Una mañana, mientras visitaba un museo en Nueva York, a

Transcripción

1 Introducción Señores, la rueda ya se inventó Una mañana, mientras visitaba un museo en Nueva York, a los pocos minutos de comenzar el tour la guía que nos acompañaba dijo: «A su derecha podrán ver la primera rueda del mundo, o al menos una de las primeras que se conocen en la historia». En ese momento junto a mí se encontraba un holandés que con un inglés difícil de entender, me dijo: «Creo estar viviendo un momento que antes ya pasé, porque me parece que he visto otras primeras ruedas de la historia». Le contesté que tenía la misma impresión. Ninguno recordaba en qué otro lugar lo había escuchado o leído, pero ambos sabíamos que no era la primera rueda de la historia que habíamos visto o sobre la que oíamos hablar. En definitiva, era lo que había dicho la guía en su aclaración final, pero esta duda resultó ser el comienzo de un interés que persistiría por varios días más. Jamás habría imaginado que alguna vez me interesaría por la historia de la rueda, pero me resultó interesante confirmar que, efectivamente, muchos países creen tener la primera rueda de la historia. En realidad, muchos pueblos al crear la rueda pensaron que habían sido los primeros. Si bien la historia de la rueda puede ser de difícil comprobación por su lejanía histórica, veremos que la lógica que encierra nos hace pensar que bien pudo haber sido real el hecho de que muchos creyeron haber sido los primeros en 25

2 Instrucciones para inventar la rueda inventarla, porque las comunicaciones en esos tiempos eran muy limitadas, y no solo la rueda sino muchos otros utensilios o herramientas con seguridad se inventaron más de una vez. Esta historia me resultó una imagen casi perfecta para reflexionar sobre muchas cosas que en nuestros días pretendemos reinventar sin darnos cuenta de que ya existen hace muchos años. Este ánimo por rehacer lo que ya existe impacta también en nuestro tiempo como país o región y así en la eficiencia que se necesita para concretar políticas sobre las cuales el país no puede esperar. Breve historia de la rueda Pocas dudas quedan acerca de que la rueda es uno de los inventos más importantes de la historia de la humanidad. La civilización ha girado en torno a ella, y en gran parte gracias a ella nos hemos transportado y viajado tan lejos como pudimos. El comercio, la agricultura, las guerras, los viajes, casi todo cuesta imaginarlo sin este invento que de tan exitoso uno ya ni se pone a pensar sobre él. Pero a los efectos de este trabajo tomaremos simplemente unos apuntes iniciales que nos permitan reflexionar sobre algunos países que hace varios años inventaron cosas que hoy muchos otros pretenden «inventar». Las primeras ruedas que se conocen fueron construidas en la antigua Mesopotamia, entre el año 3500 a. C. y el 3000 a. C. Se cree que los vehículos con ruedas aparecieron después del torno de alfarero. En sus inicios, «la rueda era un disco sólido de madera fijado a un eje redondo. Luego se eliminaron secciones del disco para reducir el peso, y los rayos (o radios, como también se los conoce) empezaron a emplearse en torno al año 2000 a. C.». 10 Si bien la gran mayoría coincide en el origen mesopotámico, del otro lado del océano Atlántico también existe 10 J. Spielvogel (2009), Historia universal. Civilización de Occidente, tomo 1, 7.ª ed., Madrid, Thompson-Wadsworth, p

3 Nicolás Albertoni Gómez la historia de la «primera rueda americana». 11 Algunos hablan de que los pueblos precolombinos, al llegar Hernán Cortés, ya contaban con herramientas de traslado similares a la rueda. Otros aventuran que quien transportó la idea al Nuevo Mundo fue un joven carpintero que acompañaba a Hernán Cortés. Él bien pudo haber sido uno de los primeros hombres en tallar una rueda en suelo americano. Pero lo cierto es que más allá de que haya sido un europeo o un poblador precolombino, este «descubrimiento» se conoció en el Nuevo Mundo recién entrado el siglo xvi, 12 es decir, varios milenios después de aquellas ruedas creadas en la antigua Mesopotamia. La historia de los redescubrimientos ha sido caso de estudio de varios investigadores. Principalmente en la ciencia se ha constatado la existencia de descubrimientos independientes múltiples. Robert Merton, sociólogo norteamericano, ha profundizado en este tema señalando que múltiples son aquellos descubrimientos similares realizados por científicos que trabajan independientemente uno de otro. 13 Melton resaltaba que «a veces los descubrimientos son simultáneos o casi lo son. Otras veces, un científico crea un nuevo descubrimiento que, sin que él sepa, alguien más lo había hecho años antes». 14 Ejemplos de este tipo de inventos pueden ser las reglas del cálculo que independientemente realizaron Isaac Newton y Gottfried Wilhelm Leibniz en el siglo xvii o el descubrimiento del oxígeno en el siglo xviii de Carl Scheele, Joseph Priestley y Antoine Lavoisier. Entre otros descubrimientos que por diversas razones, en un mismo siglo, fueron redescubiertos H. Thomas (2006), «Historia de la primera rueda americana», en el portal letraslibres.com [on line], noviembre. 12 Ibídem. 13 R. Merton (1963), «Resistance to the Systematic Study of Multiple Discoveries in Science», en European Journal of Sociology, 4, pp Traducción propia. 14 R. Merton (1973), The Sociology of Science: Theoretical and Empirical Investigations, Chicago, University of Chicago Press. Traducción propia. 15 A. R. Hall (1980), Philosophers at War, Nueva York, Cambridge University Press. Traducción propia. 27

4 Instrucciones para inventar la rueda Acaso hoy no estamos ante un episodio similar a los que describía Merton algunos siglos atrás, al ver que muchos buscan reinventar el proceso que contribuye al desarrollo de un país? No se trata de imitar modelos, sino de reflexionar para no reinventarlos Se imaginan cuántos avances podría haber logrado la humanidad si el primer creador de la rueda (supuestamente de la antigua Mesopotamia) hubiera propagado su invento por el resto del mundo al poco tiempo de haberla creado? Traslademos esta misma pregunta a nuestros días pero con otros actores. Se imaginan cuántos problemas estratégicos para varios países ya estarían resueltos si todos no quisieran ser reinventores de algo que ya existe? Acaso no estamos perdiendo el mismo tiempo de desarrollo que hace siglos perdieron quizá con mejores motivos por la escasa comunicación los inventores del pasado? Este trabajo busca desentrañar algunos mitos y mostrar cómo países pequeños han diseñado estrategias nacionales que los llevaron a alcanzar el desarrollo económico y hoy los posicionan en varios primeros lugares de rankings e índices educativos, tecnológicos, comerciales y económicos. Cuál es la estrategia de prosperidad de países como Finlandia, Nueva Zelandia y Corea del Sur, entre otros? Qué lecciones se pueden sacar para países como Uruguay y otros varios de América Latina que aún hoy buscan reinventar la rueda? Es justamente por esta segunda pregunta que he decidido, al menos para esta investigación, no incluir países latinoamericanos en el análisis. Si bien algunos merecen estar dentro de la lista de países cercanos al desarrollo, entiendo que para los fines del estudio resultará más productivo poner a la región en el rol de observadora. Entiendo que hay elementos culturales e históricos que unen a los países de la región y podrían limitar el análisis objetivo de políticas que han 28

5 Nicolás Albertoni Gómez contribuido con el desarrollo de determinados países. Por esta razón, para este libro hemos preferido mirar más allá de nuestros límites regionales. En estas páginas buscaremos las principales variables que hacen prósperos a determinados países más allá de su pequeña dimensión. Pondremos especial atención en la importancia que para ellos ha tenido su apertura al mundo y su comprensión de la globalización. También estudiaremos sus avances en políticas de educación, de innovación, económicas y laborales. Todo esto para poder decir: señores, la rueda ya se inventó! Al analizar casos de desarrollo a lo largo de los años, la academia discute la pertinencia de observar modelos externos. Acaso cada país no debería construir su propia estrategia de desarrollo?, suele preguntarse cuando se hace alusión a estos temas. Tal como se verá en los próximos capítulos, América Latina ha tenido pensadores particularmente sensibles a estas reflexiones. Comprendemos y compartimos en gran medida la visión de varios autores que insistieron en que «el desarrollo no es cuestión de recetas», como bien resaltó Albert Otto Hirschman, uno de los más influyentes latinoamericanistas, que estudió cuáles podían ser los caminos que debían transitar los países para alcanzar el desarrollo económico. Hirschman analizó la construcción de un discurso en el cual las regiones exitosas atribuían sus logros a características culturales propias. Es decir, que el plan de desarrollo tenía una fuerte conexión con el contexto en el que este se llevaba a cabo. 16 Estas visiones, formuladas a mediados del siglo xx no solo por Hirschman sino también por otros, como Raúl Prebisch y muchos más, nos llevan a reflexionar que, si bien América Latina tuvo la posibilidad de generar su propio modelo latinoamericanista del desarrollo lo que aún hoy siguen promoviendo varios líderes regionales, existe otro grupo de 16 Una de las obras más influyentes: A. O. Hirschman (1961), The Strategy of Economic Development, New Haven, Yale University Press. Edición en español: La estrategia del desarrollo económico, México, Fondo de Cultura Económica,

6 Instrucciones para inventar la rueda países que han avanzado de tal manera que sus experiencias no pueden ser descuidadas por nuestra región. Así, se podrá hacer más eficiente el proceso hacia el desarrollo: tomando lo que sirve y descartando lo que no. Pero jamás tapándose los ojos frente a experiencias que han funcionado. El mundo ha avanzado demasiado en los últimos años como para seguir creyendo que las soluciones a todos los problemas que persisten en América Latina se encontrarán mirando únicamente hacia adentro. Ha llegado la hora de pasar de las intenciones a las acciones. Como dijera Ortega y Gasset, ha llegado el momento de ir a las cosas, a las cosas. 30