Rutinas y entornos que fomentan el desarrollo social y emocional de bebés y niños pequeños*

Transcripción

1 Rutinas y entornos que fomentan el desarrollo social y emocional de bebés y niños pequeños* Hola. Mi nombre es Eva. En este curso nos enfocaremos en las rutinas, las estrategias y los entornos receptivos que fomentan el desarrollo social y emocional de los bebés y los niños pequeños. Este curso fue diseñado para ayudarlo a aprender sobre los bebés, los niños pequeños y las familias. El proceso a través del cual los bebés y los niños pequeños desarrollan sus habilidades sociales y emocionales está repleto de desafíos. Se trata de desafíos que ocurren en el desarrollo normal, que indican necesidades insatisfechas y que son particularmente difíciles para los niños mismos, así como para sus familias y los proveedores. El desarrollo social y emocional comienza al nacer y continúa a lo largo de la vida. Antes de abocarnos al contenido del curso, nos tomaremos unos minutos para revisar sus objetivos. Al completar el curso, podrán: Analizar la importancia de comprometerse a fomentar el desarrollo social y emocional de los bebés y los niños pequeños. Describir la importancia de las rutinas de cuidado infantil e identificar las estrategias necesarias para utilizarlas a fin de apoyar el desarrollo social y emocional. Identificar las maneras clave en las que el entorno físico puede fomentar el desarrollo social y emocional de los bebés y los niños pequeños. Examinar los entornos en los cuales se trabaja y comenzar a planificar formas de mejorarlos a fin de satisfacer las necesidades de los bebés y los niños pequeños bajo su cuidado. Definir el alfabetismo emocional y describir los tipos de interacciones entre los adultos y los bebés y los niños pequeños que lo fomentan. Identificar las estrategias para ayudar a desarrollar habilidades sociales en los bebés y los niños pequeños. Definición de desarrollo social y emocional El término desarrollo social y emocional hace referencia a la capacidad evolutiva de un niño, desde su nacimiento hasta los cinco años de edad, para entablar relaciones seguras y estrechas con adultos y compañeros; experimentar, controlar y expresar emociones de maneras social y culturalmente adecuadas; y explorar el entorno y aprender, todo esto dentro del contexto de una familia, una comunidad y una cultura. Los proveedores de cuidado fomentan un desarrollo saludable al trabajar para promover el bienestar social y emocional de todos los niños de corta edad. Ellos hacen todo lo posible para evitar que aparezcan o aumenten los problemas sociales y emocionales en los niños en riesgo. Para esto, identifican los problemas que van apareciendo y trabajan para resolverlos. Cuando es necesario, refieren a los niños y a sus familias a los servicios correspondientes. 1

2 A fin de comprender y responder eficazmente a las conductas que los proveedores de cuidado identifican como desafiantes, necesitamos comprender cómo evoluciona el desarrollo social y emocional durante los tres primeros años de vida. También necesitamos dedicar tiempo a examinar nuestras propias emociones cuando notamos que una determinada conducta persiste a pesar de nuestros mayores esfuerzos. Este módulo se centrará en tratar de aprovechar al máximo nuestras rutinas con los bebés y los niños pequeños. Para esto, crearemos entornos físicos receptivos y desarrollaremos una serie de estrategias para fomentar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en los niños muy pequeños. Algunas de estas habilidades se seguirán desarrollando durante los años de edad preescolar y escolar. El objetivo es mostrar más compromiso y ser más receptivos en el cuidado de niños, para así poder promover el desarrollo social y emocional, anticipar y prevenir problemas de comportamiento con mayor facilidad, y brindar apoyo individualizado a los niños que lo necesitan. Los proveedores de cuidado que están comprometidos con brindar un cuidado receptivo tienen una influencia importante en el desarrollo de relaciones tempranas positivas, las cuales son de gran importancia para un desarrollo social y emocional saludable. Un cuidado receptivo implica seguir la iniciativa del niño. Existen varios aspectos necesarios para brindar un cuidado receptivo y el primero sobre el que reflexionaremos es la observación. [Observación] Se han dedicado libros enteros al tema de la observación. Para los fines de esta capacitación, nos concentraremos en dos de sus partes: El primer paso involucra observar y registrar lo que se ve y se escucha, sin hacer conjeturas sobre su significado. En esta primera etapa, es importante estar capacitado para no dar significados a lo observado. El segundo paso consiste en usar esta información, junto con los conocimientos que se tienen sobre cada niño y su familia, para hacer conjeturas (que después se evaluarán) sobre en qué nivel se encuentra el niño con respecto al desarrollo social y emocional. Cuando los proveedores de cuidado observan, deben centrarse en el comportamiento, las interacciones y las actividades de los bebés y los niños pequeños en distintos momentos del día y con diferentes adultos y compañeros. Cada proveedor de cuidado debe hacer estas observaciones para todos los niños en un entorno. Una observación realmente cuidadosa supone un proceso continuo de observación consciente, escucha, cuestionamiento y una nueva observación. Los datos de la observación son invaluables al momento de planificar y respaldar las necesidades y los intereses de todos los niños, ya sea que se encuentren en una experiencia de socialización, un programa de cuidado en un centro o en el hogar, o en cualquier otro entorno. La observación es de gran importancia para decidir cómo proceder con niños cuyo desarrollo o comportamiento despierta preocupaciones. Cuando se examina con cuidado, la información obtenida a través de varias observaciones puede ayudar a los proveedores de cuidado a reflexionar si las acciones de un bebé o niño pequeño pueden significar altibajos normales en su desarrollo y 2

3 crecimiento. Por ejemplo, un niño de 2 años se puede apegar más a los padres cuando llega su hermano recién nacido del hospital. O quizás esta información indique a los proveedores de cuidado que hay otras necesidades a las cuales se debe prestar atención. Por ejemplo, episodios repetidos de mordiscos que se han vuelto más frecuentes y durante los cuales el niño de 2 años y medio que muerde se torna cada vez más inquieto. También es importante observar a los bebés y los niños pequeños cuando interactúan con los padres u otros miembros de la familia en diferentes momentos del día. Los proveedores de cuidado pueden analizar estas observaciones junto con los padres y solicitar sus comentarios y conocimientos sobre el desarrollo del niño. Esto resulta muy importante si los proveedores de cuidado están preocupados por algún aspecto del desarrollo o del comportamiento. Durante el siguiente video, usen el cuadernillo titulado Herramienta de observación de videos de bebés y niños pequeños para practicar sus habilidades de observación. Mientras se reproduce el video, anoten sólo lo que ven hacer al bebé y lo que escuchan de él. Cuando termine, usen el resto del cuadernillo para reflexionar sobre sus observaciones. En este video hay varias relaciones a las que se debe prestar atención, tal como sucede en la mayoría de las situaciones en las que se observan niños. Observar con regularidad a los bebés y los niños pequeños que participan en programas de cuidado es una actividad de suma importancia, ya sea que se trate de un proveedor de cuidado individual o parte de un equipo. No es fácil mantenerse enfocado sólo en lo que en realidad se ve y se escucha en una situación, ya que existe una tendencia a asignarle significado automáticamente a lo que se observa. Es importante llevar un registro de las observaciones, para poder volver sobre sus notas y reflexionar sobre ellas. Tómense el tiempo de observar al niño en entornos y con personas diferentes en distintos momentos del día para poder hacerse una idea lo más clara posible sobre el contexto del desarrollo del niño y su comportamiento. Anoten estas observaciones y la fecha para llevar un registro constante. Hablen con los padres del niño y con para incorporar sus observaciones y pensamientos acerca del progreso del niño. Rutinas y horarios receptivos Nuestras observaciones sobre el comportamiento de los bebés y los niños pequeños nos permiten entender mejor cómo avanzan y qué tipos de experiencias respaldarán su desarrollo. Las observaciones son muy útiles, en especial cuando nos concentramos en aprovechar al máximo las oportunidades para construir relaciones enriquecedoras y receptivas. Las observaciones frecuentes permiten que un proveedor de cuidado receptivo reúna la información necesaria que le permitirá adaptar su propio comportamiento para seguir la iniciativa del niño. Un bebé de tres meses puede indicar a través de llantos que necesita una siesta, aunque el proveedor de cuidado tenga la siesta planeada para más tarde. Un proveedor de cuidado que está atento a los niños de 2 años que tiene bajo su cuidado podrá darse cuenta cuando uno de ellos necesita pasar tiempo alejado de los demás niños. El proveedor de cuidado receptivo busca entender lo que el bebé o el niño pequeño quieren comunicar y trata de responder de una manera que demuestre que lo comprende. 3

4 Esta forma de interactuar con ellos demuestra que se respetan sus necesidades especiales y que se intenta moldear el respeto que nos gustaría que cada niño mostrara por las necesidades de los demás. Los proveedores de cuidado receptivos utilizan cada oportunidad para ponerse en sintonía con el bebé o el niño pequeño. Estar en sintonía es otra forma de referirse al cuidado receptivo que está basado en seguir las señales de los bebés. Un ejemplo de ponerse en sintonía es igualar el humor del niño con el ritmo de la actividad. Un proveedor de cuidado debe moverse de manera suave y hablar en voz baja cuando un bebé recién se levanta de dormir para cargarlo y llevarlo a la mesa para cambiarle los pañales. Si el niño ya está despierto y saltando sobre la cama, se puede mover con más rapidez y usar un tono de voz más alto y más animado. A lo largo del día, cuando pensemos en las necesidades y el comportamiento de los bebés y los niños pequeños, es importante considerar también el rol que cumplen las rutinas y los horarios para respaldar el desarrollo social y emocional. Las rutinas y los horarios receptivos son aquéllos que se diseñan prestando atención a las necesidades de desarrollo de todos los niños en el entorno y que se adaptan a las necesidades de cada niño en particular. Si nos refiriéramos a las rutinas y horarios para un niño que participa en un programa en el hogar, deberíamos usar los mismos principios y apoyos con los padres para diseñar una rutina basada en las necesidades del hogar y las del niño. Las rutinas benefician el desarrollo social y emocional por varias razones: son una parte importante de cada día de la vida de los niños, satisfacen sus necesidades básicas, brindan oportunidades de aprendizaje y desarrollo, ayudan a desarrollar un sentido de seguridad y control, brindan previsibilidad y fomentan la competencia y la confianza. Para los bebés y los niños pequeños, las rutinas que surgen en el proceso de cuidado son la base del programa. La palabra cuidado hace referencia a las actividades que realizamos, tales como alimentar a los niños, cambiarles los pañales, hacerlos dormir, despertarlos, las formas en que los saludamos a ellos y a sus familias a la mañana y a la tarde, y las cosas que hacemos en las transiciones desde y hacia una actividad. Con la palabra rutinas nos referimos a las cosas habituales y repetitivas que hacemos y la manera en que las hacemos todos los días. Cuando hablamos de horarios nos referimos a los momentos en que hacemos algo. Por lo general, cuando se trata con bebés y niños pequeños, el horario no es un problema, sino la secuencia o el orden de las rutinas del proceso de cuidado. Es más importante para los niños muy pequeños que hagamos las actividades principales del proceso de cuidado en un orden habitual que ceñirnos a un horario. A través de las rutinas diarias, los bebés y los niños pequeños aprenden sobre las personas y el funcionamiento del mundo. El programa incluye lo que la gente dice y hace, y cómo lo dice y hace. 4

5 Si bien para los bebés muy pequeños la individualización es importante, los bebés más grandes y los niños pequeños se benefician de rutinas y horarios flexibles. Las rutinas y los horarios crean una sentido de previsibilidad y ayudan a que los bebés más grandes y los niños pequeños se organicen en función de lo que sigue después. Las rutinas previsibles, brindadas de la misma manera por las mismas personas, dan a los niños un sentimiento de control y seguridad, que les permite relajarse, explorar y aprender del entorno. La habilidad de un niño para predecir lo que sucederá a continuación y cómo lo tratarán le brinda una mayor seguridad. Se sentirá con más libertad de usar sus energías para explorar el entorno y aprender, lo que a su vez le brindará una sensación de aptitud y un sentimiento de confianza sobre su capacidad para ser exitoso en el mundo. Por otro lado, un niño que está en un ambiente donde los adultos hacen cosas de repente, no dan ninguna advertencia de lo que sucederá a continuación o no tratan de igualar su proceso de cuidado para ver lo que el niño está experimentando, tiene más dificultad para estar preparado para lo que sigue luego. Los proveedores de cuidado utilizan rutinas y horarios receptivos para mejorar la calidad de su relación con los bebés. Esto significa que el proveedor de cuidado comprensivo utiliza su presencia (la voz, el contacto visual, la proximidad o el acercamiento físico, el tacto) para dar seguridad y garantizarle al bebé que el mundo es un lugar seguro e interesante. Ejemplos de rutinas receptivas Algunos ejemplos de rutinas típicas en el cuidado de bebés y niños pequeños incluyen la alimentación, el cambio de pañales, sueño o descanso, y saludos o despedidas. A continuación les daré algunas ideas a fin de usar las rutinas para fomentar el desarrollo social y emocional durante los momentos de llegada y partida: Den tiempo para decir hola y adiós. Decir hola y adiós puede ser difícil para algunos niños y adultos. Nuestro apoyo como maestros y proveedores de cuidado puede ayudar a simplificar estas transiciones. Reserven un área del salón o en la parte de afuera para que sea el lugar especial de despedida. Éste será el lugar especialmente designado para que los proveedores de cuidado y los niños se puedan despedir. Muchos programas de cuidado en centros o en el hogar decoran su lugar especial de despedida para que sea más fácil despedirse y comenzar el día. Coloquen objetos familiares o favoritos en el salón para que los niños puedan ver a sus familias todo el día, en especial cuando se sienten un poco asustados o solos. Los proveedores de cuidado pueden mostrarle al niño las fotografías de su familia, decirle cuánto lo quieren y recordarle que su papá vendrá a buscarlo luego de la merienda. 5

6 Reconozcan los sentimientos de los niños y los adultos. Hablen con los niños sobre sus sentimientos y sobre lo que pueden hacer para sentirse mejor. Hablen con las familias para que hagan un ritual divertido para despedirse que puedan repetir a diario con el niño. Por ejemplo, la mamá puede ayudar a su hijo a colgar el bolso y después darle besos de mariposa de despedida mientras le dice: Acá está mi beso especial de mariposa para que te acompañe todo el día. Al rato volveré a buscarte, así que ve y juega. Los rituales indican al niño que es momento de despedirse y los tranquiliza al saber que mamá volverá más tarde. Creen un juego de despedida divertido para jugar con los niños cuando los dejan en el centro de cuidado por la mañana. Puede ser una canción divertida o un abrazo grande. Es una buena manera de involucrar a los niños a ayudarse mutuamente a despedirse y a que practiquen habilidades sociales. Hagan libros sobre la despedida. El título del libro para cuando la mamá los lleva a la escuela podría ser Mamá regresa. El libro repasa los horarios y las rutinas del día, y muestra que al final del día la mamá recoge al niño del programa de cuidado en el centro o en el hogar. Los padres también pueden ayudar y traer fotografías de sus rutinas matutinas para agregarlas al libro. En este videoclip verán un saludo receptivo entre un niño y sus padres. Presten atención particularmente a las acciones de la proveedora de cuidado. Fíjense que la proveedora de cuidado deja de hacer sus tareas para saludar al niño y lo llama por su nombre. Reúne información acerca de cómo estuvo la mañana hasta el momento. Muestra interés en lo que le sucedió al niño desde la última vez que lo vio y les hace otras preguntas a los padres para clarificar. Ayuda al niño a despedirse cuando los padres se van. Con esto, demuestra a los padres que tiene un interés genuino en su hijo. Entornos receptivos Los proveedores de cuidado deciden lo que los bebés ven, tocan y escuchan; toman decisiones acerca de cuánto aire libre y sol toman, y cuánto ejercicio hacen. Los reproveedores de cuidado a bebés y niños pequeños crean el espacio físico, escogen los juguetes y otros materiales, y crean las interacciones que conforman su experiencia de aprendizaje. Un entorno físico para bebés y niños pequeños bien diseñado puede tener un gran impacto no sólo en el desarrollo social y emocional, sino también en el desarrollo lingüístico, cognitivo y motriz. Un entorno para bebés y niños pequeños bien diseñado debe cumplir con los siguientes criterios: 6

7 Satisfacer las necesidades sociales y emocionales de los bebés y los niños pequeños al igual que su desarrollo lingüístico, cognitivo y motriz. Puede incluir muebles de tamaño infantil, espacios suaves para sentarse o gatear, espejos para que los niños se puedan mirar solos y en compañía de otros, cosas pegadas en la pared a la altura de los niños, juegos para trepar, lugares para que uno o dos niños se puedan separar del grupo, una manta en el suelo para los bebés, etc. Promover un cuidado receptivo por parte de los adultos. Es posible lograrlo poniendo mecedoras para tener tiempo a solas con los niños o un sillón de tamaño regular para que los adultos les puedan leer un libro. Favorecer las relaciones entre compañeros. Para esto, creen espacios para que dos o más niños puedan entrar gateando. También pueden colocar muebles de tamaño infantil, juguetes para que los niños jueguen juntos o sombreros para disfrazarse, o hacer otras actividades interactivas. Ser evolutivamente adecuado, en otras palabras, ser adecuado para la edad y también adecuado individual y culturalmente. Esto quiere decir que debe tener lugares para que los bebés estén en una manta, lugares para que los niños pequeños gateen, caminen o trepen; espacios blandos y muchos otros elementos. Tengamos en mente estos criterios mientras observamos algunas fotografías de entornos para bebés y niños pequeños. Estas imágenes muestran entornos bien diseñados que fomentan el desarrollo social, emocional, lingüístico, cognitivo y motriz, y utilizan los criterios que acabamos de mencionar. Traten de identificar los distintos componentes que hacen que cada entorno sea adecuado para satisfacer las necesidades de desarrollo de los bebés y los niños pequeños. Definición de alfabetismo emocional Hemos hablado acerca de la importancia de crear rutinas y entornos en los cuales los niños puedan sentirse seguros y tranquilos. Ahora analizaremos estrategias e ideas para brindar oportunidades adicionales que fomenten el desarrollo de habilidades sociales y emocionales específicas. El alfabetismo emocional hace referencia a la comunicación emocional o a la comunicación de emociones. Es la capacidad de identificar, entender y expresar las emociones de manera saludable. Es también la capacidad de reconocer, identificar y entender los sentimientos propios y ajenos. El alfabetismo emocional en los niños muy pequeños se desarrolla como resultado de mantener relaciones cariñosas, respetuosas y de apoyo con los adultos. Si bien no involucra sólo el lenguaje, éste juega un rol fundamental por ser una parte tan importante de la sociedad. El lenguaje sirve como una herramienta para comunicar, y mucho de lo que se comunica con el lenguaje está relacionado con nuestros sentimientos sobre nosotros mismos y nuestras relaciones con los demás. Usamos el lenguaje para darle un significado común a algo, por ejemplo, un sentimiento. Así sería el ejemplo de una madre que le enseña a su hija de un año el significado de una experiencia emocional: Una madre llega al final del día a recoger a su hija en su tercer día bajo el cuidado de un proveedor. La madre hace contacto visual con la beba y la 7

8 saluda con una sonrisa. Cuando ve que la cara de su hija se ilumina, le dice: Oh Mía, estás feliz de ver a mami!. Luego, cuando la niña comienza a sollozar, la mamá le dice mientras la carga: Esperaste tanto tiempo y tenías miedo de que mami no viniera. Esta madre interpretó los indicios dados por la beba, le puso nombre al sentimiento y reconoció haber entendido lo que sentía. Este tipo de intercambio, en el contexto de la relación madre-hija es la estrategia principal que usamos para desarrollar el alfabetismo emocional durante los primeros meses de vida. Hablar sobre las experiencias compartidas, reconocer y nombrar los sentimientos, y dejar que los bebés y los niños pequeños sepan que vemos, escuchamos, entendemos y aceptamos sus sentimientos varias veces al día son estrategias importantes que todos los proveedores de cuidado pueden usar para desarrollar el alfabetismo emocional en los bebés y los niños pequeños. El nivel de desarrollo del bebé o niño pequeño determinará lo que el proveedor de cuidado debe decir y qué respuesta puede esperar del niño. A fin de reconocer y nombrar un sentimiento, se pueden usar palabras más avanzadas que el nivel lingüístico del niño, pero las respuestas que se esperan del niño deben estar al nivel de su capacidad de desarrollo. A medida que los niños van madurando y la comprensión del significado del lenguaje se expande, el proveedor de cuidado amplía la conversación sobre los sentimientos para incluir nuevos conceptos y palabras. El tono de voz gentil y positivo del proveedor de cuidado es una parte importante del mensaje de comprensión y aceptación de los sentimientos para todos los niños de corta edad. Estrategias para desarrollar el alfabetismo emocional Existen varias estrategias para desarrollar el alfabetismo emocional de los bebés y los niños pequeños. Una de ellas es usar la relación entre el niño y el adulto para aumentar la percepción del niño sobre sus sentimientos o emociones. Los siguientes ejemplos demuestran cómo se puede aplicar esta estrategia a la vida real. A la hora de comer, si un bebé de diez meses se queja y escupe una comida con una nueva textura, el proveedor de cuidado puede reconocer e identificar verbalmente los sentimientos del niño diciendo: Benji, no te gustan estos frijoles, cierto? Estos frijoles te hacen enojar. Ahora te gustaría comer puré de manzana que es tan rico. Todo va a estar bien. Después comeremos puré de manzana y te sentirás mejor. Cuando el proveedor de cuidado está meciendo a un niño que está cansado y no se puede relajar para dormir, una manera de ayudarlo a que regule sus sentimientos es decirle: Sé que no quieres dormirte ahora, así que te cargaré y meceré hasta que te relajes. Cuando el proveedor de cuidado le quiere hacer saber a un niño que el otro niño que lo mordió sigue siendo su amigo, puede mencionar que los sentimientos pueden cambiar y decirle: Benji te mordió, Tyrone? Tú querías tocar su monito y él te mordió el brazo. Qué dolor! Eres amigo de Benji, pero te mordió y estás enojado. Al preguntarle al niño si le gustaría poder jugar más tiempo con las burbujas, el proveedor de cuidado puede hacerle preguntas sobre sus deseos y sentimientos para evaluar si el niño puede responder. Puede decirle: Juan, sé que es difícil dejar de jugar 8

9 con las burbujas ahora. Me doy cuenta. Te gustaría poder llevártelas contigo? Te gustaría ponerlas en el bolsillo? Se revientan, no es cierto?. Otra estrategia para ayudar a que los bebés y los niños pequeños desarrollen el alfabetismo emocional es encontrar oportunidades en el entorno de grupo para hablar sobre los sentimientos. Una manera de hacerlo es aprovechar los momentos propicios para la enseñanza. Por ejemplo, un proveedor de cuidado puede sacar provecho cuando los niños se dan cuenta de cosas que los otros niños tienen y que les resultan atractivas, como el color o la textura del cabello, las prendas de vestir, los audífonos, una silla de ruedas, etc. En esta situación, el maestro puede decir: Veo que te gustan los anteojos de Misha. Quizás te gustaría tener unos. Te gusta jugar con Misha y te gustaría que te dejara jugar con sus anteojos. Tal vez podríamos hacerte unos con estos círculos. Otra manera de encontrar la oportunidad para hablar sobre los sentimientos es permanecer cerca y apoyar a los niños en encuentros difíciles con otros niños. Este video muestra una situación habitual en el entorno de cuidado infantil y un ejemplo de un proveedor de cuidado que permanece cerca y brinda apoyo. Cuando hablamos de los sentimientos en un entorno de grupo, es importante mostrar sentimientos positivos por ambos niños involucrados en el conflicto. Pueden hacerlo abrazando a los dos niños que se quieren sentar en su regazo cuando les lee un cuento. También es importante hacerles saber a los niños, a través de un enfoque relajado, que el conflicto es previsible y se puede solucionar con ayuda. Un ejemplo puede ser una situación en la cual tres niños están peleando por los bloques. Para empezar, puede decirle a los tres niños que es difícil compartir. Luego puede agregar: Niños, hay suficientes bloques para que todos compartan. Podemos resolver esta situación. Vamos a encontrar un lugar para que todos puedan jugar con los bloques y los camiones. A veces nos cuesta compartir y nos enojamos. Uno para ti, uno para ti y otro para ti. Busquen un lugar para sentarse. Todos podemos jugar con los bloques!. Otra manera de hablar acerca de los sentimientos en un entorno de grupo es ayudar a que los niños aprendan a expresar con palabras lo que piensan que sienten los demás y a expresar empatía por esos sentimientos. Si un niño en el salón está llorando y otro muestra interés, podrían enseñarle cómo consolarlo. En un entorno de grupo, fomentar la negociación entre los niños para que sientan que se los escucha y que se toman en cuenta sus sentimientos. Otra oportunidad para hablar sobre los sentimientos en un entorno de grupo es al momento de aclarar las reglas. Si un niño rompe un libro en el salón, su proveedor de cuidado puede decir: Cate, sé que te gusta el cuento de Olivia. Recuerdas que no rompemos los libros? Recuerda que cuidamos los libros para poder leerlos de nuevo. 9

10 Pongamos ese libro de vuelta sobre la mesa y busquemos otro para que lo pongas en el carrito. El desarrollo del alfabetismo emocional también se puede incrementar cuando el proveedor de cuidado usa herramientas para enriquecer el vocabulario. Escoja libros, canciones y juegos de manos que tengan un amplio vocabulario sobre los sentimientos. Use títeres o cuentos de tela para mostrar experiencias sociales comunes en el entorno de cuidado infantil que refuercen el vocabulario sobre los sentimientos, e historias sobre la resolución de problemas. Lea cuentos sobre personajes con quienes los niños se puedan identificar y que expresen varios sentimientos. Alienten a los niños pequeños a hacer dibujos sobre sus sentimientos difíciles o atemorizantes. Moldear las relaciones positivas ayuda a desarrollar el alfabetismo emocional de los bebés y los niños pequeños. La atmósfera emocional entre los proveedores de cuidado envía un potente mensaje a los niños pequeños. Estamos indicando cómo tratamos a los demás cuando hablamos con un tono amigable, decimos hola a todos y saludamos a los padres con entusiasmo. También es un indicador de cómo tratamos a las personas si sólo decimos cosas positivas y constructivas a los niños, les hacemos saber lo que nos gusta en vez de lo que no nos gusta, nos reímos con ellos y les hacemos saber que nos gusta su personalidad. En casa, lean el cuadernillo llamado Ejemplo de socialización: qué me hace reír?.este material es de un proyecto denominado Padres que se relacionan con bebés, el cual se centra en fomentar el desarrollo a través de las interacciones entre proveedores de cuidado y niños. Esta información puede ser de utilidad para programas que ofrecen juegos grupales entre padres e hijos, visitas al hogar y reuniones de padres, y también para los adultos que se encuentran en entornos de cuidado infantil. Existen muchas maneras de comprometerse con el desarrollo del alfabetismo emocional de los bebés y los niños pequeños. Leer con ellos es una de las herramientas más eficaces para aumentar su percepción sobre sus propios sentimientos y los de los demás. Nuestro objetivo con los bebés y los niños pequeños es utilizar un lenguaje que conecte el lenguaje emocional con uno mismo, con las personas y con lo que sucede. Un bebé o niño pequeño con un alfabetismo emocional desarrollado adecuadamente se encuentra en una mejor posición para aumentar su percepción sobre los demás, desarrollar habilidades para hacer amistades y moverse hacia un nivel más alto de juego social. Los niños más grandes tienen más vocabulario y mayores oportunidades de estar con otros niños. Ellos necesitan desarrollar habilidades de alfabetismo emocional para controlar o regular sus sentimientos y para ser exitosos a la hora de resolver los problemas sociales que surgen naturalmente cuando interactúan con otros niños. 10

11 Estrategias para desarrollar habilidades sociales Ahora hablaremos acerca de las estrategias para fomentar el desarrollo de las habilidades sociales en los bebés y los niños pequeños. Las relaciones entre compañeros son complejas. Cuando pensamos sobre las habilidades sociales y el desarrollo de las habilidades para entablar amistades, por lo general pensamos en niños más grandes; sin embargo, la manera en que los adultos interactuamos con los niños desde sus primeros meses de vida fomenta el desarrollo. La manera en que interactuamos con ellos a diario les brinda un modelo sobre la forma de aprender a interactuar. Los niños aprenden a comportarse e interactuar con otros de acuerdo con los ejemplos que les brindamos sobre la interacción con los demás. Existe un progreso natural en el desarrollo de las habilidades para jugar: los niños muy pequeños responden sólo a proveedores de cuidado conocidos, mientras que los más grandes comienzan a probar juegos ficticios y sociales. El modo de juego principal de los niños menores de tres años es jugar solos con objetos. Sus habilidades lingüísticas y sus deseos de interactuar con los demás están en crecimiento; sin embargo, otras habilidades todavía son limitadas, como la capacidad de negociar o de entablar interacciones largas sin el apoyo de los proveedores de cuidado. Las habilidades para hacer amistades comienzan con las interacciones positivas con los adultos. Luego los niños empiezan a demostrar su percepción sobre otros niños: sonríen y hacen sonidos suaves, observan a otros niños jugar, establecen contacto con ellos y los imitan. Después tratan de jugar con otros niños por momentos breves. El próximo paso incluye querer lo que otros tienen. Finalmente, los niños serán capaces de practicar el turnarse y compartir. En la sección de esta capacitación sobre rutinas y entornos ya hemos hablado sobre algunas de las maneras en que podemos fomentar el desarrollo del juego cooperativo más avanzado o de las habilidades para hacer amistades. Ahora desarrollaremos esas ideas. Primero, observe el entorno físico para asegurarse de que haya espacio suficiente para que los bebés, los niños pequeños y los adultos realicen actividades sociales. Puede ser espacio en el piso, en las mecedoras o en el tobogán. Busque en el entorno físico lugares para que dos o más niños puedan realizar actividades en grupo y donde los adultos puedan sentarse cerca para supervisarlos. Busque en el horario múltiples oportunidades diarias para desarrollar las habilidades de juego. Se pueden practicar estas habilidades durante los momentos de lectura, a la hora de la merienda o en los momentos para jugar libremente. Busque objetos que fomenten la interacción entre dos niños, por ejemplo, carritos de supermercado, cochecitos de bebés, bloques, camiones, utensilios de cocina y libros. Asegúrese de que haya objetos suficientes para que dos o más niños los usen al mismo tiempo. Cuando escoja los materiales, asegúrese de tener muchos juguetes apilables, carros, muñecos, rompecabezas y otros materiales para manipular. Además de las estrategias que ya hemos visto, hay otras que podemos utilizar para fomentar el desarrollo de las habilidades para hacer amistades en los bebés y los niños pequeños. 11

12 Una de ellas es organizar actividades para dos niños en lugar de hacerlo para grupos más numerosos. Es más probable que dos niños puedan interactuar con éxito que los niños en grupos de tres o más. Veamos un video que ilustra este punto. Fíjese en el modo en que el proveedor de cuidado genera la participación de ambos niños. La segunda estrategia es alentar a los niños pequeños a ayudarse mutuamente y hacer las rutinas juntos. Se puede implementar a la hora de lavarse las manos o cuando hay que guardar los juguetes. Una tercera estrategia es brindar orientación positiva y apoyo verbal para que jueguen juntos y se ayuden mutuamente. Una cuarta estrategia incluye leer libros sobre amigos, jugar juntos, ayudarse mutuamente y otros comportamientos relacionados con las habilidades sociales sólidas. Por último, otra estrategia es practicar el turnarse y compartir. Turnarse es un intercambio importante tanto entre adultos y bebés y niños pequeños, como entre dos niños. Es uno de los primeros conceptos de la infancia que fomentará un entendimiento sobre la comunicación o la conversación, y es una habilidad social primordial. Por ejemplo, se pueden realizar juegos en los que haya tu turno, mi turno. Al interactuar con los bebés, jueguen a turnarse: imiten los sonidos que hacen y luego esperen a que les respondan. De esta manera los bebés comienzan a aprender tu turno, mi turno. Los niños aprenden a turnarse y compartir de manera gradual dentro del seno de las relaciones receptivas y cariñosas. Es muy importante que los apoyemos cuando comienzan a aprender a compartir y a entablar relaciones de juego con los demás. Debemos enseñarles lo que deben hacer. El siguiente video muestra a un niño que está aprendiendo a compartir mediante ejemplos. Fíjese en la interacción tu turno, mi turno. Trabajo en conjunto con las familias Los cuadernillos denominados Colaboración y Comportamiento de los bebés y los niños pequeños entre compañeros pueden ser herramientas de gran ayuda para el personal y los padres; en especial, cuando trabajan para desarrollar un plan de acción informal basado en las necesidades del desarrollo para promover intencionalmente las habilidades sociales de un niño. Para implementar integralmente un programa que fomente el alfabetismo emocional en los bebés y los niños pequeños, necesitamos trabajar en conjunto con las familias de los niños. Las familias juegan un rol importantísimo al fomentar el alfabetismo emocional en los niños muy pequeños. Es dentro del seno familiar que los niños aprenden por primera vez a interpretar las formas en que las personas responden a sus sentimientos y comportamientos. Desde una edad muy temprana, el niño aprende cómo comunicar las emociones a través de las maneras en que las expresan los miembros de la familia. Aprenden las expresiones sociales y emocionales aceptables no sólo a través de lo que dicen los miembros de la familia, sino también a través de sus expresiones faciales y el lenguaje corporal. Cuando los padres hablan con sus 12

13 bebés y niños pequeños, y luego hacen una pausa para esperar una respuesta, están indicándoles que les interesa su respuesta. Este video es un ejemplo de una madre que le hace preguntas a su hijo mientras juegan y escucha las respuestas. Cuando el bebé responde y luego el padre contesta imitando su tono de voz y su postura, el bebé aprende que lo escuchan y que lo que tiene para decir es importante. Aprende que sus esfuerzos para comunicarse, primero con gorjeos, quejidos y llantos, y después con palabras, son importantes para los adultos que él ama. Esta danza de comunicación le indica que es digno de que le presten atención y que sus padres responderán a sus esfuerzos por comunicarse. Por supuesto, los niños no siempre encuentran estas situaciones en sus hogares. Los desafíos que las familias enfrentan como resultado de la pobreza, la drogadicción, la violencia familiar, el aislamiento social y otros factores estresantes pueden hacer que estén menos atentos a las necesidades sociales y emocionales de sus hijos. En estos casos, los proveedores de cuidado pueden cumplir un rol muy importante al acompañar y apoyar a estas familias a fin de que puedan satisfacer mejor las necesidades de sus hijos pequeños. Para poder ofrecer el mejor apoyo para el desarrollo social y emocional de los niños, necesitamos primero formar una alianza con los padres. Nuestro rol es suponer que cada padre quiere lo mejor para sus hijos y debemos respetar la experiencia que tienen sobre ellos. Al trabajar para construir un puente entre las prácticas hogareñas y las del centro de cuidado, puede ayudar verse a sí mismo en el rol de figura de apego secundaria en lugar de hacerlo en el rol de experto o maestro. Es necesario utilizar las mismas habilidades para desarrollar relaciones con los bebés y los niños pequeños que para desarrollarlas con los padres. Uno de los aspectos más problemáticos a la hora de entablar relaciones puede ser el desarrollo de una relación respetuosa entre los padres y los proveedores de cuidado infantil. Luego tómese un tiempo para leer los cuadernillos titulados: Caso 1: Fernando, Caso 2: Tomika y Caso 3: Benji. El objetivo de este ejercicio es alentarlo a que tome en cuenta el hecho de que hay varias explicaciones para los comportamientos que notamos en padres e hijos. Nuestro objetivo es trabajar en conjunto de modo tal que podamos comprender tanto a los niños como a sus padres. El cuadernillo titulado Consejos para fomentar el desarrollo social y emocional de su hijo puede ser una herramienta útil para ayudar a los padres a fomentar el desarrollo social y emocional de sus hijos. Conclusión En este módulo de capacitación hemos hablado sobre la importancia de las relaciones, el cuidado receptivo, las rutinas, los entornos físicos y el compromiso para brindar oportunidades que fomenten el desarrollo social y emocional de los bebés y los niños pequeños. Sin importar si nos concentramos en crear entornos, desarrollar horarios y rutinas o fomentar el alfabetismo emocional, todo tiene que ver con las relaciones. 13

14 Algunos mensajes que nos gustaría que recordara son: Es importante comprometerse con el fomento de la competencia social y emocional de los bebés y los niños pequeños. Las rutinas de cuidado infantil son la oportunidad principal para usar las relaciones entre niños y adultos para mejorar el desarrollo social y emocional de los bebés y los niños pequeños. El entorno físico, en particular cuando el cuidado es en grupo, juega un rol importante al influir en las oportunidades que tienen los bebés y los niños pequeños para desarrollar su competencia social y emocional. El alfabetismo emocional es un requisito esencial para el desarrollo de habilidades sociales más avanzadas y para la maduración continua del autocontrol emocional. Gracias por su participación y por su compromiso continuo para cuidar a nuestros niños más pequeños y vulnerables. * Los contenidos que se utilizan en este curso se obtuvieron, con autorización del Centro de Fundamentos Sociales y Emocionales para el Aprendizaje Temprano de la Universidad Vanderbilt. Este curso fue convertido a formato en línea por el Servicio AgriLife Extension de Texas del Sistema Universitario A&M de Texas en colaboración con la División de Certificación de Cuidado Infantil del Departamento de Servicios para la Familia y de Protección de Texas, con fondos proporcionados de acuerdo con la Ley de Recuperación y Reinversión Estadounidense de