La educación informacional en la economía cultural de internet

Transcripción

1 La educación informacional en la economía cultural de internet José Alberto Sánchez Martínez La orientación del presente hacia una tecnología de la comunicación mecánica y electrónica de la prensa, basada en la estimulación del consumo individual, conlleva una indiferencia frente al pasado que nos hace ciegos frente al futuro. Wolfgang Hagen Repensar lo modular Es un hecho cotidiano la falta de entendimiento de nuestro entorno social, atravesado por problemas de toda índole, constituido por nuevos fenómenos, vestido por nuevas herramientas tecnológicas. Nuestros paisajes ya no son los de unas condiciones de vida estable, las placas tectónicas de la cultura y la sociedad se han reajustado y han producido ciertos derrumbes sobre los cuales es imposible volver a edificar, por lo menos no con los mismos conceptos, ni con los mismos elementos que permitían edificar, es necesario enfrentar el cambio mismo del concepto edificación para desafiar los problemas que conllevan a la edificación. La educación enfrenta hoy retos difíciles, esbozados en una superpoblación de vacíos, es decir, una educación que lucha desde su trinchera, entiéndase que hablo de educación no de sistema educativo, muchas veces la educación es víctima del sistema educativo, sobre todo por la burocratización de la primera. Pero no se puede pensar por ello que todo está perdido, debemos reformular nuestras formas de ver y de enfrentar las circunstancias. Quiero referirme sólo al problema relativo a la educación informacional, es decir, a toda esa educación, que de ma- [33]

2 el sistema modular en la globalización: movilidad, vinculación y servicio a la sociedad 34 nera independiente ha influido sobremanera los espíritus de nuestros jóvenes. Es necesario cuestionar qué roles están desempeñando las universidades, y particularmente la nuestra, que tiene un sistema modular, en el redireccionamiento del uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), reconociendo la presencia y trascendencia de tales herramientas en la cultura y la sociedad. En primer lugar, es necesario repensar lo modular. 1 Hay un ejemplo muy elocuente de Jorge Wagensberg, quien ha trabajado los procesos de irreversibilidad en termodinámica y entropía, aunque sus trabajos permiten pensar procesos relativos a la información, a la investigación científica, a la complejidad y al arte. Precisamente, en lo relativo a este último, o a la condición de la belleza, Wagensberg pone un ejemplo para pensar la irreversibilidad y la descomposición de lo ordenado por un agente externo. Él propone pensar como ejemplo en una estatua griega de mármol, a la que se le pone una carga de dinamita y se acciona el detonador. La estatua que estaba organizada desde muchos puntos de vista, interiormente y exteriormente, ya que es parte de la ornamentación espacial, además de que incluía un sentido de belleza, se convierte súbitamente en escombros. Sobre esos escombros puede nuevamente aplicarse dinamita y los escombros se transformaran a pequeñas estructuras y restos de polvo. Acostumbrados a un sentido organizativo, tratamos de reconstruir del polvo y los escombros la estatua, es decir, aquello que ha cambiado, mientras que Wagensberg (2007) nos enseña que un proceso de desorganización ha comenzado y que esto implica pensar que la materia se ha organizado de otro modo. Las reorganizaciones son aspectos fundamentales de los procesos irreversibles. Creo que una de las propuestas centrales al momento de enfrentar los dilemas de lo modular y la educación en sociedades de cambios irreversibles, es la reorganización, pensar el proceso desde lo reorganizativo, y no desde la metáfora de la reconstrucción. 1 Para aquellos lectores poco familiarizados con el término de modelo educativo modular de la UAM-Xochimilco, éste consiste en un juego de roles en el ejercicio de la ejecución educativa, por ejemplo, la base del modelo modular es la estimulación de la investigación y su vinculación con la sociedad, en este proceso, el profesor pierde su centralidad para convertirse en asesor participe del proceso, así, el alumno no es un ente receptor de información, sino que un ser activo, donde su experiencia marca implicaciones y contextualidad a los objetos y problemas de investigación, vértices de cada módulo.

3 la educación informacional en la economía cultural de internet Como en el ejemplo de la estatua griega, la educación ha sido dinamitada por infinidad de transformaciones en lo social, pero particularmente por la impronta de un ambiente tecnológico y la aparición de tecnologías de comunicación digital (no tan nuevas pero sí cada vez más presentes en procesos acelerados de transformación), la materia sigue siendo la misma, pero es imposible organizarla de la misma forma, porque las condiciones que organizan esa materia y sus cualidades son de otra índole. En cuanto al sistema modular, o a cualquier rubro educativo, no es sano querer volver a establecer de los escombros el pasado que la sustentaba, hemos entrado en un proceso de irreversibilidad producido por lo tecnológico, de lo cual el mismo tiempo es motor, hay que repensar lo modular desde las condiciones actuales, pero ello implica involucrar intensamente los distintos microsistemas de una universidad, es decir, todas sus áreas de conformación académica y burocrática. La reorganización, siguiendo a Wagensberg permite acceder a estructuras improbables, 2 las estructuras improbables sólo se conquistan a partir de la creatividad, como la belleza, el arte, el ejercicio de la ciencia y la investigación. 35 Atlas de la economía cultural de internet Hay tres grandes conceptualizaciones sobre las cuales se sustenta el pensar la impronta de la era digital: las TIC, la sociedad de la información y la cibercultura. Sobre la base de estas tres directrices podemos asegurar que entendemos las formas sistemáticas (por lo menos desde una epistemología de lo digital) como aquellas que gobiernan y refieren directamente a cualidades técnicas de uso, significación y apropiación de las tecnologías en nuestro tiempo. Es en ese sentido que me interesa particularmente hablar de una economía cultural de internet. El término economía no como intercambio de valor de uso o de cambio que conllevan objetos físicos, sino una economía mayormente impuesta por el valor simbólico que también están en esos objetos, pero que a diferen- 2 Una estructura improbable no debe entenderse como reducto del estructuralismo en ciencias sociales, es un término que se utiliza en termodinámica y que apunta a la creación de nuevas dinámicas, donde hay un desapego a las formas instituidas con vías al encuentro de nuevos funcionamientos.

4 el sistema modular en la globalización: movilidad, vinculación y servicio a la sociedad 36 cia del eje monetario, éste permite entender nuestras formas de intercambiar y valorar información y conocimientos expuesta en nuestros productos culturales: escritura, imágenes, audio. La performatividad de nuestro tiempo acelera y le da mayor fundamento a estos rubros valorados por la creatividad, por la distinción, por el reconocimiento ubicuo. En ese sentido hablar de economía cultural de internet resulta, desde varios niveles importante, pero en el terreno de la educación más, porque ello supone el nacimiento de una nueva forma de organizar nuestros mecanismos de valorización simbólica en la cultura. La era de lo digital en sí misma ya plantea una desvinculación del orden comunicativo, así como mediático, y de praxis de interacción tanto de/entre estructuras como de sujetos (Groys, 2005; Baudrillard, 1969; Sánchez, 2010). En cierta medida las TIC se orientan dentro de la sociedad de la información, es decir, quedan las tecnologías de información englobadas como el principio de transición hacia el ordenamiento de la vida social regida por nuevos estatutos de lo comunicativo y lo informacional. La originalidad de este enfoque de estudio permite abordar la realidad digital bajo la figura de internet. Ello supone que las condiciones de uso y de desplazamiento a través de la transformación histórica están regidas por el ciberespacio. Aquí ciberespacio no es sólo una instrumentalización del ejercicio de la comunicación, sino que desempeñan un rol significativo en las cualidades del contexto cultural. Muchas derivas de la sociedad de la información, han formulado el carácter diferencial sobre el cual se funda la sociedad digital dirigida por internet, pero ello supone pensar en el lugar de los agentes involucrados en el proceso de apropiación social, piénsese en la intervención de dos agentes, el Estado (sus instituciones) y el mercado. A partir de ellos deviene una noción instrumentalista, que más allá de debatir en el terreno de la condición crítica de apropiación, se centran en la regularización preventiva y de control (un modelo mimético de todos los espacios de la vida cultural y no sólo de las tecnologías) y, por otro lado en la rentabilidad monetaria. Sin duda, esto tiene como efecto la desmantelación cualitativa de las capacidades de los sujetos expuestos a la impronta de la era digital. El proceso antes enunciado, no forma parte únicamente de este enfoque, pasa y trasciende hacia la llamada cibercultura. A diferencia de la sociedad de la información, la cibercultura es un marco de estudio donde internet no es el eje cen-

5 la educación informacional en la economía cultural de internet trifugo, se trata, en todo caso de un enfoque donde internet ha potencializado las formas de expansión de la tecnología en el terreno de lo social. Como consecuencia de esta exponencial presencia (tecnohabitad) la cibercultura explora las posibilidades que se dan en el consumo, en los procesos creativos y disidencias relativas a la tecnología digital, de ahí que el enfoque cibercultural, se ha centrado mayormente en problemas tecnológicos de convergencia, como los videojuegos, el lugar de la ciencia ficción como crítica hacía procesos de consumo cultural y recientemente el rol de la telefonía celular. La cibercultura entabla un diálogo con los procesos de apropiación, con los universos simbólicos y de significación de la tecnología digital en contextos culturales. Tanto el enfoque de la Sociedad de la información, como el de la cibercultura conllevan a poner en la mira de la cerradura un complejo panorama, un atlas de la economía cultural de internet, es decir, un conjunto de características de uso y de consumo simbólico de la tecnología, pero que no sabemos qué consecuencias están teniendo en la educación institucional. Así, la influencia que la tecnología actual ejerce sobre los sujetos no se remite sólo a la vida del ciberespacio, tenemos el contexto de la esfera de los videojuegos, de una cultura de los gadgets, de la telefonía celular y desde luego de las redes sociales, combinado con un creciente panorama de metaversos, es decir, mundos virtuales generados en 3D. En este contexto la educación informacional cobra mucha relevancia, y debe entenderse como la constitución formativa, particularmente autónoma 3 por el uso de tales tecnologías en los sujetos. Cuál es el rol de las instituciones educativas frente a la influencia de una educación informacional, a veces escasa, otras abundante pero con matices sólo de divertimiento?, cuál es el rol del profesor en el mismo contexto?, cómo afrontar el lenguaje, la escritura, la reflexión, la percepción, la contemplación, valores de una educación clásica y creo, aún determinantes para la formación de estudiantes, en una cultura digital con preponderancias visuales? 37 3 Cuando se alude a la formación autónoma se refiere a la enorme desvinculación de las tecnologías con respecto a mecanismos de apropiación que pasen por los sistemas educativos, esto es, una orientación que conlleve a la construcción crítica y creativa, basada en responsabilidades éticas, pero así mismo en responsabilidades estéticas de producción de conocimientos y propuestas ricas en discusiones.

6 el sistema modular en la globalización: movilidad, vinculación y servicio a la sociedad Educación informacional y economía cultural 38 Dos problemas centrales de la educación informacional se relacionan directamente con la transmutación de valores: lo verdadero y la distinción. Nuestra constitución exponencial a las tecnologías ha transformado nuestras maneras de distinguirnos, la distinción ya no se gana bajo los rubros de la representación tradicional, es decir, donde ser distinto implicaba ser alguien representativo, el sacerdote, el médico, el maestro, todas figuras sobre las que había un grado de distinción obtenido por su lugar en la sociedad, el reconocimiento y la distinción se formaba sobre la base de valores particulares, sobre ejercicios de individualidad cultural, el logro personal o por destino (recordemos esa figura: linaje, herencia cultural) puede servir para pensar metafóricamente las distinción en un panorama tradicional y hasta moderno. Lo mismo podríamos decir de otras figuras como el artista, que guardaba su lugar como un vinculador hacía otras realidades. Esta forma de distinguirse ya no existe. La educación informacional conlleva procesos de distinción basados en la simulación de ser y de tener. Recuerde que estamos hablando de un terreno simbólico no de materialidad. Es un proceso de simulación, no como falsedad, sino por el hecho de que pasan por mecanismos tecnológicos que filtran el efecto de la realidad, y al filtrarlo, elaboran nuevos procesos de veracidad. Ya Pierre Lévy (2000) lo había dicho, pronto nuestras formas de conocer pasarán y tendrán sus fuentes en espacios de simulación, habrá una especie de conocimiento por simulación. 4 Aprender por procesos de simulación, esto representa ya problemas complejos, pero podemos modestamente señalar que la conformación actual de internet contiene ya en funcionamiento dicho proceso: cuáles son las fuentes de información de los jóvenes cuando necesitan resolver algún problema? A menudo las opiniones de los otros, lo que otros escriben en redes sociales, en foros de discusión, en blogs, en enciclopedias electrónicas; a partir de internet sustituimos a las enciclopedias, en internet encontramos la reseña del libro que debemos leer para formar una comentario en clase, tenemos traductores online que nos agilizan la búsqueda de palabras o directamente (muy mal y rudimentariamente) un texto, ahí también buscamos síntomas de enferme- 4 Habría que aludir aquí a toda esta referencialidad de la sociología de la ficción (Francescutti, 2011).

7 la educación informacional en la economía cultural de internet dades cuando algo nos pasa, cuando tenemos dudas de nuestra vida íntima, para no decir privada, acudimos a los doctores informales-informacionales en internet. Quiénes son los que escriben, los que aconsejan, los que opinan? Somos de alguna manera todos, ya no son los sujetos competentes o distinguidos. Nuestra manera de construir la educación informacional pasa por un complejo sentido de colaboración. Esto nos lleva a plantear el segundo aspecto, el problema de la verdad. No entendiendo la verdad desde un enfoque filosófico, sino desde un enfoque de los valores relativos a la información, es decir, a la descentralización de fuentes, la superabundancia de información, la construcción colectiva y el consumo cualitativo. La educación informacional nos obliga a valorar de manera diferente la información, permitiendo introducir en el debate nuevas fuentes digitales, a menudo de usuarios. El valor de una obra de la cultura se determina por medio de su relación con otras obras, y no mediante su relación con la realidad exterior a la cultura, o por su verdad o su sentido. El carácter inalcanzable de la verdad, del significante, de la realidad, del ser, del sentido, de la evidencia, de la presencia de lo presente, que el actual pensamiento posmoderno todavía sostiene, no debe tomarse como una devaluación de todo valor y de todo lo nuevo (Groys, 2005:18). 39 La educación informacional genera entonces una aporía. Se genera una devaloración de los contenidos culturales propia de la construcción colectiva, prueba de ello es que el mismo rubro de autor, o de creador, se difumina. Pero al mismo tiempo se genera una nueva valoración de los contenidos culturales, hasta el grado de constituirse en apropiación cognitiva que se traslada hasta los espacios de la acción: amor virtual, política virtual, economía virtual. Si bien, la educación informacional apunta a un crecimiento paulatino en todos los órdenes de la vida social, habría en este sentido, que preguntar por los grados de correspondencia con algunas estructuras que aún intentan generar valores culturales, como son la familia, el estado y las instituciones educativas. Lo que da como resultado una doble fuente de valorización cultural en las sociedades tecnológicas, la de las estructuras rígidas y la de la estructura informacional-digital.

8 el sistema modular en la globalización: movilidad, vinculación y servicio a la sociedad 40 Es aquí donde encontramos el principal desfase entre la educación institucional y la educación informacional. De entrada cada vez más hay una brecha entre la condición del alumno, formado dentro de estos nuevos estándares digitales, y una educación institucional que busca readecuar sus mecanismos de innovación tecnológica dentro de las aulas y fuera de ellas. Debemos reconocer que la adecuación técnica de los alumnos viene condicionada por un factor instrumental propuesto en los discursos económicos de la tecnología digital. Ser visto, formar parte de, tener acceso a, aparecen como discurso en las tecnologías digitales, de ahí que muchas veces el alumno esgrima las debilidades de la educación institucional apelando a la poca apertura sobre elementos nuevos. Creo que el ejercicio central de la educación institucional no es adecuar su actualización, o como mal se le llama, innovación tecnológica, a los modelos discursivos y de práctica tecnológica venidos de una nueva forma de mercado. Sino al contrario, debe debatir sus necesidades para encontrar la manera de ponderar la participación crítica en el desarrollo de esas tecnologías. Muchas pruebas, que más que de innovación son de fracaso, se presentan en las aulas: utilizar proyectores, presentar en PowerPoint (nunca a partir otros programas alternos), a menudo las presentaciones son de relectura de lo que está en pantalla, pizarras electrónicas, intercambio de direcciones electrónicas. Lo que digo es únicamente para ilustrar lo que desde mi experiencia ocurre en algunas aulas dentro de la UAM, aunque es probable que se extienda y tenga correspondencia en otras instituciones. No creo que esto se derive de una brecha generacional entre alumnos y profesores, creo más en una indiferencia institucional provocada por la burocratización de los mismos procesos tecnológicos, que se nota en la muy antigua justificación de progreso, es decir, proponiendo la instrumentalización como avance e inclusión. En el ámbito tecnológico, es claro quién está ganando la batalla: el control, la economía, la vigilancia, la extorsión, la simulación política, la construcción de una imagen institucional simulada. Si esas son, o podemos considerar las vertientes del orden tecnológico, entonces es normal que las condiciones cualitativas, como son el lenguaje, la escritura, la lectura, estén permeadas por una cultura de la diversión antes que por la creatividad, por la abstracción, por la intención de construir un sujeto más complejo. Nuestro rol en este juego no consiste en imitar instituciones que tienen comprometida su ética con el mercado, antes bien, de-

9 la educación informacional en la economía cultural de internet bemos intentar expandir formas alternas que generen necesidades nuevas en el mercado. Hay que apostar por la inventiva, por la imaginación, por la creatividad (no la mercantil), por la construcción crítica, por la sensibilización. Bibliografía Baudrillard, Jean (1969), El sistema de los objetos, Siglo XXI Editores, México. Francescutti, Pablo (2011), Baudrillard. Una sociología de ciencia ficción, Espéculo. Revista de estudios literarios, Universidad Complutense de Madrid, España [ GuZH], fecha de consulta: abril de Groys, Borys (2005), Sobre lo nuevo. Ensayo de una economía cultural, Pretextos, España. Hagen, Wolfgang (s/f) [ fecha de consulta: marzo de Lévy, Pierre (2000), Las tecnologías de la inteligencia. El futuro del pensamiento en la era informática, Edicial, Buenos Aires. Sánchez Martínez, José A. (2010), El sentido de lo nuevo en la economía cultural de internet, Veredas, año 11, UAM-Xochimilco, México. Wagensberg, Jorge (2007), Ideas sobre la complejidad del mundo, Tusquets, España. 41