PEDAGOGÍA 2013 EVENTO DE LOS OACE

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1 PEDAGOGÍA 2013 EVENTO DE LOS OACE Título: La motivación profesional de los estudiantes universitarios y su influencia en la dedicación al estudio: Papel del profesor. Autores: MSc. Hilda Ruiz Echevarría ( hruiz@reduniv.edu.cu) Dra. María Rosa Milán Licea ( mmilan@reduniv.edu.cu) MSc. Elena Fraga Guerra ( efraga@reduniv.edu.cu) Institución: Ministerio de Educación Superior, Organismo central Cargo: Asesoras Docente Metodológica RESUMEN La elevación continua de la calidad de los futuros profesionales constituye una tarea de suma importancia en la educación superior cubana. Contribuye a este propósito, poder contar con profesores que despierten en los estudiantes el interés por alcanzar una buena preparación profesional. Sin embargo, en la actualidad los estudiantes no le dedican el tiempo necesario al estudio y no siempre los profesores, como parte de su labor educativa, le brindan la ayuda necesaria para revertir esta situación. Se ha comprobado que si los profesores trabajan con intención la motivación profesional desde el contenido de las asignaturas, se contribuye a elevar la dedicación al estudio de sus estudiantes. En el presente trabajo se destacan un grupo de aspectos que deben ser objeto de atención por el profesor en la preparación de sus clases y en la ejecución de las mismas para favorecer la formación y desarrollo de intereses profesionales en sus estudiantes, de manera que promueva en ellos una transformación positiva ante el estudio. Finalmente, se enumeran algunas competencias que debe poseer el profesor para desarrollar esta labor con la calidad requerida.

2 INTRODUCCIÓN Las universidades cubanas inmersas en el contexto social contemporáneo trabajan por mantener su pertinencia y la calidad de sus egresados, con el propósito de satisfacer la necesidad de formar hombres integrales dispuestos a contribuir con el desarrollo social sostenible del país. Para garantizar la calidad en el proceso de formación de los profesionales, uno de los elementos que se atiende es la labor educativa que desarrolla el profesor con los estudiantes desde la dimensión curricular, considerándose como primera prioridad el fortalecimiento del compromiso de ellos ante el estudio, a fin de que muestren una mayor responsabilidad ante esta tarea y que se traduzca en buenos resultados docentes. Los estudios realizados en las universidades cubanas adscritas al Ministerio de Educación Superior sobre los resultados docentes alcanzados por los estudiantes (modalidad presencial) durante los últimos cursos académicos, han arrojado una tendencia a la disminución en las diferentes carreras. Se pudo conocer que son variadas las causas señaladas como generadoras de dicha situación, entre las que se encuentran: la insuficiente preparación de los estudiantes que ingresan a la educación superior, la falta de hábitos de estudios y el poco tiempo de dedicación al estudio (Vargas, A., 2011). Los estudiantes opinan que no están motivados por el estudio y citan diversas causas, entre las que se encuentra el bajo desarrollo de intereses profesionales debido fundamentalmente al deficiente trabajo de orientación profesional que recibieron en los niveles de educación precedentes. Consideran también que la actuación de un grupo de profesores no los ayuda a incentivar su vocación por la carrera que cursan, y no conciben el estudio como su actividad fundamental. Esta realidad afecta la formación integral de los estudiantes al no desarrollar en ellos el interés por lograr una buena formación profesional, que despierte la necesidad del estudio; aunque es conveniente aclarar que la falta de interés por la profesión no es el único motivo que lo provoca. Tomando en consideración la situación reseñada anteriormente, cabe hacer la pregunta siguiente: Promueve conscientemente el profesor en el proceso de enseñanza aprendizaje la formación y desarrollo de intereses profesionales de sus estudiantes, de modo que incentive la actividad de estudio? En el presente trabajo se destacan un conjunto de aspectos que deben ser objeto de atención por el profesor en su labor docente para favorecer la formación y desarrollo de intereses profesionales en sus estudiantes, de manera que promueva en ellos una transformación positiva ante el estudio. De este modo se contribuirá a elevar la calidad del proceso de aprendizaje y se obtendrá un incremento en los resultados docentes de los estudiantes. DESARROLLO El proceso de formación de los profesionales en las universidades cubanas se desarrolla con el propósito de garantizar en los futuros egresados una sólida formación científica, humanista, cultural y ética; y su ineludible compromiso de contribuir al desarrollo económico y social de su país sobre bases sostenibles. Para lograr tal aspiración se precisa que los estudiantes se sientan verdaderamente motivados por el estudio de la profesión 2

3 seleccionada y mantengan una favorable actitud que los lleve a obtener buenos resultados docentes. La práctica educativa en estos últimos años en nuestro país se ha visto influenciada por una labor metodológica que prioriza el proceso de aprendizaje sobre la enseñanza, considerando al estudiante como sujeto activo de su formación profesional. Sin embargo, una buena parte de los profesores no desarrollan con la amplitud necesaria la labor educativa con sus estudiantes en el proceso de aprendizaje, de manera que durante la carrera se sientan cada vez más motivado por su profesión y comprendan que el estudio es la actividad más importante para lograr una efectiva preparación. No orientan el proceso de enseñanza aprendizaje con intención hacia la formación de habilidades e intereses profesionales. Se pretende entonces destacar un conjunto de aspectos que ayudarán al profesor a mejorar su práctica docente para contribuir al desarrollo de intereses profesionales. Para ello se asumen como fundamentos teóricos resultados de investigaciones realizadas sobre motivación profesional y sus posibilidades para ejercer una influencia positiva en la dedicación al estudio de los universitarios (González, F., 1983, González, V., 1994 y Domínguez, L., 1987, entre otros); y los aportes que ofrece el enfoque histórico cultural de L. S. Vigotlky y colaboradores para el logro de una concepción renovadora del proceso de enseñanza aprendizaje. V. González en los estudios realizados parte de un enfoque teórico personalista que implica el reconocimiento del contenido de la motivación profesional y de su función reguladora en la actividad del sujeto. Expresa que este enfoque teórico implica conocer qué es lo que mueve al hombre a actuar y cómo se produce en el hombre la regulación de su conducta. (1994; p. 21). Explica la existencia de tres niveles de integración de la motivación profesional que se distinguen en el contenido por el predominio de motivos extrínsecos o intrínsecos a la actividad profesional, y en el orden funcional, por su existencia o no como tendencia orientadora de la personalidad. En el nivel inferior hay un predominio de motivos extrínsecos, personales o sociales, que en el orden funcional no constituyen tendencias orientadoras de la personalidad. Los niveles medio y superior se caracterizan por la existencia de una formación motivacional que se denomina interés profesional, en la que predominan en los estudiantes motivos intrínsecos orientados hacia el contenido de la profesión con diferentes niveles de satisfacción personal, que en el orden funcional constituyen tendencias orientadoras de la personalidad. En el nivel medio el interés profesional se manifiesta como intereses cognoscitivos hacia el estudio de la profesión y en el nivel superior como intenciones profesionales. Se pudo demostrar que estudiantes con intereses e intenciones profesionales se mantienen satisfechos en el proceso de formación profesional y obtienen buenos resultados docentes. De conformidad con lo anterior, las autoras consideran que la labor educativa del profesor en el proceso de enseñanza aprendizaje debe estar orientada al desarrollo de intereses profesionales en los estudiantes, de modo que se pueda lograr en ellos: la existencia de un vínculo afectivo con la profesión, la satisfacción en la realización de actividades de contenido profesional, la preparación de los estudiantes para el desarrollo de tareas docentes que requieran de un desarrollo previo, la existencia de objetivos profesionales claramente definidos y orientados al ejercicio de la profesión, la posición activa en la búsqueda de información profesional, la realización de esfuerzos volitivos para la solución de tareas o 3

4 problemas profesionales, así como un sentido personal de la profesión de contenido positivo, entre otros aspectos. Para lograr el desarrollo de intereses profesionales en los estudiantes, el proceso de enseñanza aprendizaje debe estar basado en una didáctica activa centrada en el estudiante como sujeto de su propia formación profesional. La enseñanza se ha de caracterizar por su carácter educativo, científico y desarrollador; partir de los objetivos de la formación del profesional, los cuales deben estar vinculados a las exigencias e intereses del desarrollo social. El estudiante en su proceso de aprendizaje debe ser consciente de lo que hace y por qué lo hace. Estas ideas tienen su sustento teórico en el enfoque histórico cultural, cuyos postulados y principios se aplican con éxito en el proceso de enseñanza aprendizaje. Se resumen a continuación las ideas de este enfoque que sirven de apoyo al trabajo. Uno de sus postulados centrales plantea que la educación es la que conduce al desarrollo humano en todos los planos y contextos de la vida, y que no puede estudiarse al margen del contexto histórico cultural en que está inmerso (Fariñas, G., 2006). De conformidad con lo anterior, nuestra máxima aspiración es formar integralmente al estudiante para un exitoso desarrollo profesional con un elevado compromiso social, en las condiciones económicas actuales de nuestro país. El principio de la unidad e interrelación entre la actividad y la comunicación constituye una de las vías esenciales de formación, desarrollo y expresión de la personalidad. La actividad está estrechamente ligada a todo proceso comunicativo en el que interactúan, intercambian e influyen mutuamente las personas. Bajo esta concepción, se reconoce el aprendizaje como una actividad social, en que el lenguaje es un elemento esencial en la actividad cognoscitiva del estudiante. El concepto de zona de desarrollo próximo destaca el papel rector que otras personas con su ayuda y colaboración pueden desempeñar en el aprendizaje de un sujeto. Se subraya también, que en el proceso de aprendizaje se tiene que potenciar la esfera cognoscitiva y afectiva del estudiante. (Canfux, V., 2005; Krafchenko, O. y Hernández, H., 2000). La figura del profesor y su influencia en la motivación por el estudio El profesor en los momentos actuales debe estar convencido de la importancia estratégica que tiene el cambio de rol en su actuación como educador de las nuevas generaciones, si realmente quiere contribuir a la formación integral de los profesionales que demanda el país. Es importante que sienta amor por su profesión de educador, que esté motivado por la labor que realiza, de manera que contribuya al desarrollo de la personalidad de los estudiantes en lo intelectual y en lo afectivo. El profesor debe considerarse como un agente cultural que enseña en un contexto sociohistórico determinado, y ha de tener claras sus intenciones educativas para poder dirigir acertadamente el proceso de enseñanza aprendizaje. Ha de ser un orientador, un guía que acompaña al estudiante en su formación profesional. La motivación por el estudio es un elemento consustancial a la labor educativa del profesor, que consiste en utilizar todas las vías posibles en el proceso de enseñanza aprendizaje que estimulen y orienten a los estudiantes a realizar todos los esfuerzos necesarios para lograr un aprendizaje productivo mediante la actividad de estudio. Por eso es importante que el profesor domine las técnicas de estudio para conducir a los estudiantes en su actividad independiente dentro y fuera del aula, a fin de que logren un estudio eficiente. 4

5 En relación con la actividad de estudio A. de la Herrán Gascón (1998), estudioso del tema, opina que todo lo relativo al arte de estudiar podría considerarse un eje transversal a los contenidos específicos de las carreras. Enfatiza que para ello se precisa de una adecuada coordinación horizontal y vertical entre profesores y alumnos de los diversos años, y oblicua entre profesores y departamentos, todo ello al margen de que exista una asignatura específica encargada de enseñar diferentes técnicas de estudio. Considera que los profesores del primer año llevan el peso principal en la enseñanza y aplicación de estas técnicas. Las autoras comparten estos criterios, pues el uso sistemático de las técnicas de estudio por todos los profesores en el proceso de formación de los profesionales ayudaría a elevar la calidad del aprendizaje de los estudiantes y a que paulatinamente vayan desarrollando su propio estilo de aprendizaje. En este trabajo se hace referencia específicamente a un grupo de aspectos relacionados con la motivación profesional que, a criterio de las autoras, los profesores deben tener presente en la preparación y ejecución de sus clases, de modo que sirvan como motor impulsor de la actividad de estudio. Aspectos que deben ser objeto de atención por el profesor para favorecer la formación y desarrollo de intereses profesionales en los estudiantes Principales aspectos que debe atender en la preparación de las clases El profesor en su labor metodológica de preparación de la asignatura debe considerar como núcleo fundamental el enfoque profesional del contenido, pues brinda amplias posibilidades para trabajar sistemáticamente tanto la esfera cognoscitiva, como la motivacional y afectiva del estudiante. Se recomienda por ello: Lograr que los objetivos que se formulen en la asignatura, los temas y las clases tengan un sentido personal para los estudiantes. Es importante relacionarlos, siempre que sea posible, con la actividad profesional y escuchar las vivencias que sobre ello tengan los estudiantes. Precisar la forma en que serán comentados ellos para que despierten su interés por el estudio y tomen conciencia de hacia dónde deben orientar su actuación para cumplirlos bajo la guía del profesor. Es posible que la propuesta que lleve el profesor al aula pueda modificarse de acuerdo con las expectativas que tengan los estudiantes sobre el contenido objeto de aprendizaje. Buscar siempre que sea posible, las formas y medios más adecuados para vincular los contenidos con aspectos propios del quehacer profesional y relacionarlos con el desarrollo científico de esa rama del saber. Considerar el enfoque multi e interdisciplinario en el análisis del objeto de estudio con el aporte de otras ramas del saber, para que el estudiante comprenda y aprecie con más certeza la importancia y utilidad teórica y práctica del contenido objeto de aprendizaje, de modo que adquiera un significado para él y se motive por el estudio. Delimitar espacios en la clase para la formulación y discusión de preguntas o situaciones problemáticas que ayuden a establecer un diálogo con los estudiantes y entre ellos sobre el contenido de estudio, para que expresen lo que han aprendido sobre el tema y su utilidad en el ejercicio de su futura profesión, las dudas que presenten, sus opiniones, 5

6 vivencias y sentimientos. Pueden ser contestadas en la misma clase o en clases posteriores, procurando para ello, en este último caso, la consulta de fuentes bibliográficas diversas. En estas actividades interactivas el profesor promueve el aprendizaje conjunto, gracias a los aportes y ayudas que surjan entre los estudiantes bajo su orientación hacia fines profesionales determinados. De esta manera, se contribuirá a despertar en los estudiantes el ansia de saber y el interés por el estudio de dicho contenido. Planificar en los momentos indicados, la solución de tareas o problemas integradores en que se modelen aspectos de la profesión y demanden la participación colectiva de los estudiantes, y que requieran la búsqueda de información actualizada en libros, tablas, manuales, etc.; el uso de técnicas de computación; la realización de valoraciones éticas, económicas, jurídicas y ambientales, entre otras; así como la utilización de formas de actuación propias del método investigativo. Propiciar la defensa oral de trabajos. De esta manera, el estudiante se identifica con su futura actuación profesional y toma conciencia de la necesidad de realizar esfuerzos volitivos para cumplir con la tarea asignada. Favorece además, los vínculos interpersonales que se manifiestan a través del diálogo y la socialización de los conocimientos entre los sujetos participantes. Proponer la realización de trabajos extraclases en que los estudiantes tengan la oportunidad de seleccionar sus contenidos de acuerdo con sus gustos e intereses profesionales, en correspondencia con sus capacidades intelectuales, siempre que cumplan los objetivos previstos. Se motivan así con la tarea y estudian con placer el tiempo necesario. Otorgar el mayor tiempo posible a las clases de aplicación de conocimientos. Privilegiar el uso de métodos que ayuden a modelar la actividad profesional, lo que aumenta el interés de los estudiantes en lograr una buena actuación y favorece el estudio. Emplear en las clases que así lo permitan diferentes técnicas de estudio. Seleccionar las tareas de autopreparación del estudiante que sirvan de enlace entre cada clase, de modo que se garantice su preparación para las diferentes actividades, como apoyo fundamental al cumplimiento de los objetivos. Deben graduarse de forma que, a partir de las más fáciles se vaya elevando el nivel de complejidad de las mismas; que resulten de interés para el estudiante y lo ayude en la comprensión, aplicación y sistematización de los contenidos estudiados. Precisar bien el momento de su orientación y control, así como la forma que van a ser controladas, dentro o fuera de la clase. Concebir la evaluación del aprendizaje como un componente consustancial al proceso de enseñanza aprendizaje de gran valor educativo, orientada hacia la utilización de variadas formas y tipos que facilite la valoración continua del desempeño del estudiante durante el proceso, en el plano cognitivo y afectivo, con el propósito de suscitar el esfuerzo continuado de los estudiantes por la actividad de estudio. Esto ayuda a la creación de hábitos de estudio y favorece su desarrollo intelectual. Otorgar mayor importancia a la evaluación del aprendizaje con características productivas, así como aquellas que modelan la actuación profesional. Planificar en los momentos precisos el análisis colectivo sobre los resultados docentes alcanzados por los estudiantes, que lo ayude a que establezcan compromisos individuales y colectivos para elevar la dedicación al estudio. 6

7 Principales aspectos que debe atender en la dinámica de la clase El profesor debe llevar conscientemente a la práctica lo planificado en la preparación de las clases, considerando que es un proyecto flexible, que se puede modificar a partir de las experiencias que va adquiriendo en su ejecución y de los criterios que expresen los estudiantes, así como de las condiciones imperantes. Se le recomienda que atienda los aspectos siguientes: Desarrollar el trabajo con sus estudiantes en un clima de cordialidad que favorezca la labor conjunta, persuadido de que la comunicación que establezca en el desarrollo de las tareas docentes debe tener un claro propósito formativo y estar basada en el respeto mutuo, que le permita centrar su labor educativa en el sujeto que aprende. En su labor de guía del proceso debe involucrar cada vez más al estudiante en su proceso de aprendizaje, para favorecer el tránsito hacia su independencia cognoscitiva y, al mismo tiempo, la formación de actitudes e intereses profesionales con la consecuente elevación del estudio individual. Desplegar su capacidad para la comunicación educativa, a fin de: enviar mensajes claros, escuchar con atención, generar vivencias afectivas propiciando la autoexpresión de los estudiantes en un clima de comprensión mutua y flexibilidad de pensamiento para adaptarse a diferentes condiciones que se presenten en el proceso de enseñanza aprendizaje. Estar siempre dispuesto para la ayuda y el trabajo conjunto y para el fortalecimiento de la autoestima de todos, lo cual puede actuar como fuente de motivación para el estudio individual. Influir en la creación de hábitos de estudio adecuados. Trabajar para que los estudiantes comprendan que el estudio es la actividad más importante que realizan, lo que implica formar en ellos el sentido del deber, de compromiso ante el cumplimiento de sus obligaciones como estudiantes universitarios para lograr una buena formación profesional, de modo que con el tiempo logren exhibir una actitud favorable y asuman el estudio como una labor agradable y, a la vez, imprescindible para su desarrollo personal. Practicar el reconocimiento privado o público del trabajo realizado por los estudiantes, lo más inmediato posible a la acción realizada. Devolución de los trabajos y pruebas en el tiempo establecido, señalando los errores cometidos y ofreciendo en el aula una explicación de los más significativos. Orientar acciones concretas de manera individual que ayuden a los estudiantes a eliminar los errores para cumplir los objetivos previstos. Estimular a los estudiantes para que logren buenos resultados docentes, que significa prepararlos con un mayor nivel científico profesional. Brindarle un tratamiento diferenciado a los estudiantes y promover su participación en los exámenes de mejora de notas y de premio. Apoyar su incorporación como alumnos ayudantes de los mejores estudiantes; asignándoles tareas docentes o metodológicas que exijan un estudio más profundo del contenido, a la vez que desarrollan algunas habilidades para el ejercicio de la docencia. Propiciar que los estudiantes participen en actividades científicas, con la presentación de trabajos vinculados con el contenido de la asignatura y cuya fuente puedan ser: trabajos referativos y de curso, monografías, así como otros vinculados a tareas de investigación en las que se encuentran incorporados. 7

8 Los dos últimos aspectos tratados contribuyen a desarrollar en el estudiante la responsabilidad ante sus obligaciones académicas, laborales e investigativas; el afán de superación permanente, la voluntad para alcanzar mejores resultados en su formación profesional, etcétera. El profesor puede utilizar los horarios de consulta no solo para conducir y controlar la autopreparación de los estudiantes, sino también para orientarlos sobre el uso de diferentes técnicas de estudio. Asesorarlos sobre cómo estudiar en el libro texto, cómo organizar mejor su tiempo de estudio, cómo presentar trabajos escritos, entre otros. Atender los aspectos antes mencionados por parte del profesor en la preparación de la asignatura y en la dinámica de las clases significa mayor carga de trabajo para los estudiantes y alta responsabilidad ante el cumplimiento de sus obligaciones docentes. Por eso, en la dinámica del proceso de enseñanza aprendizaje debe lograr un ambiente de trabajo que motive a los estudiantes hacia el estudio de la profesión, así como la valoración continua del desempeño de cada uno para orientar oportunamente su labor educativa hacia el cumplimiento de los objetivos y a reconocerles sus avances. El profesor para desarrollar esta labor con la calidad requerida debe, entre otros aspectos: Dominar los contenidos de la rama del saber que imparte y los principales avances científicos tecnológicos alcanzados en dicho campo, y mantenerse actualizado al respecto. Poseer experiencia sobre la labor profesional en que ejerce su actividad como educador, y establecer vínculos de trabajo con profesionales de la producción o los servicios. Mantener una permanente superación en su profesión de educador a partir de sus propias necesidades, que le permita una actuación profesional ética y responsable, en correspondencia con las exigencias actuales en la formación de los profesionales. Considerar como parte de su competencia profesional el dominio de las técnicas de estudio, para poder brindar una ayuda efectiva a los estudiantes. Persuadir a los otros docentes sobre el impacto positivo que tendría en la formación de los estudiantes si durante la carrera se incorporaran al contenido de las asignaturas acciones que favorecieran el desarrollo de intereses profesionales y así influir positivamente en la dedicación al estudio. CONCLUSIONES La experiencia derivada de la práctica docente en los últimos años demuestra que existen estudiantes en las aulas universitarias que no se sienten motivados por la carrera matriculada y por tanto, no le dedican el tiempo necesario al estudio. Por ello existe la necesidad imperante de que el profesor le preste especial atención a este aspecto como parte de su labor educativa con los estudiantes en el proceso de enseñaza aprendizaje, para contribuir a revertir esta situación. Una manera de alcanzar lo anterior es que en el tratamiento didáctico de la asignatura se considere como aspecto central el enfoque profesional del contenido y sitúe al estudiante como sujeto en el proceso de enseñaza aprendizaje, lo que brinda amplia posibilidades para formar y desarrollar en los estudiantes el interés por la profesión y favorece la actividad de estudio. 8

9 En el trabajo se recomiendan un grupo de aspectos a considerar por el profesor en la preparación de la asignatura y en la ejecución del proceso de enseñaza aprendizaje que, si se implementan adecuadamente y se sistematiza su empleo, ayudarán a que el estudiante se sienta satisfecho con el estudio de su futura profesión y mantenga una actitud favorable ante el estudio, lo que contribuirá a mejorar la calidad de su proceso de formación y como consecuencia sus resultados docentes. BIBLIOGRAFÍA: Canfux Sanler, V., Rodríguez Pérez, Ma. E. (2005): Concepción teórica para la formación psicopedagógica del profesor. Revista Cubana de Educación Superior, No.2 (p ). De la Herrán, A. (1998): Cómo estudiar en la Universidad. Editorial Universitas S. A., Madrid. Domínguez García L. y M. Zabala (1987): La motivación hacia la profesión en la edad escolar y superior. En: Colectivo de Autores. Investigaciones sobre la personalidad en Cuba. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. Fariñas León, G. (2006): L. S. Vigotski en la educación superior contemporánea: perspectivas de aplicación. Cursos Universidad Curso 2. ISBN Palacio de las Convenciones. La Habana, Cuba. González Maura, V. (1994): Motivación profesional y Personalidad. Sucre, Bolivia. González, O. (1992): El Enfoque Histórico Cultural como fundamento de una concepción pedagógica. Empresa Nacional de Producción del Ministerio de Educación Superior, ISPJAE. González Rey, F. (1983): Motivación profesional en adolescentes y jóvenes. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. González, R.M. y V. González (2007): Diagnóstico de necesidades y estrategias de formación docente en las universidades. Revista Cubana de Educación Superior XXVII (1). La Habana, Cuba. Kraftchenko,O. y H. Hernández. (2000): Constructivismo en tres dimensiones. Vigostski: Constructivista? Revista Cubana de Educación Superior No 3. Sagué, A. (2007): La Comunicación Educativa. Comunicación interna, ISMININT. Tünnermann Bernheim, C.: El rol del docente en la educación superior del siglo XXI. Documento en pdf doc. Vargas Jiménez, A. y colaboradores (2011): Informe final de Investigación Principales problemas que influyen en el tiempo de dedicación al estudio de los estudiantes del curso diurno en los CES adscritos al MES. Comunicación interna. 9