aprender y convivir. TIPO EDUCATIVO: Educación Básica, Primaria TEMA: Qué es hoy lo básico indispensable? REGIÓN: 2

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1 TIPO EDUCATIVO: Educación Básica, Primaria TEMA: Qué es hoy lo básico indispensable? REGIÓN: 2 TÍTULO DE LA PROPUESTA: Inteligencia emocional aprender y convivir. un plan para En la actualidad, estamos viviendo como sociedad una serie de cambios, en las relaciones familiares, medios de comunicación, las formas de relacionarnos, la incertidumbre como escenario del día a día ha modificado tal vez nuestras conductas, tanto de adultos como de nuestros alumnos. La reforma educativa que se implementó en el 2012 en el nivel primario, ha pretendido ver al alumno una vez más de manera integrada, dotarlo de un perfil de egreso con habilidades que logren insertarlo en una sociedad como un ser útil, pensante, capaz de resolver conflictos que se le presenten, con herramientas necesarias para transformar aquello que requiera cambio y mejore su bienestar y el de la gente que lo rodea, que viva en armonía al convivir con sus semejantes. Con la articulación de la Educación Básica se favorece el desarrollo de competencias, entendidas como la capacidad de responder a diferentes situaciones, e implica un saber hacer (habilidades) con saber (conocimientos), así como la valoración de las consecuencias de ese hacer (valores y actitudes). La educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo, mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, y espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones, en particular gracias a la educación recibida en su juventud, de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismos que deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida. Es innegable que los cambios íntegros y la situación actual ponderan la necesidad de tener ciudadanos mejor preparados para enfrentar los retos que nuestra realidad, compleja e incierta, nos exige como sociedad. Este escenario exhorta de nueva cuenta al reconocimiento de que la educación de calidad es el único camino para desarrollar las potencialidades necesarias en las sociedades del siglo XXI. Ante este panorama nuestra labor como docentes se vuelve más compleja, cuyo trabajo implicará saber cómo ayudar a nuestros alumnos a aprender,

2 consiguiendo influir positiva, sustancial y sostenidamente en sus formas de pensar, actuar y sentir. En este sentido, debemos de redoblar nuestro esfuerzo como docentes para iniciar primero en la formación de nuevas competencias, nuevos saberes que nos den un apoyo teórico a nuestra labor docente para afrontar esta perspectiva educativa, promoviendo la formación de un ciudadano en múltiples esferas de competencia en su vida personal, social y posteriormente laboral. Dado el esquema en donde hemos estado ubicados por mucho tiempo los docentes en relación a nuestro quehacer educativo con un sesgo muy amplio: dedicamos más tiempo y esfuerzo al aspecto cognitivo de nuestros alumnos, considerando que se ha olvidado la parte emocional y sentimental de los discípulos. Así pues, para llegar a este compromiso con nuestros alumnos, se requerirá de un nuevo replanteamiento de nuestra parte al interior del aula, incitar lo emocional en el alumno, a través del conocimiento de sus emociones, comprensión, razonamiento y regulación de las mismas; ya que de esta manera contribuiríamos a formar seres humanos integrales. Estimulados en las competencias para el manejo de situaciones, para la convivencia y para la vida en sociedad. Por todo lo anterior se hace necesario remarcar las habilidades de la inteligencia emocional: Formarán personas capaces de dominar sus impulsos, postergar las gratificaciones, responder favorablemente a la crítica, escuchar a los demás y comprender el punto de vista de otras personas. Por ser inteligentes emocionalmente, comprenderán sin dificultad las normas de conducta que son aceptables en su cultura y en su grupo social. Desde esta óptica resultará un compromiso serio con nuestro quehacer, y motivador iniciar este camino de cambio, movilizando nuestra actividad educativa, configurándolo con una nueva perspectiva que renovará nuestra práctica, estimulando habilidades emocionales que contribuirán en alguna medida al ajuste socio escolar del alumnado a través del conocimiento intrapersonal e interpersonal incorporando componentes del constructo de inteligencia emocional, mejorando con ello su convivencia y rendimiento educativo. Creando un espacio en donde los aspectos afectivos (emociones y sentimientos) se encontran ín timamente relacionados con el pensamiento, la comprensión y los procesos conscientes de meta-cognición y autorregulación que intervienen en el aprendizaje.

3 Al mismo tiempo reconocer, que hay un área de oportunidades que será necesario experimentar con mis compañeros docentes, inteligencia emocional como una herramienta de ayuda para mejorar rendimiento y convivencia escolar, pero más aún sería una estrategia acorde para fortalecer las cinco competencias que demanda la Reforma Integral Educativa que al mismo tiempo pone como protagonista esencial al alumno como un ser que piensa pero también siente, de tal manera que sustentados en los fundamentos teóricos de la I E favoreceríamos el enfoque del Campo de Formación: Desarrollo Personal y para la Convivencia, centrando tres asignaturas del sistema básico de educación, dicho campo ubica entre sus aportaciones al elemento de la socio-afectividad, fundamental para el desarrollo pleno del alumnado, manejando sensaciones, percepciones y emociones, a través de la motricidad, juego, (Educación Física) esquema e imagen personal, reconocimiento de las limitaciones y la autoestima (Formación Cívica y Ética) manejo de las artes (Educación Artística). Sin olvidar la idea primordial de este campo: El docente deberá estar capacitado para crear escenarios que lo vinculen con él y el alumno, más que centrarse únicamente en los aspectos cognitivos de la enseñanza o en proporcionar información, promover un clima social que propicie a la reflexión y el involucramiento activo del alumnado en su proceso de aprendizaje y en su desarrollo. No olvidar que somos formadores de seres humanos, que requerimos utilizar nuestra sensibilidad e inteligencia para potenciar las capacidades de los alumnos. La educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social (Bisquerra, 2000). Bajo este señalamiento pretendo cobijar mi intención de orientar un cambio a esa necesidad de iniciar un desarrollo integral en mis alumnos (desarrollo físico, intelectual, moral, social, emocional, etc.) Así mismo, relacionar las temáticas del campo de desarrollo personal y para la convivencia, caracterizadas con la particularidad de los programas de educación primaria que remarcan en cada grado las características de las etapas evolutivas de los alumnos en la educación primaria y que como docentes no debemos soslayar. Tomando en consideración que la mayoría de los adultos nos formamos en el viejo paradigma de aprender a pensar liberados de las emociones. El modelo educativo del siglo XXI nos exige a usar de manera inteligente los sentimientos y las emociones. En este sentido puedo considerar la relevancia que brindará a mi quehacer el abundar en este tema como parte de mi labor en el desarrollo de las

4 cinco competencias que debo de estimular en mis educandos, señaladas por la RIEB. (Reforma Integral de la Educación Básica) Así también, para llevar a cabo este nuevo replanteamiento, se necesitará la creación de ambientes de trabajo a nivel áulico, mediante la programación de actividades que estimulen su inteligencia emocional, en donde todos los niños sean considerados por sus sentimientos y emociones, ser inteligente emocionalmente es ser capaz de actuar sintiendo y pensando. Es pensar con los sentimientos y sentir racional o inteligentemente. Un sentimiento inteligente facilita nuestra toma de decisiones antes de actuar. Nos ayuda a detectar el camino correcto que deseamos seguir; además evalúa en forma correcta lo que nos pasa, y nos prepara para comprender lo que les pasa a los demás. Brindar un espacio para la expresión de un sentir infantil. Mismo que no debemos pasar por alto como trabajadores de la educación, a la vez que nos permitirá desarrollar habilidades de pensamiento como pueden ser la atención y la memoria, la capacidad de analizar y sintetizar, la escuela desarrolla habilidades sociales como la responsabilidad, tolerancia, resolución de conflictos o toma de decisiones. De lo señalado anteriormente puedo desprender un motivo social que de alguna manera se daría al transformar mi aula, iniciando por mi cambio de rol tradicional. Ampliando mi tarea que debo cumplir en la escuela, asegurándome que estos alumnos a través del papel socializador que cumple una situación educativa aprendan lecciones esenciales para la vida, aprovechando situaciones dentro y fuera de la clase para ayudar a los niños a transformar los momentos de crisis personal en lecciones de aptitud emocional. Otro motivo, es el de compartir en este espacio la experiencia y oportunidad que me di como profesora de mejorar las relaciones personales en alumnos del segundo ciclo hace dos años me dí a la tarea de brindar una alternativa diferente, motivante y una nueva experiencia al considerar los aportes de esta estrategia educativa: Inteligencia emocional en el aula, aterrizándola con las asignaturas del programa, actualmente me sigue fortaleciendo en las interacciones con mis alumnos y en el proceso educativo, ha permitido darles una confianza en sí mismos para acercarse al aprendizaje y mejorar la convivencia con sus pares, además esta propuesta va muy de la mano con la orientación del campo de desarrollo personal y para la convivencia, haciendo énfasis en la persona, este campo pone en el centro de la experiencia educativa al alumno como una persona que siente, se comunica, tiene deseos, necesita reír, jugar y gozar tanto como aprender, vencer desafíos y desarrollar su talento.

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