados simplemente por las relaciones personales, sino también por la percepción que se posee de la familia como espacio propio, afectivo, democrático; valorando de forma positiva el hecho de su pertenencia a la misma y la necesidad de compartir la presencia y ayuda mutua. 2. Los valores preferidos por los padres en la infancia y adolescencia En la tabla 1 podemos observar la jerarquía de valores preferibles por los padres y madres con menores de 0 a 6 años. Tabla 1 Proposiciones en relación a valores y grado de apreciación por parte de los padres y madres con menores de 0-6 años (Porcentajes) Proposiciones Más importante Menos importante PRIMERO Enseñarles a ser honrados Hacer cosas que ayuden a los demás Esforzarse para conseguir sus propósitos Enseñarles desde pequeños que sean solidarios y comprensivos con los problemas de los demás... Enseñarles a que tengan seguridad y confianza en sí mismos y autonomía Acostumbrarles a tener respeto hacia los otros, saber escuchar, esperar turnos, compartir Enseñarles a valorar la importancia que tiene ayudar a los demás (cuando están enfermos, cuidar hermanos pequeños)... Decir la verdad aunque les perjudique La lealtad con todos SEGUNDO Estudiar para conocer muchas cosas Enseñarles a rechazar discriminaciones (raza, sexo, estatus social, etc.) Acostumbrarles a confiar en su esfuerzo y en sus propias acciones para conseguir lo que quieren... Que sean autónomos y piensen por cuenta propia sin dejarse influir La afición por la lectura Acostumbrarles a que acepten las normas de comportamiento establecidas (comidas, higiene, uso de las cosas)... Enseñarles a tener cuidado y respeto por los espacios naturales Acostumbrarles a mantener su entorno limpio y ordenado Estudiar para ser importantes en la vida Generar su interés para participar en la vida familiar, asumiendo pequeñas responsabilidades Enseñarles a tener un aspecto personal cuidado Enseñarles a que en la familia y entre los amigos no haya rivalidades, porque todos tienen su puesto... Inculcarles el respeto por las diferencias físicas (estatura, peso, rasgos pronunciados, sexo) Enseñarles a cuidar y manejar los libros como instrumentos valiosos que tienen interés en sí mismos... Compartir sus juguetes y cuentos TERCERO Acostumbrarles a no perder la tranquilidad y a que colaboren en situaciones de enfermedad y

5 pequeños accidentes... Aficiones culturales (música, pintura, etc) El valor e importancia del uso correcto de la voz, evitando gritos y tonos fuertes Dejar a los niños ir enfrentándose solos con su vida, siempre que no corra peligro su salud y supervivencia... Hacer deporte, ejercicio físico Ante el consumo, enseñarles que con el hecho de comprar y comprar no se satisfacen las necesidades, sólo los deseos puntuales... Enseñarles a valorar el lenguaje escrito como instrumento de información, comunicación y disfrute... Enseñarles a aceptar las posibilidades y limitaciones del propio cuerpo CUARTO Prestar sus cosas, aunque sean valiosas Saber competir en el juego Que jueguen a juegos en los que todos ganan y no necesitan competir Cuidar y mantener sus juguetes en perfecto estado Inculcarles el rechazo del ruido molesto y desarrollo de la sensibilidad y el gusto por los sonidos musicales... Inculcarles, si se es creyente, las normas y tradiciones religiosas Enseñarles las tradiciones populares propias Tu ideología, tu forma de pensar política FUENTE: Pérez, P. Mª; Canovas, P. Valores y estilos familiares de educación en Pérez, P. Mª; Canovas, P. et al (1996). Valores y Pautas de crianza familiar. Madrid. Fundación S. M. Podemos observar que en un primer bloque (de nueve proposiciones) se sitúan valores ético/ morales junto al fomento de la autonomía y el logro. Un valor, la honradez, ocupa, con el 95.7%, el primer puesto del ranking. Le siguen valores solidarios: Hacer cosas que ayuden a los demás (95.1%) y Valorar la importancia de ayudar a los demás (86.5%). Y otros, como: Esforzarse para conseguir sus propósitos (93.7 %), Sinceridad (85.8%) y lealtad para con todos. En un segundo bloque (quince proposiciones), todas por encima del 50%, destacan los valores intelectuales e instrumentales, junto a los valores familiares y de la naturaleza: Estudiar para conocer mucha s cosas (84.1%), La afición por la lectura (77.1%), Estudiar para ser importante en la vida (63%), Acostumbrarles a confiar en su esfuerzo y acciones para conseguir lo que quieren (78.4%) y, nuevamente, el pensar de forma autónoma (77.5%). Aparecen también en este bloque, enseñar el respeto a las normas de comportamiento establecido, ya sea a nivel social, Rechazar discriminaciones [raza, estatus (82.5%)] o Respeto a las diferencias físicas [sexo, estatura (56.7%)], o en cuanto normas de carácter doméstico e individual [comidas, higiene (76.5%)]; asimismo el Respeto a la naturaleza [espacios naturales (71.8%)] y Mantener su entorno limpio (67.3%). Aparecen, además, valores familiares como Generar interés por participar en la vida familiar (6 0.5%), Compartir sus juguetes y cuentos (53.1%), Superar las rivalidades (58.8%), que tienen un carácter más instrumental. En el tercer bloque (ocho proposiciones) se sitúan valores que, en general, los padres consideran de menor importancia que los anteriores. Se trata de valores estéticos y de actuación ante situaciones concretas como Acostumbrarles a no perder la tranquilidad y colaborar en situaciones de enfermedad y pequeños accidentes (45.8%) o Dejar a los niños ir enfrentándose con la vida (3 9.4%); entre los valores estéticos, las aficiones culturales (música, pintura, etc., 45.4%), el uso correcto y estético de la voz (44.7%) o del lenguaje escrito (28.3%). Llaman la atención por su escasa significación los valores físico-deportivos, con sólo el 34.3%, al igual que la educación de las actitudes hacia el consumo (32.6%) y la aceptación del yo físico (26.3%). 4

6 Un cuarto bloque (las últimas ocho proposiciones) aparece configurado por las actitudes y valores que poseen una escasa consideración para los padres, tales como la actitud cooperativa frente a la competencia (22.9%) o la de saber competir en el juego (24%). En los últimos puestos del ranking es significativo que aparezcan los valores religiosos (8.9%), las tradiciones propias (5.6%) y, finalmente, la ideología y forma de pensar política, con sólo el 2.2%. Tabla 2 Proposiciones en relación a valores y grado de apreciación par parte de los padres y madres con hijos/ as adolescentes (porcentajes). Chicos Chicas Proposiciones Más Proposiciones Más importante importante PRIMERO Ser honrados 74 7 Ser honrados 75 2 Estudiar para ser importante en la vida 51 3 Estudiar para ser importante en la vida 50 7 SEGUNDO Que sea autónomo y piense por cuenta propia sin dejarse influir, esforzarse en conseguir sus propósitos 43 7 Que sea autónomo y piense por cuenta propia sin dejarse influir, esforzarse en conseguir sus propósitos Participación en la familia, compartir 42 7 Participación en la familia, compartir responsabilidades, 43 1 responsabilidades, con afecto con afecto Rechazo de la violencia en todo tipo de situaciones y 37 5 conflictos La lealtad 34 9 La lealtad 34 TERCERO La importancia del diálogo para resolver conflictos 33 5 La importancia del diálogo para resolver conflictos 33 9 Decir la verdad aunque le perjudique 30 9 Rechazo de la violencia en todo tipo de situaciones y 33 4 conflictos Que nada ni nadie le aparte de sus metas 25 Decir la verdad aunque le perjudique 25 9 Hacer cosas que ayuden a los demás (ser solidario) Hacer cosas que ayuden a los demás (ser solidario) Poseer hábitos de vida saludable (alimentación, 22 Que nada ni nadie le aparte de sus metas 23 3 higiene, prácticas deportivas) Estudiar para conocer muchas cosas 19 3 Poseer hábitos de vida saludable (alimentación, higiene, prácticas deportivas) 20 1 Estudiar para conocer muchas cosas 19 7 CUARTO Rechazar todo tipo de prejuicios, actitud o 11 5 Una buena educación en cuestiones relativas al sexo 12 1 estereotipos sexistas que existan en nuestra sociedad Una buena educación en cuestiones relativas al sexo 10 5 Rechazar todo tipo de prejuicios, actitud o estereotipos 11 2 sexistas que existan en nuestra sociedad Sensibilidad para percibir los sentimientos de los 9 3 Tener un aspecto personal cuidado 10 6 demás Tener un aspecto personal cuidado 8 Sensibilidad para percibir los sentimientos de los demás 10 6 Aficiones culturales (música, pintura, lectura, etc.) 5 Aficiones culturales (música, pintura, lectura, etc.) 5 6 Participar activamente en la protección y mejora del 4 6 Participar activamente en la protección y mejora del 5 1 medio ambiente medio ambiente Tus creencias religiosas 3 7 Tus creencias religiosas 4 8 Tu forma de pensar en política 1 3 Tu forma de pensar en política 1 7 FUENTE: Cánovas, P. Valores en la familia española en Pérez, P. Mª; Cánovas, P. (2002): Valores y pautas de interacción familiar en la adolescencia. Madrid. Fundación S. M. En tabla 2 podemos observar la jerarquía de valores preferibles para los padres y madres con hijos/as adolescentes, al tiempo que podemos analizar si esta jerarquía difiere en función del sexo de los adolescentes. Desde una perspectiva global, parece claro que los padres no establecen diferencias en cuanto al sexo en el ámbito de las ideas o concepciones acerca de qué valores son importantes en la adolescencia. Este planteamiento cambia, cuando se

7 analiza la conducta de los padres ante situaciones de la vida cotidiana y sus efectos sobre la conducta adolescente. En un primer bloque (de dos proposiciones) se sitúa un valor ético-moral - ser honrado - que ocupa, con diferencia respecto a otros valores, el primer puesto en la jerarquía. Le sigue un valor intelectual e instrumental: estudiar para ser importante en la vida En un segundo bloque (tres posiciones), destacan valores instrumentales: pensar de forma autónoma, esforzándose en conseguir sus propósitos, la capacidad de pensar por sí mismo, de dirigir las propias acciones. Aparece también en este bloque la participación en la famili a, compartir responsabilidades, con afecto (42 7% y 43 1% en chicos y chicas, respectivamente). Por último, en este segundo bloque aparece la lealtad (34 9% y 34% en chicos y chicas, respectivamente) como valor básico, que supone el reconocimiento y la aceptación de los vínculos que se establecen respecto a uno mismo y en la relación con los otros. En el tercer bloque (6 proposiciones) se sitúan valores éticos, individualistas, intelectuales y de salud. La importancia del diálogo para resolver conflic tos (33 5% y 33 9% en chicos y chicas, respectivamente) ocupa el primer lugar en este tercer bloque. Cabe señalar que, junto a la importancia del diálogo para resolver conflictos, los padres sitúen un valor que guarda estrecha relación con éste: rechazo de la violencia en todo tipo de situaciones y conflictos (en chicos, segundo bloque, 37 5%, y en las chicas forma parte del tercero con un porcentaje sensiblemente más bajo: 33 4%). La sinceridad, decir la verdad aunque le perjudique (30 9% en chicos y 25 9% en chicas) es otro aspecto que forma parte de este tercer bloque. La solidaridad es un valor con escasa presencia en nuestro estudio (22 7% y 23 6% en chicos y chicas, respectivamente). Este hecho nos parece negativo, ya que debería ser considerado algo fundamental en cuanto preferible en cualquier etapa de la vida. Se agrupa también en este apartado un aspecto relacionado con la salud que hace referencia al bienestar físico: poseer hábitos de vida saludable (alimentación, higiene, prácticas deportivas). Por último aparece, además, un valor intelectual: estudiar para conocer muchas cosas (19 3% y 19 7% en chicos y chicas, respectivamente). El estudio entendido como vía que posibilita acceder al conocimiento. El saber como algo valioso que permite una mejor calidad de vida. El cuarto bloque (8 proposiciones) está formado por valores que poseen baja consideración para los padres. En líneas generales, nos llama la atención la poca importancia que conceden los padres a los valores relacionados con la tolerancia, el respeto al otro: rechazar todo tipo de prejuicios, actitud o estereotipos sexistas (11 5% en chicos y 11 2% en chicas) o a aspectos relativos a la educación sexual. En la misma línea, nos preocupa la escasa significación que presentan ciertos valores de tipo afectivo, estético y ambiental: sensibilidad para percibir los sentimientos de los demás (9 3% y 10 6% en chicos y chicas, respectivamente), las aficiones culturales (5% y 5 6% en chicos y chicas, respectivamente), o escasa presencia de valores medioambientales en la línea de participar activamente en la protección y mejora del medio ambiente (4 6% y 5 1% en chicos y chicas, respectivamente). En los últimos puestos de la jerarquía es significativo que aparezcan los valores religiosos ( tus creencias religiosas, 3 7% y 4 8% en chicos y en chicas) y la forma de pensar en política (1 3% y 1 7%). 6

8 3. A modo de conclusión: Permanencia y Cambio en la transmisión de valores en la infancia y adolescencia Cabe destacar que a partir de estos datos encontramos un valor muy arraigado como es la honradez, tanto en los padres con menores de 0 a 6 años como aquellos otros con hijos adolescentes. Ello indica una consistencia en el tiempo de un valor necesario en la sociedad en que vivimos. En la misma línea observamos valores como la autonomía. Se deduce, dado que las creencias generan actitudes y estas predisponen a la acción, que los valores de honradez y autonomía podrían consolidarse como referente para los hijos siempre que las conductas paternas sirvieran de refuerzo para la adquisición de los mismos. Sin embargo, encontramos discontinuidades en otros valores importantes: mientras que en la infancia se destacan aspectos como la solidaridad (por ejemplo, hacer cosas que ayudan a los demás ), el respeto, la lealtad, la verdad o el esfuerzo, ( esforzarse para conseguir sus propósitos ). Los padres con adolescentes, tienden a entender y priorizar esta etapa en términos de preparación para el futuro. Se piensa en el estudio como instrumento que a largo plazo conduce al reconocimiento social. Así, no importa la esencia del estudio en cuanto sabiduría, ya que su objetivo no es el saber, sino el resultado que se espera obtener dentro de la lógica de la eficacia imperante: ser importante en la vida. Finalmente, es curiosa la coincidencia de unos y otros padres en las proposiciones situadas en los últimos lugares de la jerarquía. Así, se establece una consistencia en el tiempo en relación a aspectos que hacen referencia a la escasa valoración de valores religiosos, la propia ideología y la forma de pensar en política. En síntesis, estos resultados parecen indicar finalmente que los padres, con independencia del momento evolutivo de sus hijos, conceden importancia a aspectos básicos (honradez, autonomía) que en teoría deberían estar en la base de cualquier creencia religiosa u opción política, a la vez que no valoran en sí mismas la transmisión de estas opciones. BIBLIOGRAFÍA: Ackerman, N. W. Cit en Cusinato, M. (1992). Psicología de las relaciones familiares. Barcelona. Herder. Aguinaga, J., (1991): Infancia y adolescencia: la mirada cruzada de los adultos, Ministerio de Asuntos Sociales, Madrid. Dornbusch, S. M., et al. (1987): The relation of parenting style to adolescent school performance, en Child Development, 58, pags Elzo, J.: Una radiografía de la sociedad española actual, en Gregorio, A., y otros (1997) La educación en valores, PPC, Madrid. McGoldrick, M., y Carter, E. A.: Il ciclo di vita della famiglia, en Walsh, F. (coord..): (1986) Stici di funcionamiento familiare. Milán. Franco Angeli Pérez Alonso-Geta, P. Mª y Canovas Leonhardt, P. (1996). Valores y pautas de crianza familiar. Madrid. Fundación S. M. Pérez Alonso-Geta, P. Mª y Canovas Leonhardt, P. (2002). Valores y pautas de interacción familiar en la adolescencia (13-18 años). Madrid. Fundación S. M. 7