Colegio San Juan de la Cruz - Carmelitas Descalzos

Transcripción

1 ACTIVIDADES Y JUEGOS QUE FAVORECEN EL DESARROLLO DEL LENGUAJE Y EL HABLA Contadles cuentos, con imaginación, cambios de voz, gestos, vocabulario rico... Que participen, que pregunten, que se emocionen. Compartid la lectura señalando y comentando las imágenes y los dibujos, preguntándoles sobre ellas y contestando siempre a sus preguntas. Enseñadles canciones, poemas, adivinanzas, trabalenguas dichos y refranes... La sabiduría de nuestros mayores, nuestras tradiciones orales se están perdiendo y son muy valiosas para el desarrollo de nuestros pequeños. Jugad con ellos a escuchar: los sonidos del entorno, cómo suenan los objetos, a adivinar que está sonando... Que imiten esos ruidos y sonidos que escuchamos: el viento, el teléfono, los animales, las campanas, los vehículos, el timbre... Hacer pompas de jabón, beber por pajitas, soplar velas y molinillos, aprender a silbar, a hinchar globitos y a hacer bombas con el chicle, soplarse el flequillo, poner caras feas, relamerse... son actividades que favorecen los movimientos de la boca y el control de la respiración. Jugar a ver quién sabe más palabras de un determinado campo (animales, frutas, transportes, cosas de la cocina o del baño, prendas de vestir, muebles,...), al veo, veo, a inventar rimas y adivinanzas, a palabras encadenadas... Contadles vuestras experiencias del día y que ellos os cuenten las suyas. Habladles mucho, con cariño y alegría, con voz tranquila y sin prisas, pero con un lenguaje correcto. No estaréis perdiendo el tiempo. Lo que los padres hablan con sus hijos nunca es vacío ni ridículo: les estaréis dando oportunidades de escuchar y aprender, de elaborar un lenguaje corres y de adquirir gusto por comunicarse, voluntad de relacionarse con vosotros y los demás.

2 ORIENTACIONES SOBRE HIGIENE AUDITIVA Observar las capacidades auditivas de nuestros hijos intentando diferenciar cuándo atienden, cuándo no entienden y cuándo no nos oyen. Acostumbrarse a un tono de voz adecuado en casa. No por gritar más atienden y obedecen mejor. Hacedles notar los sonidos y jugar con ellos a adivinar lo que está sonando, donde suena, quien lo produce... Facilitadles cuentos sonoros, si escuchan cuentos de audio han de prestar más atención al lenguaje al no tener las imágenes para facilitarles el hilo de la historia. Habladles mucho, y que os miren cuando estén conversando con vosotros. Escuchadles mucho, haciéndoles hablar, dirigiendo su conversación con preguntas... Vigilad los resfriados y dolores de oído, acudid al pediatra siempre. Mantened una buena higiene de los oídos, pero recordad que los bastoncillos están diseñados para la higiene exterior, no deben introducirse en el conducto auditivo. Reforzad su memoria auditiva, que aprendan canciones, adivinanzas, poemas,... Evitadles los ambientes ruidosos en exceso y fuentes de sonido muy elevado.

3 ORIENTACIONES SOBRE HIGIENE RESPIRATORIA La respiración debe ser limpia. Limpiar a menudo la nariz como un gesto más de la higiene diaria. No utilizar gotas ni vaporizadores sin consejo médico. Sí podemos utilizar, si es necesario, agua salina. Utilizar el pañuelo correctamente. Debemos enseñarles a sonarse con fuerza, primero una fosa nasal y luego la otra. Los niños deben llevar siempre un pañuelo limpio o pañuelos de papel. La piel respira, así que la limpieza es un factor importante para la salud. Las manos y las uñas deben estar siempre limpias. Los dedos no se meten en la nariz. Dormir bien. Acostarse pronto y dormir un mínimo de 10 horas diarias en una habitación que haya sido bien ventilada. Acostarse y levantarse deben ser actos tranquilos, realizados con tiempo. Si realizamos estas actividades acosados por la prisa y el llegar tarde, favoreceremos la fatiga. Vestir a los niños correctamente, con ropas cómodas y sin abrigarlos en exceso, ni en la cama ni durante el día, pues se vuelven frágiles. Observar la respiración de nuestros hijos, habituándoles a utilizar la nariz y a mantener la boca cerrada. Hacedles percibir los olores. Procuradles ambientes relajados, tranquilos, libres de humos.

4 NUESTRO HIJO NO COME: QUÉ PODEMOS HACER? Es muy habitual que nuestros hijos presenten algún problema respecto a la alimentación: prefieren tres o cuatro tipos de alimentos, comen demasiado rápido o muy despacio, hay que terminar por dárselo, se levantan de la mesa, hacen bola con la comida, no aceptan alimentos nuevos, no mastican, rechazan los alimentos vomitando... No podemos pensar que ya se les pasará, que también fuimos malos comedores, que es normal a su edad... Debemos pensar que los hábitos que adquieran en estos años son fundamentales y no desaparecerán en el futuro. Todos tenemos una o dos comidos que rechazamos, por cultura, por sabor, educación, nos causan repugnancia... pero son una o dos! Debemos, por tanto, hacer una reflexión: a veces permitimos ciertos malos hábitos por nuestra comodidad, para evitar problemas en la mesa, para que no vomiten ni lloren, para que no pasen sin comer... Qué hacer en las comidas A la hora de comer debe apagarse la televisión y tener todo preparado para que nadie tenga que levantarse a por agua, pan, servilletas... Debemos dar a la hora de la comida una entidad especial: la familia está junta y vamos a disfrutar de los alimentos y la conversación. Estamos tranquilos, no hay angustia ni preocupaciones. No debemos aprovechar la hora de la comida para sermones, riñas, ni resolución de problemas ajenos a la mesa. La comida ha de durar un tiempo prudencial. Si los niños dilatan el tiempo de comer removiendo en el plato y estropeando los alimentos, o dándole vueltas innecesarias en la boca, les avisaremos que no habrá prórroga y que se les retirará el plato. No se les ofrecerá alimento alternativo. A la comida siguiente se les ofrecerá el mismo plato recalentado que han dejado sin comer, antes de tomar lo mismo que van a comer los demás. Nuestros niños están bien alimentados, no ocurre nada porque pasen unas horas con relativa hambre o porque coman poco o mal durante unos días. Si mostramos firmeza y seguimos estas pautas, al cabo de pocos días nuestros pequeños comerán mejor y sin problemas. Orientaciones para una masticación y deglución correctas La hora de la comida es sagrada. Cuando nos sentamos a comer, nos sentamos a comer. Las horas de las comidas deben ser tranquilas, sin prisas, sin estar pendientes de otras actividades o problemas. Los alimentos deben ser comunes para toda la familia, salvo excepciones (enfermedad, dieta, alergia, una comida demasiado fuerte o picante de un día festivo...). Debemos observar si nuestros niños mastican correctamente: unas cinco veces por cada lado, con la boca cerrada, sin asomar la lengua, sin ruidos... Todas las texturas y sabores de una dieta equilibrada pueden ser experimentados y aceptados por nuestros niños.

5 Papillas, biberones y purés son una dieta inadecuada para los niños en edad escolar. La humanidad, a lo largo de generaciones, ha establecido el desayuno, la comida, la merienda y la cena. Los niños no deben comer anárquicamente entre horas, sino respetar los horarios. No pasa nada porque un niño muestre menos apetito en alguna ocasión. Un niño gordo no es sinónimo de salud, ni tampoco un niño demasiado delgado. Dejemos que vayan regulando su apetito y el tamaño de su ración, dentro de unos límites adecuados. Los niños, incluso antes de los tres años, son capaces de comer solos: enseñémosles con paciencia, permitámosles madurar y adquirir autonomía, démosles reglas de comportamiento en la mesa,... Después de las comidas deben cepillarse los dientes y la lengua. LO MÁS IMPORTANTE NO ES QUE COMA, SINO QUE COMA BIEN, DE TODO, CON HÁBITOS CORRECTOS, EDUCADAMENTE, CON AUTONOMÍA, DISFRUTANDO DE LOS ALIMENTOS...