Crear un lugar seguro: un programa piloto de mentoría

Transcripción

1 Crear un lugar seguro: un programa piloto de mentoría Donald C. Cole Llevaba muchos años trabajando como investigador y docente en la Universidad de Toronto. Allí dirigía la División de Salud Global de la Escuela de Salud Pública, donde un nuevo investigador acababa de comenzar sus estudios posdoctorales. Al participar en los talleres de la Coalición Canadiense para la Investigación en Salud Global (Canadian Coalition for Global Health Research, CCGHR), percibimos un vacío que existía en relación a la orientación, la conexión y el apoyo para los investigadores en Salud Global. Vista la situación, desde la Universidad de Toronto como centro académico de ciencias de la salud realizamos un trabajo de mapeo sobre Salud Global. En este ejercicio los participantes hablaron sobre la fragmentación existente y la necesidad de un trabajo de organización para mejorar la coordinación y la coherencia. Escuchamos historias de nuevos investigadores aislados, que luchaban por conectarse con la comunidad de investigadores en Salud Global, y de investigadores experimentados, abrumados por las dificultades para ponerse en contacto con ellos y proporcionarles un apoyo significativo. Desde mi lugar de docente e investigador experimentado, había disfrutado siendo mentor informal de doctorandos y había visto cómo la existencia de un grupo de intercambio y apoyo podía influenciar la manera en que ellos planificaban y llevaban a cabo sus investigaciones en Salud Global. Pensamos que un programa piloto de mentoría podía promover la creación de una red de contactos y orientar a los nuevos investigadores en la adquisición de nuevas habilidades y estrategias; y, además, podía favorecer el apoyo mutuo entre fellows posdoctorales y docentes con mayor y menor trayectoria académica, al establecer relaciones de mentoría a través de los distintos niveles que existen en el mundo académico. Creíamos que la implementación de mentorías grupales podría proveer una red de contactos y un apoyo estructurado a los nuevos investigadores en Salud Global y, quizás, acercarnos hacia nuestro objetivo: la creación de una comunidad de investigadores en Salud Global mucho más unida e interrelacionada.

2 Primeros pasos Reclutamos un estudiante del último año del grado de psicología interesado en la mentoría, que se unió como voluntario a nuestro proyecto. Comencé preguntando a potenciales mentees, a quienes había conocido en diferentes eventos, si un programa de mentoría como el que teníamos en mente les podría resultar útil, y recibí ánimos para que siguiéramos adelante. Luego, para evaluar necesidades, desarrollamos una encuesta cualitativa que enviamos por correo electrónico a los posibles participantes del proyecto, tanto mentees como mentores. La encuesta incluía preguntas sobre los intereses, expectativas y objetivos respecto de un programa de mentoría dirigido a fellows posdoctorales y docentes con menos trayectoria, así como preguntas sobre preferencias de organización (disponibilidad, tiempo que podrían dedicarle, etc.). Como sucede con estas encuestas, la tasa de respuesta fue muy baja. Al comienzo, habíamos pensado en formar díadas de investigadores experimentados en Salud Global con jóvenes investigadores, pero, desafortunadamente, pocos posibles mentores mostraron interés en el programa o, bien, pensaron que era una buena idea, pero para otra persona ya que ellos nos tenían tiempo para participar. De igual modo, fuimos optimistas sobre el interés que mostrarían los docentes con menos trayectoria y los fellows posdoctorales en nuestra propuesta; quizás creyeron que tendríamos programas paralelos para cada etapa profesional en la que se encontraban. Entonces, al mismo tiempo que evaluábamos las necesidades, conversamos y convocamos informalmente a otras personas, principalmente miembros de la CCGHR afiliados a la Universidad de Toronto, que se encontraban trabajando tanto cerca, (por ejemplo, un profesor especialista en salud y discapacidad) como lejos (por ejemplo, un experimentado investigador canadiense en servicios de salud, que vivía y trabajaba en Australia). Nuestro colega de Australia se involucró tanto que terminó co-dirigiendo el proceso y participó en la mayoría de las sesiones a través de Skype. Responder a las necesidades identificadas Mientras tanto, el estudiante de grado y yo analizamos los resultados de la evaluación de necesidades y agrupamos las diferentes peticiones e intereses. A partir de ellos decidimos realizar cinco sesiones mensuales en las que trataríamos temas como la creación y el mantenimiento de redes de contactos, el arte de obtener subvenciones, la implementación de proyectos de investigación, la redacción académica y la planificación de la carrera. Estas sesiones tendrían como complemento consultas en paralelo para aquellos que necesitaran más recursos en diseño epidemiológico y análisis estadístico. Desafortunadamente, la hora preferida para las sesiones, a última hora de la tarde de nuestro huso horario, no era conveniente para los participantes del África subsahariana, aspecto que debemos considerar en el futuro si queremos que todos tengan igual acceso al programa.

3 Pensamos en las personas que podrían preparar y dirigir las sesiones, pero sólo la mitad de ellos estaba disponible o interesada, lo que nos llevó a buscar otros participantes más comprometidos con la mentoría. El estudiante y yo trabajaríamos con cada mentor para preparar un resumen con los objetivos de la sesión principal, una sesión previa de preparación individual (si fuera necesario), el programa de la sesión y una lista de recursos recomendados sobre el tema. Este resumen se enviaría por correo electrónico a todos los participantes antes de la sesión. Las presentaciones PowerPoint, los documentos relacionados y los recursos que hubiese preparado el mentor se compartirían con los participantes a través de Dropbox. Nuestra primera sesión Finalmente, tuvimos nuestra primera sesión. De los doce participantes que se habían comprometido a asistir, vinieron nueve y compartieron información sobre los contactos que tenían en la Universidad de Toronto y fuera de ella. El nuevo investigador en Salud Global presentó los resultados de nuestro ejercicio de mapeo y contestó las preguntas de los participantes. Los nuevos investigadores conocieron a aquellos de los que habían oído hablar pero con quienes nunca habían tenido la oportunidad de entablar una conversación en la Universidad de Toronto. Los comentarios que recibimos por escrito al finalizar la sesión elogiaron la diversidad de experiencia que había entre los asistentes y el gran debate sobre los contactos y cómo hacerlos. Nos dimos cuenta de que habíamos reunido un grupo cuyos integrantes podrían aprender y apoyarse mutuamente durante los próximos meses. Este era un ejemplo de mentoría grupal tal como estaba descripto en los módulos de la CCGHR! Resultó muy reconfortante saber que lo habíamos logrado. Sin embargo, las dificultades logísticas, los viajes para realizar el trabajo de campo, las conferencias y otros eventos similares dificultaron la asistencia de algunos participantes. Afortunadamente, contábamos con Skype y conferencias telefónicas para que los participantes pudieran participar desde cualquier parte del planeta y a cualquier hora. Tratamos en profundidad el arte de conseguir subvenciones, distribuimos programas de gestión de datos, listas de verificación para la gestión de proyecto y material sobre manejo de los recursos humanos. Los participantes consideraron que el estilo de las sesiones era muy colaborativo y comentaron que hubo un gran debate sobre los aspectos técnicos y se brindaron buenos consejos sobre los aspectos prácticos. Uno de los participantes explicó que le resultó tranquilizador porque el hecho de fragmentar un desafío aparentemente abrumador en pequeñas tareas resultó de gran ayuda. En una de las sesiones de redacción y publicación, se habló del índice H y los participantes colaboraron en la planificación de publicaciones. Les hubiera gustado aprender más sobre la

4 redacción colaborativa y tener algún tipo de orientación pragmática sobre cómo estructurar la semana en torno a la redacción. Un lugar seguro Además del aprendizaje específico, los participantes hablaron de los aspectos emocionales del programa de mentoría. Consideraron que el hecho de establecer contactos o reforzar las relaciones personales crea un sentido de comunidad que proporciona seguridad, aliento y apoyo. Uno de ellos comentó que había encontrado una sólida red de apoyo, sobre todo al saber que había otros que se enfrentaban a los mismos desafíos. Otros lo definieron como un lugar seguro, donde podían mostrarse vulnerables, hablar de lo que no pueden o no saben hacer, compartir historias sobre situaciones personales difíciles a las que tuvieron que enfrentarse mientras investigaban sobre Salud Global y no ser juzgados. El entorno estimulaba la inspiración creativa una de las participantes se dio cuenta de la importancia de los programas de mentoría en el seno del mundo académico y comentó que el programa había despertado su interés por los programas de mentoría como objeto de investigación. En nuestra última sesión, compartimos más historias personales; entre otras cosas, hablamos de lo difícil que es encontrar el equilibrio en nuestras vidas como investigadores en Salud Global, especialmente para los que se convierten en padres. Al finalizar las cinco sesiones, los participantes querían que el programa continuara y sugirieron institucionalizarlo para que otros interesados pudieran beneficiarse de él. Los miembros del grupo han mantenido el contacto: comparten comentarios sobre los artículos a ser enviados a revistas científicas, asisten a las presentaciones de sus colegas en la Conferencia Canadiense sobre Salud Global y se reincorporan al grupo tras las licencias por maternidad. Muchos de ellos utilizaron los conocimientos adquiridos para solicitar subvenciones, se pusieron en contacto con miembros del grupo en persona y recibieron críticas constructivas y útiles sobre su trabajo. Próximos pasos En una reunión celebrada diez meses más tarde, un pequeño grupo se reunió para compartir sus opiniones sobre esta historia y reflejar el impacto del programa en el desarrollo de sus carreras profesionales. Uno de ellos comentó que el programa le había ayudado a detenerse y pensar sobre su carrera, mientras que otro se centró en el papel que desempeñan estos programas en la solicitud de subvenciones. Un tercero señaló que estos programas no se difunden lo suficiente y un cuarto participante comentó que el programa lo había ayudado a pensar a largo plazo sobre su carrera.

5 Esta experiencia me ayudó a imaginar qué podrían significar los programas de mentoría para nuestro nuevo Instituto para la Igualdad y la Innovación en Salud Global (Institute for Global Health Equity and Innovation) de la Universidad de Toronto. De igual modo, me veo a mí mismo compartiendo nuestra experiencia con colegas del Consorcio para la Capacitación en Investigación Avanzada en África (Consortium for Advanced Research Training for Africa, CARTA) ( y participando en una nueva iniciativa para incluir los programas de mentoría en otras universidades canadienses en la formación para la investigación en Salud Global. Donald C. Cole en colaboración con Andrew Pinto, Stephanie Nixon, Alex Martiniuk, Lisa Forman, Shweta Dhawan y Obidimma Ezezika, quienes participan en el proyecto piloto de mentoría en Salud Global de la Universidad de Toronto. Para obtener más información sobre la Salud Global en la Universidad de Toronto, visite la siguiente página web: