Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Carne y Afines de la Rep. Arg.

Transcripción

1 NUESTRA EXPERIENCIA El creciente costo de los alimentos en general y de las proteínas de origen animal en particular, ha obligado en los últimos años a un esfuerzo en la mejora de la productividad. Este concepto, está referido a factores como el costo del capital, el trabajo, la energía y las externalidades de cada industria. En el caso de la industria de la carne bovina, un criterio de productividad es el buen aprovechamiento de la materia prima, cuya oferta es difícilmente expansible en plazos breves, por lo que la competencia profesional de los trabajadores es una cuestión sensible. Este tema, que hace a la productividad total de los factores y en consecuencia a la retribución de los trabajadores y el desarrollo de la industria, llevó a nuestra Organización a iniciar programas de formación profesional desde 1997, creando para ese fin una entidad específica, la Asociación Civil Indeser. En los inicios, nuestro foco de atención fue el de los aspectos de calidad e inocuidad de las carnes en cuanto alimento, debido a la importancia de tales factores en la exportación. El enfoque de la inocuidad es un oficio transversal a todos los demás dentro de nuestra industria, pero probablemente el más respaldado por el conocimiento técnico, que pese a su dificultad de transmisión a personas de baja calificación educativa es relativamente sencillo para transmitir. La expansión de la exportación a partir de 2003 incrementó la necesidad de personal competente en el trabajo de cuchillo, especialmente en la despostada, donde las destrezas importan tanto o más que los saberes. Las principales escuelas para nuestra profesión, nacieron en las plantas de los frigoríficos extranjeros en los que la productividad y la idoneidad en cada puesto de trabajo era un asunto de máxima importancia por su alta influencia en la ecuación económica que empresas inglesas y norteamericanas vigilaban con gran precisión, al punto de destacar cronometristas dedicados a medir la duración de las operaciones para el logro de la mayor eficiencia. La decadencia del negocio en el plano internacional produjo la desaparición de casi todos los frigoríficos extranjeros desde la década del 50 y su reemplazo por la industria nacional, que se hizo básicamente sobre plantas abandonadas por las empresas extranjeras, que ya comenzaban a resultar obsoletas, tanto por falta de inversión en sus últimos años como por su gran dimensión, desde que habían sido concebidas para un mercado internacional que comenzaba a achicarse. De este modo, la baja adecuación de las plantas y la escasez de capital local, que se compensó bajando el precio del ganado y el nivel salarial. Estos criterios pusieron en un segundo plano la calidad del trabajo, desapareciendo las escuelas con alguna excepción.

2 La ecuación económica de nuestra industria tiene su costo principal en el trabajo -alrededor del 70/80%-, seguido por la energía, ya que la financiación del ganado corre por cuenta de los proveedores, que reciben su pago cuando la carne ha sido vendida y cobrada. Cuando nuestra Organización comenzó a prestar atención a la calidad del trabajo, nos quedó claro que resultaba necesario recapitular en el estudio detallado de los procesos, ya que en alguna medida, la falta de escuelas había disminuido su nivel profesional. La oportunidad de encarar la mejora de la calidad del trabajo llegó con el Programa de Certificación de Competencias del Ministerio de Trabajo en 2005, momento a partir del cual comenzó el desarrollo de nuestro propio programa. Las exigencias del mercado internacional de las carnes y un requerimiento semejante del creciente nivel de exigencia de los supermercados, logró la adhesión al programa del sector empresario. Ambas realidades obligaban a la industria frigorífica a estandarizar su oferta en calidad de producto y de servicio como paso indispensable para el mejoramiento de la productividad, en un entorno de concentración de la industria que requiere la entrega de la misma calidad, sin dejar lugar a dudas de que el contenido de una caja de cortes se corresponde totalmente con la etiqueta, y cuyo código de barras garantice la trazabilidad hasta la producción primaria. La certificación de competencias. La certificación de competencias laborales es el reconocimiento público, formal y temporal de la capacidad laboral demostrada por un trabajador/a efectuado con base a la evaluación de sus competencias en relación con una norma y sin estar necesariamente sujeto a la culminación de un proceso educativo; reconoce al trabajador competencias adquiridas durante su experiencia sin limitar la descripción de sus capacidades laborales a su vida académica. Los modelos más desarrollados del enfoque de competencias apuntan a darle a la certificación el mismo valor de los títulos educativos, destruyendo el concepto de educación de primera y segunda categorías. La evaluación y certificación significa para los trabajadores una forma de transparentar la calidad de su desempeño laboral y obtener un reconocimiento expreso y al documentar las capacidades laborales de los trabajadores, mejora las oportunidades de acceso y permanencia a un empleo, de hacer carrera profesional dentro de una organización y de acceder a trayectos de formación profesional congruentes y acumulativos.

3 En el caso de la industria de la carne no existe educación técnica formal específica. No existe un lugar de aprendizaje de estas destrezas que no sean los frigoríficos ya que el adiestramiento requiere de una importante infraestructura para su práctica (medias reses, frío, etc.), situación que fortalece la necesidad de certificar sus competencias. La experiencia en otros países de ganadería comparable, sujetos a la misma competencia que nuestro país, presta una atención especial a este aspecto. El caso de Australia es paradigmático. En ese país, la autoridad gubernamental ha creado un sistema de calificaciones para la llamada educación vocacional, que para el caso de la carne ha delegado en el Meat Industry National Training Advisory Council (MINTRAC) la formulación de normas y el gobierno de la certificación, con un desagregado que incluye desde el personal de manejo de animales vivos hasta carniceros minoristas. Cabe destacar que Australia es el principal competidor a considerar en los mercados de alto crecimiento del Asia Pacífico. Construcción del Sistema El primer paso en el desarrollo del programa fue suscitar la participación del sector empresario, cuya primera adhesión provino de la Unión de la Industria Cárnica Argentina (UNICA), la cámara empresaria más antigua, creada en 1951 para reunir a las primeras empresas de capital nacional que comenzaron a asumir el control de las primeras plantas abandonadas por las empresas extranjeras. Casi de inmediato se sumaron al proyecto la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (CAFRISA) y la Asociación de Frigoríficos Industriales de Córdoba (AFIC). Una vez constituido el ámbito institucional, la primera tarea fue definir la dimensión y complejidad tecnológica a la que se referiría el Sistema, ya que la faena de animales se realiza desde instalaciones tan complejas como mataderos automatizados en el ciclo de matanza hasta un entorno tan elemental como un establecimiento rural. La definición unánime fue tomar como piso tecnológico plantas aptas para recibir habilitación provincial, con perspectiva de exportación por lo menos a los países de menor exigencia. El siguiente paso fue la formulación del Mapa Ocupacional como elemento de base para definir Roles Laborales dentro de una línea de producción de más de 140 procesos en el caso del subsector bovinos. La elaboración del Mapa Ocupacional permitió definir 21 roles y desarrollar las correspondientes Normas de Competencia Laboral, en base a las cuales evaluar y certificar Competencias Laborales, diseñar los Instrumentos de Evaluación de las Normas de Competencias Laborales de los roles normalizados y comenzar los procedimientos de evaluación.

4 Con carácter previo a la iniciación de tales procedimientos se generó el marco institucional constituyendo el Organismo Sectorial de Certificación reconocido por el MTySS bajo la denominación de Instituto Certificador de la Industria Cárnica Argentina (ICICA). Resultados alcanzados. El programa fue ejecutado entre 2007 y 2013, con el desarrollo de 32 NCL con sus respectivos Instrumentos de Evaluación, la formación de 28 Evaluadores registrados y la evaluación de más de trabajadores. Lamentablemente el fin del financiamiento del programa y la crítica situación económica y financiera de la industria, han detenido en buena medida su avance hasta la superación de alguno de los dos inconvenientes. Conclusiones. Además de los propósitos originales, el sistema de Evaluación por Competencias ha resultado de gran utilidad a la industria cárnica. El mero hecho del análisis de los procedimientos en la línea de producción ha aportado una mirada racional en la industria respecto de la organización del trabajo, tarea no revisada de un modo sistémico desde hace por lo menos cuatro décadas. La creciente vigencia mundial de la Certificación de Competencias y la incorporación en nuestra industria del Sistema, ha tenido derivaciones útiles e inesperadas por la industria, como el establecimiento del Reglamento (CE) Nº 1099/2009 del Consejo de la UE de 24 de septiembre de 2009 de la Directiva 93/119/C del Consejo de la UE de 22 de diciembre de 1993 relativa a la protección de los animales en el momento de su sacrificio, que entró en vigencia en 2013 y en su artículo 7º exige certificación de competencias para los operarios que actúan sobre animales vivos. Un resultado adicional y de alto interés para nuestros trabajadores ha sido la utilidad de la fina descripción de los procedimientos de trabajo en el análisis de los Riesgos del Trabajo. Nuestro Convenio Específico Nº 07/09 con la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, suscripto a través de la Asociación Civil Indeser. Ello, sumado a la realización de trabajos por nuestra parte de estudio de peligros y riesgos, fue el instrumento que obligó a empresas y ART a participar en la Mesa Cuatripartita del Sector Frigorífico que se encuentra en el final de la confección de un Manual de Buenas Prácticas, lo que constituye un primer paso para la prevención de accidentes y sobre todo de enfermedades del trabajo, que constituyen un estigma de nuestra profesión. La incorporación de una mirada sobre los daños al medio ambiente y a la Salud Pública generados por la disposición de los residuos de nuestra industria, suscitaron el interés de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. La Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo, con nuestra participación a través de la Asociación Civil

5 Indeser, elaboró un programa para el sector con subsidio del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva para la transformación de esa masa orgánica en bioenergía y fertilizantes, que lamentablemente no ha logrado aún la incorporación de ninguna empresa. Finalmente, pero no menos importante, las reformas al sistema de control de inocuidad que se encuentran en desarrollo en el SENASA, que obligarán a las empresas a asumir la responsabilidad de la inocuidad con la incorporación de directores técnicos solidariamente responsables por los resultados, permiten prever una mayor importancia de la competencia laboral de los trabajadores, con lo que la evaluación de competencias cobrará una importancia creciente.