Neurosicoeducación aplicada al ámbito laboral

Transcripción

1 Monografía Curso de Capacitación Docente en Neurociencias Alumna: Adriana von Ellenrieder Mail: MSN: Neurosicoeducación aplicada al ámbito laboral Los seres humanos vivimos en sociedad. A diario nos toca interactuar con distintas personas: familiares, amigos, vecinos, extraños. A algunos podemos elegirlos, pero a otros no. Aprendemos desde pequeños hábitos y normas sociales generales para saber qué cosas podemos hacer y cuáles no a la hora de llevar adelante esa convivencia. Sin embargo, siguen existiendo bemoles en las relaciones humanas, a veces tan poderosos como para dividir familias, distanciar amigos, hacer fracasar proyectos, y mucho más. Nuestros lugares de trabajo son pequeñas células de sociedad, y en ellos pueden existir los mismos conflictos. Compartimos un objetivo con nuestros compañeros, que es el de la institución o empresa en la que desarrollamos nuestra labor pero podemos tener distinta formación, distintos valores, diferente forma de ver e interpretar las cosas.

2 Conocer más a fondo la naturaleza de nuestra conducta nos puede permitir propiciar un ambiente saludable y motivador, en el que los conflictos tengan menos probabilidades de existir, magnificarse e interferir con el buen funcionamiento de la institución. Nuestros cerebros Hace años el Homo sapiens habitaba en la sabana africana. Su cerebro debía dedicarse primordialmente a garantizar la supervivencia. Esto implicaba detectar los peligros y reaccionar rápidamente ante ellos por un lado, y obtener alimentos y reproducirse por el otro. Las estructuras y sistemas neuronales que le permitían llevar adelante estas funciones no han desaparecido de nuestros cerebros. Otros más complejos se han ido desarrollando en el tiempo, diferenciando a los humanos de otros mamíferos a través de la capacidad de hacer uso de una inteligencia superior. Pero estos sistemas primitivos continúan activos, y son los más rápidos y económicos en materia de energía insumida. Así, podemos distinguir: Redes o sistemas instintivos: son los más antiguos, los heredamos en los genes. No tenemos la posibilidad de modificarlos a través del aprendizaje, sólo de ejercer sobre ellos un control superior y consciente. Su principal función es, como ya se mencionó antes, la de asegurar la supervivencia. Sus respuestas pueden ser de huida o de ataque. Se vinculan con la creación de territorios y jerarquías basados en la fuerza. Hacen que tengamos una natural resistencia a los cambios, a lo desconocido. Redes o sistemas emocionales: aquí aparece la posibilidad de un aprendizaje simple, aún destinado a garantizar la supervivencia. Los estímulos se clasifican como factibles de generar PLACER (que lleva a conductas de acercamiento) o DOLOR (induciendo conductas de alejamiento). Redes o sistemas cognitivo-ejecutivos: son los más evolucionados, pero también los más lentos y los que más energía requieren para ponerse en funcionamiento. Sólo actúan una vez que los anteriores han llegado a una conclusión de vital importancia: estamos seguros, no está amenazada nuestra supervivencia.

3 El flujo de la información del medio ambiente que es captada por nuestros sentidos, permite comprender el por qué de la secuencia de activación de estos sistemas. En primer lugar, el estímulo debe atravesar un filtro para ser considerado como distinto y relevante. Este filtro se localiza en una estructura del tronco encefálico denominada Sistema Activador Reticular Ascendente. De allí, continúa su camino hacia el tálamo, centro desde el cual parte de la información será enviada a la amígdala cerebral para ser analizada. La amígdala forma parte de estos circuitos instintivos-emocionales, y será la responsable de determinar si ese estímulo recibido implica un peligro para la supervivencia. Sólo cuando la amígdala se convenza de que no hay riesgos, la información podrá seguir su camino hasta centros superiores, cognitivo-ejecutivos, haciéndose consciente y pudiendo emplearse para otros fines. El neocórtex, y especialmente los lóbulos prefrontales, son asiento de este último sistema. Cómo propiciar el dominio de nuestro sistema cognitivo-ejecutivo La respuesta sencilla es: asegurar que el ambiente laboral sea lo más diferente posible de aquel de la sabana africana, y que nuestros compañeros de trabajo no sean vistos como temibles adversarios a los que se debe vencer para garantizar la supervivencia. Algunos tips a tomar en cuenta: *el ambiente de trabajo debe ser agradable, cuidado y seguro. Cada trabajador necesita un espacio propio (aún en habitaciones compartidas) con el cuál identificarse, que le resulte cómodo. *se deben tratar de reducir al mínimo las situaciones sorpresivas e imprevistas, que puedan resultarnos amenazantes. Los cambios en el funcionamiento a implementar deben ser informados con tiempo para poder ser asimilados adecuadamente. *las reglas deben ser claras, justas e iguales para todos. Debemos contar con toda la información necesaria acerca del funcionamiento institucional, comprender el por qué de que algo se deba hacer de una determinada manera. *los puestos jerárquicos deberían ocuparse de manera transparente, sin favoritismos. Si se pudiera, tomar en cuenta la opinión general y aprovechar las cualidades de liderazgo natural de algunas personas.

4 *si bien el control sobre el trabajo que realiza cada persona es necesario, es importante que no sólo se nos llame la atención sobre lo que no hicimos bien, sino que también se valore lo positivo de nuestra labor. Eso nos dará seguridad y tranquilidad para seguir adelante y mejorar día a día. *nuestra tarea debe ser acorde a nuestras posibilidades. No saber nos desestabiliza: necesitamos mantener nuestra capacitación y ser supervisados al empezar algo nuevo. *los espacios para discutir sobre el trabajo que se hace también deben ser espacios para discutir sobre el funcionamiento del equipo. Cuando aparecen diferencias o conflictos, se deben analizar para buscarles una solución. Las personas involucradas deben ser las primeras presentes para exponer su verdad y su opinión. *a la hora de pedir la palabra en una reunión, debemos ser rigurosos en varios aspectos: respetar opiniones diferentes a la nuestra, escuchar, responder una vez que estamos seguros de que es nuestro sistema cognitivo-ejecutivo el que tomó el mando, pedir disculpas si nos equivocamos, aceptar críticas. Las críticas se deben realizar con el objetivo de aportarle al otro información que le sea de utilidad, y no para destruirlo o demostrar que yo tenía razón. No hacer culto del estoy ofendido, no solucionamos nada quitando el saludo o la palabra. *los espacios de socialización (el café, las reuniones fuera del horario de trabajo) pueden ser positivas, si bien debe ser claro que nuestros compañeros de trabajo no necesariamente son nuestros amigos, y que de todas formas nos debemos relacionar con ellos cordialmente. Es fundamental tener en claro que, mientras más se promueva la competencia entre los trabajadores, más cerca estaremos de la ley de la selva. Es recomendable bogar en cambio por la noción de que trabajamos en equipo, y que nuestro trabajo debe superarse día a día por el bien del conjunto.

5 Otras aplicaciones de las neurociencias Hay quienes piensan que la productividad en el trabajo se puede lograr a través de normas de funcionamiento. El control de los horarios de entrada y de salida, de las inasistencias, cámaras de vigilancia, personal encargado de observar lo que se hace o deja de hacer. Llamados de atención, apercibimientos Todas estas medidas, si bien pueden contribuir a establecer un orden e igualar las condiciones para todos los trabajadores, actúan a través de nuestros sistemas más primitivos. El castigo por lo que no debe hacerse. Nada tienen que hacer a la hora de asegurar la calidad de nuestro trabajo. La DOPAMINA es el neurotransmisor asociado a la motivación y al entusiasmo. Su liberación se vincula con situaciones de movimiento físico, intereses personales, contacto social, música, novedad, sentido del logro, recompensa personal, iniciativa, juego y humor. Por lo tanto, deberemos preocuparnos por buscar por este lado las estrategias para garantizar la fácil llegada a nuestro sistema cognitivo-ejecutivo, y para mantenerlo activo. La capacitación, el incentivo para la creatividad y el crecimiento personal, el reconocimiento, los espacios para el descanso y el esparcimiento, las estrategias para evitar la monotonía y la automatización de lo que hacemos, la reducción del estrés al que estamos sometidos... todas estas serán medidas que nos permitirán actuar y producir con nuestros lóbulos pre frontales.

6 Las emociones positivas son contagiosas. Un claro objetivo común, tomado en carne propia, nos ayudará a perseverar en lo que hacemos, como así también a alegrarnos de nuestros logros y de los de nuestros compañeros. Reflexionar sobre nosotros mismos, conocer a los demás, ser humanos.