PROBLEMAS PARA HACER LOS DEBERES

Transcripción

1 PROBLEMAS PARA HACER LOS DEBERES Uno de los conflictos cotidianos entre padres e hijos/as es la realización de los deberes escolares. Para muchas familias estas tareas ocasionan importantes discrepancias y son fuente de malestar dentro del hogar. Mientras vuestros hijos/as asistan a la escuela, estas "peleas" formarán parte de vuestra vida, pero existen medidas simples que los padres pueden tomar para minimizar estas tensiones y, al mismo tiempo, ayudar a sus hijos/as a sacar el mayor provecho de sus deberes escolares. Por qué existen los deberes escolares? Nada que valga la pena se logra sin esfuerzo y el aprendizaje no es una excepción. Conocimientos académicos tales como lectura, matemáticas y escritura, se adquieren a través del tiempo y la repetición. Los deberes ayudan a los niños/as a convertirse en aprendices independientes. Obligan a los niños/as a trabajar en tareas sin tener a una persona brindándoles orientación para cada paso. A través de los deberes aprenden a administrarse y a organizarse a sí mismos. Muchas tareas requieren que encuentren recursos apropiados, reúnan los materiales necesarios, organicen su tiempo y cumplan con fechas límite. Estas habilidades también les servirán en su vida adulta para aceptar la responsabilidad de hacer su trabajo. Las principales dificultades a la hora de hacer los deberes Son varios los problemas que se han detectado a la hora de realizar los deberes. Página 1

2 Demasiadas actividades extraescolares: Cuando los niños/as, además de los esfuerzos mentales y de atención que realizan en el centro educativo, al terminar la jornada escolar deben llevar a cabo actividades extraescolares, pueden acabar sintiendo estrés por diferentes motivos: la falta de tiempo necesario para hacer los deberes diarios, cansancio físico producido por el número de horas que permanecen activos a lo largo del día, desgaste de la capacidad de razonamiento mental y disminución global del tiempo libre. Hacer otras actividades, tanto físicas como intelectuales, es tan necesario como procurar dejar espacios para el ocio y el descanso. Dar prioridad a otras actividades: Es prácticamente imposible comprender y asimilar todos los conocimientos académicos sin dedicarles más tiempo que el de las clases. Uno de los aprendizajes importantes del proceso educativo es el hábito del estudio. Estudiar no significa solamente asistir y atender a las clases impartidas por los profesores. La jornada escolar no termina al finalizar las clases y se debe dedicar una parte del tiempo personal a reforzar los aprendizajes diarios. Siempre hay que dar prioridad absoluta al trabajo escolar por encima de otras actividades. Es muy importante establecer desde el principio unos buenos hábitos de estudio, organizando las diferentes tareas y estructurando el tiempo que se destina al refuerzo de los aprendizajes. La presencia de la televisión, el ordenador, Internet,... Como veremos después, el trabajo escolar ha de realizarse dentro de un espacio apropiado para ello y privado de elementos ambientales que puedan distraer la atención y la concentración. Tanto la tele como el uso del ordenador pueden utilizarse como un instrumento negociador para reconocer y premiar la buena disposición y actitud hacia el trabajo escolar, aunque siempre debemos transmitir la idea de que el aprendizaje resulta gratificante por sí mismo. Es recomendable pactar cuando hayan finalizado las tareas o durante el fin de semana. Dónde hacer los deberes Es conveniente crear un entorno positivo. Cualquier lugar donde puedan trabajar cómodamente y sin distracciones es bueno para realizar las tareas escolares. Disponer de un área especialmente destinada al estudio, donde tener sus herramientas de aprendizaje, les ayudará a concentrarse en las tareas que tienen. Un escritorio o una mesa en un lugar tranquilo de la casa y una lámpara de escritorio ajustable contribuirán a garantizarles un aprovechamiento adecuado. Una regla de oro: los deberes no deben hacerse ante la televisión encendida porque los niños/as no son capaces de ignorar lo que están viendo, y además, hacer los deberes frente al televisor refuerza malas costumbres de estudio. Cuando hacer los deberes Vuestros hijos/as deben hacer los deberes y estudiar como parte de la rutina diaria. Es conveniente reservar un tiempo de estudio regular y programado para que realicen sus tareas. Los niños/as pequeños que normalmente no llevan deberes, pueden utilizar este tiempo, por ejemplo, para la lectura y la escritura. Si vuestros hijos/as hacen regularmente sus deberes y les va bien en la escuela, podéis permitirles usar el tiempo de estudio como a ellos les parezca mejor. Página 2

3 No se puede determinar una hora fija para hacer los deberes para todos los niños/as. Algunos conservan sus energías y están preparados para continuar aprendiendo cuando regresan a casa después de la escuela. Otros, están cansados y necesitan un tiempo para descansar. Pero como regla general es conveniente terminar los deberes 30 ó 45 minutos antes de ir a dormir, para que puedan tener tiempo libre y relajarse antes de ir a la cama. Cuando debo ayudar a mi hijo/a En general, es responsabilidad del niño/a saber cuáles son sus tareas y cuándo vencen, así como tener todos los materiales que necesitan para completar las tareas, hacerlas con mínima (o nada de) ayuda, y entregarlas a tiempo. A menudo los padres asumen más responsabilidades de las que deben con los deberes escolares de los hijos. Es un aspecto natural de su preocupación por el progreso en la escuela. Pero hay que tener claro que no existe ninguna responsabilidad universal que obligue a los padres a tener perfectos conocimientos de todas las materias o asignaturas. Ayudarles en los deberes no significa tener que hacer de profesores de refuerzo. Ayudarles significa estar a su lado, acompañarlos en las tareas de búsqueda de soluciones y alternativas, discurrir con ellos sobre la mejor forma de enfocar un trabajo o consultar conjuntamente la enciclopedia para encontrar la definición o significado de aquello que desconocían. Y sobre todo, mostrar interés por lo aprendido sin ejercer demasiada presión sobre los resultados. Algunos de los errores más frecuentes que suelen cometer los padres son: Sentirse culpables por no tener conocimientos suficientes para resolver un problema o explicar una lección. Página 3

4 Terminar los trabajos de los hijos/as sin que éstos hayan acabado de comprender correctamente los conceptos o los contenidos. Contagiarse de la ansiedad de los hijos/as ante la dificultad de las tareas y resolver los ejercicios o realizar parte de los deberes en su lugar. Hacer lo imposible para evitar que el niño/a se enfrente a sus propias responsabilidades y plante cara a sus propios conflictos y a sus necesidades educativas. Castigarles poniéndoles más deberes. Cómo ayudar a mi hijo/a a hacer los deberes Es muy importante darles el aliento necesario: que mientras hagan los deberes sientan vuestra presencia y vuestro apoyo. Pueden necesitar ayuda en ciertas partes de la tarea que no comprenden bien, o incluso, de vuestra participación mientras, por ejemplo, leen en voz alta. Pero siempre teniendo en cuenta que los deberes son de vuestros hijos/as, que no debéis convertiros en ayudantes de deberes sino únicamente en consejeros. Es importante: Buscar lo positivo y evitar las críticas. La frustración aumentará si cuando tienen un momento difícil continuáis señalando sus defectos. Estar atento a la trampa "Así no es como lo hace mi profesor". Esta vieja canción merece una respuesta amable pero contundente: "Lo lamento, me parece que no voy a ser de ayuda entonces". Es el momento de sugerirle que marque el problema o tarea para debatirlo con el maestro y continúe con lo siguiente. Identificar áreas problemáticas. Es importante que los padres conozcan las áreas en las que el niño/a puede encontrarse con dificultades. Una vez identificados los problemas, será más fácil buscar los recursos necesarios para solucionarlos. Revisar los deberes está bien, pero hay que dejarlo ahí. Revisar los deberes es una manera sencilla de demostrar que se está interesado en saber cómo marchan las cosas. Revisad que el trabajo esté completo, no que esté correcto. Los deberes escolares nunca tienen que ser considerados como un castigo al mal comportamiento o a las malas notas, sino como un refuerzo natural y necesario al proceso de aprendizaje. Si consideráis que la cantidad de trabajo que vuestro hijo/a debe hacer en casa excede su disposición horaria, debéis hablar del tema con su tutor para que os explique los motivos, pero en ningún caso debéis desacreditar a los profesores ante vuestros hijos/as. Página 4

5 Cómo salir adelante con problemas crónicos de deberes escolares Página 5 PROGRAMA DE INFORMACIÓN A LAS FAMILIAS Es necesario intervenir cuando un niño/a falla continuamente a la hora de completar sus deberes escolares. La mayoría de los días, los niños/as deben poder completar las tareas ellos solos sin ayuda. Si el niño/a es capaz de hacer bien el trabajo en clase se deberá configurar un plan para que también sea capaz de llevar el ritmo con los deberes en casa. El plan de mejoras debe acomodarse a las circunstancias propias de cada niño/a, pero existen varios principios clave a seguir en la configuración del plan: Como ya hemos dicho, los deberes son responsabilidad de los hijos/as. El niño necesita saber cuáles son las tareas, cuándo vencen, y cuánto tiempo debe planificar para completarlas. Para esto será de gran ayuda llevar al día la agenda escolar. Establecer expectativas claras. Poner en claro estas expectativas y asegurarse de que el niño/a entienda que padres y profesores están trabajando juntos para definirlas. Una reunión con nuestro hijo/a y su tutor es el mejor ambiente para establecer claramente estas expectativas. Establecer consecuencias claras. Es importante determinar qué sucederá si vuestro hijo/a falla en cumplir las expectativas fijadas. Identificar las actividades o privilegios de los que vuestros hijos/as disfrutan cuando cumplen lo establecido y que se podrían suspender si no lo cumplen. Cuando sea conveniente suspender privilegios hay que hacerlo de forma efectiva, sin enfados ni emoción, siendo consistente y proporcionados. Mantener contacto con el tutor de vuestro hijo/a. Un sistema de "notas a casa" en la agenda resulta un método efectivo y fácil de saber si el niño está cumpliendo con las expectativas establecidas. Nunca es tarde para comenzar Hacer de los deberes una experiencia de aprendizaje positiva es el objetivo que todos los padres debemos perseguir. Junto con el niño/a los padres deben establecer un plan de estudios y de deberes apropiado. Hay que experimentar primero y luego, estar preparado para los cambios si fueran necesarios. El plan puede ser escrito como un contrato, o bien verbal. Al principio será necesario un control constante por parte de los padres para lograr que el niño/a persevere, para pasar después a etapas de estudio más independientes. Habrá que: Buscar un momento concreto. Establecer de mutuo acuerdo una hora para hacer los deberes (podrá variarse cuando sea necesario). El niño/a debe ayudar a tomar la decisión para que sea una hora adecuada para él. Cuando el niño/a no hace los deberes o tiene problemas con los trabajos escolares, hay que ayudarle a descubrir la causa, y, cuando sea posible, a cambiar la situación para que pueda conseguir un mejor rendimiento. Utilizar actividades divertidas para los niños/as que están poco motivados haciendo los deberes y para recompensar que hayan terminado de hacerlos. También podéis alternar los períodos de trabajo y los de juego. Hacer un gráfico del tiempo de estudio estableciendo metas para el tiempo empleado en estudiar, incrementando los períodos de estudio gradualmente si fuera necesario. El viernes

6 se les dará más tiempo para jugar o poder ir a la cama más tarde si ya han terminado los deberes. Un niño/a no es naturalmente organizado, así que hay que ayudarle a aprender a serlo: o o Lograr que el niño/a apunte los deberes diarios en su agenda. Dividir los deberes en pequeñas partes más asequibles. Si el niño/a se frustra fácilmente porque no sabe cómo empezar, es importante enseñarle a fraccionar los deberes en partes que no sean tan voluminosas. o Enseñarle a distribuirse su tiempo. Llevar un calendario mensual para anotar los próximos exámenes y trabajos. o Enseñarle a hacer un "repaso de los deberes" cada día antes de abandonar el colegio para asegurarse de que lleva todos los libros y el material que va a necesitar. Elogiar el esfuerzo y sobre todo cada paso que da hacia su independencia. Ser positivo. Cuando el niño/a haga bien el trabajo, lo intenta o se muestra paciente ante una tarea, hay que elogiarle. Si tiene dificultades con un tema (todos las tenemos y podemos aprender de ellas), hay que aumentarle su confianza comentando sus éxitos en otras materias. Algunos niños/as necesitan que se les anime para poder establecer el hábito de trabajo, así que se puede utilizar un gráfico para recompensar al niño/a por terminar los trabajos. Se le dará una estrella por cada día que termine los deberes. Con un número determinado de estrellas gana una salida o una actividad especial. Utilizar consecuencias negativas. Si el enfoque positivo no da resultados, hay que intentar que la consecuencia lógica de la falta de actividad por parte del niño sea la acción por parte de los padres. Elegir una consecuencia rápida, que suceda en seguida, para que tenga efectos inmediatos. Aunque los padres deben trabajar junto al niño/a al principio, intentarán disminuir el papel de vigilantes tan pronto como sea posible, estando siempre disponibles en caso de que el niño/a quiera hacer preguntas. Dejar que el niño adquiera responsabilidades. Dado que los deberes deben reforzar lo aprendido en clase, el niño/a podrá hacerlos solo la mayoría de las veces. Los padres deben proporcionar seguridad y guía pero nunca deben hacer el trabajo por el niño/a. Ayudar al niño de escaso rendimiento a alcanzar su potencial. Si su hijo no suele terminar su trabajo diario en el tiempo asignado por el profesor, entrega controles a medio terminar o en blanco, trae trabajo de la clase para terminarlo en casa, o utiliza su tiempo de recreo para completar trabajos, puede ser que no esté motivado para utilizar su capacidad, o que esté motivado pero se distrae con tanta facilidad que su atención se dispersa constantemente de lo que hace,... Siempre existen razones para que el trabajo del niño en la escuela no sea todo lo satisfactorio que debería ser. Algunos niños tienen problemas de aprendizaje que interfieren en su éxito escolar, otros pueden estar abrumados por problemas emocionales, y algunos niños tienen simplemente rendimiento retardado, son inmaduros y están poco motivados, en estos casos el hábito de remolonear no es más que un disfraz para trabajos que no pueden o no quieren hacer, simplemente se escabullen. En estos casos, se ha de modificar el patrón de comportamiento escolar. Página 6

7 El niño con bajo rendimiento suele ser frecuentemente reñido y reprendido por sus fracasos. Es muy consciente de que su rendimiento es inaceptable. Los padres han de establecer objetivos realistas, y utilizar refuerzos para motivar mejoras en el niño. Proporcione seguridad y ayuda. Las respuestas positivas operan de maravilla y son mucho más eficaces que las quejas y presiones. Reconozca siempre los pasos en buena dirección y dé ánimos constantemente para que el niño persevere. El éxito en el aula depende en gran parte de la capacidad de seguir instrucciones. Hay una gran diferencia entre un niño que no las sigue porque no puede y el que no las sigue porque no quiere hacerlo. Hay niños que carecen de la motivación suficiente para escuchar atentamente. Saben cómo seguir instrucciones, pero no lo hacen. Si el niño no quiere seguir las órdenes que se le dan se crea una situación exasperante y frustrante, tanto con los padres como con el maestro. Al finalizar el día nos encontramos exhaustos de repetir, discutir, consentir o regañar. Qué se puede hacer?! Ser claro y conciso. Definir lo que se quiere o se espera del niño con palabras sencillas y comprensibles, utilizando un tono de voz amable y razonable. Obtener la atención del niño. Los padres deben asegurarse de que el niño sabe perfectamente lo que se le ha dicho, y conviene mirarle a los ojos mientras se le habla. Pídale después que repita las órdenes y que interprete lo que significan. Esta táctica es de utilidad sobre todo si el niño tiene poca capacidad de atención y se distrae fácilmente. Pensar lo que se dice y decir lo que se piensa. Es importante asegurarse de que cada vez que se dan órdenes, éstas se cumplen, y si no mejor no darlas. Convertirlo en un juego. " Cuánto tiempo crees que tardarás en hacer esto? Preparados, listos, ya! Fantástico, sólo has tardado cinco minutos. Eres muy rápido". En el caso de los deberes puede ser útil el empleo de un reloj cronómetro o despertador para fijar límites de tiempo razonables, y jugar a ganar al reloj, obteniendo con ello algún tipo de premio o gratificación. Realizar pequeños entrenamientos. Supervisar. La mejor manera de asegurarse de que el niño cumple las órdenes correctamente es controlarlo, pero siempre de forma útil y positiva, sin convertirse en un antipático sargento. Y animarlo a seguir si se desvía del objetivo. Página 7

8 Elogiar, elogiar elogiar. Creemos firmemente que la clave para alentar al niño a seguir las órdenes de forma eficaz es ser positivo: se ha de actuar esperando que el niño obedezca y cuando lo ha hecho, dar una respuesta positiva. "Gracias por...","has hecho un buen trabajo...","lo has hecho muy bien...". y cuando sea posible, es conveniente asociar un quehacer bien hecho a una actividad que al niño le guste. Alternar el trabajo con la diversión. La falta de respuesta ha de tener consecuencia. Si los padres han intentado métodos positivos y han sido ignorados, la situación ha llegado a un punto en el que se han de aplicar consecuencias negativas para cambiar el modelo de actuación. Utilizar la corrección y los gráficos para modificar conductas. Ayude al niño a concienciarse de que siempre habrá una consecuencia a sus acciones. El buen comportamiento puede premiarse con privilegios especiales, como actividades extraescolares o acontecimientos especiales, pero el comportamiento incorrecto puede privarle de éstos cuando no obtenga los puntos necesarios. Por último no nos queda más que agradeceros vuestra atención y ponernos una vez más a vuestra disposición para cuantas consultas necesitéis hacer. del C.I. Ausiàs March Página 8